Síndrome del cuidador: cómo cuidar al que cuida
Escrito y verificado por el psicólogo Bernardo Peña
El síndrome del cuidador es una realidad muy común que afecta a todas esas personas que tienen la importante responsabilidad de hacer la vida más fácil a otros y cuidar de cada una de sus necesidades. Sin embargo, esta tarea puede ocasionar una sobrecarga no solo física, sino también emocional que nunca se debe pasar por alto.
El avance es muy lento, ya que toda la atención se centra en la persona dependiente. Por lo que es muy probable que la salud del que cuida pase a un segundo plano. Pero, ¿dónde está el término medio? ¿Cómo afrontar este tipo de situaciones? En este artículo daremos respuesta a todas estas preguntas.
El síndrome del cuidador, un peso que casi siempre recae en la mujer
Los datos estadísticos nos ofrecen una realidad muy clara: la responsabilidad de cuidar a la persona dependiente, por lo general, recae sobre los hombros de la mujer. Así lo indica un estudio publicado en la Revista Clínica de Medicina de Familia.
Encargarse de un ser querido es una tarea que se desempeña con amor y dedicación, ya que el vínculo afectivo y emocional está ahí. Nadie puede dejar de lado a ese familiar o a esa persona desvalida que necesita ayuda para afrontar el día a día.
No obstante, en el momento en que se adquiere el rol de cuidador, suceden una serie de aspectos que hay que tener en cuenta. Vamos a verlos:
- Casi el 60% de las personas que se ven obligadas a atender a un familiar dependiente en un momento dado, tienen que dejar a un lado su vida laboral.
- Ser cuidador supone tener que estar pendiente de una persona las 24 horas del día. Esto significa no tener tiempo para sí mismo (quedar con amigos, hacer deporte, etcétera.).
- Es una tarea que se desempeña con cariño y con dedicación, de ahí que, en ocasiones, sea habitual que sientan ansiedad y piensen que la persona dependiente los necesita con urgencia o que no están siendo cuidados como merecen cuando se permiten un “pequeño descanso” o son sustituidos por unos días por otro familiar en dicha tarea.
- La mayoría de las personas que adquieren el rol de cuidador no están preparadas. Esto supone que van a sufrir sobrecargas físicas al no saber cómo mover o trasladar al familiar dependiente o que cometan errores con respecto al cuidado o la administración de fármacos, de alimentación, de higiene, etcétera.
- Los cuidadores tienen una edad media que va entre los 50 y los 60 años, con lo cual, son personas que ya arrastran sus propias dolencias y limitaciones físicas.
- Se compagina el cuidado de la persona dependiente con la atención a otros familiares, como nietos e hijos. Esto provoca que todo el tiempo del que disponen esté ocupado.
- Los cuidadores acaban perdiendo sus instantes de ocio personal y sus aficiones. Su vida se convierte en un círculo del cual no puede salir y, día a día, esa presión física y emocional causa estragos graves.
Síntomas de alerta del “síndrome del cuidador”
Es habitual que el propio cuidador no llegue a ser consciente del debilitamiento emocional y físico que está sufriendo. Sin embargo, este se manifiesta con determinados síntomas.
Es muy común ver cómo el dependiente goza de un adecuado bienestar y una buena salud dentro de sus limitaciones, mientras que el cuidador ha adelgazado, sufre problemas de espalda, cansancio crónico y ataques de estrés. Adicional a esto, una publicación de la Clínica Mayo, señala que los principales signos de alerta son los siguientes:
- Agotamiento físico y mental.
- Problemas de sueño.
- Cambios de humor frecuentes.
- Sentimiento de tristeza.
- Cambios de peso muy acentuados.
- Dependencia de calmantes y analgésicos.
- Aislamiento social.
- Dificultades cognitivas, como pérdidas de memoria, de atención, etcétera.
Consejos para prevenirlo
Para nadie es un secreto que manejar niveles de estrés muy altos y no tener el descanso adecuado puede ser perjudicial para la salud. Por eso, a continuación, detallamos una serie de recomendaciones para prevenir el síndrome del cuidador.
Establecer horarios
Si eres cuidador, es importante que tengas tiempo para hacer otras cosas y puedas encontrar un espacio propicio para realizar actividades que te ayuden a salir de la rutina. Por eso, lo mejor es establecer un horario en el que se tenga, al menos, una hora libre.
Delegar responsabilidades
Esto es algo vital. El cuidado de una persona dependiente no debe caer en exclusividad en un solo individuo, así pues, es necesario establecer acuerdos con otros familiares y, a su vez, con servicios sociales. Esto no significa que hay que despreocuparse de la persona dependiente. Al contrario, contar con más ayuda hará que el tiempo de cuidado sea óptimo.
Informarse sobre la dolencia
El cuidador debe informarse sobre la dolencia que sufre la otra persona. Apóyate en profesionales, busca información y, en definitiva, encuentra consejos que te permitan desarrollar bien tu función. Muchas personas necesitan realizar juegos para estimular su memoria.
Otras, requieren de herramientas diferentes. Tener estos conocimientos te ayudarán mejorar la calidad de vida de quien está a tu cuidado. Y, de la misma manera, hará que te sientas más tranquilo con tu labor diaria.
Mantener la vida social
Recuerda sacar algunas horas para ti cuando establezcas los horarios y ten tiempo para tus amistades. Esto te proporcionará felicidad y te ayudará a despejarte. Además, los lazos que creas con otras personas son muy importantes para tu bienestar y resulta muy útil para cuidar de tus emociones.
Realizar ejercicio
No importa si quieres apuntarte al gimnasio, correr por la naturaleza o hacer yoga. Lo importante es que realices algún tipo de actividad física todos los días. Incluso, puedes hacer ejercicios en tu casa, aunque te recomendamos que salgas. Esto te permitirá cambiar de entorno y te ayudará a sentirte mucho mejor.
Pedir ayuda profesional
Si estás saturado, no dudes en solicitar ayuda profesional. Un psicólogo te ayudarán a gestionar mejor tus emociones y te brindarán algunas herramientas para que te sientas mejor. Sacar un tiempo para estas visitas también hace parte de tu bienestar.
Poner en práctica estos consejos, sin duda, te ayudará a establecer espacios para cuidar de tu salud y realizar mucho mejor esta labor tan maravillosa. Tu bienestar también es una prioridad. De esta manera, podrás dar los mejor de ti cada día.
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