Sigue estos consejos para mantener tu casa libre de gérmenes en épocas frías
Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto
Para nadie es un secreto que durante las épocas frías aumenta la propagación de los virus que causan la gripe y el resfriado. Las condiciones propias del clima, sumadas al hecho de que se pasa más tiempo en el interior del hogar, incrementan las probabilidades de infección. ¿Cómo mantener tu casa libre de gérmenes?
Tal y como lo mencionan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), asegurar una óptima limpieza de las superficies del hogar permite eliminar microbios, suciedad y sustancias que inciden en la aparición de enfermedades. ¿Qué debes tener en cuenta? Recopilamos 15 consejos claves.
1. Aspira y pasa el trapeador con regularidad
Una de las tareas más importantes a la hora de mantener tu casa libre de gérmenes es pasar la aspiradora y el trapeador todos los días. Ambos elementos permiten remover el polvo, la suciedad y otras partículas que suelen crear un ambiente idóneo para el crecimiento de virus y bacterias.
Se recomienda usarlos en conjunto, pues las funciones de los dos se complementan. Mientras que la aspiradora elimina partículas grandes de polvo, pelo de mascotas, migas y otros tipos de suciedad, el trapeador sella la limpieza, posibilita la aplicación de desinfectantes y deja las superficies brillantes.
Eso sí, asegúrate de sacudirlos, limpiarlos y desinfectarlos tras cada uso, ya que de lo contrario, pueden ser una vía para la propagación de gérmenes.
- Limpieza de la aspiradora: desmonta su depósito, vacíalo y lávalo con agua tibia. Recuerda que debe quedar bien seco antes de volverlo a colocar. Por supuesto, limpia también las demás piezas del aparato, como los cepillos, el tubo y el filtro. No deben quedar residuos de polvo o pelusas.
- Limpieza del trapeador: sumérgelo en un balde con agua fría y media taza de vinagre. Luego, lávalo con detergente o jabón para finalizar la limpieza. De modo opcional, agrega un chorrito de blanqueador en un balde con agua y un poco de detergente. Déjalo en remojo por al menos 6 horas y enjuaga.
2. Desinfecta los baños y la cocina
Si bien la limpieza profunda del hogar y la desinfección de todos los espacios de la casa es clave para evitar enfermedades, es conveniente hacer hincapié en áreas como los baños y la cocina. Allí suelen concentrarse los gérmenes, ya que el ambiente facilita su proliferación.
En el baño, todos los miembros de la familia tienen contacto constante con la superficie del inodoro, los grifos y la ducha. Sin una higiene profunda, estos espacios tienden a acumular bacterias, hongos y virus que, además de aumentar el riesgo de enfermedades, provocan malos olores.
Entre tanto, en la cocina se manipulan alimentos y líquidos cuyos derrames pueden ser un caldo de cultivo para los microbios. Esto, además de otras partículas de suciedad, elevan la necesidad de asegurar una óptima limpieza diaria.
- Desinfección del baño: utiliza un desinfectante multiusos, blanqueador o productos como el vinagre blanco y el bicarbonato. Prioriza áreas como el inodoro, el bidé, la bañera y la ducha. Sin embargo, no descuides superficies como los picaportes, el lavabo, el botón del inodoro y los bordes de los grifos.
- Desinfección de la cocina: aquí también es bastante útil el vinagre y el bicarbonato de sodio; sin embargo, si gustas, puedes usar un desinfectante comercial. Lavar los trastos, limpiar las encimeras y el lavaplatos es lo primordial. Aun así, debes complementar la limpieza dedicando tiempo a superficies como las alacenas, el refrigerador, el horno, los filtros de la campana extractora y el cubo de basura.
3. Desinfecta los puntos de alto contacto
Cuando el objetivo es mantener la casa libre de gérmenes, algo que no puedes pasar por alto es la desinfección de los «puntos de alto contacto». ¿A qué se refiere esto? Son esas superficies que tocas de forma frecuente, pero que sueles ignorar.
Por ejemplo, los interruptores de luz, las manillas de las puertas, los accesorios del baño, los dispositivos electrónicos como el smartphone y los teclados, entre otros. Aunque a simple vista no se ve, allí se acumulan microorganismos de todo tipo.
- Desinfección de los puntos de alto contacto: puedes aplicarles un limpiador multiusos y desinfectante con la ayuda de un paño de microfibra. Si lo prefieres, también los puedes desinfectar con vinagre blanco, toallitas desinfectantes o alcohol.
4. Realiza una limpieza profunda de las superficies suaves
Las superficies suaves, como los muebles tapizados, las alfombras, los cojines, las cortinas y las mantas, acumulan restos de polvo, bacterias, virus y ácaros que pueden causar enfermedades. Su limpieza profunda y regular es esencial para reducir el riesgo de infecciones y alergias respiratorias durante el invierno.
- Limpieza de las superficies suaves: puede variar según el elemento y su fabricante. A menudo, se recomienda aspirarlas y lavarlas con agua caliente y jabón.
5. Asegúrate de ventilar los espacios
Aunque en las épocas frías busques mantener caliente el interior de tu casa, es necesario dedicar algunos minutos diarios a su ventilación. Abrir las puertas y las ventanas permite que el aire circule y se renueve, lo que a su vez, disminuye la carga viral en el ambiente.
Tener los espacios cerrados en todo momento crea condiciones de humedad y calor que facilitan el crecimiento de los gérmenes. Además, da lugar a la aparición de moho y malos olores.
- Ventilación de la casa: se recomienda abrir las puertas y ventanas en la mañana; sin embargo, en invierno puede ser a mediodía, cuando el sol incide más. El tiempo de ventilación ideal varía de 10 a 20 minutos.
6. Limpia las ventanas cada día
Como ocurre con las superficies de alto contacto, las ventanas suelen olvidarse durante la rutina de limpieza. No obstante, sus marcos y cristales acumulan polvo y gérmenes que pueden afectar la salud, sobre todo, durante las épocas frías.
- Limpieza de las ventanas: puedes emplear agua y jabón o vinagre blanco. También puedes complementar con un limpiavidrios. Asegúrate de limpiarlas bien por dentro y por fuera, un mínimo de tres veces a la semana.
7. Lava la ropa de cama y las toallas con más frecuencia
Es importante que consideres que la ropa de cama y las toallas hacen contacto todos los días con el cuerpo. Así, sus tejidos retienen células muertas, residuos de sudor, humedad, grasa y suciedad, que ayudan a que los virus, los hongos y las bacterias proliferen.
¿La solución? Aumentar la frecuencia de lavado.
- Lavado de la ropa de cama y las toallas: lo ideal es hacerlo de forma semanal o, como máximo, alargarlo a dos semanas. Procura hacer el lavado con agua caliente y detergente. Además, comprueba que estén bien secos antes de guardarlos o volverlos a utilizar.
8. Evita compartir tus artículos de uso personal
Las buenas prácticas de higiene son determinantes para mantener la casa libre de gérmenes. Con relación a esto, ten presente que debes ser más quisquilloso con tus artículos de uso personal. Por más confianza que tengas con otros miembros de la familia, hay elementos que no debes compartir bajo ninguna circunstancia.
Los gérmenes pueden transmitirse de una persona a otra a través de esta vía. Si tu familiar o tu pareja tiene alguna infección, incluso asintomática, corres el riesgo de enfermarte.
- Artículos personales que no debes compartir: cepillos de dientes, máquinas de afeitar, cucharas y vasos, toallas, maquillaje, desodorantes, pastillas de jabón, auriculares, etcétera.
9. Lávate las manos con más frecuencia
Sin lugar a dudas, el hábito por excelencia para mantener la casa libre de gérmenes es lavarse las manos de forma regular. A lo largo del día, las manos hacen contacto con un sinnúmero de superficies que contienen todo tipo de microorganismos.
Puedes contraer una infección si te tocas los ojos, la nariz, la boca o los genitales con las manos sucias; además, también puedes transmitir los microbios a otras personas. Debido a esto, entidades como Clínica Mayo destacan que el lavado de manos desempeña un papel clave en la protección de la salud.
- Cómo lavarse las manos correctamente: aplicar agua y jabón durante al menos 25 segundos es todo lo que debes hacer para lavarte las manos. Eso sí, debes refregar bien tanto las palmas como el dorso, entre los dedos y debajo de las uñas.
- Frecuencia de lavado: no hay un número establecido. Sin embargo, en ciertos momentos es más importante. Por ejemplo, antes de preparar y comer alimentos, antes de manipular heridas o cuidar a un enfermo, tras tocar superficies de alto contacto, luego de tocar superficies en lugares públicos, etcétera.
- Desinfectantes con alcohol: si no tienes agua y jabón a la mano, puedes emplear un desinfectante con al menos 60 % de alcohol.
10. Mantén la humedad de tu casa en niveles óptimos
El exceso de humedad en los espacios del hogar puede ser perjudicial; sin embargo, cuando llega el invierno, las condiciones del clima y el uso de calefactores aumentan la necesidad de ajustar los niveles de humedad.
El aire frío y seco incrementa la susceptibilidad a las alergias y a las infecciones respiratorias. Además, se afecta la salud de la piel, ya que se deshidrata y pierde brillo. Por fortuna, esto puede evitarse con la instalación de un humidificador.
Este artefacto ajusta la humedad interior a niveles óptimos, lo que permite eliminar el aire seco que irrita e inflama las vías áreas. Además, altera el ambiente en el que suelen prosperar los microbios.
- Ajustar la humedad del hogar: se recomienda que la humedad esté entre un 40 % y un 60 % en el interior de la casa.
11. Realiza una limpieza profunda del humidificador
Más allá de ajustar la humedad en el hogar con un humidificador, prioriza la limpieza y desinfección de este aparato. Por sus características, estas herramientas acumulan microorganismos que se pueden propagar en el hogar.
- Limpieza del humidificador: hay que vaciarlo todos los días para no generar aguas estancadas. De forma semanal, puedes hacerle una limpieza profunda con lejía o con agua con vinagre. Si tiene filtro, recuerda reemplazarlo periódicamente para que el aire permanezca limpio y fresco.
12. Instala un purificador de aire
Uno de los mejores dispositivos para mantener la casa libre de gérmenes es el purificador de aire. Cuenta con una tecnología que aspira el aire interior para pasarlo a través de un filtro que captura los contaminantes de la casa, como el polvo, el humo, el polen, el pelo de mascotas, entre otros.
De hecho, algunos están diseñados para atrapar y eliminar agentes químicos, gases y otras partículas nocivas. ¿El resultado? Un ambiente interior más limpio y saludable. Son bastante recomendados en hogares de personas que sufren problemas respiratorios o alergias.
- Recomendaciones: elige un purificador de aire con filtro True HEPA. Al instalarlo, este debe quedar al menos a un metro del suelo. Según la marca y el modelo, puedes dejarlo funcionando entre 3 y 8 horas.
13. Mejora tus hábitos al entrar a tu casa
Si te preocupa contraer alergias e infecciones respiratorias en las épocas frías, también debes prestar atención a los hábitos que tienes en la entrada de tu casa. ¿Qué quiere decir esto? Que es conveniente dedicar algunos minutos a ciertas acciones que reducen el paso de gérmenes y suciedad al interior del hogar.
Para ello, el punto de partida es tener una entrada organizada y despejada, con todo lo necesario para favorecer buenas prácticas de higiene.
- Consejos: quítate los zapatos antes de entrar a tu casa. Ten a mano otro calzado para uso exclusivo en el interior. Además, designa un espacio para el calzado de uso exterior, como un cajón o una bandeja. Mantén cerca a la entrada elementos como aerosoles, geles y toallas desinfectantes.
14. Asegura buenas prácticas de manipulación de alimentos
En invierno no solo se incrementa el riesgo de infecciones respiratorias y de la piel; también son frecuentes las intoxicaciones alimentarias. Por eso, más allá de asegurar una óptima limpieza de todos los espacios de la casa, procura prestar mucho cuidado a las prácticas de manipulación de alimentos.
Ten en cuenta estas recomendaciones:
- Limpia y desinfecta las frutas y los vegetales.
- Lávate las manos antes de manipular los alimentos y antes de comer.
- Refrigera los alimentos a la temperatura adecuada; puedes guiarte por las sugerencias de los compartimientos de la nevera.
- Separa las carnes crudas de otros alimentos, tanto al hacer las compras en el mercado, como en el refrigerador y al prepararlos.
- Asegura una óptima cocción de los alimentos, sobre todo los de mayor riesgo, como las carnes, los huevos, los pescados y los lácteos.
15. Prioriza los cuidados de tus mascotas
Para tener una casa libre de gérmenes, hace falta prestar especial atención al cuidado de las mascotas. La mayoría de personas las consideran un miembro más de su familia; sin embargo, no hay que ignorar que su presencia en el hogar implica cierto riesgo de infecciones y alergias.
La buena noticia es que hay muchas formas de minimizar estos riesgos, a través de la implementación de hábitos de higiene y cuidado animal.
- Recomendaciones: mantén al día las vacunas de tus mascotas. Báñalas con regularidad y preserva sus correas y accesorios limpios. Asegúrate de limpiar sus camas y sus mantas. Además, si tienes gatos, mantén limpia su caja de arena. Por último, y no menos importante, recuerda lavarte las manos después de haber tocado al animal.
¿Te preocupa la propagación de gérmenes durante el invierno?
Aunque no hay un método 100 % infalible para evitar los resfriados, las gripes y otras afecciones comunes del invierno, asegurar una óptima limpieza y desinfección de la casa puede reducir la presencia de gérmenes.
También es buena idea reforzar los hábitos de higiene personal y adquirir elementos como los humidificadores y los purificadores de aire. Todo en conjunto permite disfrutar espacios más limpios, seguros y saludables.
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