Cómo tratar y mejorar la tiroides de manera natural
Si bien es pequeña, la glándula tiroides regula el metabolismo, una de las funciones más importantes del organismo. Por desgracia, existen múltiples patologías capaces de afectar la función de esta glándula, por lo que resulta conveniente saber cómo tratar y mejorar la tiroides de manera natural.
Si la tiroides está poco activa, nuestro pulso disminuye, así como también el nivel de energía y la cantidad de calorías quemadas por el ejercicio o las actividades. Por su parte, el metabolismo aumenta cuando la secreción de hormonas tiroides es mayor de lo normal.
Hay algunos nutrientes que son imprescindibles para el buen funcionamiento de la glándula tiroides, los cuales nunca deben faltar en nuestra dieta. Descúbrelos a continuación junto con otros trucos para regular las funciones de la glándula.
¿Qué saber sobre los problemas de tiroides?
Esta patología es más frecuente en las mujeres que en los hombres, sobre todo después de los 60 años. Pero, atención, que cada vez se están registrando más casos de mujeres de 30 años con hipotiroidismo, el tipo más común (cuando la tiroides produce poca cantidad de hormonas).
Es preciso realizarse un estudio clínico si existen antecedentes familiares. A nivel mundial, la causa de los problemas tiroideos tiene que ver con una deficiencia en yodo.
Síntomas del hipotiroidismo
Para empezar, los síntomas más frecuentes del hipotiroidismo son:
- Cansancio.
- Aumento de peso sin explicación.
- Rostro hinchado o pálido.
- Dolores musculares.
- Voz ronca.
- Piel seca.
- Colesterol.
- Períodos menstruales con mucho sangrado.
- Problemas en las articulaciones.
En el caso de que el paciente tenga hipertiroidismo, es decir, que su tiroides esté más activa que lo normal, producirá más cantidad de hormonas T3 y T4. Esto acelera varios procesos del cuerpo.
Síntomas del hipertiroidismo
- Cambios en el apetito.
- Mareos.
- Nerviosismo.
- Palpitaciones.
- Irritabilidad.
- Sudoración.
- Diarrea.
- Caída del cabello.
- Problemas de fertilidad.
- Dificultad para dormir.
Nutrientes y alimentos para la tiroides
1. Selenio
Para empezar, el selenio activa la glándula tiroides para que pueda cumplir con sus tareas. De hecho, un estudio publicado en la revista Natural Reviews demostró que los niveles bajos de selenio están relacionados con ciertas patologías tiroideas como la tiroiditis autoinmune, la enfermedad de Graves y el bocio.
Una buena opción para aumentar la cantidad de este mineral es consumir nueces de Brasil (un puñado por día, cinco veces a la semana). Otras fuentes de este nutriente son las vísceras (hígado, por ejemplo) y los mariscos. Atención, que el exceso de selenio también puede ocasionar problemas de tiroides.
2. Yodo
El yodo no más de 150 microgramos por día (un miligramo tiene 1000 microgramos)
No obstante, debemos tener en cuenta que si se consume demasiado de este nutriente los desequilibrios se pueden agravar. Las algas y la sal yodada son sus principales fuentes. No obstante, podemos consultar con un dietista especializado.
3. Zinc
Las mujeres que tienen problemas de tiroides podrían carecer de niveles correctos de zinc. Por este motivo, hay que tener en cuenta que la dosis sugerida de este mineral por día es de 10 mg.
Este nutriente ayuda a los receptores de la glándula a nivel celular y fortalece la acción del ADN. Por su parte, algunas investigaciones relacionan los niveles séricos de zinc con ciertas patologías tiroideas, no obstante, los resultados no son concluyentes, según un estudio publicado en 2021. Algunos alimentos ricos en zinc son el cacao, la carne de vaca, las ostras o los frutos secos.
4. Calcio y Vitamina D
Una de las consecuencias de los problemas de tiroides es el adelgazamiento de los huesos. Por eso se recomienda consumir más cantidad de calcio (no solo está presente en los lácteos, sino también en los vegetales de hoja, como la acelga o la espinaca).
No obstante, para asimilar bien este mineral también debemos aportar a nuestro organismo vitamina D. El déficit de esta vitamina es una de las características de las personas que sufren de enfermedades tiroideas.
Además, una de publicación realizada en International Journal of Molecular Sciences asoció la deficiencia de vitamina D con ciertas patologías tiroideas, como la tiroiditis de Hashimoto y la enfermedad de Graves. Por fortuna, podemos obtener esta vitamina de los alimentos, de suplementos o mediante la exposición a la luz solar.
5. Soja fermentada
El tempeh y el miso pueden ser supresores de las hormonas tiroideas. La soja puede ser más eficaz que cualquier tratamiento antitiroideo, aunque tal afirmación carece de evidencia científica. De hecho, de acuerdo con una publicación de Scientific Reports, la soja no tiene ningún efecto en las hormonas tiroideas y solo aumenta ligeramente los niveles de TSH.
No obstante, en caso de que lo desees, recomendamos consumir soja siempre de calidad orgánica, ya que la mayor parte de este grano es transgénica. Es importante saber que este alimento cuenta con ácido fítico y otros componentes que pueden perjudicar la absorción de nutrientes en el organismo. Por lo tanto, es preciso consumir soja con cuidado.
6. Vegetales crucíferos
Por último, no podemos olvidarnos de las coles de Bruselas, la coliflor y el brócoli. Estos alimentos bociogénicos bloquean la absorción y la utilización del yodo, y calman la función tiroidea.
Lo ideal para que sean curativos es cocinarlos muy poco, al vapor, y que queden un poco crujientes. También podemos hacerlos fermentados o en ensaladas.
¿Cómo se cura la tiroides de manera natural?
En primer lugar, es bueno que vayas al médico y que este solicite un examen completo de sangre. Siempre es bueno contar con este análisis para determinar los niveles de TSH, T3 y T4.
Quizás no desees seguir un tratamiento con fármacos. No obstante, puedes ir a un homeópata o un naturópata para que te brinde remedios basados en tradiciones ancestrales.
Alimentos beneficiosos y perjudiciales
Además, te recomendamos que aumentes el consumo de ciertos alimentos:
- Por su alto contenido en yodo, las algas (arame, kombu, nori o palmaria).
- Para aumentar la cantidad de vitamina A, zanahorias y huevos.
- Por sus elevados valores de cinc, atún, espinacas, nueces, res y pollo.
No obstante, es preciso, a su vez, que evites estos alimentos :
- Azúcares.
- Comida procesada.
- Grasas saturadas.
- Harinas refinadas.
- Exceso de sal.
Otros consejos
- Para empezar, algunas infusiones te pueden ayudar a aumentar los niveles de tiroxina. Por ejemplo, puedes consumir té de hojas de nogal negro (con buena cantidad de yodo, que estimula las tiroides).
- También puedes optar por infusión de algas como Kombu o el Musgo de Irlanda (regulan la velocidad metabólica, estimulan la producción de hormonas tiroideas y mejoran el flujo sanguíneo).
- Es muy buena idea también realizar ejercicio para mejorar el estado de la sangre y para que los nutrientes frescos recorran tu cuerpo por completo. Además, al mismo tiempo que te deshaces de las toxinas. Trotar, saltar a la soga o andar en bicicleta pueden ser una excelente opción. La idea es que sean ejercicios aeróbicos y cardiovasculares. Elige los que más te gusten.
- Por último, practicar alguna terapia de relajación, como puede ser el yoga, la meditación o el taichi. Es muy bueno para regular la función de la tiroides, sobre todo si el problema fue ocasionado por un trauma, una gran depresión o una noticia muy mala. A su vez, esto te traerá beneficios en tu vida cotidiana, no solo en lo que se refiere a esta glándula.
Siempre consulta con el médico
Como puedes ver, es posible tratar y mejorar la tiroides de manera natural. No obstante, siempre es recomendable consultar con un médico especialista. Solo este profesional de la salud estará en la capacidad de diagnosticar la enfermedad e indicar el mejor tratamiento.
Por otro lado, debes tener en cuenta que los suplementos mencionados no sustituirán bajo ninguna circunstancia el tratamiento farmacológico. Además, resulta pertinente consultar con el médico antes de aplicar cualquier remedio natural.
Te podría interesar...Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Pearce, E. N., Andersson, M., & Zimmermann, M. B. (2013). Global iodine nutrition: where do we stand in 2013?. Thyroid, 23(5), 523-528. https://www.liebertpub.com/doi/abs/10.1089/thy.2013.0128
- Zimmermann, M. B., & Köhrle, J. (2002). The impact of iron and selenium deficiencies on iodine and thyroid metabolism: biochemistry and relevance to public health. Thyroid, 12(10), 867-878. https://www.liebertpub.com/doi/abs/10.1089/105072502761016494
- Roti, E., & Uberti, E. D. (2001). Iodine excess and hyperthyroidism. Thyroid, 11(5), 493-500. https://www.liebertpub.com/doi/abs/10.1089/105072501300176453
- Chung, H. R. (2014). Iodine and thyroid function. Annals of pediatric endocrinology & metabolism, 19(1), 8. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4049553/
- Sánchez, A. (2009). Selenio y tiroides. Glánd Tir Paratir, 18(1), 40-45. http://www.revistatiroides.com.ar/Revistas/18/RevGlan-Art8-6.pdf
- Kaki, M. (2001). El zinc en endocrinologia. International Pediatrics, 16(3), 1-10. http://www.labpharmedic.com/wp-content/uploads/zincenendocrinologia.pdf
- Mackawy, A. M. H., Al-Ayed, B. M., & Al-Rashidi, B. M. (2013). Vitamin D deficiency and its association with thyroid disease. International journal of health sciences, 7(3), 267. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3921055/