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10 consejos para estirar y ablandar zapatos de cuero

7 minutos
Periódico, aceite e incluso una papa pueden ayudarte a disminuir la rigidez de los zapatos de piel. Descubre otros consejos y qué consecuencias tiene para la salud usar un calzado ajustado.
10 consejos para estirar y ablandar zapatos de cuero
Escrito por Equipo Editorial
Última actualización: 10 julio, 2023

Por fin compraste esos zapatos de cuero que tanto querías, ¡y lo mejor es que lucen fabulosos! Sin embargo, después de usarlos comenzaron a aparecer ampollas que te llevaron a jurar que no volverías a ponértelos. Así que es tiempo de estirar y ablandar esos zapatos de cuero. Aquí unos trucos para lograrlo.

¿Qué problemas causan en los pies los zapatos apretados?

Aunque parezca inofensivo, un par de zapatos que luzcan hermosos, pero sean una pesadilla para caminar, pueden perjudicar en gran medida la salud. Desde un tacón demasiado alto a estar sueltos o ajustados, los problemas no tardarán en aparecer.

Estas son algunas de las dificultades con las que tendrás que lidiar si decides usar zapatos apretados:

  • Inestabilidad a la hora de caminar.
  • Deformaciones en los dedos de los pies. Además de desarrollar ampollas, es posible que empeoren dolencias como el dedo en martillo.
  • Agudizar afecciones en los pies como los juanetes, los pies planos, los espolones óseos o la metatarsalgia.
  • A largo plazo, desgaste y pérdida del cartílago de los dedos.

Consejos prácticos para estirar y ablandar zapatos de cuero

Ya que no deseamos que aparezca o se agrave ningún problema en los pies, lo más sensato es estirar y ablandar los zapatos de cuero. Te mostramos algunos consejos prácticos para que puedas hacerlo sin maltratar el material.

1. Comienza a usarlos poco a poco

Aunque puede parecer obvio, esta es una de las formas más efectivas de acabar con la rigidez de los zapatos de cuero. El uso permite que estos se vuelvan suaves y cómodos.

Ahora bien, usar zapatos apretados durante todo el día puede resultar un auténtico calvario. Por ello, y para evitar la aparición de las ampollas, comienza usándolos durante medio día. Recuerda tener un par de zapatos extra para hacer el cambio.

Eso sí, asegúrate de cambiarlos apenas inicie el dolor en los pies. Esto sin importar si has cumplido o no con lo establecido. Luego, dale un descanso de dos días y continúa colocándolos durante medio día cada dos días.

¿No tienes tiempo o tu rutina no te permite hacer estos cambios? Prueba con ponerte los zapatos en casa durante la noche. Además, ten en cuenta que si son nuevos y está latente la posibilidad de devolverlos, solo podrás caminar sobre alfombras.

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El dolor en los pies por el uso de zapatos apretados puede derivar en otras afecciones de salud un poco más complicadas.

2. Reúne un par de calcetines y un secador de cabello

El calor es conocido por ablandar el cuero, lo que hace de este uno de los mejores trucos para que puedas utilizar tus zapatos sin dolor. Solo asegúrate de seguir estos pasos:

  1. Colócate un par de medias gruesas y luego los zapatos.
  2. Con el secador de cabello, calienta entre 20 a 30 segundos las zonas más problemáticas.
  3. Procura usar una temperatura media y mantener el secador en movimiento. Así evitarás maltratar el material.
  4. Déjate los zapatos hasta que se enfríen.

Otra recomendación con respecto a este método consiste en aplicar al calzado un poco de acondicionador de cuero después de haber finalizado.

3. Prueba con estiradores de zapatos

Además del calor, los estiradores también resultan muy efectivos. Considera las camillas de zapatos. Aunque las hay de madera o metal, se caracterizan por ser muy fáciles de colocar.

Algunas de estas camillas cuentan con aerosoles que facilitan estirar y ablandar el material. Basta con colocarlas en los zapatos y dejarlas actuar. Las instrucciones te indicarán cuánto tiempo es el adecuado.

4. Frota una cuchara por el material

Sí, una de las soluciones para esos problemáticos zapatos de cuero ajustados está en tu cocina. Busca una cuchara y comienza a frotar, de modo que estires las zonas problemáticas.

Ten en cuenta que no debes ser muy brusco, ya que puedes maltratar el cuero. Sin embargo, la cuchara es perfecta gracias a que imita el efecto de los pies dentro de los zapatos sin tener que sufrir por las terribles ampollas.

5. Rellena los zapatos con periódico

Puede que este truco sea viejo, pero eso no lo hace menos efectivo. Reúne periódico viejo y arrúgalo hasta tener suficiente para introducir dentro del zapato. Luego, humedece un poco el periódico. No lo empapes, ya que podría causar estragos en las plantillas.

Por último, introdúcelo en los zapatos y colócalos a secar al aire libre. ¡No olvides sacar el periódico cuando vayas a usar los zapatos!

6. Intenta aplicar un poco de aceite

¿Sabías que el aceite ablanda y nutre el cuero de los zapatos? Por ello, este consejo no solo sirve para acabar con la rigidez, sino para darles una mejor apariencia.

Los aceites más recomendados incluyen el aceite de visón, el de coco, el aceite para pies e incluso el jabón para silla de montar. Sin embargo, verifica que entre los ingredientes no esté el aceite de ricino, el alquitrán de pino u otros productos que resultan dañinos para el cuero.

¿Cómo se aplica el aceite? Muy fácil. Consigue un paño limpio y procede a enrollarlo alrededor de dos dedos. Luego, aplica un poco de aceite y frota los zapatos en movimientos circulares.

7. ¿Usar una papa pelada?

Puede sonar ridículo, pero una papa pelada es ideal para darle forma a la punta del zapato. Para ello pela la papa, lávala, sécala y métela dentro del calzado durante toda la noche. Si sigues este consejo, podrás lograr que los zapatos se sientan menos ajustados.

8. Consigue alcohol isopropílico y vaselina

En caso de que estés pensando en sustituir el alcohol isopropílico por uno común, debes saber que esta no es una buena idea. Aclarado esto, toma una bola de algodón, sumérgela en el alcohol isopropílico y aplica sobre la superficie de los zapatos. Para un mejor acabado, recuerda quitarle las trenzas.

Luego deja secar por media hora y aplica vaselina. En este paso puedes usar un cepillo de dientes viejo. Una vez hecho, deja reposar durante la noche y seca con un paño. Si crees que el calzado aún está rígido, repite el procedimiento.

9. Utiliza un poco de hielo

Este es otro truco muy conocido, aunque puede ser menos efectivo en calzado de cuero. Si quieres intentarlo, sigue los pasos:

  1. Toma una bolsa con cierre y llénala parcialmente de agua.
  2. Luego ciérrala e introdúcela en el zapato. Acomódala de forma que presione en los lugares más problemáticos.
  3. Finalmente, coloca el zapato con la bolsa durante toda la noche en el congelador. Cuando el agua se congele, expandirá los zapatos.
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El hielo podría contribuir al estiramiento de los zapatos de cuero. Aunque siempre debes cuidar la integridad del calzado.

10. Acude a un profesional

Si lo has intentado todo y aún los zapatos no ceden, es tiempo de acudir a un profesional. Estos cuentan con las herramientas y productos necesarios para ablandar el material. Así mismo, considera llevarlos a un especialista de confianza si se trata de piel de alta calidad.

¿Cómo saber si los zapatos no me quedan?

Uno de los signos inconfundibles de que los zapatos están demasiado ajustados es la posición de los dedos. Cuando el calzado queda apretado, los dedos no miran hacia al frente, sino que se superponen unos sobre otros. En unos zapatos que quedan bien, los dedos miran hacia adelante y cada uno tiene su respectivo espacio.

Un calzado ajustado puede acarrear graves daños en la salud de los pies, como es el caso de empeorar afecciones preexistentes (juanetes, pies planos, espolones). Incluso, aumenta las probabilidades de sufrir un accidente.

En ese sentido, si terminas con un par de zapatos de cuero que te quedan apretados, procura seguir algunos de nuestros consejos para estirar y ablandar el material. Desde caminar un poco o usar medias gruesas y un secador hasta frotar con una cuchara o rellenarlos con papel periódico.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.