Logo image
Logo image

Dieta carnívora: qué es, beneficios, riesgos y un menú de ejemplo

10 minutos
Este enfoque, que se basa en el consumo de proteína animal y la eliminación de carbohidratos, es popular entre quienes buscan perder peso y ganar masa muscular. ¿Funciona?
Dieta carnívora: qué es, beneficios, riesgos y un menú de ejemplo
Maria Patricia Pinero Corredor

Revisado y aprobado por la nutricionista Maria Patricia Pinero Corredor

Última actualización: 08 enero, 2025

La dieta carnívora es una de esas tendencias nutricionales que, aunque capturan la atención de muchos, también es motivo de controversia. Basada en el consumo exclusivo de carnes, aves de corral, pescados y huevos, es un enfoque restrictivo que promete beneficios para la pérdida de peso, la ganancia muscular, el control de la glucosa y la salud mental.

Sus defensores argumentan que es una manera de «retornar a la alimentación ancestral», en la que la carne, al ser natural, ayuda a revertir enfermedades asociadas al consumo de alimentos procesados, como los trastornos inflamatorios, la diabetes tipo 2 y la obesidad. Sin embargo, estas ideas han generado un intenso debate en la comunidad científica.

¿En realidad es posible cubrir todos los requerimientos nutricionales, suprimiendo frutas, verduras, granos y demás hidratos de carbono? ¿Es sano consumir solo alimentos animales? Para resolver estos interrogantes, a continuación, te compartimos un análisis detallado sobre este régimen; desde cómo se hace hasta sus implicaciones, posibles beneficios y riesgos.

¿En qué consiste la dieta carnívora?

La dieta carnívora no tiene una única versión. Define tanto los programas de alimentación que proponen un consumo exclusivo de carnes rojas, como otros en los que se incorporan pescados, vísceras, aves, huevos y, a veces, productos lácteos.

En general, implica la eliminación total —o máxima— de frutas, verduras, granos, legumbres y cualquier alimento vegetal. De este modo, la principal fuente de energía son las proteínas y las grasas, mientras que los carbohidratos se restringen de forma drástica. Asimismo, sus principios establecen un consumo de alimentos naturales sin procesar.

No debe confundirse con la dieta Atkins y la dieta cetogénica, porque —aunque comparten ciertas similitudes en cuanto a la idea de ingerir la menor cantidad posible de carbohidratos— estas últimas son un poco más flexibles respecto a sus alimentos permitidos.

Beneficios potenciales

Los promotores de la dieta carnívora sustentan que es posible obtener la mayoría de los nutrientes esenciales a través de los alimentos animales; además, como es una dieta sin harinas, azúcares y productos procesados, su implementación se asocia a los siguientes beneficios:

  • Pérdida de peso: la restricción total de carbohidratos puede inducir a la cetosis, un estado metabólico en el que el cuerpo utiliza las grasas como fuente de energía, dando lugar una disminución de peso rápida y significativa.
  • Aumento de masa muscular: priorizar el consumo de proteínas completas —como las que aportan los alimentos de origen animal— promueve la síntesis muscular, ya que proporciona todos los aminoácidos esenciales. Además, la carne (en especial la roja) es una fuente de creatina, que favorece el crecimiento muscular y el rendimiento físico.
  • Reducción de la inflamación: la restricción de alimentos vegetales evita la ingesta de lecitinas, oxalatos, gluten, azúcar y otras sustancias que se asocian a la exacerbación de síntomas de enfermedades inflamatorias, como la artritis, la psoriasis y la enfermedad de Crohn. Sin embargo, este argumento es controversial y se basa sobre todo en reportes anecdóticos.
  • Control de los niveles de glucosa: al depender en gran medida de proteínas y grasas, el cuerpo produce glucosa a partir de precursores que no son carbohidratos (gluconeogénesis), lo que le permite mantener sus niveles más estables. De este modo, beneficia a personas con resistencia a la insulina y diabetes tipo 2.
  • Claridad mental: la percepción de un aumento de energía y concentración es uno de los beneficios más reportados entre quienes siguen la dieta carnívora. Se justifica que la eliminación de los carbohidratos evitan picos y descensos de azúcar en sangre, que son los que provocan fatiga física y mental. De hecho, algunos afirman que este plan disminuye la inflamación en el cerebro y mejora las funciones cognitivas, pero no hay evidencia específica al respecto.

Limitaciones

La principal limitación de la dieta carnívora es que no existen estudios que respalden de forma exclusiva los beneficios antes mencionados. Hasta la fecha, las investigaciones disponibles son escasas, no son concluyentes o se han realizado con tamaños de muestras reducidos y de corta duración.

De hecho, la mayoría de los beneficios reportados provienen de testimonios personales de quienes siguen este plan. Y aunque muchos validan estas experiencias, no son suficientes para garantizar su seguridad y eficacia.

Algunos de sus seguidores citan estudios realizados en dietas bajas en carbohidratos para justificar este régimen. Sin embargo, cabe aclarar que no son equivalentes. Los programas low carb dan cabida a ciertos vegetales, frutos secos y otras fuentes de fibra, aunque priorizan la ingesta de proteínas.

En cambio, la dieta carnívora implica excluir al máximo —o por completo— estos alimentos, centrándose solo en los de origen animal. Esa falta de variedad y desequilibrio en la ingesta de nutrientes explican por qué implica riesgos que sobrepasan sus posibles beneficios.

Riesgos

La escasez de estudios concretos sobre los efectos a largo plazo de la dieta carnívora también dificulta saber con certeza cuáles son sus efectos negativos en la salud. Aun así, su exclusión de grupos alimentarios completos y carácter restrictivo son razones suficientes para catalogarla como riesgosa. Veamos sus principales desventajas.

Estreñimiento

La exclusión de alimentos vegetales de la dieta carnívora elimina las fibras solubles e insolubles, necesarias para una salud intestinal óptima. En el cuerpo, esta sustancia absorbe agua, aumenta el volumen de las heces y facilita su expulsión. Al no obtener la cantidad adecuada, las heces se vuelven duras y secas, lo que deriva en estreñimiento.

Alteración de la microbiota intestinal

La ausencia de fibra dietética de este tipo de alimentación también reduce diversidad bacteriana en el intestino, lo que afecta de forma negativa la calidad de la microbiota. Al aumentar la presencia de bacterias dañinas y perjudicar las saludables, aumenta el riesgo de enfermedades digestivas, infecciosas e inflamatorias.

Deficiencia de nutrientes esenciales

Además de implicar una restricción significativa de carbohidratos, la dieta carnívora aumenta el riesgo de déficits de vitaminas (como la A, C, E y del complejo B), minerales (como el hierro, magnesio y potasio) y antioxidantes, que se encuentran en mayor cantidad en frutas, verduras, granos y legumbres.

Esto supone un problema, pues compromete las funciones del sistema inmunitario, aumenta la sensación de fatiga, eleva el riesgo de enfermedades cardiovasculares e incrementa el estrés oxidativo (vinculado al envejecimiento prematuro y a un mayor riesgo de patologías crónicas).

Enfermedades cardiovasculares

La relación entre la dieta carnívora y las enfermedades cardiovasculares es motivo de debate. Por un lado, se advierte que el consumo abundante de grasas saturadas y colesterol provenientes de la carne puede elevar los niveles de colesterol malo (LDL), un importante factor de riesgo de aterosclerosis, infarto y accidente cerebrovascular.

Por otro lado, hay quienes sostienen que la reducción de peso y la normalización de los niveles de glucosa asociados a este enfoque nutricional puede, en teoría, reducir el riesgo de estas afecciones en algunas personas.

Lo cierto es que no hay suficientes evidencias para asegurar estos beneficios y se prefiere la dieta equilibrada y hábitos saludables, como vía para mejorar la salud cardiovascular.

Acidosis y sobrecarga renal

Un consumo abundante de proteínas incrementa la producción de ácidos metabólicos, como el ácido úrico, que puede generar acidosis metabólica leve, cálculos renales y sobrecarga en personas que tienen su función renal comprometida.

En la dieta carnívora el riesgo es aún mayor, pues excluye alimentos alcalinos y antioxidantes como las frutas y vegetales, que ayudan a contrarrestar estos efectos.

Alteraciones emocionales

La eliminación de carbohidratos afecta la segregación de serotonina, un neurotransmisor que desempeña un papel crucial en la regulación del estado de ánimo. Esto, sumado al déficit de vitaminas del complejo B, puede producir síntomas de fatiga mental, depresión y ansiedad en algunas personas.

Impacto ambiental

No supone un riesgo directo para la salud, pero no hay que ignorar el hecho de que las dietas carnívoras se consideran insostenibles en lo que a medio ambiente se refiere, pues la producción ganadera implica una mayor deforestación de bosques, degradación de los suelos, uso de agua y un aumento de emisiones de gases de efecto invernadero.

¿Cómo se hace la dieta carnívora?

Las reglas de la dieta carnívora son muy simples: realizar todas las comidas con alimentos de origen animal y mantenerse hidratado con agua. Además, es recomendable elegir preparaciones a la plancha, guisadas, a la parrilla o al vapor.

Alimentos permitidos

  • Carnes: ternera, res, cerdo, cordero, búfalo.
  • Órganos y vísceras: hígado, riñón, corazón.
  • Aves de corral: pollo, pavo, pato.
  • Pescados: salmón, atún, sardinas, trucha, bonito, arenque.
  • Mariscos: camarones, langosta, mejillones, ostras.
  • Huevos.
  • Grasas animales: manteca de cerdo, mantequilla de vaca, sebo.
  • Lácteos (opcionales): queso parmesano, queso cheddar, crema espesa, yogur sin azúcar.
  • Bebidas: agua, caldo de huesos, infusiones y café.

Alimentos para evitar

  • Frutas: manzanas, plátanos, naranjas, fresas, peras, papaya, sandía, uva y demás variedades.
  • Verduras: espinacas, brócoli, zanahorias, lechugas, tomate, calabazas, calabacín, entre otras.
  • Legumbres: frijoles, lentejas, garbanzos, soja.
  • Granos y cereales: arroz, trigo, avena, quinoa, maíz.
  • Alimentos ultraprocesados: galletas, pasteles, dulces, caramelos, barras de granola, papas fritas, embutidos, palomitas, entre otros.
  • Bebidas: refrescos, gaseosas, bebidas azucaradas, alcohol (vino, cerveza, licores), jugos y licuados, bebidas energéticas.
  • Lácteos con alto contenido de carbohidratos: como la leche entera y deslactosa, yogures saborizados, quesos.
  • Aceites y grasas no animales: aceite de oliva, de coco, canola, girasol, maíz y soya; margarina y grasas vegetales hidrogenadas.
  • Nueces y semillas: almendras, nueces, chía, girasol.
  • Chocolate y cacao: incluso amargos o sin azúcar.

Propuesta de menú

No hay una forma única de planear los menús de la dieta carnívora, ya que se pueden adaptar a las preferencias personales, el nivel de actividad física o los objetivos de cada uno. Veamos un sencillo ejemplo con 3 opciones por comida:

Some figure
La carne, los huevos, el pollo y el pescado son la base de un menú para la dieta carnívora.
A lo largo del día, es importante consumir por lo menos 8 vasos de agua.

¿Quiénes deben evitar esta dieta?

Dadas sus restricciones extremas, esta dieta esta desaconsejada para la mayoría de las personas (incluso sanas) como primera opción. Sin embargo, hay ciertas condiciones en las que es potencialmente más perjudicial:

  • Personas con trastornos digestivos.
  • Pacientes con deficiencias nutricionales.
  • Personas con enfermedades renales o hepáticas.
  • Mujeres embarazadas o en período de lactancia.
  • Personas con antecedentes de trastornos alimentarios.
  • Pacientes con antecedentes de enfermedades cardiovasculares.

¿Es posible hacer una dieta carnívora saludable?

No. Incluso en su versión más optimizada y planificada, la dieta carnívora sigue siendo limitada y acarrea múltiples riesgos si se sostiene a largo plazo. Aunque un médico o un nutricionista te puede ayudar a diseñar un plan de alimentación carnívoro, de acuerdo a tus necesidades específicas, siempre te advertirá sobre sus limitaciones y riesgos.

Prioriza los planes de alimentación equilibrados

Si eres amante de la carne, la idea de seguir una dieta carnívora puede resultarte tentadora. Debido a su restricción estricta de carbohidratos y alto contenido de proteínas, podría ayudarte con la pérdida de peso y la ganancia de masa muscular.

Sin embargo, es crucial tener en cuenta que no es una opción adecuada para todos y bajo ninguna circunstancia deberías seguirla de forma prolongada. La exclusión de grupos de alimentos importantes, como los carbohidratos provenientes de frutas, verduras, y granos, impacta de manera negativa la salud, ya que dificulta la obtención de nutrientes esenciales.

Por este motivo, aunque tu propósito sea mejorar tu peso o condición física, es fundamental priorizar programas de alimentación completos y equilibrados que incluyan una variedad de alimentos adaptados a tus necesidades individuales.

Esto no solo te asegura una pérdida de peso sostenible y un mejor rendimiento físico, sino también una mejor calidad de vida en general. Si planeas explorar cambios en tu alimentación, consulta al nutricionista para que te oriente hacia un plan sostenible, saludable y alineado con tus metas.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.