¿Qué es el condicionamiento operante y cómo funciona?
Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz
El condicionamiento operante es una teoría del aprendizaje y, al mismo tiempo, una técnica para la modificación de la conducta. Tiene múltiples aplicaciones que van desde la persuasión publicitaria hasta el tratamiento de fobias y adicciones.
Al condicionamiento operante también se le conoce como condicionamiento instrumental o condicionamiento skinneriano. En términos generales, sirve para aumentar o disminuir determinados comportamientos mediante la introducción de consecuencias positivas o negativas.
Nació en el marco de la escuela conductista. Se le llama de esta forma para diferenciarlo del condicionamiento clásico, que fue previo.
¿Qué es el condicionamiento operante?
El condicionamiento operante es un método de aprendizaje. Se basa en la asociación entre una conducta determinada y la introducción de consecuencias positivas o negativas frente a esta. Si la consecuencia es positiva, la conducta se refuerza; si es negativa, se reduce o elimina.
El objetivo de este enfoque es aumentar o disminuir la probabilidad de que una conducta vuelva a repetirse. Si hay una recompensa para esa conducta, esta tenderá a realizarse de nuevo. Si hay un castigo, dejará de practicarse.
Desde ese punto de vista, en el condicionamiento operante hay varios tipos de respuesta, dependiendo del objetivo que se busque. No solo incluye la recompensa y el castigo, sino también la eliminación de castigos o de recompensas.
¿Cómo funciona?
El condicionamiento operante busca la modificación de la conducta. Si alguien esgrime una conducta que quiere mantenerse o promoverse, se introduce algo que la refuerce, como un premio.
Si la conducta quiere eliminarse se introduce un castigo o se le quita un premio. De este modo, se fortalecen las conductas seguidas de una recompensa y se dejan de estimular las que son seguidas de un castigo.
Los elementos del condicionamiento operante
En el condicionamiento operante hay factores o elementos positivos y negativos que entran en juego frente a una conducta. Son los siguientes:
- Reforzador positivo: cuando tras una conducta se adiciona una recompensa. Incrementa la frecuencia de esa conducta. Por ejemplo, felicitar, dar un premio, otorgar comisiones.
- Reforzador negativo: ocurre cuando tras la conducta se elimina un estímulo aversivo. También promueve esa conducta. Por ejemplo, dejar de reñirle al otro o permitirle salir antes del horario habitual.
- Castigo positivo: cuando se presenta una conducta y se produce un castigo. Esto desalienta tal conducta. Por ejemplo, regañar o dar trabajo extra.
- Castigo negativo: si después de la conducta se elimina una recompensa. Por ejemplo, no hablar, no contestar o no interactuar.
Los programas de condicionamiento
Los programas de condicionamiento tienen que ver con la frecuencia o la intensidad con la que se introducen las recompensas y los castigos. Esto depende del efecto que se quiera lograr.
Así las cosas, hay 5 posibles programas:
- Continuo. Cada vez que se presenta la conducta se produce la consecuencia.
- Razón fija. Cuando solo se introduce el refuerzo después de un determinado número de veces que se haya producido la conducta.
- Intervalos fijos. Se introduce el refuerzo si el comportamiento tiene lugar durante un determinado periodo de tiempo.
- Razón variable. El refuerzo se introduce al azar, después de un número indeterminado de conductas repetidas.
- Intervalo variable. El refuerzo se introduce al azar tras un lapso indeterminado de tiempo.
Técnicas del condicionamiento operante
En el condicionamiento operante hay múltiples técnicas para modificar la conducta en diversos sentidos. Las más importantes son las siguientes.
Para promover una conducta
Las técnicas más utilizadas para promover conductas, mediante el uso de reforzadores positivos, son las siguientes:
- Instigación: incluye las instrucciones, la guía física y el modelado. Ofrece los parámetros para que alguien aprenda cómo se realiza una acción. Por ejemplo, premiar al mejor alumno de la clase para que los demás lo imiten.
- Moldeamiento: se cambia una conducta de manera gradual hasta conseguir la conducta que se espera. Se premian solo los avances.
- Desvanecimiento: se retiran las ayudas o instigadores de forma paulatina. El objetivo es aprender la conducta por sí solo. Se premia el avance en la autonomía.
- Encadenamiento: se separa la conducta en diferentes partes. La persona debe aprender una a una esas partes hasta que consiga la conducta completa. Cada eslabón debe reforzar el anterior.
- Programas de reforzamiento: pueden ser continuos, de razón o de intervalo.
Para remover o eliminar conductas
Las técnicas más utilizadas para reducir o eliminar conductas suelen introducir elementos desagradables. Lo indicado es que, siempre que sea posible, se empleen procedimientos menos aversivos.
Las principales técnicas son las siguientes:
- Extinción: se deja de recompensar una conducta que antes había sido reforzada. Por ejemplo, se ignora a un niño que hace una pataleta.
- Entrenamiento de omisión: consiste en privar de algo que agrada en respuesta a una conducta inadecuada. Por ejemplo, se le impide al niño ver televisión si se portó mal.
- Programas de reforzamiento diferencial: se reducen algunas conductas, aumentando la recompensa en otras. Por ejemplo, se premia a un niño por comer alimentos saludables.
- Coste de respuesta: es privar de una recompensa. Por ejemplo, se le quita al niño un juguete que se le había regalado.
- Tiempo fuera: es aislar a alguien en un entorno que no le ofrezca estímulos.
- Saciedad: se repite muchas veces la conducta o se proporciona muchas veces el estímulo hasta que deje de ser deseable.
- Sobrecorrección: es el castigo positivo. Por ejemplo, hacer que el niño recoja los juguetes que ha tirado y que, además, limpie la habitación.
¿En qué se utiliza?
El condicionamiento operante se emplea en muchos ámbitos. En los ejemplos que hemos utilizado, es claro que aplica para la crianza de los niños.
Pero también hay utilidad en el mundo de la educación y del trabajo. En la publicidad, las ofertas y los descuentos son un ejemplo de ello.
Dentro del plano terapéutico, el condicionamiento operante se emplea para superar fobias y adicciones. Mediante diferentes estrategias se busca eliminar el miedo irracional o la conducta compulsiva.
De cualquier modo, el enfoque también tiene sus críticos. Algunos piensan que moldear la conducta del ser humano a partir de intervenciones externas es una forma de coartar la libertad. Así mismo, puede inducir conductas que solo benefician a unos pocos.
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