Hormonas bioidénticas: posibles beneficios y riesgos
Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina
Las hormonas bioidénticas son compuestos artificiales. Algunas derivan de plantas, aunque se afirma que son similares a las que produce el cuerpo humano. Las mismas se utilizan en el tratamiento tanto de pacientes cuya producción hormonal está por debajo del rango normal.
Por otra parte, se dice que proporcionan diversos beneficios y resultan más eficaces al ser una solución natural. Sin embargo, los estudios no avalan estas supuestas ventajas.
En este artículo revisaremos todas estas implicaciones relacionadas con el tratamiento a base de hormonas bioidénticas, explicando qué son, cómo funcionan, cuáles son sus beneficios, riesgos y posibles efectos.
Cambios y desajustes hormonales
Las hormonas son sustancias químicas producidas por diferentes glándulas del cuerpo. Las mismas fungen en cierto modo de emisarias, pues les dicen a los demás órganos cómo y cuándo actuar. Así, hay hormonas para casi todas las funciones, desde el crecimiento y la digestión hasta el sexo.
Son comunes los cambios hormonales por patologías o por etapas naturales de la vida. Por ejemplo, en la menopausia. Cuando se afecta la producción de estrógenos y de progesterona en la mujer pueden aparecer de diversos síntomas.
Aunque esto no es privativo de la mujer, ya que en los hombres se presenta el llamado síndrome de déficit de testosterona. Y esto no ocurre solo a cierta edad, ya que en los más jóvenes también se registra.
En ambos sexos, el tratamiento consiste en compensar lo que se ha perdido, mediante lo que se conoce como terapia de reemplazo hormonal. Y en algunos de estos casos se utilizan las hormonas bioidénticas.
¿Qué son las hormonas bioidénticas?
Las hormonas bioidénticas son denominadas así por el hecho de que son químicamente similares a las que produce el cuerpo humano. Las que más se replican y utilizan en el tratamiento hormonal son estrógenos, progesterona y testosterona, aunque también pueden incluirse pregnenolona o dehidroepiandrosterona.
En buena medida, dichos compuestos son artificiales o sintéticos. Y aun cuando se derivan de productos vegetales, específicamente de plantas como la soja y el ñame, sufren un proceso de modificación en laboratorio.
Estas hormonas bioidénticas se adquieren listas para consumir, aunque otras son elaboradas por el farmaceuta, siguiendo las especificaciones del médico tratante. Entre ambas cabe hacer una diferenciación, ya que algunos de los productos de marcas o laboratorios han recibido la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, en tanto que los compuestos hechos a petición no suelen pasar por ningún tipo de control.
En cuanto a las formas de presentación y vías de administración, las hormonas bioidénticas vienen en píldoras o pastillas, cremas o geles, aerosoles, parches, inyecciones, pellets (implante subcutáneo) y hasta insertos vaginales.
Beneficios de las hormonas bioidénticas
Los niveles de hormonas en el cuerpo tienden a disminuir a medida que las personas envejecen. Particularmente, esto se observa en las mujeres que se encuentran en la perimenopausia. Aunque también la baja puede deberse a desequilibrios por otros factores.
Entonces, según sea el caso, las hormonas bioidénticas son utilizadas en terapia de reemplazo. En la misma medida, tales compuestos pueden ayudar a lidiar con los diversos síntomas relacionados con la menopausia.
También se les atribuye efectividad en el tratamiento de la resistencia a la insulina, trastornos suprarrenales y tiroideos, osteoporosis, fibromialgia, diabetes y cataratas. Aunque ninguno de estos supuestos beneficios han sido probados.
Entre las ventajas atribuidas a las hormonas bioidénticas, en comparación con otros abordajes, se menciona el menor costo y su mayor seguridad, por el hecho de ser naturales. Pero estas afirmaciones tampoco cuentan con un respaldo de estudios clínicos.
No obstante, en una investigación se encontró que las personas con cáncer que se sometieron a tratamiento de reemplazo con hormonas bioidénticas manifestaron alivio de síntomas. Entre ellos, alivio de migrañas e insomnio.
Riesgos al usar hormonas bioidénticas
Según los estudios, las hormonas bioidénticas no solo no han demostrado que tengan alguna ventaja, sino que carecen de la supervisión de los respectivos entes de salud en cuanto al proceso de elaboración y los compuestos que son utilizados.
Pero tampoco hay estudios que aseguren, de manera específica, que son potencialmente más peligrosas. No se ha demostrado que sean seguras o inseguras. Simplemente, se insta a tener precaución al usarlas.
Los investigadores consideran que este tipo de tratamiento de reemplazo conlleva los mismos riesgos que las otras formas de terapia hormonal. Entre tales efectos secundarios potenciales se pueden mencionar los siguientes:
- Dolores de cabeza.
- Irritabilidad.
- Aumento de peso.
- Visión borrosa.
- Acné.
- Sensibilidad en los pezones.
- Aumento del vello facial en las mujeres.
Todo reemplazo hormonal tiene riesgos
El Programa para la Salud Femenina (WHI) realizó un extenso estudio en el que participaron más de 16 000 mujeres de 50 a 79 años. Entre las conclusiones se encontró que el riesgo de cáncer de mama, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares aumentaba un poco cuando se recibía terapia de estrógenos y progesterona.
Posteriores análisis e interpretaciones del estudio WHI y de otros trabajos similares matizaron un poco los hallazgos. No obstante, la consecuencia fue que muchas personas comenzaron a buscar tratamientos alternativos. Por ejemplo, con hormonas bioidénticas.
Estas hormonas, si bien pueden ser una opción, tampoco están exentas de riesgos. Lo recomendable es que los productos a consumir sean avalados por un ente de salud. Asimismo, se debe discutir con el médico todo lo concerniente al tratamiento.
En general, se recomienda evitar apelar al reemplazo hormonal. Pero si la persona decide usarlo, deberá consumir la dosis más baja que resulte eficaz durante el menor tiempo posible.
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