La alimentación intuitiva, una forma distinta de comer sin seguir «dietas»
Escrito y verificado por la nutricionista Maria Patricia Pinero Corredor
¿Cuántas veces empezaste una dieta, pero al final la abandonaste por no poder sostenerla? Luego, entre dieta y dieta que seguiste, ¿te sentiste culpable por comer lo que te gustaba? Quizás, la alimentación intuitiva sea una buena opción para ti, en pos de reducir los abandonos y el sentimiento de culpabilidad.
La intuición podría ayudarte a tomar mejores decisiones con la comida. ¿Por qué? Pues porque viene desde el interior y responde a las necesidades. Veamos en detalle.
¿Qué es la alimentación intuitiva?
La alimentación intuitiva es un enfoque nutricional que no sigue reglas estrictas. Sería lo contrario a una dieta extrema, por ejemplo, que abunda en restricciones y en listados de alimentos prohibidos y permitidos.
De hecho, para muchos autores y expertos, esta aproximación a la forma de comer es una «antidieta». Es decir, no se trata de buscar solo el objetivo de un número en la báscula, sino de perseguir el bienestar general.
Un movimiento que se identifica mucho con la alimentación intuitiva es Health at Every Size o HAES. En español, podría traducirse como «salud con cualquier talla». Se trata de un planteo sobre alcanzar el bienestar general en la vida, sin tener que depender de los kilogramos corporales para lograrlo.
Además, la intuición se fundamenta en las propias decisiones, no en aquellas que elaboraron otras personas y que aparecen como «impuestas». La misión a largo plazo es que aprendamos a desarrollar una relación saludable con la comida, basada en el autocuidado. Para ello, tienes que escuchar las señales fisiológicas del cuerpo.
El objetivo de la alimentación intuitiva es mejorar la salud física y mental, sin darle tanta importancia al tamaño corporal.
¿Cuáles son sus principios?
El principio general de la alimentación intuitiva es reconocer el hambre y el apetito para dejar de comer cuando nos sentimos llenos o saciados. Esto incluye disfrutar de un antojo, sin excederse, pero sin juzgar.
De acuerdo con una publicación científica de 2018, son 4 los elementos que componen este enfoque:
- Permiso para comer cualquier alimento: las dietas restrictivas suelen ser difíciles de mantener a largo plazo y no son recomendadas por los nutricionistas. Con la alimentación intuitiva se le da un buen uso al término «dieta», ya que se referiría a lo que comemos a diario y lo que nos gusta. Es más que separar entre productos buenos y malos.
- Comer por razones físicas y no emocionales: la alimentación es una necesidad humana. El cuerpo requiere los nutrientes para cumplir con sus funciones. Por ende, hay un sentido fisiológico del acto de comer.
- Reconocer el hambre y la saciedad: cuando tenemos hambre, el cuerpo nos envía señales. Un gruñido en el abdomen, una sensación de vacío en el estómago o debilidad podrían ser avisos. Con la alimentación intuitiva tratamos de captar estas señales e ingerir alimentos solo cuando los necesitamos.
- Tener congruencia entre la elección de alimentos y el cuerpo: comer con total permiso no significa que cualquiera pueda comer de todo. Cada organismo tiene necesidades específicas que el enfoque intuitivo no deja de lado, sino que incorpora.
¿Cómo empezar en la dieta intuitiva?
Los cambios no se consiguen de la noche a la mañana. Y mucho menos, un cambio en los hábitos.
Así que si quieres un nuevo enfoque de alimentación, tendrás que iniciar poco a poco. No intentes modificar tu dieta de una sola vez. Prueba con la escucha del cuerpo: ¿qué te pasa cuando tienes hambre? ¿Cómo harías para dejar de comer al sentirte físicamente lleno?
No te desanimes si no ves resultados inmediatos. Hay expertos en este enfoque y cada vez más recursos en línea para ayudarte. También podrías conseguir libros y hasta sumarte a un grupo de apoyo en tu región geográfica.
Especialistas de Gran Bretaña aseguran que hay un vínculo estrecho entre la alimentación intuitiva y el mindful eating. Este último se trata de un movimiento de salud mental que propone comer con consciencia, prestando atención a las señales de hambre, a la saciedad y al objetivo último por el que comemos.
Como ya notarás, la intuición está allí, pero necesitas conectarte con ella para que se traduzca en decisiones saludables de alimentación. Por lo tanto, sería interesante que apliques algunos de los siguientes consejos:
- Toma notas: registra aquellas situaciones que te incitan a comer más de la cuenta.
- Crea un entorno que te ayude: llena tu despensa de esos alimentos que son buenos para tu salud y reduce la presencia de snacks o ultraprocesados a la mano.
- Acepta tus antojos: a veces, los antojos hablan de necesidades en tu cuerpo. No siempre te tienes que sentir culpable por ellos. Escúchalos y decide si los vas a satisfacer o no.
- Evita etiquetarte: no te juzgues por lo que comes. Es válido comer productos menos saludables de vez en cuando. Lo importante es que la mayor parte del tiempo seas equilibrado en tus decisiones.
- Come con atención y sin prisa: tómate tu tiempo y disfruta la experiencia de la alimentación inteligente. Cuando te sientes a la mesa, dedícate solo a ello y no a realizar otras tareas, como ver la televisión o teletrabajar.
Ventajas y desventajas de la alimentación intuitiva
Hay algunos beneficios que podrían asociarse al enfoque intuitivo en la alimentación, como los siguientes:
- Reducción de las conductas desordenadas: al aprender a reconocer el hambre y la saciedad, es más fácil evitar los atracones.
- Aumento en la calidad de la ingesta: una investigación publicada en Eating Behaviors reveló que los adultos que practicaban este enfoque eran más propensos a incluir vegetales.
- Disminución del estrés: al establecer otro tipo de vínculo con la comida, existen menos tendencias ansiosas y no hay prejuicios a los cuales responder. Eso conduce a una relajación en diferentes aspectos de la vida.
- Mayor control del peso: de acuerdo con algunas investigaciones, las personas con obesidad que se apegan a la alimentación intuitiva tienen mejores resultados en su plan para bajar de peso que aquellos que siguen con la alimentación emocional.
- Mejora de la salud mental: en una revisión de la literatura publicada por la Universidad de Cambridge, se afirma que esta forma de alimentarse se asocia de modo significativo con una mejoría en los parámetros de salud psicológica. Es muy posible que comer sin restricciones incida de modo positivo en la autoestima y el estado de ánimo.
Pero no todo es color de rosas. También hay obstáculos en esta modalidad. Algunos de los más notorios son los siguientes:
- No es fácil de entender y asimilar: la alimentación intuitiva requiere un cambio de mentalidad y una convicción para ejecutar modificaciones vitales. Para algunas personas, ello no es un camino accesible y preferirían tener otro tipo de guía.
- Se contraindica en los desórdenes de la alimentación diagnosticados: las personas con anorexia o bulimia, por ejemplo, no pueden basarse en la intuición. Al contrario, podría significar un peligro de recaída si están en un tratamiento.
- Carece de resultados rápidos: no es una dieta extrema ni milagrosa. El enfoque requiere adaptación y, por su naturaleza, revela sus beneficios a mediano y largo plazo. Para ello, hay que ser persistentes.
Busca guía profesional
Si bien se puede llevar adelante la alimentación intuitiva de un modo práctico, siempre será recomendable contar primero con asesoría profesional. Las investigaciones publicadas sobre este enfoque se realizan, en su mayoría, con grupos que participan en programas de intervención. Es decir, personas que son guiadas por nutricionistas y médicos para aprender los diversos aspectos de la intuición al comer.
Ya lo dijimos, pero vale repetirlo: no se trata de comer de todo porque está permitido. Al contrario, es un camino para aprender a relacionarse de modo amigable con la comida. Además, aprendes más sobre tu cuerpo y sus necesidades.
No es una dieta en el sentido tradicional del término. Eso también debe quedar claro. No alcanzarás un descenso de peso brusco en semanas o en un mes, como prometen los planes milagrosos. Pero por eso mismo es una aproximación más real a la alimentación y a lo que ella significa para la vida.
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