7 tipos de calentamiento deportivo y cuándo usarlos

Antes de cualquier actividad física, preparar el cuerpo de manera correcta marca la diferencia entre un buen rendimiento y una posible lesión. Existen distintos tipos de calentamiento, cada uno diseñado para activar los músculos, mejorar la circulación y optimizar la respuesta del sistema nervioso y endocrino. Más que una rutina previa al ejercicio, esta fase influye en la movilidad, la fuerza y la resistencia.
Sin embargo, no todos los métodos son iguales ni funcionan para cualquier deporte. Algunos son ideales para entrenamientos de alta intensidad, mientras que otros favorecen la flexibilidad o la concentración. Conocer cuál usar en cada caso te ayudará a evitar molestias, mejorar tu desempeño y sacar el máximo provecho de cada sesión.
1. Calentamiento dinámico general
El objetivo del calentamiento dinámico general es preparar el cuerpo de manera progresiva, aumentando la temperatura muscular, mejorando la circulación sanguínea y activando el sistema nervioso. Se compone de ejercicios básicos de movilidad y desplazamiento que ayudan a optimizar el rendimiento y reducir el riesgo de lesiones.
Su intensidad es moderada y los movimientos no requieren una fuerza excesiva. En esta fase, el enfoque principal es activar la musculatura sin fatigar el cuerpo antes de la actividad principal. Algunos de los ejercicios que entran en este calentamiento son:
- Trote ligero: con el objetivo de mantener un ritmo cómodo, evitando sprints o esfuerzos innecesarios.
- Caminata en elíptica: una alternativa para activar el sistema cardiovascular sin impacto.
- Bicicleta estática: permite calentar articulaciones y grandes grupos musculares con intensidad controlada.
Beneficios
Este tipo de calentamiento no solo prepara el cuerpo, sino que también optimiza su respuesta al esfuerzo, mejorando la movilidad, la resistencia y la coordinación. Veamos otras ventajas de aplicarlo:
- Mayor flujo sanguíneo hacia los músculos: facilitando la oxigenación y el rendimiento.
- Mejora de la movilidad articular: minimizando el riesgo de lesiones en tendones y ligamentos.
- Incremento de la coordinación muscular: favoreciendo un mejor control motor durante la actividad física.
- Activación del sistema cardiovascular: optimiza la resistencia y reduce el impacto del ejercicio en el corazón.
Partes del calentamiento general
El calentamiento dinámico general se desarrolla en una progresión estructurada que permite activar el cuerpo de manera eficiente. Aunque las clasificaciones pueden variar según el enfoque de cada especialista, por lo general, consta de tres fases:
- Movilidad articular: su objetivo es mejorar la amplitud de movimiento de las articulaciones, reduciendo la rigidez y optimizando la preparación muscular, a través de movimientos controlados que estimulan la lubricación articular. Por ejemplo, círculos de tobillos, muñecas y hombros; rotaciones de cuello y cadera; balanceo de piernas y brazos.
- Activación cardiovascular: una vez activadas las articulaciones, se incrementa progresivamente la frecuencia cardiaca mediante ejercicios aeróbicos de baja intensidad. Por ejemplo: trote ligero o marcha en el sitio, saltos suaves o skipping moderado; subir y bajar escaleras a ritmo controlado.
- Estiramientos dinámicos: implican movimientos activos y repetitivos. Esto permite que los músculos se preparen sin reducir su capacidad de contracción, evitando la rigidez antes del ejercicio principal. Por ejemplo: flexión y extensión de rodillas, elevaciones de talones y puntas de los pies y rotaciones de tronco con control.
Mantener el orden en el calentamiento es clave para una activación muscular eficiente. Comenzar con la movilidad articular permite que las articulaciones se adapten gradualmente, reduciendo el riesgo de distensiones y desgarros. A medida que se avanza hacia la activación cardiovascular, el sistema circulatorio y respiratorio se ajustan al esfuerzo, lo que optimiza el rendimiento y prepara al cuerpo para la actividad principal.
Es ideal para una amplia variedad de disciplinas deportivas, especialmente aquellas que requieren movimientos explosivos, coordinación, resistencia o fuerza. Por ejemplo, atletismo, ciclismo, natación, CrossFit, béisbol y danza.
Para evitar la fatiga prematura, es importante mantener una respiración estable y no exceder las 10-15 repeticiones por ejercicio.
2. Calentamiento específico
Es una fase fundamental antes de iniciar una actividad deportiva, ya que permite una adaptación progresiva a los movimientos y exigencias del ejercicio principal. Se enfoca en los músculos, articulaciones y patrones de movimiento específicos de la disciplina a realizar. Además, su propósito es mejorar la ejecución técnica y optimizar la coordinación neuromuscular.
El calentamiento específico suele iniciarse con movimientos básicos y de baja intensidad, para luego incrementar la complejidad y la velocidad de ejecución. La duración varía según la disciplina, la intensidad del deporte y la experiencia del deportista, pero generalmente oscila entre 5 y 10 minutos.
Uno de los principales beneficios de este calentamiento es la memorización y repetición de gestos deportivos, lo que permite una mejor preparación tanto física como mental. De esta manera, el cuerpo entra en un estado óptimo para el esfuerzo que vendrá a continuación.
Partes del calentamiento específico
El calentamiento específico varía según el deporte y debe replicar, a menor intensidad, los movimientos que se realizarán en la sesión principal. A continuación, se presentan ejemplos aplicados a dos de los deportes más practicados: baloncesto y fútbol.
Calentamiento específico en baloncesto
El objetivo en baloncesto es preparar la musculatura implicada en los tiros, la movilidad en los desplazamientos y la reacción ante situaciones de juego.
- Lanzamientos a canasta desde diferentes ángulos, iniciando sin oposición y luego con un compañero simulando defensa.
- Pases en parejas o grupos, variando distancias y tipos de pase (de pecho, picado, por encima de la cabeza).
- Ejercicios de bote y cambios de dirección, incorporando fintas y cambios de ritmo.
- Entradas a canasta desde ambos lados con diferentes técnicas (bandejas, reversos, una o dos manos).
- Ejercicios defensivos, incluyendo desplazamientos laterales, recuperación tras ayuda y bloqueos de tiro.
Calentamiento específico en fútbol
En fútbol, el calentamiento específico se enfoca en el dominio del balón, la precisión en los pases y la velocidad de reacción ante diferentes situaciones del partido.
- Control del balón con ambos pies, agregando cambios de dirección, velocidad y regates.
- Pases en parejas o grupos, alternando tipos de pase (interior, exterior, bombeados) y distancias.
- Tiros a portería desde diferentes ángulos, con técnicas variadas como empeine, volea o interior.
- Ejercicios de cabeceo, practicando dirección y control desde distintas alturas.
- Ejercicios de presión y recuperación del balón, simulando coberturas, anticipaciones y entradas defensivas.
3. Calentamiento estático
El calentamiento estático es un método de preparación previo al ejercicio que se enfoca en la activación muscular sin movimientos dinámicos o de alta intensidad. Su propósito es mejorar la flexibilidad, la movilidad articular y la relajación muscular, preparando el cuerpo para esfuerzos específicos sin generar impacto o estrés adicional sobre las estructuras musculoesqueléticas.
Se basa en estiramientos mantenidos, donde se lleva una articulación hasta su rango máximo de movimiento (ROM) y se sostiene la postura durante un período de 20 a 60 segundos. Esta técnica permite que los músculos se elonguen de manera controlada, reduciendo la rigidez y mejorando la amplitud de movimiento.
Existen diversas formas de realizar un calentamiento estático, cada una con beneficios específicos:
- Estiramientos pasivos: consisten en mantener una postura específica sin realizar esfuerzo muscular activo, permitiendo que el peso corporal o una fuerza externa (como una banda elástica) ayude a elongar los músculos.
- Estiramientos activos: se sostienen posiciones de elongación utilizando únicamente la fuerza de los músculos antagonistas, sin asistencia externa.
- Facilitación Neuromuscular Propioceptiva (PNF): técnica avanzada que combina fases de contracción y relajación muscular para mejorar la flexibilidad. Es ampliamente utilizada en rehabilitación y en disciplinas como la gimnasia o el yoga.
¿Cuándo es recomendable utilizarlo?
El calentamiento estático es más adecuado en situaciones donde se busca optimizar la flexibilidad y reducir la tensión muscular antes de una actividad de baja intensidad. Algunas disciplinas en las que se recomienda incluyen:
- Yoga y pilates, donde la movilidad articular es clave para la ejecución de posturas.
- Danza y gimnasia, ya que favorece la amplitud de movimiento y previene restricciones musculares.
- Artes marciales, como el taekwondo y el karate, donde la flexibilidad es fundamental para la ejecución de patadas y movimientos técnicos.
- Deportes de bajo impacto, como el golf o el tiro con arco, donde la estabilidad y el control postural son prioritarios.
4. Calentamiento pasivo
El calentamiento pasivo es un método de preparación física que utiliza técnicas externas para elevar la temperatura muscular, mejorar la circulación sanguínea y relajar los tejidos antes de la actividad física. No requiere esfuerzo físico directo, sino que se basa en agentes externos como calor, masajes o estímulos térmicos para acondicionar el cuerpo.
Si bien este método ayuda a reducir la rigidez y la tensión muscular, no puede sustituir al calentamiento activo o dinámico general, ya que no genera una activación neuromuscular completa ni prepara el organismo para movimientos específicos. En su lugar, actúa como un complemento para mejorar la predisposición muscular y articular antes del ejercicio. Por otro lado, es útil en situaciones específicas, como:
- Rehabilitación y recuperación muscular, cuando se busca reducir la tensión en tejidos lesionados o contracturados.
- Deportes de bajo impacto, como el golf o el tiro con arco, donde el cuerpo no requiere una activación explosiva.
- Condiciones climáticas frías, donde es necesario mantener la temperatura muscular antes de iniciar el calentamiento activo.
- Antes de sesiones de flexibilidad o yoga, para facilitar la elongación sin generar estrés en las articulaciones.
Para llevar a cabo el calentamiento pasivo, se pueden emplear diversas técnicas, entre ellas:
- Aplicación de calor: uso de mantas térmicas, compresas calientes o almohadillas térmicas.
- Masajes deportivos: movilización de tejidos para mejorar la circulación y reducir la tensión muscular.
- Duchas de agua caliente: aumento progresivo del flujo sanguíneo y relajación muscular.
- Lámparas de rayos infrarrojos: fuente de calor profundo que estimula la circulación y disminuye la rigidez articular.
- Baños de parafina: método utilizado en rehabilitación para mejorar la movilidad en articulaciones y reducir la inflamación.
5. Calentamiento mental
El calentamiento mental es una técnica que prepara la mente para la actividad física, ayudando al deportista a mejorar la concentración, perfeccionar la ejecución de movimientos y reducir la ansiedad. Se basa en la visualización de los gestos técnicos, lo que refuerza la memoria muscular y activa las áreas del cerebro responsables del movimiento, sin necesidad de ejecutarlo físicamente.
Este método es útil en disciplinas donde la precisión, la rapidez de reacción y la toma de decisiones son clave. Su aplicación es común en:
- Gimnasia y danza, donde mejora la fluidez y precisión de los movimientos.
- Deportes de combate como boxeo, judo y taekwondo, ayudando a optimizar la estrategia y la velocidad de reacción.
- Atletismo, especialmente en carreras de velocidad y saltos, al optimizar la coordinación y la ejecución técnica.
- Tiro con arco y golf, donde la concentración y la precisión son determinantes.
- Automovilismo y motociclismo, donde la anticipación de reflejos y movimientos estratégicos resulta crucial.
Debes considerar que el calentamiento mental no reemplaza la preparación física, pero sí complementa el entrenamiento al mejorar la confianza y la capacidad de reacción del deportista, optimizando su desempeño en la competencia.
6. Calentamiento mixto – combinado
Integra distintos tipos de calentamiento para optimizar la preparación física según las necesidades del deportista, el tipo de actividad y las condiciones en las que se desarrolla. Al combinar ejercicios dinámicos, específicos, estáticos, activos o pasivos, permite una adaptación más completa del cuerpo, mejorando la movilidad, la activación muscular y la respuesta neuromuscular.
7. Calentamiento preventivo
Es una técnica utilizada en educación física con el propósito de facilitar la recuperación de músculos o articulaciones tras una lesión. Debido a su naturaleza rehabilitadora, los ejercicios empleados en este método son de baja intensidad y movimientos controlados, evitando esfuerzos que puedan agravar la condición del deportista.
Para optimizar sus efectos, suele complementarse con masajes terapéuticos y la aplicación de calor localizado, lo que ayuda a reducir la rigidez muscular. Es fundamental que este tipo de calentamiento sea guiado por un especialista en fisioterapia o entrenamiento deportivo, ya que una ejecución inadecuada podría agravar la lesión en lugar de favorecer su recuperación.
La clave para un rendimiento deportivo óptimo
El calentamiento no es solo una rutina previa al ejercicio, sino una herramienta estratégica para potenciar el rendimiento. Elegir el método adecuado según la actividad permite una mejor ejecución, mayor eficiencia y una preparación integral del cuerpo y la mente. Aprovecharlo al máximo marcará la diferencia en cualquier disciplina deportiva.
Antes de cualquier actividad física, preparar el cuerpo de manera correcta marca la diferencia entre un buen rendimiento y una posible lesión. Existen distintos tipos de calentamiento, cada uno diseñado para activar los músculos, mejorar la circulación y optimizar la respuesta del sistema nervioso y endocrino. Más que una rutina previa al ejercicio, esta fase influye en la movilidad, la fuerza y la resistencia.
Sin embargo, no todos los métodos son iguales ni funcionan para cualquier deporte. Algunos son ideales para entrenamientos de alta intensidad, mientras que otros favorecen la flexibilidad o la concentración. Conocer cuál usar en cada caso te ayudará a evitar molestias, mejorar tu desempeño y sacar el máximo provecho de cada sesión.
1. Calentamiento dinámico general
El objetivo del calentamiento dinámico general es preparar el cuerpo de manera progresiva, aumentando la temperatura muscular, mejorando la circulación sanguínea y activando el sistema nervioso. Se compone de ejercicios básicos de movilidad y desplazamiento que ayudan a optimizar el rendimiento y reducir el riesgo de lesiones.
Su intensidad es moderada y los movimientos no requieren una fuerza excesiva. En esta fase, el enfoque principal es activar la musculatura sin fatigar el cuerpo antes de la actividad principal. Algunos de los ejercicios que entran en este calentamiento son:
- Trote ligero: con el objetivo de mantener un ritmo cómodo, evitando sprints o esfuerzos innecesarios.
- Caminata en elíptica: una alternativa para activar el sistema cardiovascular sin impacto.
- Bicicleta estática: permite calentar articulaciones y grandes grupos musculares con intensidad controlada.
Beneficios
Este tipo de calentamiento no solo prepara el cuerpo, sino que también optimiza su respuesta al esfuerzo, mejorando la movilidad, la resistencia y la coordinación. Veamos otras ventajas de aplicarlo:
- Mayor flujo sanguíneo hacia los músculos: facilitando la oxigenación y el rendimiento.
- Mejora de la movilidad articular: minimizando el riesgo de lesiones en tendones y ligamentos.
- Incremento de la coordinación muscular: favoreciendo un mejor control motor durante la actividad física.
- Activación del sistema cardiovascular: optimiza la resistencia y reduce el impacto del ejercicio en el corazón.
Partes del calentamiento general
El calentamiento dinámico general se desarrolla en una progresión estructurada que permite activar el cuerpo de manera eficiente. Aunque las clasificaciones pueden variar según el enfoque de cada especialista, por lo general, consta de tres fases:
- Movilidad articular: su objetivo es mejorar la amplitud de movimiento de las articulaciones, reduciendo la rigidez y optimizando la preparación muscular, a través de movimientos controlados que estimulan la lubricación articular. Por ejemplo, círculos de tobillos, muñecas y hombros; rotaciones de cuello y cadera; balanceo de piernas y brazos.
- Activación cardiovascular: una vez activadas las articulaciones, se incrementa progresivamente la frecuencia cardiaca mediante ejercicios aeróbicos de baja intensidad. Por ejemplo: trote ligero o marcha en el sitio, saltos suaves o skipping moderado; subir y bajar escaleras a ritmo controlado.
- Estiramientos dinámicos: implican movimientos activos y repetitivos. Esto permite que los músculos se preparen sin reducir su capacidad de contracción, evitando la rigidez antes del ejercicio principal. Por ejemplo: flexión y extensión de rodillas, elevaciones de talones y puntas de los pies y rotaciones de tronco con control.
Mantener el orden en el calentamiento es clave para una activación muscular eficiente. Comenzar con la movilidad articular permite que las articulaciones se adapten gradualmente, reduciendo el riesgo de distensiones y desgarros. A medida que se avanza hacia la activación cardiovascular, el sistema circulatorio y respiratorio se ajustan al esfuerzo, lo que optimiza el rendimiento y prepara al cuerpo para la actividad principal.
Es ideal para una amplia variedad de disciplinas deportivas, especialmente aquellas que requieren movimientos explosivos, coordinación, resistencia o fuerza. Por ejemplo, atletismo, ciclismo, natación, CrossFit, béisbol y danza.
Para evitar la fatiga prematura, es importante mantener una respiración estable y no exceder las 10-15 repeticiones por ejercicio.
2. Calentamiento específico
Es una fase fundamental antes de iniciar una actividad deportiva, ya que permite una adaptación progresiva a los movimientos y exigencias del ejercicio principal. Se enfoca en los músculos, articulaciones y patrones de movimiento específicos de la disciplina a realizar. Además, su propósito es mejorar la ejecución técnica y optimizar la coordinación neuromuscular.
El calentamiento específico suele iniciarse con movimientos básicos y de baja intensidad, para luego incrementar la complejidad y la velocidad de ejecución. La duración varía según la disciplina, la intensidad del deporte y la experiencia del deportista, pero generalmente oscila entre 5 y 10 minutos.
Uno de los principales beneficios de este calentamiento es la memorización y repetición de gestos deportivos, lo que permite una mejor preparación tanto física como mental. De esta manera, el cuerpo entra en un estado óptimo para el esfuerzo que vendrá a continuación.
Partes del calentamiento específico
El calentamiento específico varía según el deporte y debe replicar, a menor intensidad, los movimientos que se realizarán en la sesión principal. A continuación, se presentan ejemplos aplicados a dos de los deportes más practicados: baloncesto y fútbol.
Calentamiento específico en baloncesto
El objetivo en baloncesto es preparar la musculatura implicada en los tiros, la movilidad en los desplazamientos y la reacción ante situaciones de juego.
- Lanzamientos a canasta desde diferentes ángulos, iniciando sin oposición y luego con un compañero simulando defensa.
- Pases en parejas o grupos, variando distancias y tipos de pase (de pecho, picado, por encima de la cabeza).
- Ejercicios de bote y cambios de dirección, incorporando fintas y cambios de ritmo.
- Entradas a canasta desde ambos lados con diferentes técnicas (bandejas, reversos, una o dos manos).
- Ejercicios defensivos, incluyendo desplazamientos laterales, recuperación tras ayuda y bloqueos de tiro.
Calentamiento específico en fútbol
En fútbol, el calentamiento específico se enfoca en el dominio del balón, la precisión en los pases y la velocidad de reacción ante diferentes situaciones del partido.
- Control del balón con ambos pies, agregando cambios de dirección, velocidad y regates.
- Pases en parejas o grupos, alternando tipos de pase (interior, exterior, bombeados) y distancias.
- Tiros a portería desde diferentes ángulos, con técnicas variadas como empeine, volea o interior.
- Ejercicios de cabeceo, practicando dirección y control desde distintas alturas.
- Ejercicios de presión y recuperación del balón, simulando coberturas, anticipaciones y entradas defensivas.
3. Calentamiento estático
El calentamiento estático es un método de preparación previo al ejercicio que se enfoca en la activación muscular sin movimientos dinámicos o de alta intensidad. Su propósito es mejorar la flexibilidad, la movilidad articular y la relajación muscular, preparando el cuerpo para esfuerzos específicos sin generar impacto o estrés adicional sobre las estructuras musculoesqueléticas.
Se basa en estiramientos mantenidos, donde se lleva una articulación hasta su rango máximo de movimiento (ROM) y se sostiene la postura durante un período de 20 a 60 segundos. Esta técnica permite que los músculos se elonguen de manera controlada, reduciendo la rigidez y mejorando la amplitud de movimiento.
Existen diversas formas de realizar un calentamiento estático, cada una con beneficios específicos:
- Estiramientos pasivos: consisten en mantener una postura específica sin realizar esfuerzo muscular activo, permitiendo que el peso corporal o una fuerza externa (como una banda elástica) ayude a elongar los músculos.
- Estiramientos activos: se sostienen posiciones de elongación utilizando únicamente la fuerza de los músculos antagonistas, sin asistencia externa.
- Facilitación Neuromuscular Propioceptiva (PNF): técnica avanzada que combina fases de contracción y relajación muscular para mejorar la flexibilidad. Es ampliamente utilizada en rehabilitación y en disciplinas como la gimnasia o el yoga.
¿Cuándo es recomendable utilizarlo?
El calentamiento estático es más adecuado en situaciones donde se busca optimizar la flexibilidad y reducir la tensión muscular antes de una actividad de baja intensidad. Algunas disciplinas en las que se recomienda incluyen:
- Yoga y pilates, donde la movilidad articular es clave para la ejecución de posturas.
- Danza y gimnasia, ya que favorece la amplitud de movimiento y previene restricciones musculares.
- Artes marciales, como el taekwondo y el karate, donde la flexibilidad es fundamental para la ejecución de patadas y movimientos técnicos.
- Deportes de bajo impacto, como el golf o el tiro con arco, donde la estabilidad y el control postural son prioritarios.
4. Calentamiento pasivo
El calentamiento pasivo es un método de preparación física que utiliza técnicas externas para elevar la temperatura muscular, mejorar la circulación sanguínea y relajar los tejidos antes de la actividad física. No requiere esfuerzo físico directo, sino que se basa en agentes externos como calor, masajes o estímulos térmicos para acondicionar el cuerpo.
Si bien este método ayuda a reducir la rigidez y la tensión muscular, no puede sustituir al calentamiento activo o dinámico general, ya que no genera una activación neuromuscular completa ni prepara el organismo para movimientos específicos. En su lugar, actúa como un complemento para mejorar la predisposición muscular y articular antes del ejercicio. Por otro lado, es útil en situaciones específicas, como:
- Rehabilitación y recuperación muscular, cuando se busca reducir la tensión en tejidos lesionados o contracturados.
- Deportes de bajo impacto, como el golf o el tiro con arco, donde el cuerpo no requiere una activación explosiva.
- Condiciones climáticas frías, donde es necesario mantener la temperatura muscular antes de iniciar el calentamiento activo.
- Antes de sesiones de flexibilidad o yoga, para facilitar la elongación sin generar estrés en las articulaciones.
Para llevar a cabo el calentamiento pasivo, se pueden emplear diversas técnicas, entre ellas:
- Aplicación de calor: uso de mantas térmicas, compresas calientes o almohadillas térmicas.
- Masajes deportivos: movilización de tejidos para mejorar la circulación y reducir la tensión muscular.
- Duchas de agua caliente: aumento progresivo del flujo sanguíneo y relajación muscular.
- Lámparas de rayos infrarrojos: fuente de calor profundo que estimula la circulación y disminuye la rigidez articular.
- Baños de parafina: método utilizado en rehabilitación para mejorar la movilidad en articulaciones y reducir la inflamación.
5. Calentamiento mental
El calentamiento mental es una técnica que prepara la mente para la actividad física, ayudando al deportista a mejorar la concentración, perfeccionar la ejecución de movimientos y reducir la ansiedad. Se basa en la visualización de los gestos técnicos, lo que refuerza la memoria muscular y activa las áreas del cerebro responsables del movimiento, sin necesidad de ejecutarlo físicamente.
Este método es útil en disciplinas donde la precisión, la rapidez de reacción y la toma de decisiones son clave. Su aplicación es común en:
- Gimnasia y danza, donde mejora la fluidez y precisión de los movimientos.
- Deportes de combate como boxeo, judo y taekwondo, ayudando a optimizar la estrategia y la velocidad de reacción.
- Atletismo, especialmente en carreras de velocidad y saltos, al optimizar la coordinación y la ejecución técnica.
- Tiro con arco y golf, donde la concentración y la precisión son determinantes.
- Automovilismo y motociclismo, donde la anticipación de reflejos y movimientos estratégicos resulta crucial.
Debes considerar que el calentamiento mental no reemplaza la preparación física, pero sí complementa el entrenamiento al mejorar la confianza y la capacidad de reacción del deportista, optimizando su desempeño en la competencia.
6. Calentamiento mixto – combinado
Integra distintos tipos de calentamiento para optimizar la preparación física según las necesidades del deportista, el tipo de actividad y las condiciones en las que se desarrolla. Al combinar ejercicios dinámicos, específicos, estáticos, activos o pasivos, permite una adaptación más completa del cuerpo, mejorando la movilidad, la activación muscular y la respuesta neuromuscular.
7. Calentamiento preventivo
Es una técnica utilizada en educación física con el propósito de facilitar la recuperación de músculos o articulaciones tras una lesión. Debido a su naturaleza rehabilitadora, los ejercicios empleados en este método son de baja intensidad y movimientos controlados, evitando esfuerzos que puedan agravar la condición del deportista.
Para optimizar sus efectos, suele complementarse con masajes terapéuticos y la aplicación de calor localizado, lo que ayuda a reducir la rigidez muscular. Es fundamental que este tipo de calentamiento sea guiado por un especialista en fisioterapia o entrenamiento deportivo, ya que una ejecución inadecuada podría agravar la lesión en lugar de favorecer su recuperación.
La clave para un rendimiento deportivo óptimo
El calentamiento no es solo una rutina previa al ejercicio, sino una herramienta estratégica para potenciar el rendimiento. Elegir el método adecuado según la actividad permite una mejor ejecución, mayor eficiencia y una preparación integral del cuerpo y la mente. Aprovecharlo al máximo marcará la diferencia en cualquier disciplina deportiva.
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- Costa Ramos, J. (2009). El calentamiento general y específico en la educación Física. Ejercicios prácticos. Cultivalibros. https://books.google.com.ec/books?id=ckEY_eXNQLEC&dq=calentamiento+educacion+fisica&lr=&hl=es&source=gbs_navlinks_s
- Ruiz Garrigós, A., de Vicente Durán, A., & Sánchez-Pay, A. (2020). Influencia de dos tipos de calentamiento sobre la fuerza explosiva del tren inferior en estudiantes de Educación Física. Pensar En Movimiento: Revista De Ciencias Del Ejercicio Y La Salud, 18(1), e34705. https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/pem/article/view/34705
- Sagarra, C., & Vega, A. (2019). Calentamiento para la actividad físico-deportiva. Sus fundamentos metodológicos dentro del proceso de enseñanza. Panorama. Cuba y Salud, 14(1), 3-5. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7328973
- Salazar Martínez, C. (2007). El calentamiento: tipos y fases. Lecturas: Educación física y deportes, (108), 53.
- Villagómez, C. (2018). El calentamiento y su incidencia en las clases de educación física. [Tesis de masterado, Universidad Técnica de Ambato]. Repositorio Institucional UTA. https://repositorio.uta.edu.ec/items/81b4f5e0-a095-4d00-8acf-8ab212255297
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