Efectos en la salud al consumir embutidos de origen animal
Revisado y aprobado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas
En la mayoría de los países del mundo, los alimentos cárnicos procesados, o también conocidos como embutidos, son unos de los más consumidos. Esto se debe a que, además de ser muy deliciosos, se pueden encontrar a un bajo precio e incluir en diferentes comidas.
Este tipo de conservas cárnicas están fabricadas con recortes y sobras de animales ricos en grasas. También contienen añadidos químicos que son los que hacen que su vida útil aumente y siempre luzcan frescos.
No obstante, estos compuestos están alertando a los expertos en salud. Según varias investigaciones, pueden tener un efecto negativo en el organismo cuando se incluyen de forma habitual en la dieta.
Lo cierto es que, a pesar de las advertencias, estos alimentos son cada vez más comunes y utilizados. Parece casi imposible detener su consumo.
¿Cuáles son los embutidos de origen animal?
Los embutidos de origen animal son aquellas carnes frías que están hechas de recortes de cerdo, vaca, pescado, pollo (dependiendo del caso), y de la mezcla de las sobras que quedan luego de estos recortes.
Estos elementos son triturados por grandes máquinas. Luego, se mezclan con condimentos, conservantes, azúcar, agentes de curado, colorantes y otros ingredientes para al final formar la carne fresca que se vende en el mercado.
Los embutidos del tipo animal más comunes son los siguientes:
- El jamón.
- La salchicha.
- El salami.
- El chorizo.
- La longaniza.
- La mortadela.
- La morcilla.
- El salchichón.
Estos alimentos ya son de consumo habitual en muchas dietas. Además de conseguirse en presentación individual, también están presentes en comidas populares, como por ejemplo:
- Pizza.
- Arroces.
- Ensaladas.
- Sándwiches.
- Perros calientes.
- Hamburguesas.
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Ingredientes de los embutidos y su impacto en la salud
Los ingredientes de las carnes embutidas pueden variar según la compañía que los fabrique y quizá unos son menos dañinos que otros.
La industria de las carnes embutidas ha ido creciendo. La competencia ha hecho que muchas empresas apuesten por utilizar los ingredientes de la mejor calidad para la fabricación de sus productos. Pero, aunque estas se esfuerzan por hacer un producto de buena calidad y menos dañino, es innegable que requieren de ciertos ingredientes comunes que no dejan de ser perjudiciales para la salud.
Veamos de qué están compuestos.
Carne animal
Se supone que el ingrediente principal es la carne animal, pero la mayoría contiene muy poca carne real. Por ejemplo, las salchichas pueden estar compuestas de un 64 % de pollo mecánicamente recuperado y un 17 % de carne de cerdo. Estos embutidos son de difícil digestión. Pueden dañarse en los intestinos y dar lugar a la peligrosa acumulación de toxinas que puede causar diferentes enfermedades crónicas.
De hecho, un estudio publicado en la revista científica BMC Medicine confirma que una dieta que incluye el consumo frecuente de embutidos aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, cáncer y hasta muertes prematuras.
Asimismo, científicos de la Universidad de Harvard analizaron varios estudios y descubrieron que basta con consumir 50 gramos de carne procesada al día para aumentar el riesgo de diabetes y enfermedades del corazón.
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Jarabe de maíz alto en fructosa
El jarabe de maíz alto en fructosa es un ingrediente genéticamente modificado altera los niveles de secreción de ciertas hormonas, como por ejemplo la insulina, la leptina y la grelina. Estas hormonas están íntimamente relacionadas con el control de la saciedad y el hambre. Asimismo, estimulan la producción de dopamina. Esta es la sustancia que genera placer, lo cual hace que su consumo aumente y se cree una adicción.
Por otra parte, puede aumentar la acumulación de grasa a nivel abdominal. Contiene ácidos grasos saturados y colesterol, sustancias relacionadas con el sobrepeso.
Ahora bien, se estima que alrededor del 60 % de las salchichas que venden en el mercado contienen una importante cantidad de jarabe de maíz alto en fructosa.
Según un estudio realizado por el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Colorado, el exceso en su consumo aumenta el riesgo de hipertensión.
Y por si fuera poco, podría tener ciertos niveles de mercurio que pueden dañar el organismo cuando se acumulan después de consumirlo en exceso. Otro estudio, publicado en la revista Environmental Health, indica que muchos alimentos comunes fabricados con jarabe de maíz de alta fructosa contienen mercurio.
Sal
La sal es uno de los ingredientes que más se concentra en este tipo de carnes.
En el proceso de fabricación de embutidos la cantidad de sal que se utiliza sobrepasa la dosis diaria recomendada por las instituciones y expertos en Salud. Se sabe que esta incrementa en algunas personas la presión arterial; un factor de riesgo clave para las enfermedades coronarias. Además, afecta la salud cardiovascular y provoca retención de líquidos, incluso en personas sanas.
Azúcares
Los azúcares utilizados en la fabricación de embutidos tienen como intención disfrazar el sabor de la sal. Pero, sobre todo, producen ácido láctico, reacción esencial para los embutidos fermentados.
Este ingrediente puede crear desequilibrios en los minerales del cuerpo. Provocando así que la sangre se caliente o que se irrite y degenere el sistema nervioso. Afectando también, al páncreas e hígado.
Entre los azúcares más utilizados se destacan:
- Lactosa.
- Dextrosa.
- Glucosa.
- Almidón.
- Jarabe de maíz (ya mencionado).
Otro factor es que, algunos embutidos contienen hormonas que afectan significativamente la calidad en la producción de espermatozoides. De acuerdo con un estudio realizado por Harvard School of Public Health, esto reduce la fertilidad masculina.
Ácidos y conservantes
Uno de los conservantes más utilizados en la fabricación de embutidos es el nitrito de sodio. Este ingrediente es utilizado para que los embutidos luzcan más frescos, conservados y libres de microbios.
Este añadido ha sido objeto de investigación durante algunos años. Se considera como el responsable del mayor riesgo de cáncer de estómago y otros tipos de cánceres. Otro aspecto, se considera que pueden producir especies reactivas de nitrógeno que dañan los tejidos de los pulmones.
También contienen ácido monocloroacético, sulfitos, polifosfatos, entre otros. Estos tienen como fin conservar mejor el alimento. Pero, a su vez tienen un efecto negativo en el organismo.
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Por último, se puede decir que llevar una dieta rica en alimentos procesados aumenta las posibilidades de sufrir depresión. Así lo concluye una investigación de la Universidad de Londres del Reino Unido.
Los investigadores explican que hay una asociación entre el consumo de este tipo de comida con el riesgo de desarrollar enfermedades coronarias e inflamación. Estos factores se correlacionan con desarrollo de la depresión.
“Cuida tu cuerpo. Es el único lugar que tienes para vivir”.
-Jim Rohn-
En suma, podemos ver que los datos y estudios son bastante alarmantes. A pesar de todo esto, los embutidos cada día se integran más en la cultura alimenticia de la mayoría.
La preferencia de los embutidos provoca que el paladar se acostumbre al sabor de este tipo de carnes. Generalmente, saladas y condimentadas. Al conservar este gusto, podemos perder la sensibilidad para probar alimentos más frescos y orgánicos.
Conociendo esta información podemos evaluar nuestros hábitos alimenticios e intentar implementar una dieta más saludable y equilibrada. Bien sea reduciendo el consumo de embutidos o cambiándolo por opciones naturales y menos procesadas.
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