¿Vale la pena el bronceado? Claves para cuidar tu piel y disfrutar del verano


Revisado y aprobado por la dermatóloga Maria del Carmen Hernandez
Para muchas personas, la llegada del verano es el momento ideal para lucir el «bronceado perfecto». Ya sea tomando el sol por horas o recurriendo a cámaras de bronceo, la meta es conseguir una piel dorada y uniforme bajo el bikini. Incluso, persiste la creencia de que un bronceado previo puede reducir el riesgo de quemaduras solares.
Pero lo cierto es que ese color tan deseado solo significa una cosa: tu piel está luchando contra la agresión de los rayos ultravioleta (UV). Y aunque el impacto no siempre es instantáneo, los daños se acumulan y, tarde o temprano, se manifiestan. ¿Vale la pena exponerse? Te contamos cuáles son sus riesgos y qué hacer para cuidar tu piel sin dejar de disfrutar el sol.
Los daños que el sol deja en tu piel
La piel responde a la radiación solar generando melanina, no por estética, sino por protección. Por eso, el bronceado, lejos de ser beneficioso, trae consigo consecuencias como las siguientes:
- Aparición temprana de signos del envejecimiento —como arrugas, pérdida de firmeza y textura áspera— debido a la destrucción del colágeno y la elastina.
- Manchas oscuras que son difíciles de eliminar.
- Poros dilatados o zonas engrosadas, sobre todo si hay quemaduras frecuentes o exposición sin protección.
- Daños en el ADN celular que, a largo plazo, pueden desencadenar distintos tipos de cáncer de piel, incluido el melanoma.
- Lesiones ásperas y escamosas que aparecen en zonas expuestas al sol y que pueden volverse cancerosas (queratosis actínica).
- Alteraciones en la barrera cutánea que disminuyen la capacidad de defensa. La piel se vuelve más sensible, se irrita con facilidad y reacciona peor a productos cosméticos o ambientales.
¿Cómo proteger tu piel del sol este verano?
La única forma 100 % segura para no dañar la piel es reducir la exposición directa al sol tanto como sea posible. Sin embargo, esto no quiere decir que debas encerrarte o renunciar al color. Aún puedes conseguir un ligero tono veraniego sin correr riesgos innecesarios. La clave está en poner en práctica algunos cuidados diarios, como los siguientes:
- Procura limitar la exposición al sol entre las 10:00 a. m. y las 4:00 p. m., que es el lapso de mayor radiación y riesgo para tu piel.
- Si vas a salir, busca la sombra o camina por el lado de la acera que esté cubierto. Además, usa elementos de protección como sombreros y gafas grandes que alcancen a cubrir los costados de la cara.
- Utiliza protector solar de amplio espectro (con protección para rayos UVA y UVB), aunque solo planees salir un momento o incluso si el día está nublado. Revisa que la etiqueta diga 30 SPF o superior. Aplícalo 30 minutos antes de salir y renuévalo cada dos horas.
- Elige vestir con camisetas ligeras de manga larga, pantalones frescos largos o prendas similares que cubran tu piel. No tienes que taparte por completo, pero puedes optar por lucir estilos que también te protejan.
- Recuerda que tu piel está bastante expuesta a la deshidratación durante los días de verano. Por ello, asegúrate de beber suficiente agua a lo largo del día y, antes y después del sol, utiliza una crema hidratante o after sun para calmar y humectar tu piel.
- Prioriza el consumo de alimentos abundantes en agua, como pepino, sandía, melón y tomate. Además, incluye frutas y verduras ricas en betacarotenos (antioxidantes), como zanahoria, mango y espinacas. Estas opciones te ayudarán a hidratarte, reducir el impacto del daño solar en la piel y favorecer un tono saludable.
- Reserva algunos minutos para revisar tu piel. Si ves alteraciones como manchas inusuales o cambios en el tamaño, la forma o el color de tus lunares, consulta con tu dermatólogo.
- Refuerza las medidas de protección si estás tomando medicamentos como antibióticos, anticonceptivos o tratamientos para el acné. Su consumo aumenta la sensibilidad de la piel al sol.
- Si decides tomar el sol para conseguir un poco de color, hazlo con precaución. Además de aplicar los consejos anteriores, opta por sesiones cortas —alternando sol y sombra—, siempre empleando protector solar con antelación (de 50 SPF o superior). No importa si vas a utilizar cremas bronceadoras, pues estas solo intensifican el tono y no sustituyen la protección.
- ¿Deseas un tono veraniego rápido y sin riesgos? ¡Prueba con autobronceadores! Ya sea en cremas o spray, son tus aliados para lucir una piel más morena y uniforme. Solo ten presente que no reemplazan el bloqueador y debes evitar el contacto con ojos, nariz y boca.
Prioriza el cuidado de tu piel
Si tu objetivo es tener una piel sana, luminosa y libre de arrugas prematuras, el bronceado no debería estar en tus planes del verano. Si bien es una moda que sigue vigente, cada vez hay más evidencia de sus efectos en la salud de la piel. Aunque no lo veas al instante, cada exposición al sol suma daños que, con el tiempo, terminan pasando factura.
Por eso, tu prioridad debe ser el cuidado por encima de cualquier cambio de color temporal. No se trata de evitar los días de sol en un sentido estricto, sino de buscar sombra en las horas más intensas, usar protector solar a diario y mantener hábitos que mantengan tu piel protegida y saludable.
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