Hormigueo en la cabeza: 13 posibles causas
Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina
El hormigueo en la cabeza es una molestia frecuente en hombres y mujeres. Aunque la mayoría de las veces no reviste gravedad, porque desaparece pronto, tampoco hay que subestimar el síntoma.
Las situaciones de estrés, la cervicalgia con pinzamiento nervioso y las infecciones del tracto respiratorio superior son sus orígenes más habituales. Pero también podría ser indicativo de una enfermedad neurológica.
El término médico que lo describe es parestesia. Es decir, una sensación no dolorosa que implica una percepción sensorial referida a la piel, aunque no pueda especificarse bien de qué se trata.
Si bien es prudente consultar con un profesional de la salud para arribar al diagnóstico, aquí te presentamos las causas posibles de hormigueo en la cabeza. Como verás, varían en gravedad y en intensidad.
1. Estrés y ansiedad
El estrés puede manifestarse de diferentes formas en el cuerpo. Tanto el hormigueo en la cabeza como en otras partes del cuerpo, así como los temblores repentinos y la tensión muscular, forman parte de los síntomas físicos de la ansiedad.
Otros síntomas acompañantes incluyen la sensación de opresión en el pecho, los mareos, las palpitaciones, las náuseas y la percepción de dificultad respiratoria. De igual forma, existen cambios psicológicos, como preocupación, sensación de agobio, irritabilidad e inquietud.
2. Problemas cervicales
Los problemas en la columna cervical pueden producir dolor y hormigueo en la parte posterior de la cabeza y el cuello. Un ejemplo de ello son las radiculopatías cervicales por compresión y la disfunción de las raíces nerviosas.
Aunque el dolor es el síntoma principal de una radiculopatía cervical, las parestesias son el segundo signo en frecuencia. Con frecuencia, el movimiento del cuello es detonante de un empeoramiento del cuadro.
Los síntomas sensitivos, como el hormigueo, casi siempre acompañan al dolor. Se extienden desde el occipucio y los laterales de la cabeza hasta el cuello, los hombros y los brazos.
La localización y la extensión de las molestias dependerán del segmento cervical afectado. Cuando la localización del pinzamiento está en las vértebras más bajas del cuello, el hormigueo tiende a irradiarse a los miembros superiores. Al contrario, las localizaciones superiores suelen derivar en molestias sobre el cuero cabelludo.
3. Migraña
La migraña es una enfermedad caracterizada por un dolor de cabeza pulsátil y recurrente que se extiende por un lado del cráneo. A veces, se antecede con auras, que son síntomas previos al dolor, capaces de presentarse desde varios minutos hasta una hora antes del episodio agudo.
Las auras visuales son las más comunes e incluyen destellos y visión borrosa. Sin embargo, pueden aparecen otros síntomas sensitivos «de aviso», como adormecimiento de las extremidades, la cabeza, la cara, los labios y la lengua.
Además de que la migraña genera parestesias por sí misma, también el tratamiento instaurado en estos pacientes se asoció al síntoma. En especial, las personas tratadas con lasmiditan parecen ser las más susceptibles a desarrollar hormigueos como efectos secundarios a la medicación.
4. Traumatismos craneoencefálicos
Las lesiones en el cráneo pueden producir hormigueo y entumecimiento tras el impacto, en el corto y en el mediano plazo. Es posible que, a la par, haya dolor, zumbidos en los oídos, mareos y problemas de equilibrio.
Muchos de estos síntomas son transitorios y desaparecen con la recuperación. Aunque su persistencia por semanas debe llevar a la sospecha de secuelas del trauma.
En el caso de una conmoción cerebral por un golpe intenso, con la aparición de síntomas más severos, el hormigueo en la cabeza podría quedar enmascarado. De hecho, si hay aturdimiento o pérdida de la consciencia, la persona no podrá referir que tiene la parestesia.
5. Enfermedad de Lyme
La enfermedad de Lyme es provocada por la bacteria Borrelia burgdorferi, que ingresa al organismo a través de la mordedura de una garrapata. Se trata de la patología transmitida por vectores más frecuente en Estados Unidos y en Europa.
El cuadro clínico clásico incluye un eritema migratorio en la piel y dolores articulares. Dentro de las manifestaciones sistémicas está el hormigueo en la cabeza, en las manos y en los pies. Además, la persona puede presentar palpitaciones, fiebre y rigidez en el cuello.
Las parestesias pueden ser un signo de complicación neurológica de la enfermedad de Lyme. No se sabe bien por qué. Se especula con diversas hipótesis, como una persistencia oculta del microbio en el cuerpo humano, una reacción autoinmune o una sensibilización de las vías neuronales, según recopila una publicación de Frontiers in Medicine.
6. Herpes zóster
Esta es una enfermedad caracterizada por lesiones en vesículas y dolor intenso. Sucede por la reactivación del virus de la varicela.
Por lo general, se manifiesta en el tronco del cuerpo o en la cara. Sin embargo, la presentación en la cabeza existe y suele ser un desafío diagnóstico, ya que tiende a iniciar con síntomas similares a una migraña. El hormigueo, el ardor o la picazón antes de que se formen las vesículas aparece en las 48 a 72 horas previas.
El herpes zóster suele afectar a adultos mayores o personas con sistemas inmunitarios comprometidos. Aunque puede ocurrir en cualquiera. El tratamiento consiste en medicamentos antivirales para acortar la duración y la gravedad de la enfermedad.
7. Problemas odontológicos
Los procedimientos dentales y algunas enfermedades de la boca y los dientes, como la pulpitis, la periodontitis y el absceso, suelen provocar entumecimiento en la cara y la cabeza. Por ejemplo, la razón más común del entumecimiento mentoniano es la odontológica.
También hay que considerar trastornos funcionales que pueden afectar el área. El bruxismo, que es el rechinar de dientes de forma involuntaria, generalmente durante la noche, causa tensión muscular en la mandíbula y el cuello, lo que lleva al hormigueo.
Los trastornos de la articulación temporomandibular (ATM), por su parte, se acompañan de dolor en la mandíbula, el cuello y la cabeza, así como hormigueo, contracturas y acúfenos. Esto se debe a la irritación de los nervios craneanos que pasan cerca de la articulación.
8. Sinusitis
La inflamación de la mucosa nasal y de los senos paranasales suele ocasionar presión y sensaciones extrañas en la cabeza y la cara. Puede tratarse de la forma aguda, casi siempre acompañada de síntomas de resfrío, o de la forma crónica, que se prolonga por semanas y meses.
Si bien el dolor en los pómulos y detrás de las órbitas es lo característico, existe una hipersensibilidad de la piel a causa de la infección. Es por ello que el contacto o el roce con la piel del cráneo despierta parestesias.
La sinusitis se trata como un resfrío. Es decir, no requiere antibióticos, a menos que se confirme la cronicidad o la presencia de una complicación, como un quiste. En dichos escenarios, se plantea un fármaco antimicrobiano por 2 a 3 semanas.
9. Esclerosis múltiple
Se trata de una enfermedad autoinmune degenerativa que afecta al sistema nervioso y su cobertura de mielina. Los síntomas clínicos son muy variados e incluyen hiperreflexia, espasticidad, alteración de la marcha, pérdida de sensibilidad y alteraciones visuales.
Los síntomas evolucionan en episodios agudos, que pueden continuarse con períodos de meseta, sin actividad de la patología. Ello implica que un paciente tenga hormigueos en la cabeza o debilidad de un miembro por unos días, para luego continuar su vida sin señales evidentes. Pasado un tiempo, es posible que repita el episodio.
Junto con el dolor muscular profundo y las neuralgias, las parestesias son los síntomas más recurrentes de la esclerosis múltiple. Y ello influye de manera negativa en la calidad de vida, pues afecta las actividades diarias en el 40 % de los pacientes.
10. Epilepsia
Las convulsiones y las crisis de ausencia asociadas a la epilepsia pueden tener una variedad de síntomas. Ello incluye sensaciones anormales o alteraciones sensoriales en diferentes partes del cuerpo.
A veces, las parestesias son pródromos. Es decir, avisan que pronto sucederá una convulsión. Entonces, pueden presentarse hormigueos, entumecimientos, sensaciones de calor o frío y hasta percepción de electricidad en la piel.
Para determinar que hay epilepsia y no otra situación, es fundamental la intervención de un neurólogo. El especialista realizará pruebas neurológicas y solicitará resonancias magnéticas y electroencefalogramas.
11. Fibromialgia
La fibromialgia es un trastorno crónico caracterizado por dolor generalizado y sensibilidad en todo el cuerpo, junto con fatiga, problemas de sueño y dificultades cognitivas. La causa exacta no está comprendida.
El hormigueo en la cabeza puede ser experimentado por algunas personas con fibromialgia. Inclusive, las parestesias se asocian a una mayor tendencia al estrés y a síntomas psicológicos en estos pacientes.
Se supone que en la fibromialgia hay una sensibilización central. Es decir, el sistema nervioso amplifica las señales de dolor. Además, el estrés y la ansiedad son comunes en el contexto de la enfermedad, lo que favorece la aparición de hormigueos y otras sensaciones inespecíficas.
12. Tumores benignos y malignos del cráneo
Los tumores del cerebro, las meninges, los nervios craneales y los huesos del cráneo pueden ejercer presión sobre otras estructuras y causar síntomas en cualquier parte del cuello hacia arriba. El hormigueo puede ser uno de los signos asociados.
Sin embargo, es raro que esta situación se presente aislada. También suele haber dolor de cabeza persistente, modificaciones en la visión y dificultades para el equilibrio o el movimiento.
13. Efectos adversos de medicamentos
Varios fármacos pueden causar reacciones secundarias que se expresen con hormigueo en la cabeza. Algunos de ellos son los siguientes:
- Antiepilépticos y antipsicóticos: la gabapentina o la pregabalina.
- Antidepresivos: los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).
- Antihipertensivos: los bloqueadores de los canales de calcio, los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina y los bloqueadores de los receptores de angiotensina II.
¿Qué hacer ante el hormigueo en la cabeza?
Si experimentas el síntoma, evalúa la aparición de otros signos que podrían ser de alarma. Presta atención a los dolores, cambios en la visión, debilidad muscular o mareos. Su presencia debe llevarte a la consulta con un médico.
En caso de notar que el hormigueo se asocia con estado de estrés, implementa hábitos saludables para reducir la tensión y la ansiedad. También debes modificar tu estilo de vida si, con claridad, el problema proviene de una contractura cervical. Haz ejercicio, aplica la higiene postural y descansa con más calidad.
Evita automedicarte. Recuerda que algunos medicamentos pueden causar este efecto secundario. Además, podrías enmascarar un cuadro clínico más complicado que retrasaría su abordaje por parte de un profesional.
Ten en cuenta que los siguientes son los signos de alarma que no deberían retrasar una consulta, si aparecen junto con el hormigueo:
- Fiebre.
- Pérdida de la visión.
- Dificultades para hablar.
- Hormigueo en brazos y piernas.
- Antecedente de un trauma en el cráneo.
- Dolores de cabeza persistentes y severos que interrumpen la vida cotidiana.
Un síntoma con múltiples causas
Desde problemas musculoesqueléticos hasta trastornos neurológicos y metabólicos, es preciso que haya una evaluación detallada por parte de un profesional. Inclusive, si es notorio que el origen está en el cuello, por ejemplo.
Con más razón, es precisa la atención si aparecen otros síntomas más preocupantes. Determinar la causa llevará al tratamiento acorde.
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