La guía para deshacerte del olor a humedad de los clósets

No hay nada más incómodo que abrir la puerta de tu clóset, elegir tu ropa favorita y notar que ha adquirido ese inconfundible olor a humedad que ni el mejor perfume puede disimular. Lo que esperabas que fuera tu mejor outfit, acaba de nuevo en el cesto de la ropa sucia porque huele sucio y te genera incomodidad.
¿Lo peor de todo? Te das cuenta de que también se impregnó en las sábanas, las toallas, tus zapatos y otros artículos que tenías almacenado en su interior. Tal vez haya sucedido por un descuido en la limpieza, pero incluso puede ser la poca ventilación o un problema de filtración. Por fortuna, hay solución. A continuación, te compartimos paso a paso qué hacer y cómo deshacerte de ese olor desagradable.
1. Encuentra la razón del mal olor
No podrás eliminar el mal olor de tus clósets si no hayas la raíz del problema. Puede ser una mala ventilación por mantener las puertas cerradas la mayor parte del tiempo o la absorción de agua desde la parte externa hacia el mueble. Al crear condiciones de calor y humedad, esto permite que los mohos en el interior crezcan y contaminen el ambiente.
Si no verificas que tu ropa está bien seca antes de almacenarla, esa puede ser la fuente del olor desagradable. En ciertos casos, maderas porosas o materiales como el cartón y la melanina agravan esta situación. Lo mismo sucede cuando el armario está ubicado en un muro externo o una zona mal aislada.
2. Retira la ropa y revisa
Uno de los errores que te impiden acabar con el olor a humedad dentro del clóset es pretender una limpieza superficial, sin antes retirar toda la ropa y los objetos guardados. Esto es necesario porque así puedes revisar el estado general del interior y determinar si hay zonas manchadas, humedad evidente o indicios de daños en la estructura.
Procura revisar cada rincón, el suelo y las partes que dan hacia la pared para descartar posibles fugas.
3. Haz una limpieza general
El primer paso para limpiar el interior de tus clósets es sacudir el polvo con un paño de microfibra suave. Luego, sin humedecer en exceso, aplica una solución de vinagre blanco con agua. La idea es que frotes esas partes que puedan tener rastros de moho o suciedad. Una vez finalices, deja abiertas las puertas durante dos o tres horas, hasta que se seque bien.
4. Prueba remedios caseros contra la humedad
Hay varios ingredientes naturales con la capacidad de absorber la humedad y los malos olores. Tal es el caso de los granos de arroz, el café molido, el carbón activado o el bicarbonato de sodio. Lo único que debes hacer es verterlos en una pequeña bolsa de tela o recipiente, y ubicarlos en zonas como los rincones del clóset. Si los cambias al menos cada 15 días, mantendrás su efecto.
5. Deja secar bien tu ropa
Muchas veces lo ignoras, pero el problema no es el clóset, sino los errores que cometes con tu ropa. Si no te aseguras de que esté completamente seca antes de guardarla, será difícil acabar con la humedad interior. De hecho, basta con almacenar una sola prenda húmeda para que las demás también resulten afectadas.
6. Ventila la habitación
Abrir las puertas de los clósets no siempre es suficiente para que el aire circule. Si tu casa es propensa a la humedad, o los espacios son muy reducidos, lo mejor es asegurar una mejor ventilación. Abre puertas y ventanas varias horas al día. Si aun así persiste, considera instalar un deshumidificador.
7. Lava la ropa afectada
Sí, limpiaste el interior de los clósets y el problema parece haber acabado. Sin embargo, queda un paso final que no debes ignorar: volver a lavar la ropa que ya tenga olor a humedad. Si no lo haces, lo más seguro es que, en pocos días, ese aroma mohoso reaparezca.
No tienes que esperar a que toda tu ropa huela mal o tus clósets se deterioren por la humedad. Cuánto más pronto actúes, más sencillo te será recuperar un ambiente fresco y libre de moho. Lo más importante es identificar la fuente del olor desagradable, solucionarla y, por supuesto, repetir la limpieza y el mantenimiento más seguido.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.