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¿Se puede comer la cáscara de las semillas de girasol?

4 minutos
La fibra es positiva para la salud. Sin embargo, la cáscara de las semillas de girasol supone un tipo de fibra que transcurre inadecuadamente a través del intestino, lo que resulta peligroso.
¿Se puede comer la cáscara de las semillas de girasol?
Saúl Sánchez Arias

Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias

Última actualización: 09 julio, 2023

Las semillas de girasol son alimentos recomendables para la salud, ya que contienen nutrientes esenciales de elevada calidad. Sin embargo, hay que evitar el consumo de su cáscara, pues podría resultar contraproducente. Te lo explicamos a continuación con detalle.

Ten en cuenta que las semillas de girasol contienen una gran cantidad de ácidos grasos de tipo insaturado. Estos son capaces de proteger la salud cardiovascular, modulando así los niveles de inflamación del organismo. Su consumo está recomendado, aunque de forma moderada, ya que son muy calóricas.

Evita comer la cáscara de las semillas de girasol

El principal problema de la cáscara de las semillas de girasol es que puede provocar daños en el tubo digestivo por su carácter afilado. Es posible que genere cortes, que se clave o que se acumule en los divertículos del intestino en personas propensas a padecerlos.

Del mismo modo, las cáscaras no cuentan con un valor nutricional destacable, al contrario que la carne del interior. Las semillas de girasol destacan por su contenido en ácidos grasos omega 3. Estos han demostrado ser útiles para el tratamiento de algunas patologías inflamatorias como la artritis reumatoide.

Además, las semillas de girasol poseen una concentración significativa de proteínas, esenciales para asegurar una buena salud muscular, tal y como afirma un estudio publicado en la revista Nutrients. Un consumo adecuado y regular de dichos nutrientes previene las pérdidas de masa magra y la aparición de la sarcopenia.

Los propios ácidos grasos son también capaces de evitar el catabolismo de la masa muscular, incidiendo de forma positiva sobre el estado de salud. En individuos mayores, la ingesta regular de dichos nutrientes resulta totalmente determinante. De hecho, en ocasiones se valora su suplementación para evitar carencias o déficits.

Por otra parte, no nos debemos olvidar de que estos alimentos aportan micronutrientes esenciales. El calcio sería uno de los más destacables a nivel de concentración, necesario para el mantenimiento de la densidad ósea. Gracias al mismo, se reduce el riesgo de sufrir fracturas a medio plazo.

Riesgos del consumo de la cáscara de las semillas de girasol

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Son muchos los problemas digestivos que pueden originarse por consumir cualquier cantidad de cáscaras de semillas de girasol.

La ingesta de la cáscara de las semillas de girasol puede originar daños estructurales en el tubo digestivo. Aun en el caso de que esto no suceda, podría incrementar el riesgo de experimentar diarreas o náuseas.

Esto se debe, principalmente, a su alto contenido en fibra, que genera un efecto laxante cuando se consume en gran cantidad. Por otra parte, se han dado casos de obstrucciones del recto a partir de una acumulación de esta clase de desechos.

El aporte de fibra dietética es necesario, pero en las cantidades adecuadas. Además, hay que asegurarse de que se trata de un tipo de fibra que no genera atascamiento en el tubo digestivo.

Siempre es recomendable enfatizar la de tipo soluble, ya que se fermenta produciendo un impacto positivo sobre la microbiota intestina, tal y como evidencia una investigación publicada en Gut Microbes.

¿Qué uso se les puede dar?

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Con un poco de creatividad, es posible darle un nuevo uso a las cáscara de semillas de girasol.

No es adecuado consumir la cáscara de las semillas de girasol. Sin embargo, es posible encontrarle otros usos. Por ejemplo, sirven para producir aceites y fertilizantes. De este modo, se pueden emplear como abono para asegurar una buena diversidad de la flora autóctona de una zona.

Incluso, existen industrias que consiguen transformar estos elementos en consumibles útiles para los animales, como camas de pollo. También cabe la posibilidad de emplear las cáscaras como materia prima en los sistemas energéticos de biomasa, obteniendo así un recurso útil.

De todos modos, su aprovechamiento todavía no está muy extendido. Existe una gran cantidad de cáscaras de semillas de girasol que se desperdician tras el consumo del fruto que contienen. Aunque cada vez hay más industrias que consiguen reutilizar los desechos de la alimentación humana, se trata de un sector por explotar.

No comas las cáscaras de las semillas de girasol

Según lo indicado, consumir la cáscara de las semillas de girasol es contraproducente. Incluso, podría ser verdaderamente peligroso para la salud, si la persona en cuestión tuviese tendencia a formar divertículos. Por este motivo, te recomendamos que las descartes siempre.

Si necesitas incrementar el consumo de fibra, existen otras soluciones mucho más seguras y eficaces, que conseguirán garantizar un mejor tránsito a nivel intestinal. Así, se producirá un incremento de la biodiversidad de la microbiota y una mejor salud digestiva.

De todos modos, ten en cuenta que aunque no son válidas para el consumo humano, las cáscaras de semillas de girasol cuentan con aplicaciones a nivel industrial. Aunque este es un sector todavía poco explotado, suponen un buen sustrato para la génesis de biomasa e, incluso, de fertilizante.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


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