¿Cómo preparar kéfir de leche?
Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias
El kéfir es uno de los alimentos más beneficiosos para la salud intestinal. Cuenta en su interior con bacterias procedentes de la fermentación láctica, que colonizan el tubo digestivo de manera selectiva, lo que produce un efecto positivo sobre la digestión y la absorción de nutrientes. ¿Ya probaste el kéfir de leche?
Es importante mencionar que, en los últimos años, se le ha dado mayor importancia a la microbiota como elemento regulador del estado de salud. Por eso, para asegurar su correcto funcionamiento, es indispensable aportar bacterias beneficiosas y fibra por medio de la dieta. De este modo, se evitan procesos de disbiosis que conllevan a molestias y dolores. A continuación, te compartimos una receta útil.
¿Qué es el kéfir de leche?
El kéfir es un producto derivado de la leche que tiene ciertas similitudes con un yogur líquido. Se obtiene al mezclar la propia leche con los gránulos de kéfir, para luego dejarlos fermentar durante un tiempo determinado. A partir de este proceso, se desarrollan bacterias con carácter probiótico que mejoran la salud digestiva, como lo explica un estudio publicado en Nutrition Reviews.
Hay que tener en cuenta que la ingesta de estos microorganismos puede reducir la incidencia de muchas patologías inflamatorias a nivel intestinal. También han demostrado ser útiles para el tratamiento de las mismas, pues reducen la intensidad y la frecuencia de los síntomas. Por este motivo, se aconseja su presencia regular en la dieta.
Entre otras cosas, hay que destacar que el kéfir de leche se puede obtener de dos maneras distintas. Existe la opción de comprarlo ya elaborado en el supermercado, con textura semilíquida. Otra alternativa es producirlo de forma casera. Se pueden conseguir los gránulos de kéfir, por lo que solo será necesario añadir leche de manera periódica y consumir el resultado.
¿Cómo se hace el kéfir de forma natural?
Hacer kéfir de leche es bastante sencillo. Eso sí, es preciso conseguir los gránulos. Una vez que se obtienen, se conservan bien durante mucho tiempo, tal y como te enseñaremos más adelante. Para la elaboración basta con introducir el kéfir con la leche entera en un recipiente de vidrio. Luego, se deja fuera de la nevera, tapado con un paño fino, durante uno o dos días.
Según pasa el tiempo, se produce la fermentación, de modo que el kéfir y el suero comienzan a separarse. El suero es algo más amarillo, se asemeja al líquido que flota por encima del yogur. A mayor tiempo de fermentación, más agrio será el producto final. Esto se debe a la presencia de una concentración superior de microorganismos en su interior.
De todos modos, el tiempo de fermentación óptimo dependerá mucho de la temperatura a la que se encuentre la mezcla. También de la cantidad de gránulos y de leche utilizada. Cuanto más calor, más gránulos y menos leche, más rápido es el proceso.
Una vez que el producto está listo, solo hay que sacar los gránulos con un colador de plástico o de acero inoxidable. Es importante no utilizar un instrumento de otro material o metal, ya que se podrían dañar los microorganismos. Luego de esto, ya se puede consumir o guardar el líquido resultante. Ten en cuenta que cuanto más tiempo pase en la nevera, más agrio se volverá.
¿Cómo se conserva el kéfir?
Es clave saber cómo conservar de forma adecuada los granos de kéfir. Lo ideal para evitar que se mueran es tenerlos siempre sumergidos en algún tipo de leche. Los microorganismos se alimentan de los azúcares del lácteo, lo que les permite crecer y sobrevivir sin problemas.
Por lo anterior, la mejor opción es introducir los gránulos en un recipiente de vidrio con leche fresca si no se va a consumir kéfir durante varios días. Si se mantiene en la nevera, el proceso de fermentación será mucho más lento, por lo que pueden aguantar una semana con el mismo líquido.
En caso de estar ausente durante un periodo de tiempo superior, es posible congelar o deshidratar los gránulos de kéfir, de forma que queden inactivos. Se introducen en el congelador, en un recipiente de vidrio, y aguantarán más tiempo sin perder ninguna de sus propiedades. Cuando se quieran volver a utilizar, basta con descongelarlos e introducirlos en leche para iniciar la fermentación.
Variaciones del kéfir de leche
Existe la posibilidad de preparar kéfir de un modo distinto al que te hemos comentado. Un ejemplo es el kéfir de leche de coco, que se elaborará a partir del kéfir que se adquiere en los comercios.
Asimismo, con el propio kéfir también puedes elaborar batidos o smoothies. Solo hay que combinar este producto con fruta cortada, con cereales o con semillas, y triturarlo bien. Así, se obtiene un resultado con bacterias probióticas y antioxidantes.
Recuerda que el consumo de probióticos ha demostrado muchos beneficios. No solo impacta de forma positiva sobre la salud intestinal, sino que también mejora el funcionamiento del sistema inmune, como lo evidencia una investigación publicada en la revista Probiotics and Antimicrobial Proteins.
Kéfir de leche de coco
- Para elaborar el kéfir de leche de coco es preciso colocar 4 cucharadas del producto ya fermentado (disponible en superficies comerciales) en un tarro de cristal.
- Se añaden 500 mililitros de leche de coco y se remueve.
- Tras una fermentación de entre 12 y 14 horas, estará listo para su consumo.
- Como en la receta anterior, cuanto más tiempo se fermente, más agrio será el resultado final y más espesa la consistencia.
Kéfir de leche, un alimento saludable
En definitiva, el kéfir de leche es un alimento saludable, cuya inclusión está recomendada en el contexto de una dieta variada y equilibrada. Es importante asegurar el consumo de productos fermentados para alcanzar un buen estado de salud a nivel intestinal.
Si tienes problemas de tipo digestivo, puede ser una buena idea incluir esta preparación en la alimentación regular. Es muy probable que las molestias se vayan reduciendo con el paso del tiempo. Incluso, cuando existen dificultades de tránsito, este alimento puede ayudar.
Ahora bien, para conseguir mejores efectos, trata de combinar el consumo de kéfir de leche con el de yogur natural. Ambos cuentan con bacterias probióticas en su interior, además de concentrar proteínas de alto valor biológico y vitaminas esenciales.
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