Melaza: nutrientes, usos y sus posibles beneficios
Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias
La melaza se ha postulado como una alternativa al azúcar. Cada vez aparece en más productos industriales para conseguir mejorar las características organolépticas de los mismos.
En líneas generales, destaca por tener un valor nutricional superior en comparación con el azúcar refinado. Ahora bien, tampoco se trata de un ingrediente del cual se deba abusar, ya que genera un impacto significativo sobre las glucemias.
Antes de comenzar, hemos de destacar que para mantener un buen estado de salud es fundamental plantear una dieta variada y equilibrada. Se debe priorizar siempre el consumo de alimentos frescos, puesto que cuentan con una densidad nutricional superior. Además, los de origen vegetal son capaces de aportar antioxidantes.
¿Qué es la melaza?
Con el nombre de “melaza” conocemos a un producto de color marrón oscuro y de textura viscosa que se obtiene tras la extracción máxima del azúcar de la caña. En líneas generales, parece un jarabe espeso, pero tras varios procesos de ebullición toma el tono oscuro característico.
Desde el punto de vista químico, hablamos de un subproducto de la sacarosa cristalizada, con sabor agridulce bastante fuerte. En lo que a información nutricional se refiere, tiene 66 calorías por cada 28 gramos de producto. Aporta 17 gramos de carbohidratos en la misma proporción y minerales esenciales, como el cobre, el hierro, el calcio y el potasio.
No debemos olvidar que hablamos de un alimento que cuenta con bastantes azúcares simples en su interior. El consumo de estos en grandes cantidades ha demostrado impactar de forma significativa sobre la salud metabólica.
Poco a poco se genera una resistencia a la insulina que puede derivar en el desarrollo de diabetes de tipo 2. Sobre todo, es preocupante cuando no se realiza ejercicio físico de manera regular.
Beneficios de la melaza
La inclusión de la melaza en la dieta de forma moderada podría generar beneficios para la salud. Eso sí, en paralelo, hay que mejorar los hábitos de vida para ello.
El consumo de azúcar no resulta tan preocupante cuando el porcentaje de masa muscular es adecuado y el organismo se ejercita de forma frecuente.
Ayuda a prevenir la anemia
Un tipo de anemia es la que se genera por un aporte insuficiente de hierro. Así lo confirma una investigación publicada en la revista Journal of Internal Medicine.
Esta patología cursa con agotamiento y con fatiga crónica. Lo mejor para prevenirla es asegurar una ingesta adecuada del mineral, presente en la melaza. Su absorción en este producto es baja, por lo que conviene incluirla en la pauta junto con una dosis de vitamina C.
Combate el estrés
El magnesio es un elemento clave en la fisiología del sueño. Existen evidencias que relatan que su aporte en dosis suficientes puede prevenir la dificultad para quedarse dormido o reducir las interrupciones del descanso a lo largo de la noche. Esto se traducirá en un menor estrés.
La melaza es una buena fuente de dicho nutriente, por lo que puede incluirse en la pauta con dicho fin. Incluso, una pequeña dosis antes de irse a la cama sería positiva para lograr un descanso más profundo.
También hay que destacar que se puede potenciar el efecto con suplementos, tanto de melatonina como de magnesio.
Mejora la apariencia de la piel
Gracias al ácido láctico de la melaza, se podrían reducir los síntomas de algunas afecciones de la piel, como es el caso del acné. También mejorará la apariencia de la misma en general, ya que el lactato se considera positivo para dicho tejido.
De hecho, existen lociones con este componente de uso tópico que consiguen reducir las lesiones no inflamatorias de la piel.
La melaza es un buen sustituto del azúcar de mesa
La melaza podría resultar un excelente sustituto del azúcar de mesa, ya que cuenta con mayor concentración de micronutrientes esenciales. Eso sí, no deja de impactar negativamente sobre las glucemias, por lo que su presencia en la dieta ha de ser contenida.
De lo contrario, poco a poco se puede reducir la eficiencia del metabolismo, promocionando la acumulación de tejido graso subcutáneo. Lo mejor es que no abunde el sabor dulce.
Para ello, sería suficiente con incluir de manera recurrente frutas en las pautas. En alguna ocasión, se pueden emplear endulzantes como la melaza, pero no conviene abusar.
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