Beneficios de tener un colchón de calidad
Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina
Sin duda, tener un colchón de calidad puede marcar la diferencia entre lo que es un buen descanso o pasar una noche incómoda, tratando de conciliar el sueño. Claro que la forma como dormimos, en cuanto a la posición o el horario, es subjetiva; así como lo son los diversos factores que afectan el descanso.
Por tal razón, son distintas las consideraciones que debemos hacer al elegir un colchón. En concreto, hay que tener en cuenta las necesidades propias para alcanzar el confort deseado. Así pues, te contamos ahora sobre algunas características de este elemento y los beneficios de optar por uno de buena calidad.
¿Cómo es un colchón de calidad?
Un colchón de calidad se define a partir de un hecho fundamental; ayuda a tener un buen descanso. Aunque claro, esto es difícil saberlo de antemano, cuando lo compramos. Solo tras usarlo varias noches lo sabremos.
Por otra parte, tal y como se mencionó al inicio, esto también puede ser muy subjetivo, ya que varía de acuerdo a la necesidad de la persona, sus características y sus condiciones. Veamos algunos factores que se deben considerar en la elección.
Tipo de colchón
Básicamente, en la actualidad es posible elegir entre tres tipos de colchones:
- De muelles: su núcleo está formado por una armazón de muelles, por lo común de acero, que se tensan con el peso.
- De espuma: están rellenos con distintos tipos de espuma, que van desde viscoelástica de poliuretano hasta látex, natural o sintética.
- Híbridos: combinan las dos características antes mencionadas, es decir, tienen muelles y también relleno.
Es oportuno acotar, en este punto, que ciertos materiales pueden no ser recomendables para algunas personas. Por ejemplo, quienes sufren de alergia al látex deben ser cuidadosos al elegir un colchón de espuma o híbrido que contenga este material.
Firmeza
Si bien existe la creencia de que un colchón blando es agradable, esto no siempre favorece el descanso en todas las personas. Claro que la idea tampoco es dormir sobre una piedra.
Como vimos antes, hay distintos tipos de colchones y cada uno puede tener un grado de firmeza variable. Por ejemplo, los de muelle suelen ser más firmes, pero los de espuma ayudan a dispersar mejor la presión que ejerce el cuerpo.
Esto se traduce en diversas ventajas. Por ejemplo, para algunos puede ser mejor un colchón firme, sobre todo quienes tienen mayor peso. Algunos estudios sugieren que la espuma de látex evita la sensación de hundimiento, mucho más que lo que ocurre con la espuma viscoelástica.
Sin embargo, otras investigaciones apuntan a que lo ideal es dormir en un colchón de firmeza media o ajustable según el punto del cuerpo, ya que tenemos más peso en la zona media, en comparación con la cabeza o los pies.
Ergonomía
La posición al dormir es diferente en cada persona. Y si bien podemos variar un poco y cambiar de lado durante las noches, esta suele mantenerse más o menos constante.
Ahora, sea cual sea la forma de dormir, un colchón de calidad debe soportar —en términos más generales— la columna vertebral para mantener su curvatura saludable.
Tamaño
Aunque esto depende del espacio que tengamos en la habitación y en la cama, y hasta del presupuesto, un colchón de calidad también es sinónimo de amplio, en especial si dormimos acompañados.
Y es que resulta inevitable que hagamos algunos movimientos en las noches. Pero si no disponemos de espacio, incomodaremos a quien esté a nuestro lado.
Temperatura
En un colchón de calidad, lo ideal es que se mantenga la temperatura para poder alcanzar la fase profunda del sueño y así disfrutar de un buen descanso.
Si este se calienta demasiado, puede resultar incómodo, sobre todo para quienes presentan sudoración nocturna. Incluso, interrumpe el descanso o la conciliación del sueño.
Por lo general, esto sucede con algunos materiales sintéticos. Sin embargo, en la actualidad hay tratamientos con viscogel o viscografeno para la cubierta de los colchones, lo que ayuda a disipar el calor que emana el cuerpo.
Durabilidad
Un colchón de calidad debe conservar una buena condición durante el tiempo que lo utilicemos. Sin embargo, se considera conveniente cambiarlo cada 7 años, según el estado en que se encuentre.
Protección antiácaros
Según las investigaciones, los ácaros pueden desarrollarse en la superficie de los colchones y ropa de cama, sobre todo cuando hay humedad, debida la sudoración de la persona o por otras razones (orina, líquidos derramados).
Para evitar estos problemas y las consecuencias que acarrean en términos de alergias, hay colchones que cuentan con diversos sistemas antiácaros. Por ejemplo, los siguientes:
- Tejidos que facilitan la transpiración: evaporan más rápidamente la humedad.
- Tejidos hipoalergénico: que disminuyen la posibilidad de que los ácaros se reproduzcan.
- Barreras protectoras: que impiden el potencial contacto de la piel con la zona del colchón en la que pueda haber ácaros.
Beneficios de tener un colchón de calidad
Al hablar de los beneficios de tener un colchón de calidad, debemos también pensar en lo que sucede cuando no lo tenemos. Veamos.
Menos movimientos
Cuando dormimos en el adecuado, no solo dejaremos de dar vueltas y vueltas tratando de sentirnos cómodos, sino que también, al movernos, no incomodaremos a quien duerma a nuestro lado. El colchón absorberá el impacto del movimiento y asegurará la continuidad del descanso.
Alineación de la columna
Como se mencionó, al acostarnos el peso debería estar soportado de manera distribuida, con lo cual la columna permanecerá en una posición neutral, sin tensión. Pero, si el colchón se encuentra deteriorado, puede que se hunda más en donde están los hombros o las caderas.
Prevenir o reducir dolores
El dolor en la espalda, la cabeza, el cuello o las articulaciones puede estar relacionado con dormir en un mal colchón. Pero si tenemos uno adecuado, no solo podemos evitar este problema, sino incluso reducirlo, tal como se señala en un estudio.
Reducción de alergias
También se mencionó que en los colchones viejos o con humedad suelen reproducirse los ácaros del polvo. Sin embargo, los que tienen tratamiento hipoalergénico reducen las posibilidades de reacciones respiratorias o cutáneas.
Mejor descanso
Por supuesto, todos estos beneficios inciden directamente en la posibilidad de un mejor descanso, lo que a su vez tiene repercusiones en otros aspectos de la salud, tanto física como mental.
En tal sentido, son diversas las cosas que ocurren en el cuerpo cuando dormimos bien, entre estas tenemos las siguientes:
- Se relajan los músculos.
- Descansa la vista.
- Se fortalece el sistema inmunitario.
- Disminuye la presión arterial y mejora el funcionamiento cardíaco.
- Mejora el humor.
- Se reducen los niveles de estrés.
- Mejora el funcionamiento cognitivo.
Y por curioso que parezca, en las investigaciones se señala que también la reducción o afectación del sueño puede ser un factor asociado con la obesidad.
Dormir, descansar y algo más
Todas las noches dormimos, mas no siempre o no todos descansamos. Lo ideal sería que ocurrieran ambas cosas. Aunque hay muchos factores que pueden atentar contra el sueño.
Por lo tanto, debemos hacer todo lo posible por crear las condiciones adecuadas, que garanticen el descanso, desde la alimentación y las actividades antes de acostarnos, hasta tener un colchón de calidad.
Ahora, dado que en el mercado hay una gran variedad, escoger puede ser complicado. Debemos tomar en cuenta diversas variables, ajustándonos tanto a las necesidades del cuerpo, en cuanto a firmeza, como al espacio y la disponibilidad presupuestaria.
Y aunque es uno de los grandes placeres, dormir no es algo que hacemos solo por gusto. Si no descansamos bien, nuestras actividades cotidianas, así como nuestra salud física y mental, se pueden ver afectadas.
Así que esta es una inversión que vale la pena. Después de todo, el colchón lo vamos a utilizar todas las noches, durante algunos años. Y no siempre será solo para dormir.
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