¿Es bueno comer el pollo con piel? Esto es lo que debes saber
Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias
Comer el pollo con piel puede no ser lo más adecuado cuando lo que se pretende es mejorar el estado de composición corporal. Y es que esta parte del animal cuenta con una densidad energética elevada, lo que podría afectar la ganancia de masa grasa. De todos modos, se trata de lípidos de buena calidad, siempre y cuando no se sometan a tratamientos térmicos elevados.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que el pollo es una de las carnes más consumidas. Resulta asequible por su bajo precio y cuenta con una gran versatilidad a nivel culinario. Consigue aportar muchas proteínas de alta calidad.
El valor nutricional de la piel del pollo
La piel del pollo se compone en un 32 % de grasa. Esto hace que su densidad energética sea elevada, lo que puede dificultar el cumplimiento de una pauta hipocalórica.
Ahora bien, esto no quiere decir que la piel del pollo sea mala ni mucho menos. Se trata de un alimento que aporta lípidos de buena calidad, aunque de tipo saturado.
La relación entre el consumo de estos nutrientes y el riesgo cardiovascular es algo que ya se pone en duda, según las evidencias más recientes. Las únicas grasas que se consideran nocivas son las de tipo trans.
Estos últimos elementos han demostrado incrementar los niveles de inflamación y de oxidación en el medio interno, promoviendo el desarrollo de patologías crónicas. Por ello, hay que evitarlas, tratando de no consumir productos de origen procesado ni tampoco sometiendo a los lípidos a cocciones muy agresivas.
Tanto los ultraprocesados como las frituras fomentan la aparición de grasas trans en los alimentos.
Beneficios de la piel del pollo
A pesar de que la piel del pollo incrementa el valor energético del producto final, puede generar ciertos beneficios para la salud. Hay que destacar que reduce el apetito. Las grasas retrasan el vaciado gástrico y provocan mayor sensación de plenitud, lo que disminuirá también la ansiedad por comer.
La carne de pollo siempre será capaz de aportar proteínas de alto valor biológico. Estos elementos son fundamentales para mantener una buena salud muscular. Contribuyen a prevenir el desarrollo de patologías complejas, como la sarcopenia, y favorecen la ganancia de masa magra cuando se realiza ejercicio de forma regular.
Por otra parte, utilizar el pollo con piel en las diferentes cocciones puede disminuir la necesidad de emplear aceite, debido a que ya existe un medio graso de por medio. Al final, el contenido en lípidos se equilibra y, si el pollo es de buena calidad, se asegurará la buena proporción de omega-3 y omega-6.
La alimentación del pollo influye en su calidad nutricional
Es importante destacar que el tipo de alimentación del pollo influirá en la calidad de sus ácidos grasos. Cuando los animales viven en libertad y se alimentan con productos naturales, concentran en su interior mayor cantidad de omega-3 y menor de omega-6. Mantener esta relación nivelada se considera relevante para consolidar un buen estado de salud, según un estudio publicado en The Journal of Nutrition.
Sin embargo, es habitual que los pollos con precios más bajos hayan sido engordados con piensos y criados con poco espacio para la actividad física. Esto no solo repercute negativamente en sus características organolépticas, sino también en su valor nutricional.
Por ello, siempre es preferible optar por las variedades camperas o ecológicas. El precio es más elevado, pero su calidad también.
No es malo comer el pollo con piel
Comer el pollo con piel no se considera nocivo para la salud en sí mismo. Eso sí, habrá que garantizar el equilibrio a nivel energético en la pauta dietética. De lo contrario, las grasas del producto incrementarían nuestro tejido adiposo subcutáneo.
La presencia de la carne en la dieta es fundamental para cubrir las necesidades diarias de muchos nutrientes esenciales. No solo hablamos de las proteínas, sino también del hierro y de la vitamina B12.
Así que la idea difundida de que comer el pollo con piel es menos saludable que hacerlo con ella, no está del todo sustentada. Dependerá, sobre todo, del método de cocción que usemos. Y por supuesto, también dependerán sus efectos del resto de alimentos que incorporemos en el plato y en la pauta dietética general.
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