La claves del ritual de belleza de las mujeres japonesas
Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater
Las mujeres japonesas son conocidas por su delicada belleza, siempre tan bien conservada, tan elegante.
Sin embargo, hay un dato que cabe aclarar en primer lugar: suelen invertir un alta cantidad de dinero en los más novedosos e ingeniosos tratamientos.
No obstante, también suelen hacer uso de los remedios más ancestrales, los más tradicionales, esos que combinan con los últimos avances en materia de belleza y estética.
Piel de porcelana, mirada juvenil, labios delicados… La mujer nipona busca estar bella en todo momento para adecuarse a esos supuestos esquemas masculinos de perfección estética.
No podemos olvidar que estamos en una sociedad muy patriarcal donde esa cuidada feminidad garantiza, por ejemplo, el encontrar marido o seguir agradando a su esposo.
Los rituales de belleza son un poco más atrevidos y marcados, en ocasiones, por las modas occidentales.
Más allá de la cultura nipona lo que nos interesa es conocer algún secreto de las mujeres japonesas. Saber cómo cuidan su piel, cómo atienden su belleza o cómo luchan contra el paso del tiempo.
A continuación te revelamos dos de sus secretos.
1. El agua de arroz en el ritual de belleza de las mujeres japonesas
Estamos seguros de que ya has oído, en más de una ocasión, lo beneficiosa que puede resultar el agua de arroz. Las mujeres japonesas, tal y como te hemos señalado antes, invierten bastante dinero en tratamientos faciales.
No obstante, saben combinar muy bien lo más “puntero” con lo “tradicional”. Podríamos decir con total seguridad que la mascarilla con agua de arroz es todo un clásico en sus rutinas de belleza.
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El agua arroz cuida de tu piel
Seguidamente, te revelamos los secretos de este recurso natural para nuestro cutis.
- El arroz es un buen tonificante para la piel. Gracias a un compuesto orgánico llamado inositol retrasamos el envejecimiento. También nos ayuda a estimular la circulación sanguínea.
- El agua de arroz nos aporta vitamina B, ideal para regenerar las células de la piel y lograr una buena protección frente a los elementos externos.
- Hidrata, regenera y reafirma la piel.
- El agua de arroz tiene un poderoso efecto antiarrugas.
- Tampoco podemos olvidar que es un gran exfoliante. Nos ayuda a eliminar células muertas y a reactivar el flujo sanguíneo.
- También nos ayuda a tonificar y a eliminar las manchas del acné.
Cómo hacer tu mascarilla de agua de arroz
Ingredientes
- ½ vaso del agua resultante de la cocción de arroz integral orgánico (100 ml)
- ⅓ de aguacate (50 g)
- 1 cucharada de miel (25 g)
Preparación
- Las medidas son solo informativas. La idea esencial es combinar nuestra agua de arroz con el aguacate y la miel para conseguir una pasta homogénea que nos podamos aplicar en el rostro.
- Utiliza una cucharilla para mezclar todos los ingredientes (el agua de arroz, el aguacate y la miel) y aplícatela cada noche con el rostro limpio.
- Deja que actúe 20 minutos y retira con agua fresca.
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2. La importancia de la doble limpieza facial en el día a día
La limpieza facial es clave para conseguir un cutis suave, saludable y joven. Las mujeres japonesas suelen dedicar bastante tiempo a esta técnica y lo hacen de dos modos:
- Una primera limpieza con la que eliminar la suciedad del rostro: sebo, maquillajes…
- Otra limpieza que tiene como finalidad retirar la piel muerta.
Sabemos que es muy posible que tú misma ya sigas esta estrategia. No obstante, te damos las claves de cómo lo llevan a cabo las mujeres japonesas a través de estos remedios caseros.
La doble limpieza facial: arroz y lavanda
Es muy fácil de realizar. Para hacerlo, seguiremos los siguientes pasos:
Ingredientes
- ½ vaso de agua de arroz (100 ml)
- ½ taza de sal gruesa (100 g)
- 1 cucharadita de aceite de almendras (5 g)
- 1 cucharada de lavanda seca (10 g)
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Preparación
Lo primero que haremos será lavarnos bien el rostro con el agua de arroz. Procura que esta agua esté un poco tibia (nunca caliente).
Para llevar a cabo la limpieza cogeremos un disco de algodón y lo humedemos con el agua tibia de arroz.
- Lávate el rostro mediante movimientos circulares para retirar cualquier suciedad. Dedícale a esta limpieza unos diez minutos.
- A continuación, vamos a llevar a cabo la exfoliación. Utilizaremos un pequeño cuenco donde añadiremos esa cucharadita de aceite de almendra.
- Después, añade la sal gruesa y esa cucharada de lavanda seca. Mezcla bien con ayuda de una cuchara.
- Seguidamente, procedemos ya a realizar un masaje exfoliante en nuestro rostro. Usa, una vez más, un disco de algodón y ve frotando esas zonas más críticas: frente, pómulos, nariz y barbilla.
- De este modo, retiramos la piel y muerta y activamos la circulación sanguínea de nuestro rostro. Le dedicaremos unos 5 o 10 minutos a esta segunda fase de limpieza facial.
- Después, solo tendrás que retirar este tratamiento con agua fresca. Sécate suavemente con una toallita de tocador y aprecia el resultado.
Tu piel lucirá limpia, elástica y preciosa. Intenta llevar a cabo estos rituales de modo regular. Puede ser una buena alternativa a los costosos tratamientos faciales.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.