¿Cómo inducir el vómito de manera segura?
Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina
El vómito o la emesis es un fenómeno reflejo mediante el cual el organismo expulsa de forma brusca y violenta el contenido gástrico, a través de la boca. Este suele desencadenarse por alergias, intoxicaciones alimentarias o por infecciones gastrointestinales.
En ocasiones, puede ser necesario inducir el vómito para aliviar algún tipo de malestar estomacal o eliminar sustancias dañinas ingeridas. Aunque amerita algunos cuidados, provocar la emesis puede ser conveniente a la hora de tratar ciertas condiciones.
Eso sí, debes tener en cuenta que estimular el reflejo nauseoso —con un limpiador de lengua o hacer gárgaras con agua tibia salada— solo debe realizarse bajo indicación médica, en situaciones de emergencia, y no debe convertirse en un hábito. A continuación, te explicamos cómo hacerlo, los efectos secundarios y cómo aliviar las ganas de vomitar.
¿Cuándo es necesario inducir el vómito?
Existen situaciones de emergencia donde provocar el vómito puede marcar la diferencia. Una de ellas es ingerir una sustancia dañina no corrosiva, que pueda causar más daño si permanece en el estómago. Tal es el caso de un medicamento ingerido de manera errónea.
Por otro lado, cuando se busca aliviar síntomas gastrointestinales, que se desencadenan tras malas digestiones, esta técnica también podría ser beneficiosa. Claro está, es una medida de último recurso cuando estos no responden a ningún otro tratamiento.
Sin embargo, antes de hacerlo, es necesario contar con la autorización del médico. Esto se debe a que la expulsión forzosa del contenido del estómago, luego de ingerir ciertas sustancias (especialmente productos ácidos, irritantes o venenosos), podría empeorar el cuadro clínico.
Asimismo, no se recomienda esta práctica si la persona ha tragado un objeto punzante.
¿Cómo provocar este acto reflejo?
Inducir la emesis puede resultar una tarea desagradable y agobiante. No obstante, es posible hacerlo de forma segura mediante la provocación del vómito.
Esta es una reacción de protección que se pone en manifiesto cuando un estímulo irritante o externo toca la base de la lengua o el pilar amigdalino posterior. En general, se produce una contracción brusca del paladar y los constrictores faríngeos en respuesta al estímulo inicial.
Entonces, para estimular este reflejo y vomitar de manera fácil, rápida y segura, sigue estos pasos:
1. Busca un lugar adecuado
Ante la necesidad de vomitar, lo primero que debes hacer es buscar un espacio privado, libre de ruidos y espectadores. La mayoría de las personas optan por dirigirse al baño o escogen áreas boscosas si se encuentran al aire libre. Sin embargo, es recomendable prevenir a alguna persona para que se mantenga atenta.
2. Prepara un sitio para descargar el vómito
Por lo general, provocar la emesis frente al inodoro es la forma más segura y fácil. En este sentido, deberás arrodillarte o inclinarte frente al mismo. Si estás al aire libre, una bolsa o recipiente desechable podrían funcionar.
Es recomendable retirar de las manos cualquier accesorio que pudiera mancharse. Además, las personas con el cabello largo deberían recogerlo con una goma para evitar ensuciarse. Si estás con algún amigo o familiar, puedes pedirle que te sujete el pelo.
3. Estimula el reflejo nauseoso
Las náuseas y las arcadas son señales que advierten la llegada del vómito. Si percibes estos síntomas, no debes tratar de retenerlos. De igual forma, puedes ayudar a tu organismo colocando un dedo en el interior de la boca y realizando una ligera presión en la parte posterior de la lengua.
Otra zona que puede ser estimulada para vomitar de forma segura es la parte posterior del paladar y la úvula. Esta última no es más que la pequeña campanita que cuelga en el techo de la boca.
En un principio, la persona percibirá arcadas y contracciones bruscas en el estómago y la garganta. Luego, se producirá la expulsión del contenido gástrico.
4. Enjuaga tu boca
Si sientes que queda ácido remanente en tu boca, solo enjuaga con abundante agua. De esta manera, puede prevenir el daño en tus dientes y encías. No es recomendable cepillar los dientes luego de vomitar, por el riesgo de erosión dental. Para esto, espera al menos media hora.
5. Toma asiento y relájate
En la mayoría de los casos, las personas sienten debilidad muscular, cansancio y fatiga después de la emesis. Por tanto, es crucial darle un par de minutos al cuerpo para que se reponga.
En este sentido, es aconsejable descansar más de 10 minutos sentado o recostado con una almohada en la espalda hasta que se sienta una leve mejoría. No se recomienda acostarse boca abajo o de lado en la primera hora.
6. Evita las comidas por un par de horas
Al igual que el resto de tu organismo, el estómago requiere de un tiempo para recuperarse después del vómito. Es por ello que un paso vital para inducir el vómito de forma segura es evitar comer por una a dos horas después de provocar la expulsión gástrica. Al retomar la alimentación, procura no ingerir comidas copiosas o platillos ricos en grasas y azúcares.
Otras técnicas
Si te preguntas qué más hacer para vomitar, además de la manera antes descrita, existen formas seguras que facilitan la inducción del reflejo nauseoso. Las más utilizadas son las siguientes:
1. Utiliza un limpiador de lengua
Algunas personas no son capaces de provocar el vómito utilizando un dedo, o lo detienen voluntariamente por miedo a ensuciarse. En este caso, se recomienda emplear un limpiador de lengua o cepillo de dientes para alcanzar el paladar posterior o la úvula.
No debe introducirse el objeto en profundidad por el riesgo de obstrucción.
2. Haz gárgaras con agua tibia
Si lo que se busca es vomitar rápido, realizar gárgaras con agua tibia salada por varios minutos puede ser la solución. Con esto se puede lograr estimular de forma adecuada los receptores orofaríngeos, que inducen el reflejo nauseoso. Recuerda no detener las náuseas o las arcadas que puedan producirse, ya que suelen preceder al vómito.
3. Busca un olor desagradable
En un gran número de personas, los olores y sabores desagradables son detonantes de náuseas y arcadas. En este sentido, pueden aumentar la sensibilidad al vómito. Un ejemplo es el olor a huevos podridos u otros alimentos en descomposición.
4. Concéntrate en la emesis
Centrar la mente en las sensaciones, olores y características del vómito puede provocar suficientes náuseas que ayuden a inducirlo.
Recomendaciones para estimular el reflejo nauseoso
Provocar la emesis es una tarea que debe realizarse con precaución. Antes, debes valorar los posibles riesgos y beneficios, además de tomar en cuenta algunas recomendaciones para que su práctica sea segura. Toma nota de las siguientes:
- Hazlo solo bajo autorización médica. Como se ha hecho énfasis, antes de provocar el vómito, se debe contar con la guía de un profesional de salud, en especial, cuando se realiza como una medida de emergencia por la ingestión de sustancias tóxicas.
- Lava tus manos antes. La higiene correcta de las manos es necesaria para prevenir infecciones bucales. Para ello, tan solo debemos refregar los dedos y las palmas de las manos con abundante agua y jabón antiséptico, antes de provocar el vómito.
- Bebe agua antes y después. Beber agua aumenta el volumen del estómago, lo que favorece el reflejo nauseoso. Luego de vomitar, se recomienda tomar agua poco a poco o chupar un hielo. Así, puedes reponer parte del líquido que se pierde con la emesis. Además, ayuda a limpiar los ácidos gástricos que quedan remanentes en la boca.
- Elige una técnica segura. Sigue al pie de la letra los pasos para provocar el vómito de manera segura. Evita métodos no reconocidos que puedan poner en riesgo la salud, como por ejemplo, beber agua con sal, agua de mostaza o agua con bicarbonato de sodio.
- Evita provocar el vómito de manera frecuente. No se debe estimular este acto reflejo de forma rutinaria. Esto puede causar daños en la cavidad bucal, además de otras alteraciones a nivel digestivo.
Efectos secundarios
Es posible que, al estimular el vómito o al hacerlo de forma recurrente, se desencadenen una serie de efectos secundarios. Estos pueden generarse por el paso de jugos gástricos a la vía respiratoria, la pérdida de líquido y el daño a las paredes del aparato digestivo. Repasemos los posibles eventos adversos:
- Aspiración. Ocurre cuando el material gástrico a expulsar ingresa a los pulmones. Esto puede llevar a la asfixia, así como la infección del árbol respiratorio. La neumonía por aspiración es resultado del paso del contenido gástrico a los pulmones, acompañado de irritación, inflamación y riesgo de proliferación bacteriana.
- Deshidratación. La inducción continua del vómito suele llevar a la deshidratación y pérdida de electrolitos esenciales. Asimismo, la reducción de ácidos y líquido gastrointestinal, podría dar lugar a alcalosis metabólica, hiponatremia e hipopotasemia.
- Lesiones en el tracto digestivo. En caso de vómitos persistentes, el contenido gástrico puede causar lesiones y quemaduras en el esófago, la garganta y la boca. Un hallazgo común ante esta complicación es el vómito con sangre o hematemesis.
¿Cómo quitar las ganas de vomitar?
Existen diferentes maneras de controlar las náuseas, sin la necesidad de estimular la expulsión forzada de contenido del estómago. Las más utilizadas son las opciones naturales, que además de económicas y prácticas, pocas veces traen otros efectos negativos sobre la salud. Prueba con las siguientes opciones:
- Bebe a sorbos una bebida fría.
- Consume infusión de jengibre o de menta.
- Toma aire fresco. Practica técnicas de respiración profunda.
- Consume algún fármaco antiemético recomendado por el especialista.
- Apóyate de aceites esenciales como lavanda, menta o limón. Este último podría ser eficaz para reducir los vómitos del embarazo.
La inducción del vómito no debe convertirse en una práctica diaria
Como ves, es posible estimular la emesis de forma segura siguiendo las recomendaciones antes mencionadas. Eso sí, utiliza este método en condiciones puntuales, es decir, solo donde los beneficios de expulsar el contenido gástrico superen los riesgos asociados.
Cabe destacar que el vómito no debe emplearse como una maniobra para bajar de peso, ni convertirse en un hábito de rutina. Esto ocurre en un trastorno alimenticio conocido como bulimia nerviosa.
En estos casos, las consecuencias para la salud pueden ser muy graves, comprometiendo incluso la vida. De padecerlo, es importante buscar la ayuda de un especialista en psicología.
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