Aceite de orégano, para qué sirve, cómo utilizarlo y efectos secundarios


Revisado y aprobado por la nutricionista Maria Patricia Pinero Corredor
El orégano (Origanum vulgare) es una hierba fragante y originaria de la zona del Mediterráneo, pero que se ha expandido y cultivado alrededor del mundo. Aunque la mayoría la conoce por su uso gastronómico —como especia y condimento de carnes—, lo cierto es que desde la antigüedad la han utilizado para tratar dolencias, no solo en su forma de hojas sino en diversas presentaciones.
Una de ellas, que ha ganado mucha popularidad, es el aceite de orégano. Este se extrae industrialmente por medio de la destilación al vapor de las hojas de orégano, obteniendo un producto muy concentrado y con mayor cantidad de sus compuestos activos. También es posible hacerlo en casa al macerar el orégano en un aceite portador por varios días, más su concentración será menor que el industrial.
Muchas personas lo utilizan para combatir infecciones respiratorias. Sin embargo, de acuerdo con la medicina tradicional, sirve para mucho más, como eliminar hongos o ayudar a prevenir enfermedades crónicas.
Usos y propiedades del aceite de orégano
El aceite de orégano es rico en compuestos fenólicos (sobre todo en carvacrol y timol), los cuales le otorgan la mayoría de sus propiedades terapéuticas. Tal es el caso de su acción antifúngica, antimicrobiana, antioxidante, antiinflamatoria, analgésica, entre otras. A su vez, estas propiedades podrían hacerlo útil en los siguientes casos:
1. Favorecería la salud respiratoria
El aceite de orégano tiene propiedades antimicrobianas, combatiendo diversas bacterias pulmonares, como la Acinetobacter baumannii y Klebsiella pneumoniae. Ellas son resistentes a muchos antibióticos y causantes de enfermedades, como la neumonía.
De igual manera, el aceite de orégano podría aliviar el resfriado por sus propiedades antivirales. También sería útil contra los virus que provocan la bronquiolitis, neumonía y crup. Tampoco podemos dejar de nombrar su acción antiinflamatoria, que reduciría la inflamación de las células de los bronquios, algo común en la bronquitis.
2. Combatiría los hongos
Las creencias populares dicen que el aceite de orégano sirve para combatir los hongos en diversas partes del cuerpo. Con respecto a esto, los expertos indican que podría actuar contra la Cándida albicans, Aspergillus niger, Geotrichum candidum y Rhodotorula. Estos hongos causan diferentes enfermedades en el organismo, como la candidiasis, infecciones en la piel, las uñas, los pulmones y hasta en el torrente sanguíneo.
3. Contribuiría a la salud gastrointestinal
Este beneficio del aceite de orégano viene de la combinación de dos de sus propiedades. Por un lado, resalta su acción antiinflamatoria, la cual mejoraría los síntomas de enfermedades intestinales, como la colitis. Otras investigaciones le dan propiedades antiulcerogénicas, esto quiere decir que sería útil en casos de úlceras estomacales y gastritis.
4. Podría reducir el riesgo de diabetes
Como se mencionó, el aceite de orégano es rico en compuestos fenólicos y ellos le dan sus propiedades antioxidantes. A su vez, estos antioxidantes combaten el estrés oxidativo, que aumenta el riesgo de padecer diabetes.
Por otro lado, el aceite de orégano es antiinflamatorio y serviría de apoyo para reducir la inflamación crónica (persistente por meses o años). Esta puede aumentar la resistencia a la insulina y los niveles de azúcar en sangre. Lo que a su vez, podría causar la diabetes o incrementar sus síntomas, si ya la padeces.
5. Cicatrizaría heridas
El aceite de orégano también sirve para el cuidado de la piel. El carvacrol en este aceite reduce la inflamación y favorece la remodelación tisular, necesario para que se dé la cicatrización de heridas y recuperes la salud de tu piel.
6. Ayudaría a reducir el dolor
Quizás este es uno de los usos más conocidos del aceite de orégano, y es que podría combatir distintos tipos de dolores. Por un lado, los flavonoides kampferol, isokampférido y pilosina en su composición tienen acción antiinflamatoria. Y estos justifican su uso como antiespasmódico y analgésico, pudiendo mejorar el dolor abdominal, cólicos menstruales, dolores de cabeza, musculares, entre otros.
Tampoco podemos dejar de nombrarte su propiedad antioxidante. Y es que el aceite de orégano podría ayudarte a prevenir enfermedades que tienen como uno de sus síntomas característicos al dolor, tal es el caso de la artritis o la inflamación crónica.
7. Mejoraría la salud urinaria
La Escherichia coli, aparte de causar infecciones intestinales, también podría ser la causa de infecciones urinarias. Como te indicamos antes, el aceite de orégano tiene propiedades antimicrobianas combatiendo esta bacteria, así como otras que pueden afectar el tracto urinario, tal es el caso de Enterobacter cloacae y Klebsiella pneumoniae.
8. Fortalecería el sistema inmune
Este beneficio del aceite de orégano podría venir de su acción sobre la microbiota intestinal y es que aumenta la actividad de las enzimas digestivas y altera la estructura de la microbiota, mejorando su inmunidad. Esto quiere decir que te protegerá de una mejor manera contra los virus y bacterias presentes en el ambiente.
9. Reduciría el riesgo de sufrir cáncer
Antes mencionamos que el aceite de orégano tiene propiedades antioxidantes, pues ellas son las responsables de este posible beneficio. Cuando los radicales libres se acumulan en el organismo, producen estrés oxidativo, y este los expertos lo asocian a un mayor riesgo de padecer cáncer. De manera que este aceite, al ser rico en antioxidantes, podría combatirlos y reducir esa posibilidad.
10. Favorecería la circulación
Este aceite puede ser muy positivo para el sistema circulatorio y esto se debe a su propiedad vasodilatadora, es decir, que relajaría los vasos sanguíneos y así la sangre circulará mejor por el organismo. Esto, a su vez, reduciría el riesgo de padecer enfermedades cardiacas. Por otro lado, los expertos sugieren que el carvacrol en él podría tener propiedades hipotensoras, ayudando a reducir la presión arterial.
¿Cómo utilizar el aceite de orégano?
Aunque el aceite de orégano tiene muchos usos, no es conveniente que lo ingieras o te lo apliques de forma directa en la piel. Esto se debe a que es muy fuerte (sobre todo el industrial) y podría causarte irritaciones internas o en la piel. Por ello, siempre se usa diluido, puede ser en un aceite portador o en agua, dependiendo del caso. Las formas más comunes de utilizarlo son las siguientes:
1. Vía oral
Puedes beber el aceite de orégano para fortalecer el sistema inmune, así como también para mejorar la salud respiratoria, circulatoria, urinaria o a modo de prevención. De esta manera, vas a diluir entre una y tres gotas en un vaso de agua y tomarlo después de una comida, para evitar molestias estomacales.
También hay quienes lo diluyen en un aceite comestible, como el aceite de oliva. En este caso, vas a mezclar un par de gotas de aceite de orégano en una cucharada de aceite comestible y tomarlo una vez al día, después de las comidas. Cabe señalar que esta manera no es muy agradable para todo el mundo.
Además, puedes agregarlo a tu comida o bebida. Por ejemplo, si estás haciendo un jugo, podrías añadir un par de gotas en él; o si cocinas un pastel, súmalo a los ingredientes líquidos.
Las cápsulas de aceite de orégano son otra alternativa oral y perfecta si el olor de la planta te parece muy fuerte, o si eres alguien que siempre está con prisas y la idea de diluirlo te es tediosa. Por lo general, se toma una cápsula al día con las comidas.
2. Como tópico
Ahora, si quieres usar el aceite de orégano para cicatrizar heridas, combatir hongos en la piel, uñas, herpes labial o para dolores musculares, la manera tópica es la mejor opción. En este caso, vas a diluir unas tres gotas de aceite de orégano en unos 10 mililitros de aceite portador. Puede ser de almendras, coco o el que más te agrade. Lo vas a aplicar en la zona que desees tratar, dos veces al día.
3. Vapores medicinales
Este modo de uso es genial para combatir el resfriado e infecciones respiratorias. Para llevarlo a cabo, en una olla, vas a diluir entre tres y cinco gotas de aceite de orégano en un litro de agua hirviendo. Tápala y déjala reposar por cinco minutos.
Luego vas a destapar la olla y, con mucho cuidado, inhalar los vapores. Colócate una toalla alrededor de la cabeza y forma una especie de tienda, para que no se escape el vapor. Es necesario que te encuentres bien abrigado y que no te expongas al aire frío luego de aspirarlos.
Otra manera de obtener los vapores medicinales es con la ayuda de un vaporizador o humidificador. En estos aparatos colocarás un par de gotas de aceite de orégano, agua y este se encargará de crear los vapores.
Es importante que antes de ingerir o aplicarte el aceite consultes con tu médico, y que sigas al pie de la letra las instrucciones del fabricante.
¿Quiénes no deben tomar aceite de orégano?
La mayoría tolera bien el aceite de orégano ,si se utiliza de las formas indicadas. Pero, hay personas que no deberían consumirlo, ya que podría traerles complicaciones de salud. O, en caso de hacerlo, debe ser bajo vigilancia médica. De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, Entre esas personas se encuentran:
- Niños pequeños.
- Mujeres embarazadas y en periodo de lactancia.
- Personas alérgicas al orégano o plantas de su misma familia, tal es el caso de la albahaca o la menta.
- Quienes tengan una cirugía próximamente o se encuentren en periodo de recuperación postquirúrgica.
- Personas que tomen medicamentos antidiabéticos o anticoagulantes, así como suplementos de hierro, cobre o zinc.
¿Cuáles son sus efectos secundarios?
En algunas personas, el aceite de orégano puede causar malestar estomacal, reacciones alérgicas, irritación de la piel y las mucosas, incluso podría aumentar el riesgo de sangrado o de aborto espontáneo en embarazadas. Cabe señalar que varios de estos efectos suelen suceder cuando lo consumes en exceso o sin diluir.
Usa el aceite de orégano con precaución
Son varios los beneficios que el aceite de orégano podría traer a tu salud, así como también las maneras que tienes de utilizarlo. Si deseas probarlo, tanto para combatir algún problema de salud puntual, como a modo de prevención, te recomendamos consultarlo antes con tu médico, sobre todo si perteneces a algunos de los grupos que te indicamos antes.
Él es quien te indicará con certeza si es totalmente seguro para ti, aparte de que puede recomendarte una dosis personalizada. Recuerda que, aunque el aceite de orégano es un producto natural, si lo usas en exceso o de forma indebida, puede pasar de positivo a negativo.
El orégano (Origanum vulgare) es una hierba fragante y originaria de la zona del Mediterráneo, pero que se ha expandido y cultivado alrededor del mundo. Aunque la mayoría la conoce por su uso gastronómico —como especia y condimento de carnes—, lo cierto es que desde la antigüedad la han utilizado para tratar dolencias, no solo en su forma de hojas sino en diversas presentaciones.
Una de ellas, que ha ganado mucha popularidad, es el aceite de orégano. Este se extrae industrialmente por medio de la destilación al vapor de las hojas de orégano, obteniendo un producto muy concentrado y con mayor cantidad de sus compuestos activos. También es posible hacerlo en casa al macerar el orégano en un aceite portador por varios días, más su concentración será menor que el industrial.
Muchas personas lo utilizan para combatir infecciones respiratorias. Sin embargo, de acuerdo con la medicina tradicional, sirve para mucho más, como eliminar hongos o ayudar a prevenir enfermedades crónicas.
Usos y propiedades del aceite de orégano
El aceite de orégano es rico en compuestos fenólicos (sobre todo en carvacrol y timol), los cuales le otorgan la mayoría de sus propiedades terapéuticas. Tal es el caso de su acción antifúngica, antimicrobiana, antioxidante, antiinflamatoria, analgésica, entre otras. A su vez, estas propiedades podrían hacerlo útil en los siguientes casos:
1. Favorecería la salud respiratoria
El aceite de orégano tiene propiedades antimicrobianas, combatiendo diversas bacterias pulmonares, como la Acinetobacter baumannii y Klebsiella pneumoniae. Ellas son resistentes a muchos antibióticos y causantes de enfermedades, como la neumonía.
De igual manera, el aceite de orégano podría aliviar el resfriado por sus propiedades antivirales. También sería útil contra los virus que provocan la bronquiolitis, neumonía y crup. Tampoco podemos dejar de nombrar su acción antiinflamatoria, que reduciría la inflamación de las células de los bronquios, algo común en la bronquitis.
2. Combatiría los hongos
Las creencias populares dicen que el aceite de orégano sirve para combatir los hongos en diversas partes del cuerpo. Con respecto a esto, los expertos indican que podría actuar contra la Cándida albicans, Aspergillus niger, Geotrichum candidum y Rhodotorula. Estos hongos causan diferentes enfermedades en el organismo, como la candidiasis, infecciones en la piel, las uñas, los pulmones y hasta en el torrente sanguíneo.
3. Contribuiría a la salud gastrointestinal
Este beneficio del aceite de orégano viene de la combinación de dos de sus propiedades. Por un lado, resalta su acción antiinflamatoria, la cual mejoraría los síntomas de enfermedades intestinales, como la colitis. Otras investigaciones le dan propiedades antiulcerogénicas, esto quiere decir que sería útil en casos de úlceras estomacales y gastritis.
4. Podría reducir el riesgo de diabetes
Como se mencionó, el aceite de orégano es rico en compuestos fenólicos y ellos le dan sus propiedades antioxidantes. A su vez, estos antioxidantes combaten el estrés oxidativo, que aumenta el riesgo de padecer diabetes.
Por otro lado, el aceite de orégano es antiinflamatorio y serviría de apoyo para reducir la inflamación crónica (persistente por meses o años). Esta puede aumentar la resistencia a la insulina y los niveles de azúcar en sangre. Lo que a su vez, podría causar la diabetes o incrementar sus síntomas, si ya la padeces.
5. Cicatrizaría heridas
El aceite de orégano también sirve para el cuidado de la piel. El carvacrol en este aceite reduce la inflamación y favorece la remodelación tisular, necesario para que se dé la cicatrización de heridas y recuperes la salud de tu piel.
6. Ayudaría a reducir el dolor
Quizás este es uno de los usos más conocidos del aceite de orégano, y es que podría combatir distintos tipos de dolores. Por un lado, los flavonoides kampferol, isokampférido y pilosina en su composición tienen acción antiinflamatoria. Y estos justifican su uso como antiespasmódico y analgésico, pudiendo mejorar el dolor abdominal, cólicos menstruales, dolores de cabeza, musculares, entre otros.
Tampoco podemos dejar de nombrarte su propiedad antioxidante. Y es que el aceite de orégano podría ayudarte a prevenir enfermedades que tienen como uno de sus síntomas característicos al dolor, tal es el caso de la artritis o la inflamación crónica.
7. Mejoraría la salud urinaria
La Escherichia coli, aparte de causar infecciones intestinales, también podría ser la causa de infecciones urinarias. Como te indicamos antes, el aceite de orégano tiene propiedades antimicrobianas combatiendo esta bacteria, así como otras que pueden afectar el tracto urinario, tal es el caso de Enterobacter cloacae y Klebsiella pneumoniae.
8. Fortalecería el sistema inmune
Este beneficio del aceite de orégano podría venir de su acción sobre la microbiota intestinal y es que aumenta la actividad de las enzimas digestivas y altera la estructura de la microbiota, mejorando su inmunidad. Esto quiere decir que te protegerá de una mejor manera contra los virus y bacterias presentes en el ambiente.
9. Reduciría el riesgo de sufrir cáncer
Antes mencionamos que el aceite de orégano tiene propiedades antioxidantes, pues ellas son las responsables de este posible beneficio. Cuando los radicales libres se acumulan en el organismo, producen estrés oxidativo, y este los expertos lo asocian a un mayor riesgo de padecer cáncer. De manera que este aceite, al ser rico en antioxidantes, podría combatirlos y reducir esa posibilidad.
10. Favorecería la circulación
Este aceite puede ser muy positivo para el sistema circulatorio y esto se debe a su propiedad vasodilatadora, es decir, que relajaría los vasos sanguíneos y así la sangre circulará mejor por el organismo. Esto, a su vez, reduciría el riesgo de padecer enfermedades cardiacas. Por otro lado, los expertos sugieren que el carvacrol en él podría tener propiedades hipotensoras, ayudando a reducir la presión arterial.
¿Cómo utilizar el aceite de orégano?
Aunque el aceite de orégano tiene muchos usos, no es conveniente que lo ingieras o te lo apliques de forma directa en la piel. Esto se debe a que es muy fuerte (sobre todo el industrial) y podría causarte irritaciones internas o en la piel. Por ello, siempre se usa diluido, puede ser en un aceite portador o en agua, dependiendo del caso. Las formas más comunes de utilizarlo son las siguientes:
1. Vía oral
Puedes beber el aceite de orégano para fortalecer el sistema inmune, así como también para mejorar la salud respiratoria, circulatoria, urinaria o a modo de prevención. De esta manera, vas a diluir entre una y tres gotas en un vaso de agua y tomarlo después de una comida, para evitar molestias estomacales.
También hay quienes lo diluyen en un aceite comestible, como el aceite de oliva. En este caso, vas a mezclar un par de gotas de aceite de orégano en una cucharada de aceite comestible y tomarlo una vez al día, después de las comidas. Cabe señalar que esta manera no es muy agradable para todo el mundo.
Además, puedes agregarlo a tu comida o bebida. Por ejemplo, si estás haciendo un jugo, podrías añadir un par de gotas en él; o si cocinas un pastel, súmalo a los ingredientes líquidos.
Las cápsulas de aceite de orégano son otra alternativa oral y perfecta si el olor de la planta te parece muy fuerte, o si eres alguien que siempre está con prisas y la idea de diluirlo te es tediosa. Por lo general, se toma una cápsula al día con las comidas.
2. Como tópico
Ahora, si quieres usar el aceite de orégano para cicatrizar heridas, combatir hongos en la piel, uñas, herpes labial o para dolores musculares, la manera tópica es la mejor opción. En este caso, vas a diluir unas tres gotas de aceite de orégano en unos 10 mililitros de aceite portador. Puede ser de almendras, coco o el que más te agrade. Lo vas a aplicar en la zona que desees tratar, dos veces al día.
3. Vapores medicinales
Este modo de uso es genial para combatir el resfriado e infecciones respiratorias. Para llevarlo a cabo, en una olla, vas a diluir entre tres y cinco gotas de aceite de orégano en un litro de agua hirviendo. Tápala y déjala reposar por cinco minutos.
Luego vas a destapar la olla y, con mucho cuidado, inhalar los vapores. Colócate una toalla alrededor de la cabeza y forma una especie de tienda, para que no se escape el vapor. Es necesario que te encuentres bien abrigado y que no te expongas al aire frío luego de aspirarlos.
Otra manera de obtener los vapores medicinales es con la ayuda de un vaporizador o humidificador. En estos aparatos colocarás un par de gotas de aceite de orégano, agua y este se encargará de crear los vapores.
Es importante que antes de ingerir o aplicarte el aceite consultes con tu médico, y que sigas al pie de la letra las instrucciones del fabricante.
¿Quiénes no deben tomar aceite de orégano?
La mayoría tolera bien el aceite de orégano ,si se utiliza de las formas indicadas. Pero, hay personas que no deberían consumirlo, ya que podría traerles complicaciones de salud. O, en caso de hacerlo, debe ser bajo vigilancia médica. De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, Entre esas personas se encuentran:
- Niños pequeños.
- Mujeres embarazadas y en periodo de lactancia.
- Personas alérgicas al orégano o plantas de su misma familia, tal es el caso de la albahaca o la menta.
- Quienes tengan una cirugía próximamente o se encuentren en periodo de recuperación postquirúrgica.
- Personas que tomen medicamentos antidiabéticos o anticoagulantes, así como suplementos de hierro, cobre o zinc.
¿Cuáles son sus efectos secundarios?
En algunas personas, el aceite de orégano puede causar malestar estomacal, reacciones alérgicas, irritación de la piel y las mucosas, incluso podría aumentar el riesgo de sangrado o de aborto espontáneo en embarazadas. Cabe señalar que varios de estos efectos suelen suceder cuando lo consumes en exceso o sin diluir.
Usa el aceite de orégano con precaución
Son varios los beneficios que el aceite de orégano podría traer a tu salud, así como también las maneras que tienes de utilizarlo. Si deseas probarlo, tanto para combatir algún problema de salud puntual, como a modo de prevención, te recomendamos consultarlo antes con tu médico, sobre todo si perteneces a algunos de los grupos que te indicamos antes.
Él es quien te indicará con certeza si es totalmente seguro para ti, aparte de que puede recomendarte una dosis personalizada. Recuerda que, aunque el aceite de orégano es un producto natural, si lo usas en exceso o de forma indebida, puede pasar de positivo a negativo.
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