Mindful eating: 7 claves de esta nueva tendencia para perder peso
Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater
El mindful eating –que quiere decir ‘alimentación consciente’– no es una dieta, sino una tendencia. Se trata de una nueva forma de entender la alimentación que, si la aplicamos bien, nos puede brindar muchos beneficios.
Estamos seguros de que habrás escuchado en más de una ocasión la palabra mindfulness. De hecho, hasta es probable que ya apliques en el día a día este método de meditación tan útil para reducir el estrés y a su vez, desarrollar una conciencia plena.
Sabemos también que, en materia de perder peso, como a la hora de regular el estrés o esa “hambre emocional” que a todos nos asalta de vez en cuando, existen muchas técnicas y enfoques que no siempre nos ofrecen el resultado que esperamos. Sin embargo, nunca está de más probar nuevas opciones.
En algún momento hallaremos esa técnica, ese consejo o estrategia ideal que, de pronto, se ajuste a las necesidades para cambiarnos la vida: para ayudarnos a perder peso y disfrutar de una buena salud. Así pues, hoy queremos hablarte del mindful eating. Estamos seguros de que, al menos, te va a parecer interesante.
¿Qué es el mindful eating?
Como veníamos comentando, el mindful eating parte del propio mindfulness. En este caso, los propósitos que se pretenden alcanzar son los siguientes:
- Practicar la atención plena resulta muy útil para todos y cada uno de los ámbitos de la vida.
- La alimentación es una parte esencial de la existencia y, por tanto, debemos aplicar también esta estrategia en esta área fundamental de la que tanto los adultos como los niños pueden verse beneficiados.
- En la actualidad, muchos de nosotros comemos rodeados de estímulos: la televisión, la radio, los sonidos de la ciudad o el trabajo, el estrés, el rumor de los pensamientos y preocupaciones…
- E incluso también los platos quedan “saturados” a veces por una combinación desmesurada de sabores, colores y olores.
- Todo ello ocasiona, a veces, una saturación mental en la que dejamos de centrarnos en lo que importa de verdad: la alimentación.
- Nos limitamos a saciar las emociones, pero no el organismo. Nos olvidamos de alimentar el cuerpo como de verdad merece y necesita.
- Para muchas personas, la comida es un medio para desahogar las emociones. Es algo placentero que nos permite canalizar el ansia y el estrés. Por lo tanto, es una dimensión que debemos “controlar” y en la que el mindful eating nos puede ayudar.
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¿Cómo aplicar el mindful eating?
1. Antes de comer bebe un vaso de agua
Algo tan sencillo como beber un vaso de agua antes de las comidas te ayudará a reducir la ansiedad. Asimismo, es una técnica eficaz para regular el hambre emocional y para facilitar las digestiones. Recuerda que beber agua mientras comemos tiende a llenar en exceso el estómago. Así pues, lo ideal es tomar un vaso antes de comer. Te hará sentir mejor.
2. Come en un lugar tranquilo, en silencio
Sabemos que no siempre es posible comer en tranquilidad. A veces, comer en familia supone tener que atender, hablar, reír, discutir y escuchar la televisión. ¡Todo a la vez!
Todos estos estímulos harán que no seamos conscientes de la alimentación, que no saboreemos los platos, las frutas, las verduras o la carne como de verdad necesitamos. Casi sin darnos cuenta, comemos en exceso y mal. Así pues, siempre que te sea posible, come en silencio y en calma.
3. No comas si no tienes hambre
A veces, vamos a un restaurante o a comer con unos amigos y nos forzamos a tener que terminar los platos sin tener hambre. No es lo adecuado.
Asimismo, también es común sentarnos a la mesa y comer porque es la hora, o porque estamos aburridos o enfadados, o incluso cansados. En ocasiones, llegamos a creer incluso que comer es la solución a todas las preocupaciones.
La técnica del mindful eating nos dice que, antes de comer en exceso o de alimentarte porque estás nervioso, lo ideal es darte una ducha, salir a pasear o hablar con alguien.
La alimentación debe llevarse a cabo cuando estemos relajados, centrados en el aquí y ahora.
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4. Tienes que comer de todo
Alimentarte de forma consciente significa comer un poco de todo, sin prohibirte nada pero sin cometer excesos. La buena alimentación es variada, pero también relajada y responsable.Así pues, esta técnica exige de ti que comas de forma variada mientras masticas con calma los alimentos, disfrutando de ellos y teniendo plena conciencia del aquí y ahora.
Para lograrlo, puedes llevar a cabo este tipo de verbalizaciones: “Estoy comiendo, disfruto de lo que como y estoy tranquilo, no tengo ninguna prisa. Estoy bien”.
5. Sé el último en acabar de comer
Las prisas son el peor enemigo en la alimentación. Si comes rápido ingerirás, lo quieras o no, más de lo debido y, a su vez, las digestiones serán mucho más pesadas.
Come despacio. Recuerda siempre que, al cabo de 20 minutos desde que has empezado a comer, será el estómago quien te dirá que está saciado (no la mente) de ahí, que valga la pena comer bien y sin prisas. Y si eres el último en finalizar, mejor.
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6. Media hora de ejercicio al día
Sal a correr, a caminar, a bailar, a pasear en bici… Practica la actividad aeróbica que más te agrade, pero mantente cada día en movimiento. Es fundamental para la mente y el cuerpo.
7. Practica la meditación
El mindful eating se nutre, al fin y al cabo, del mindfulness. Por tanto, no tendría sentido en sí mismo si no lleváramos a cabo algún ejercicio de meditación a lo largo del día.
Elige el instante que mejor se ajuste a las rutinas. La mañana, por ejemplo, antes de que nadie se levante y cuando el amanecer ilumina en calma el salón, invita, sin duda, a un pequeño instante de meditación.
Prueba estas sencillas técnicas y descubre si te ayuda a sentirte un poco mejor. Saborear cada bocado y cada alimento de manera consciente nos ayuda a sentir mejor los sabores y texturas. Nos ayuda también a huir de las prisas, de comer por ansiedad y de alimentarnos en exceso.
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