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Qué es el orbiting y cómo identificarlo en tus relaciones

8 minutos
Orbiting es como si alguien te dijera «no quiero estar contigo», pero sin dejar de recordarte que sigue ahí. Una presencia digital que confunde, duele y no deja cerrar el ciclo.
Qué es el orbiting y cómo identificarlo en tus relaciones
Macarena Liliana Nuñez

Revisado y aprobado por la psicóloga Macarena Liliana Nuñez

Escrito por Daniela Bernal
Última actualización: 07 mayo, 2025

Al igual que el ghosting o el situationship, el orbiting es un término que ha ganado gran popularidad en redes sociales. Describe una práctica en la que alguien con la que tuviste una conexión de pareja o amistad corta la comunicación directa, pero sigue presente en tu vida digital, interactuando contigo solo en redes sociales.

La palabra proviene del inglés y, traducida al español, significa «orbitando». Esa es justo la acción que lleva a cabo quien lo hace: te órbita, como la tierra alrededor del sol, pero sin acercarse ni interactuar de forma más cercana. Sin una compresión de lo que sucede, es una conducta que te puede causar malestar y frustración. Por eso, en las siguientes líneas profundizaremos al respecto.

¿Cómo identificar el orbiting?

Muchos en redes dicen, de manera coloquial, que el orbiting es hermano del ghosting, ya que sus señales son algo similares. Su principal diferencia radica en que, en el ghosting, la otra persona desaparece por completo; en cambio, en el orbiting todavía está presente en redes sociales.

Si observas los siguientes signos en alguna de tus interacciones, es probable que lo estés viviendo:

  • Deja de enviarte mensajes directos, llamarte o buscarte en el mundo «real» y solo interactúa contigo en el digital.
  • Mira todas tus publicaciones, historias y estados en redes sociales.
  • Le da like a tus publicaciones y a las de amigos en común, incluso a las antiguas.
  • Comenta de forma ocasional tus publicaciones, pero sus palabras suelen ser breves y genéricas.

Un ejemplo claro de orbiting sería el siguiente: imagina que terminaste una relación de pareja con una persona hace un tiempo y ya no mantienen contacto directo. Un día, de repente, ese ex comenzó a ver todas tus publicaciones (siendo uno de los primeros en hacerlo), darles ‘me gusta’ y comentar. Te animas a contactarle, pero, tras escribirle un mensaje privado, no contesta y te deja en visto.

Similar te puede suceder en las relaciones de amistad. Piensa en alguien con quien solías salir y hablar con frecuencia, y de un día para otro cortó toda comunicación. A pesar de esto, no se pierde tus estados de WhatsApp o Instagram, reacciona con likes o comentarios, pero nada fuera de lo digital. 

¿Por qué una persona lo haría?

La verdad es que no hay una sola razón para explicar por qué alguien podría practicar orbiting. Hay múltiples factores emocionales y personales involucrados, y pueden variar en cada caso. Para la psicóloga Carla Pérez, una de sus posibles causas es la inmadurez emocional. Es posible que quien lo haga no sepa cómo gestionar sus sentimientos hacia el otro ni la relación que compartieron.

Por eso, en lugar de enfrentar la situación y cortar por completo el vínculo, opta por alejarse, pero no del todo. Mantiene una presencia virtual que refleja inseguridad y esa falta de claridad sobre lo que en realidad desea. A veces, se trata de un miedo al cierre definitivo: hay un contacto ambiguo porque la persona no se siente lista para soltar del todo, sea por nostalgia, culpa u otros motivos.

En esa dinámica de «estar sin estar» el «orbitador» ejerce un control sobre el orbitado. Estos últimos pueden sentir que, al no haber una confrontación directa, pierden el control sobre lo que está ocurriendo y no pueden cerrar el capítulo de forma clara.

Otros motivos por los que puede generarse orbiting es porque ese alguien quiere mantener abiertas todas sus opciones afectivas, quiere seguir siendo el centro de atención o le intriga saber qué haces o cómo has cambiado tras el distanciamiento. En este último caso, la motivación puede no tener una intención maliciosa, pero te genera la misma confusión o expectativas.

Consecuencias del orbiting

El orbiting, que no es un diagnóstico ni un trastorno, es un comportamiento relacional con varios efectos negativos en el bienestar emocional y la salud mental. Si bien es cierto que quien más sufre sus consecuencias es el «orbitado», la ambigüedad y los vínculos sin cerrar afectan a todos los involucrados.

Para los primeros, algunas de sus repercusiones son las siguientes:

  • Confusión e incertidumbre: la persona víctima del orbiting puede sentirse muy confundida por las acciones del orbitante, ya que no entiende por qué aparece de nuevo en su vida y qué desea.
  • Ansiedad: en algunos casos, la confusión e incertidumbre del orbitado son tan intensas que dan lugar a la ansiedad y la angustia. No solo por las acciones actuales del orbitante y sus significados, sino por si estas se prolongan en el futuro.
  • Falsas esperanzas: algunas personas interpretan estas pequeñas muestras de atención online como muestra de interés afectivo, aunque no lo haya. Una de las partes mantiene la esperanza de retomar la relación.
  • Sentimientos negativos: orbitar genera malestar y sentimientos negativos, como la tristeza, la frustración o incluso la ira. Y es que la persona puede sentir que el orbitante la espía o que quiere perturbar su tranquilidad. También podría llegar a afectar la autoestima y dificultar la toma de decisiones en el ámbito emocional.
  • Dificulta el cierre: la atención esporádica en línea que reciben los orbitados evita que cierren de forma definitiva la relación y prolonguen sentimientos de exclusión.

En cuanto al orbitante, existe el riesgo de que también se queden en vínculos no resueltos o que limiten su crecimiento personal al esquivar la confrontación personal. Además, como lo expone la psicóloga Gabriela Gorden, puede limitar su posibilidad de tener conexiones humanas «reales».

Consejos para protegerte del orbiting en las relaciones

Si notas que estás siendo víctima del orbiting, debes saber que hay varias estrategias que puedes adoptar para priorizar tu bienestar emocional y reducir los efectos negativos antes comentados.

1. Habla con tu red de apoyo

Contarle a un amigo cercano o familiar lo que te está ocurriendo puede ser una buena alternativa para gestionar el orbiting. No solo porque te servirá para desahogarte, sino porque su punto de vista desde afuera puede ayudarte a mirar la situación desde otra perspectiva y elegir el mejor camino para afrontarlo.

2. Promueve tu autocuidado

Dado que el orbiting causa malestar emocional, fomentar tu autocuidado cobra gran importancia. En este sentido, intenta reconocer las emociones que estás experimentando y acéptalas sin juzgarlas, sean positivas o negativas. La meditación o el mindfulness pueden ayudarte en esta tarea.

De igual forma, procura distraer tu mente en actividades que disfrutes y que te reconforten, como leer, cuidar de tu jardín, hacer ejercicio, escuchar música u otros. La meta es reconectar contigo mismo y disminuir la atención que inconscientemente podrías seguir prestando a quien te orbita.

3. Exprésate y pon límites

Para algunas personas puede ser muy útil comunicarse con el orbitador y hacerle saber el malestar que le generan sus acciones, a modo de buscar un cierre. Esto solo debes hacerlo si en realidad te sientes cómodo con ello.

En caso de que sea así, expresa tus emociones y sentimientos de forma clara y directa. Pero ten en cuenta de que esta persona podría no responder o hacerlo de una manera que no te agrade.

4. Limita tu tiempo en línea

¿Y si te despides por unas horas o días de las redes sociales y el mundo digital? Tal vez suene extremo, pero tiene muchos beneficios. Al distanciarte emocionalmente del orbitador, quitarle toda atención y centrarte en relaciones cara a cara, refuerzas tu sentido de pertenencia y evitas que tu bienestar dependa de interacciones virtuales inciertas.

5. Opta por el contacto cero digital

No se trata de caer en una conducta de ghosting respecto a la persona que te está orbitando. Pero si no entiendes por qué te hace orbiting, si intentaste hablarlo y no hubo respuesta y ahora tienes malestar emocional, hacer un contacto cero digital es una medida útil para enfrentarlo.

Esta decisión no busca castigar ni cerrar la puerta de forma definitiva, sino más bien darte un espacio para que puedas procesar tus emociones sin la constante exposición a interacciones ambiguas en línea. Al eliminar ese ‘ruido digital’, te permites recuperar el control sobre tu entorno emocional y enfocarte en relaciones más claras y saludables.

¿Qué implica? Bloquear a la persona de todas tus redes sociales y, si es necesario, de correos o cualquier aplicación de mensajería. La psicóloga Gorden indica que esto no significa que seas una mala persona o inmaduro emocional, sino que te estás priorizando.

Establece límites sanos y recupera tu bienestar emocional

¿Ha estado en una situación de orbiting? En este momento, las interacciones digitales desempeñan un papel clave en la manera de relacionarnos. Por lo tanto, es probable que en algún momento te hayas enfrentado a esta conducta o, bien, que te esté sucediendo en este momento.

De ser así, es normal que te sientas atrapado en un limbo emocional: ni cerca ni lejos y pendiente de señales que no terminan de aclararse. En ese vaivén, tal vez estés olvidando que tienes derecho a sentirte en paz, a cerrar ciclos y a no vivir a la espera de respuestas.

Por suerte, siempre tienes la opción de establecer límites sanos como acto de autocuidado. No es una reacción exagerada, sino un recordatorio de que tu valor no depende de quién te ve en línea o te da ‘me gusta’, sino de cómo te tratas a ti mismo frente a lo que no puedes controlar.

Reconectar contigo, con lo que sientes y necesitas, es el primer paso para recuperar ese equilibrio que mereces. Y aunque no siempre es fácil, eres digno de relaciones que se sientan claras, recíprocas y respetuosas.


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