Bioneuroemoción y dolor de cabeza
Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater
Es muy posible que ya hayas oído hablar del concepto “bioneuroemoción”. Hace referencia al hecho de cómo determinados factores inconscientes de nuestra vida pueden determinar la aparición de diferentes dolencias o problemas de salud.
Nadie puede negar, por ejemplo, la forma en que el estrés o la ansiedad se refleja en nuestro bienestar físico, o cómo cuadros clínicos asociados a las depresiones llegan a enfermar a la persona, debilitando su sistema inmunitario y haciéndole más proclive a la incidencia de determinadas dolencias.
Obviamente, no estamos hablando en absoluto de enfermedades graves, ahí en las que incluso hasta a la medicina se le escapa el poder llegar a comprender por qué las desarrollamos.
La bioneuroemoción es una interesante tendencia humanística que está adquiriendo mucha fuerza hoy en día. Es una forma de complementar conocimientos y descubrir nuevas tendencias al porqué de algunas de las dolencias más comunes, como puede ser, por ejemplo, el dolor de cabeza.
¿Qué pretende la bioneuroemoción?
Antes de nada, debemos decir que la bioneuroemoción (también conocida como biodescodificación) no busca curar, tratar o sustituir a las técnicas ordinarias de medicina. Lo que busca esta corriente se puede resumir en los siguientes aspectos:
- Reconocer una problemática en el cuerpo que tendría que ver con las emociones. Por ejemplo, mis problemas de pareja hacen que me sienta infravalorado. Me siento cansado, sin ganas de hacer nada, sufro migrañas y dolores musculares.
- Busca promover un nuevo cambio en nuestras emociones, pensamientos y motivaciones no solo para conocernos mejor, sino también para propiciar otros enfoques internos que nos permitan cambiar de actitudes en la vida diaria para superar problemas.
- Ante todo, la bioneuroemoción ansía ofrecer un conocimiento más amplio de la persona sobre cómo es y cómo sus pensamientos y sus emociones producen cambios a nivel celular, cerebral, etc. Por ejemplo, si hemos sido educados en el desapego, en una familia que no nos reconocía, que nos gritaba o no nos ofrecía afecto, todo ello determina el modo en que ha madurado el cerebro.
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¿Qué relación hay entre bioneuroemoción y el dolor de cabeza?
Todos tenemos claro que el dolor de cabeza puede tener muchos orígenes, sobre todo orgánicos:
- Anemia.
- Cansancio.
- No haber dormido bien.
- Mala alimentación.
- Problemas hepáticos.
- Alguna enfermedad subyacente.
- Alergias alimenticias.
- Factores ambientales, como cambios de presión o de temperaturas.
- Dolor producido por una sobrecarga muscular.
Sin embargo, un dato que debemos tener en cuenta es que el dolor de cabeza también puede estar relacionado con nuestras emociones. Cuando las discusiones, el miedo u otra emoción es la responsable de este dolor de cabeza, este no aparece al instante. Suelen aparecer unas horas después e incluso los días posteriores.
Ahora bien, desde el punto de vista de la bioneuroemoción, el dolor de cabeza puede ser causado por las siguientes emociones: estrés, angustia, ansiedad e, incluso, estados de depresión y tristeza. Todas ellas provocan cambios químicos que son los causantes de la dolencia.
Por ejemplo, si experimentamos mucho estrés, produciremos elevados niveles de la hormona cortisol. Esto desencadena desequilibrios en la presión arterial lo que termina provocando el dolor de cabeza. Incluso, no solo se produce la dolencia en el pico de estrés, sino cuando nos relajamos; ya que los vasos sanguíneos se dilatan de vuelta y hay un flujo de sangre tan alto que presiona el cerebro.
Tipos de dolores de cabeza
Por su parte, es pertinente tener en cuenta que no todos los dolores de cabeza son iguales. Estos se diferencian, sobre todo, por las causas físicas que lo provocan. En este caso, saber las causas que subyacen a al tipo de dolencia en específico, ayuda a la bioneuroemoción a saber lo qué estados emocionales se esconden detrás de ella.
Dicho esto, veamos qué tipos de dolores de cabeza podemos experimentar:
- Dolor tensional: suele producirse por una sobrecarga de estrés, en donde hay una contractura de los músculos que rodean la cabeza. Asimismo, este tipo de dolor tiende a aparecer cuando la persona lleva un estilo de vida poco saludable, como un deficiente descanso o alimentación.
- Alta presión arterial: en este caso la dolencia se debe a que la sangre entra al cerebro con tal fuerza y rapidez que presiona los nervios de la cabeza y la zona del cuello, provocando así el malestar.
- Migraña: la causa es una mala regulación en el flujo sanguíneo del cerebro. En este caso, el dolor puede ser tan intenso que inmoviliza a la persona, provocándole nauseas y vómitos. Algunas causas de la migraña puede ser el consumo excesivo de café o alcohol.
¿Qué más debemos saber sobre las emociones y el dolor de cabeza?
Cuando atravesamos un problema determinado, lo más adecuado sería resolver o gestionar las emociones lo antes posible. No obstante, lo que solemos hacer es “desconectar”, dejarlo para más adelante y no enfrentarnos a la situación, esperando que, con los días, las cosas cambien.
También, cuando tenemos problemas de pareja, solemos sufrir un estrés acumulativo ya que se entremezclan muchas emociones. Ansiamos que las cosas mejoren, que volvamos a la felicidad de antaño pero, poco a poco, toda esta ansiedad se va acumulando en la mente.
Estas emociones negativas acumuladas van traduciéndose, al cabo del tiempo, en forma de sobrecarga, de tensión interna que, casi siempre, genera dolor de cabeza.
Las emociones pueden propiciar cambios metabólicos, y ellos derivan en alteraciones incluso en la circulación sanguínea y los órganos. Muchas personas, cuando tienen un problema, les cuesta mucho hacer la digestión, por ejemplo.
Para concluir, recuerda que, una buena alimentación y mantener unos adecuados hábitos de vida, son aspectos básicos para disfrutar de una buena salud.
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Ahora bien, no descuides nunca tus emociones, y recuerda lo que nos dice la bioneuroemoción: todo problema no resuelto, toda ansiedad, produce cambios bioquímicos que determinarán algunas dolencias.
Cuida de tu consciencia, tus emociones, y, en general, de todo aquello que implique tu bienestar interior para que puedas disponer de una salud más resistente. Para ello, puedes recurrir a diversas técnicas para despejar la mente, al deporte, el baile y muchas actividades más, pero también a la terapia con un profesional.
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