5 sencillos pasos para dejar de consumir harinas
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El tema del consumo de harinas ha generado opiniones divididas a lo largo de los años. Los médicos aseguran que las blancas son menos saludables y deberían ser sustituidas por las de tipo integral.
A las harinas de trigo refinadas se les suele eliminar el germen que es la parte donde se acumulan los nutrientes y las grasas saludables, pero que, a la vez, hace que el producto dure menos. Por lo tanto, queda un producto más duradero pero menos saludable.
La mayoría de los nutricionistas no recomiendan suprimir las harinas al 100 % de la dieta porque son una fuente de hidratos de carbono que permiten darle más energía al cuerpo. Además, sirven para nutrir órganos vitales como el cerebro, la retina o los riñones, entre otros.
No obstante, reducir el consumo de harinas, sobre todo las refinadas, te puede ayudar a bajar de peso, controlar la diabetes o el colesterol.
5 pasos para dejar de consumir harinas
Las harinas suelen consumirse en los platos principales del día e incluso llegan a ser la primera opción para calmar el hambre en los momentos de ansiedad. Por esta razón, son un gran obstáculo para bajar de peso y se han señalado como causa de problemas digestivos.
Teniendo en cuenta que muchos están tratando de dejarlas o, por lo menos, reducirlas, a continuación queremos compartir 5 alternativas que pueden ser bastante útiles.
1. Prepara snacks saludables
Un gran porcentaje de las harinas que consumimos están presentes en los snacks que nos calman el hambre entre comidas. Su sabor crujiente y dulce suele conquistar nuestro paladar hasta el punto de convertirse en algo adictivo.
Como es difícil dejarlos de la noche a la mañana, lo mejor es idear un plan que ayude a suprimirlos poco a poco. Para ello, en lugar de comprar paquetes de galletas o pan, por ejemplo, prepara tentempiés sanos y bajos en calorías, como los bastoncillos de vegetales o fruta cortada.
Si quieres hacerlos más interesantes los puedes sumergir en una salsa casera o crema de queso baja en grasas.
2. No te saltes las comidas
Uno de los errores que más cometen las personas que quieren bajar de peso es saltarse alguna de las comidas principales, pensando que así evitarán algunas calorías. Lo que no saben es que esto produce el efecto contrario porque ocasiona bajones de azúcar que, más tarde, se traducen en un deseo incontrolable por comer.
Algunos estudios han demostrado que saltarse las comidas, lejos de ayudarnos a perder peso, puede contribuir con el aumento de peso y el desarrollo de problemas como la obesidad.
Lo ideal es mantener una alimentación equilibrada, con alta presencia de fruta y verduras, legumbres, frutos secos y alimentos integrales, y dividirlas en 5 o 6 comidas al día.
Así pues, en lugar de comer grandes cantidades en un solo plato, distribuye dichos alimentos para saciar el hambre a diversas horas. La clave está en no pasar más de cuatro horas de la jornada sin ingerir algún alimento.
3. Busca una alternativa para reducir la presencia de harinas
Estamos tan acostumbrados a las harinas refinadas que pensamos que son la única opción para preparar nuestras recetas favoritas. La verdad es que, en la actualidad, hay muchas opciones saludables que nos permiten hacer nuestras preparaciones con beneficios adicionales.
Por ejemplo, está la harina de arroz y de garbanzo que sirven para hacer pizza, crepes, panes y una amplia variedad de platos. También destaca la de coco, avena y patatas, todas aptas para celíacos porque no contienen gluten.
4. Consume bebidas saciantes
Al consumir tés, infusiones herbales o batidos caseros (sin azúcar ni edulcorantes) en lugar de bebidas industriales de cualquier tipo (incluyendo las light) podrás mantener bajo control la ansiedad para no tener que recurrir a platos cargados de harinas. Entre los recomendados destacan:
- Té de boldo.
- Batidos verdes.
- Leche de avena.
- Jugo de naranja.
- Leche de alpiste.
- Té de manzanilla.
- Leche de almendras.
- Infusión de valeriana.
- Agua de semillas de lino.
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5. Evita comer regularmente fuera de casa para poder reducir las harinas de la dieta
Este es quizá uno de los pasos más importantes para lograr el objetivo sin tener recaídas en el intento. En los locales de comida rápida y restaurantes no suelen medir las cantidades de harinas y otros añadidos poco saludables que ocasionan aumento de peso. Lo peor es que los platos lucen tan atractivos que suele ser muy difícil rechazarlos.
Para no tener esas tentaciones, lo más conveniente es cocinar en casa, y elegir siempre alimentos de alta calidad nutricional. Al hacerlo comprobarás que es más fácil alejar las harinas y reducir el consumo diario de calorías.
Por la adicción que nos ocasionan, es difícil suprimir las harinas de nuestra dieta. Sin embargo, si atendemos a estos consejos, nos será más fácil cumplir nuestro objetivo.
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