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¿Qué es peor para nuestra salud? ¿La grasa o el azúcar?

5 minutos
El consumo en exceso tanto de grasas como de azúcares es perjudicial para el organismo. Se relaciona con problemas como la obesidad o la diabetes.
¿Qué es peor para nuestra salud? ¿La grasa o el azúcar?
María Belén del Río

Escrito y verificado por la bióloga, médica María Belén del Río

Escrito por Valeria Sabater
Última actualización: 25 mayo, 2023

Los expertos en nutrición, a través de este estudio, nos advierten de que la obesidad es, a día de hoy, uno de los peligros más comunes para nuestra salud y, más aún, el sobrepeso sigue aumentando año tras año en todos los países de un modo casi alarmante debido a un exceso en la ingesta de azúcar y grasas.

¿Por qué ocurre esto? Tenemos una gran cantidad de posibilidades, existen alimentos light, disponemos de más opciones para practicar deporte, etc. Muchos consideran que el principal enemigo para nuestra salud y nuestro peso es el azúcar. Para otros, sin embargo, son las grasas saturadas presentes en la mayoría de los alimentos.

Sea como sea, parece que vivimos una curiosa época en la cual nuestros jabones son ricos en nutrientes y vitaminas, mientras que muchos de nuestros alimentos son cada vez menos saludables.

De ahí que se necesite un esfuerzo diario por nuestra parte para comer bien, para tomarnos en serio nuestra nutrición con el fin de evitar la obesidad. Es por ello por lo que hoy queremos dar respuesta a esa cuestión que muchos nos hemos hecho alguna vez… ¿Qué es peor en exceso: la grasa o el azúcar?

La verdad sobre las grasas y el azúcar

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El dato resulta curioso pero, según los nutricionistas, durante mucho tiempo se demonizó el consumo de grasas sin tener en cuenta el peligro del azúcar. La razón de ello estaba en que un gramo de grasa tiene 9 calorías, mientras que uno de azúcar dispone de 4 calorías, lo cual provocó que durante mucho tiempo, y en especial durante la década de los 70, la población fuera una auténtica adicta al azúcar.

Si bien es cierto que a día de hoy lo seguimos siendo, lo que ocurre es que la mayoría de alimentos procesados que consumimos contienen tanto grasas como azúcares.

Por ejemplo, un estudio publicado por la Revista Española de Nutrición Humana y Dietética, en su portal renhyrd.org, muestra que los alimentos ultraprocesados tienen formulaciones industriales altas en azúcar, grasas saturadas, sodio, estabilizadores y preservantes con mercadeo agresivo. Así mismo, el estudio explica que el objetivo del mismo fue identificar los alimentos con contenido excesivo de nutrientes según el modelo de perfil de nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud.
Ahora bien, las razones por la que las empresas alimenticias crean productos ricos con estos elementos son:

  • En gran medida, se trata de un recurso fácil y rápido para el día a día en una sociedad donde cada vez se tiene menos tiempo para cocinar.
  • Por otra parte, la comida rica en azúcares y grasa reduce la ansiedad pero, a su vez, es poco saciante, con lo cual acabamos consumiendo más cantidades.

Veamos ahora un poco sobre las consecuencias del consumo de azúcar y de grasas. ¿Cual crees que será más nocivo?

1. El riesgo del azúcar

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Es importante saber que nuestro organismo puede admitir una cantidad limitada de azúcar. En el momento en que cometemos un exceso, se convierte en reserva adiposa en determinadas zonas de nuestro cuerpo.

El azúcar es un tipo de carbohidrato pero, a su vez, existen diferentes tipos de azúcares que consumes cada día sin que te des cuenta: muchas vitaminas son ricas en azúcares complejos; algunos cereales, por su parte, disponen de azúcares simples y, a su vez, la fruta también tiene fructosa, que consumida en altas cantidades puede ser dañina.

Esta investigación por parte de la Clínica para la Ansiedad, expone que, lo que comemos tiene efectos directos sobre cómo nos sentimos física y emocionalmente. Ciertamente es así, somos en parte y, en gran medida, lo que comemos a diario.

El azúcar más dañino es el refinado de mesa (azúcar simple), puesto que es un alimento vacío y sin ningún poder nutritivo. El más aceptable o “saludable” es el que está presente en la fruta, ya que tarda más en ser absorbido y nos da más energía.

Los alimentos ricos en azúcar blanco procesado engordan más que las grasas. La gran mayoría de azúcar que consumimos a diario viene de los refrescos y de los jugos que compramos en los supermercados.

El azúcar es más adictivo que las grasas, nos hacen casi dependientes de todo lo dulce. ¿La razón? Hacen que liberemos serotonina, la hormona de la felicidad.

2. El riesgo de las grasas

Es importante diferenciar entre las grasas buenas y las grasas malas:

Las grasas llamadas “malas” son las saturadas. Vienen de los quesos, los lácteos y de los aceites hidrogenados, como las margarinas. No se trata de eliminarlas por completo de nuestra dieta, sino de llevar un adecuado equilibrio, puesto que nos aportan proteínas y son básicas para sintetizar determinadas hormonas y vitaminas.

Si nos excedemos diariamente en el consumo de las grasas malas, corremos el riesgo de padecer arteriosclerosis, obesidad y problemas de corazón.

Las grasas buenas o insaturadas son necesarias para nuestra salud cardíaca, puesto que mantienen a raya los niveles elevados de colesterol. Ahora bien, si nos excedemos en el consumo de este tipo de grasas, también sufriremos problemas de salud.

Conclusiones que debemos tener en cuenta

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Los nutricionistas nos señalan que ambos elementos en exceso son igual de peligrosos, puesto que la mayoría de alimentos que consumimos son ricos en grasas y azúcares.

El problema está en que, generalmente, cuando queremos llevar una dieta más saludable, las personas solemos eliminar de nuestra dieta las grasas, sin tener en cuenta que muchos de los alimentos que comemos son ricos en azúcares, como es el caso de los jugos naturales.

En conclusión, ambos elementos en exceso son igual de nocivos, pero el mayor riesgo está en el azúcar porque suele estar presente en la mayoría de comidas que tenemos en casa. Lo mejor es llevar un adecuado equilibrio, y leer siempre la etiqueta de lo que consumimos.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.