Salsifí: valor nutricional y propiedades
Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias
Es salsifí es un tubérculo poco conocido, parecido a la yuca o al nabo, que cuenta en su interior con muchos nutrientes esenciales. Por este motivo, es positiva su inclusión de forma frecuente en la dieta.
Te vamos a contar todos los beneficios que puede generar para que valores su consumo de manera regular. Además, bien preparado es muy rico, siendo versátil en la cocina.
Los tubérculos son productos muy recomendables. Son fuente de fibra y de carbohidratos complejos. Ayudan a evitar problemas como el estreñimiento, mejorando el funcionamiento del tubo digestivo.
Utilizarlos como fuente principal de hidratos de carbono ocasiona una reducción positiva del peso corporal.
Tipos de salsifí
Podemos encontrar dos tipos de salsifí: el blanco y el negro. El primero cuenta con pelos en su superficie y con un sabor parecido al de la ostra.
El negro, por su parte, procede de lugares como Bélgica o Francia. Es menos fibroso y más carnoso. Resulta fácil de pelar y su sabor se asemeja al de la nuez.
Los dos tipos cuentan con un toque un poco amargo. En cuanto a características organolépticas, se asemejan a la alcachofa o incluso al puerro.
Es un producto que se cultiva bien durante todo el otoño. Aunque su mejor momento es a principios de primavera.
Beneficios del salsifí para la salud
El salsifí cuenta con muchos nutrientes. Sin embargo, no se trata de un alimento energético.
100 gramos aportan solo 42 calorías, por lo que se puede incluir sin problemas en el contexto de una pauta hipocalórica con objetivo de pérdida de peso. Desde el punto de vista de los macronutrientes, posee 1,9 gramos de proteína, 5,2 gramos de hidratos de carbono y un porcentaje residual de grasas en los mismos 100 gramos de producto.
Este tubérculo es fuente de calcio, de fósforo, de cobre, de magnesio, de hierro, de potasio y de vitaminas del grupo B. También se encuentra la vitamina C en su interior. Hasta sus fibras son beneficiosas. La inulina que contiene actúa como prebiótico, mejorando el funcionamiento de la microbiota intestinal.
Este alimento puede ayudar a complementar una dieta que prevenga el déficit de hierro. Al contener vitamina C se potencia la absorción del mineral, salvando parte de los problemas de digestibilidad del micronutriente.
La propia vitamina C estimula el funcionamiento del sistema inmunitario, según un artículo publicado en Nutrients. Gracias a ello, el riesgo de contraer patologías infecciosas se reduce. Hasta se mejora el manejo de los síntomas si estas llegan a desarrollarse.
Algunos estudios con animales revelaron que el salsifí mejora el perfil lipídico de la sangre. Al mismo tiempo, causaría saciedad. Esto último explicado por la presencia notoria de fibra.
Otras investigaciones encontraron que un extracto de metanol del salsifí tiene alto poder antioxidante. En este sentido, podría coadyuvar para proteger al hígado de los tóxicos. De todos modos, se trata de experimentaciones incipientes que no pueden trasladar sus resultados al consumo habitual de los seres humanos.
¿Cómo se consume?
El salsifí se utiliza para preparar cremas de verduras, purés o sopas. Aunque es posible incluirlo en ensaladas o freírlo en forma de chips.
Se compra en los puestos de frutas y verduras, pero no en cualquier ciudad es fácil de conseguir. Eso sí, algunos supermercados lo ofrecen en conserva, ya cocido, lo que resulta una excelente opción.
Desde luego, un aspecto importante es el de la conservación. Como buen tubérculo, ha de mantenerse en algún lugar fresco y seco, alejado de la luz del sol. Lo mejor es introducirlo en una bolsa de plástico.
Hasta en la nevera se mantiene bien durante un par de semanas. Luego, una vez que se vaya a utilizar, se recomienda lavarlo primero. Es importante quitarle los restos de tierra de la superficie, aunque se pele después.
Salsifí: un tubérculo beneficioso para la salud
El salsifí es un alimento beneficioso para la salud que se puede consumir en el contexto de una pauta variada y equilibrada. Resulta un tubérculo excelente para preparar sopas o cremas o para incluir en ensaladas, aunque no es tan frecuente que se presente como guarnición.
Está claro que incluir vegetales en abundancia será algo muy positivo. Los antioxidantes, los minerales y las vitaminas de estos alimentos resultan esenciales para sostener los procesos internos del cuerpo.
Por otro lado, los tubérculos constituyen una fuente de hidratos de carbono para nada despreciables en los contextos que se pretende bajar de peso. Estos carbohidratos complejos que aportan permiten regular mejor el azúcar sanguínea y alcanzar la saciedad para controlar el apetito.
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