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«Ikigai»: el método japonés para darle sentido a tu vida

9 minutos
La palabra japonesa «ikigai» refiere al disfrute de la vida, a partir del hallazgo de las pasiones personales. Conoce cómo identificarlas o aplicarlas a la rutina laboral y hasta en la vida misma.
«Ikigai»: el método japonés para darle sentido a tu vida
Leticia Martín Enjuto

Revisado y aprobado por la psicóloga Leticia Martín Enjuto

Escrito por Jonatan Menguez
Última actualización: 22 marzo, 2024

La filosofía oriental tiende a abarcar interrogantes profundas, vinculadas al significado de la vida y a nuestra misión en ella. El término «ikigai», aunque no posee traducción literal, puede englobarse en el reconocimiento de las pasiones que dan sentido a la existencia.

Según sus máximas, todos poseemos uno, y hallarlo implica una búsqueda interna que puede ser más o menos prolongada. Sin embargo, encontrarlo permite acercarse a la autorrealización.

En general, ikigai se relaciona con esas habilidades o actividades por las que sentimos placer, y con el trabajo de transformarlas en un estilo de vida. Los beneficios se traducen en satisfacer nuestros deseos profundos para fomentar la felicidad, la convivencia en comunidad e incluso encontrarle un propósito a la existencia.

¿Qué significa ikigai y cuáles son sus características?

¿Sientes pasión por pintar cuadros, escribir o fabricar tus propias piezas de artesanía? Si, además, tienes la oportunidad de convertirlo en un medio de vida y servir a tu comunidad, es probable que te acerques a tu ikigai.

En la prefectura japonesa de Okinawa, donde las cifras de longevidad son elevadas, se define esta filosofía como una razón para levantarse por las mañanas. Y no tiene por qué ser solo un propósito laboral: la idea es aportarnos valor y alegría con las actividades que gozamos realizar.

Estas metas de autorrealización parten de los deseos personales, pero adquieren un carácter social cuando se busca beneficiar al resto. En otras palabras, para cumplir nuestros objetivos, éstos deben encontrarse alineados a los de nuestra comunidad. Cuando se contribuye a un beneficio colectivo, se logra un sentido de trascendencia ligado al ikigai.

Por tal motivo, los habitantes de esa región nipona no conciben la vida laboral como un padecimiento, sino que intentan disfrutar lo que hacen. Así las cosas, el concepto de «jubilación» se modifica con respecto al de Occidente, ya que sus pobladores continúan ejerciendo las actividades que aman. Muchos creen que en esa actitud reside el secreto de la longevidad.

Ikigai: significado y origen

El término combina dos palabras japonesas. Por un lado «iki», cuyo significado remite a ‘vivo’ o ‘vida’; por el otro «gai», que puede equipararse con ‘valor’ o ‘beneficio’. En cuanto a su origen, proviene del periodo Edo (1603-1868), y se cree que lo registró la escritora Sei Shōnagon.

El objetivo fue referirse a un estilo de vida de placer y disfrute, aunque otras teorías sostienen que se originó como un código de honor samurái. Si bien la interpretación occidentalizada del término remite a una autorrealización desde la perspectiva laboral, el origen tradicional se vincula más al hallazgo de plenitud y felicidad.

La aldea de Ōgimi y su longevidad

Intrigados por la extensa expectativa de vida en el pueblo de Ōgimi, también en Okinawa, numerosos investigadores se acercaron a explorar su estilo de vida. Por ejemplo, lo españoles Francesc Miralles y Héctor García, quienes publicaron sus impresiones en el libro Ikigai: El secreto japonés para una vida larga y feliz.

Allí, entrevistaron a más de 100 habitantes y hallaron patrones comunes en cuanto a mantenerse activos en la tercera edad. Ningún jubilado deja de realizar las actividades que le apasiona y eso se convierte en un motor de vida. Según Miralles y García, todos conocían su ikigai, es decir, lo que les provoca entusiasmo por la vida.

El diagrama del ikigai

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El diagrama de «ikigai» revela una intersección de los valores más importantes para el ser humano que resultan en emociones, efectos, resultados, entre otros.

Esta filosofía japonesa se puede representar en un gráfico conocido como diagrama de Venn. Allí se señalan cuatro elementos o dimensiones centrales que la caracterizan. En el cruce de estos elementos es posible identificar tu ikigai.

Lo que amas

El primero de ellos es conocer la o las actividades que amas realizar. Más allá de su funcionalidad o utilidad para el mundo, se trata de aquellas que realmente nos hacen felices. Por ejemplo, trabajar en jardinería, tocar un instrumento o pintar cuadros.

Aquello en lo que eres bueno

Si te diste la oportunidad de practicar eso que amas hacer, es probable que hayas adquirido una habilidad. Por otro lado, hay personas que nacen con talento innato para ciertas actividades. Lo que eres bueno refiere a las herramientas y capacidades que se nos dan bien, y a las que puedes sacarle provecho.

Lo que el mundo necesita

La siguiente dimensión de ikigai alude a las actividades que, además de gustarnos, tienen potencial para aportar a la comunidad. Por ejemplo, las habilidades dentro de la jardinería, como el paisajismo, el cuidado de ciertas especies o las formas de cultivo, pueden ayudar a muchas personas.

No tiene por qué ser un oficio concreto. También puede partir de la creatividad, lo motivacional y todo aquello que podemos y nos gusta hacer para beneficiar al resto.

Te pueden pagar por eso

El último elemento del diagrama busca combinar nuestras pasiones y habilidades con la oferta laboral del mercado. Si transformas las actividades que amas en tu fuente de trabajo, es probable que nunca dejes de hacerlas. Aunque no es sencillo, se trata de un elemento fundamental para encontrar tu ikigai y transitar tu vida con plenitud.

Además, en estas dimensiones del diagrama se generan otras cuatro intersecciones con resultados concretos:

  • Lo que amas y el mundo necesita. La misión o el propósito para lo que nos levantamos todos los días.
  • En lo que eres bueno y te pueden pagar. Este cruce da lugar a la profesión, habilidad que funciona para sostenerse económicamente.
  • Lo que amas y en lo que eres bueno. Aquí se funda la pasión, es decir, el motor para ejecutar actividades que se nos dan bien y amamos.
  • Lo que el mundo necesita y te pueden pagar por eso. En esta intersección se halla la vocación. Eso que nos gusta hacer y, además, es útil para la comunidad que está dispuesta a pagarlo. La unión de estos cuatro elementos en el centro, da lugar al ikigai.

Consejos para encontrar y aplicar tu ikigai

Encontrarle un sentido o propósito a nuestra existencia no es sencillo, e incluso puede llevar años de exploración y experiencia. Para comprender mejor el estilo de vida de lugares con habitantes longevos, como Okinawa, los investigadores buscaron patrones comunes.

Entre ellos, la mayoría expresaron una o varias misiones centrales en su vida, además de disfrutar las actividades y realizarlas con pasión. Todos admitieron poseer un ikigai y celebrar con alegría las pequeñas cosas de la vida.

Por otro lado, muchos de los habitantes contaban con huertas, lo que implica una alimentación con verduras orgánicas. En 1988, la ingesta diaria de vegetales verdes y amarillos en la región era un 50 % mayor que el promedio nacional, según este estudio. Sin embargo, ese promedio se redujo en los siguientes 10 años, a la par que aumentó la ingesta de carnes.

De ahí se deduce que la alimentación saludable es otro aspecto importante en la filosofía nipona, expresada en el término «shoku iku». Más allá del estilo de vida de los okinawenses, del cual se pueden tomar algunas referencias, los siguientes consejos son útiles para acercarse a tu ikigai.

1. Cambiar el concepto de jubilación

La mayoría de los okinawenses no toman este término en el mismo sentido que la sociedad occidental. Si bien retirarse de la vida laboral activa es un derecho por el que corresponde retribución, no significa que deba terminarse con las tareas que amamos.

Claro que— para eso— hay que sentir pasión por lo que hacemos. Mantenerse activos, tanto en actividades de ocio como laborales, es una de las claves para una extensa longevidad.

2. Tener muchas amistades y disfrutar con ellas

Los habitantes de Okinawa expresaron un profundo sentido de comunidad, y un disfrute permanente en las celebraciones con amigos. Por lo tanto, cosechar amistades con las que compartir, charlas, bailes, anécdotas y consejos, es muy importante para que la vida adquiera sentido.

3. Hacer ejercicio

El cuerpo y la mente se benefician con la actividad física. Esto la convierte en otro de los consejos generales para conseguir la longevidad. Los habitantes de Okinawa se mantienen en movimiento constante por sus tareas y también con ejercicios sencillos como el baile o las caminatas.

4. Estar en la naturaleza

Aunque vivamos en grandes ciudades con cada vez menos espacios verdes, es positivo darse un espacio para acudir a sitios en contacto con la naturaleza.

5. Estudiar

Explorar y estudiar diferentes actividades es esencial para encontrar nuestro ikigai. En este sentido, un profesor o guía que nos muestre sus secretos puede ayudarnos a descubrirlas.

Desde una carrera universitaria hasta un instrumento musical o una actividad física, todo aprendizaje es positivo en la búsqueda y en la formación del conocimiento.

6. Hacerse preguntas

Para encaminar la búsqueda personal del ikigai, pregúntate lo siguiente.

  • ¿Qué tarea es la que más disfrutas?
  • ¿Qué actividades te brindan felicidad?
  • ¿Tu trabajo tiene demanda en el mercado?
  • ¿Conectas con tu trabajo desde lo pasional?
  • ¿En qué momentos te olvidas de la noción del tiempo?
  • ¿Realizas algún pasamiento al que te gustaría dedicarle más horas?

Beneficios y dificultades del ikigai

Más allá del libro de Miralles y García, otros estudios se encargaron de investigar la expectativa de vida en Japón. Se trata de la tercera más extensa del mundo, según publicó el Banco Mundial de datos para 2021, con un promedio de 84,4 años.

Además, en un estudio de la revista Psychosomatic medicine siguieron la vida de más de 43 000 adultos japoneses. Concluyeron que el riesgo de mortalidad por todas las causas fue mayor entre quienes no encontraron un sentido de ikigai, en comparación con quienes sí. En particular, se asociaron con un riesgo más alto de padecer enfermedad cardiovascular.

La vida más extensa y alegre no es el único beneficio de esta filosofía. También, se relaciona con un sentido profundo de autorrealización, con el disfrute de las actividades laborales, y con la conexión entre compañeros. Permite gozar mejor del trabajo y buscar metas profesionales más ambiciosas.

Posibles dificultades en la búsqueda

Ninguna búsqueda profunda es sencilla. En el camino del ikigai, puedes cruzarte con una sensación de agotamiento e incluso con partes de tu profesión que no te agradan. Si lo que te apasiona aun no genera un ingreso o careces de tiempo para practicarlo, es importante tener perseverancia y crear esos momentos de goce.

La misma actitud hay que aplicar cuando se dificulta reconocer una tarea apasionante. Por otro lado, es necesario saber que ningún trabajo es perfecto, y todos pueden tener instancias de cansancio.

Céntrate en el diagrama y halla tu ikigai

En un camino tan ambiguo como el de la búsqueda de sentido, el diagrama funciona como una efectiva guía de orientación. Al reconocer tu pasión, será más sencillo trabajar para transformarla en un medio de vida.

Apela a la creatividad y a encontrar un espacio en el mercado laboral donde tenga funcionalidad. Recuerda que ikigai no remite solo a lo profesional, también significa disfrutar e incentivar esos momentos que aportan alegría al día a día.


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