Motivación o disciplina: ¿cuál de las dos es más importante?

La motivación puede aportarnos el «qué» y la disciplina nos orienta sobre el «cómo» ayudarnos a establecer rutinas y hábitos para alcanzar metas. A continuación, te compartimos las claves para poner en práctica ambas.
Motivación o disciplina: ¿cuál de las dos es más importante?
Maria Fatima Seppi Vinuales

Escrito y verificado por la psicóloga Maria Fatima Seppi Vinuales.

Última actualización: 30 junio, 2023

La motivación es el primer paso para actuar, la perseverancia es lo que nos ayuda a seguir. Ambas son necesarias en el camino para lograr los objetivos que nos proponemos.

Estar motivado nos invita a conectar con nuestros intereses y pasiones, con la emoción por alcanzar algo; mientras que ser disciplinado nos ayuda a dar un paso tras otro para llegar a donde queremos. Continúa leyendo y conoce algunas claves que te ayudarán a ejercitar la motivación y la disciplina en tu vida.

Motivación y disciplina: de qué se trata cada una

Muchas personas tienden a plantear la motivación y la disciplina como excluyentes. Como si la motivación fuera suficiente para desarrollar la disciplina o al revés: como si la disciplina fuera el insumo necesario para sostener la motivación.

Ambas son necesarias para la concreción de un objetivo o logro. Allí, cuando la motivación decae, la disciplina puede ayudarnos a seguir adelante, pero cuando se estandariza y nos limita, la motivación puede traer nuevos aires de cambio.

Por otro lado, tanto la motivación como la perseverancia pueden tener su momento de pena y de gloria; es decir, hay situaciones en que la intensidad de la motivación nos hace sentir capaces de mover montañas. Pero es lógico que eso decaiga en el tiempo.

Lo mismo pasa con la perseverancia. Hay días en los que será más sencillo levantarse y realizar las actividades programadas; mientras que en otros momentos, lo haremos con mayor tedio. Sin embargo, la perseverancia facilita también la construcción de hábitos



¿Cómo fomentar la motivación?

Según la revista electrónica Actualidades Investigativas en Educación, para estimular la motivación es importante buscar experiencias que generen sentimientos de orgullo y satisfacción. Por ello, si quieres ejercitar esta acción, puedes considerar las siguientes recomendaciones:

Busca información y datos

Usar películas y testimonios, así como ejemplos de casos de éxitos y fracasos de personas afines a tu interés, te ayudará a conocer más sobre lo que te interesa, descubrir aspectos que desconoces y entusiasmarte aún más, teniendo a tu alcance mayores recursos. La motivación es necesaria para el aprendizaje.

Imagina las situaciones que tanto anhelas

Para alcanzar metas, plantéate las siguientes interrogantes e imagina cómo sería si las materializaras: ¿qué te gustaría lograr?, ¿hacia dónde te gustaría llegar?, ¿cómo te sentirías llegando a la meta?

Aprende a reconocer tus emociones y gestionarlas

La motivación puede verse atacada por ciertos pensamientos y emociones. Intenta identificar qué piensas, qué aspectos juegan a tu favor y cuáles en contra, cómo te sientes. De esta manera, también podrás saber en dónde estás más fuerte y qué aspectos precisas mejorar.

Cuida de tu motivación intrínseca y extrínseca

La motivación intrínseca es aquella que surge por motivos internos y que se relaciona con tus pasiones, valores e intereses; mientras que la extrínseca se relaciona con factores externos, como puede ser el reconocimiento o ganar dinero para realizar un viaje.

Es importante que no solo te dejes llevar por la aprobación o validación de afuera; sino que también te muevas en torno a tu brújula interna, prestando atención a aquello que te hace sentir bien y en plenitud.

Cuando solo hay motivación externa, cualquier dificultad es capaz de hacernos sentir que nada ha valido la pena y, por ende, que todo pudo haber sido un fracaso.

¿Cómo impulsar la disciplina?

Bien es sabido que para que haya disciplina, hay que poner en orden las cosas; esto es fundamental para potenciar otras virtudes. Y es que sin disciplina es bastante difícil tener fortaleza y compostura ante los obstáculos que se puedan presentar en el camino. Es por ello que, si quieres ejercitar la disciplina, algunas de las cosas que puedes realizar son las siguientes:

Plantea pequeñas metas

Si te cuesta mantener una rutina en el tiempo, es conveniente empezar por crear hábitos pequeños. Imagina el siguiente ejemplo: si quieres correr 10 kilómetros, empiezas todos los días por caminar, a paso rápido, durante 30 minutos.

Luego, vas sumando nuevos desafíos. Cuando menos te des cuenta, habrás generado cierto hábito y estarás motivándote por seguir progresando. Y más aún, poco a poco, estarás acercándote a ese lugar deseado: correr los 10 kilómetros.

Establece una rutina

Intenta fijar un horario y organizarte para poder dedicarte a aquello que deseas. Si te resulta difícil concentrarte, puedes optar por trabajar por un plazo corto de tiempo, intercalar con un recreo de descanso y continuar.

La técnica pomodoro sugiere esta indicación, al ayudarte a gestionar el tiempo que inviertes en tareas con las que se puede llegar a estar abrumados. Recuerda que la cantidad de tiempo que le dedicas a una tarea podría ser menos importante que la calidad.

Elimina las distracciones

En la actualidad, existen señuelos que pueden interrumpir o desenfocarte, como el uso del celular o las aplicaciones. Limitando las distracciones, podrás favorecer tu concentración y, con ello, la disciplina.

Reserva un espacio de trabajo

Contar con un lugar en donde estés a gusto o en el que puedas moverte, expresarte y expandirte, sin sentir que molestas a otros, te ayudará a tener mayor disciplina en las cosas que hagas. Ten en cuenta las condiciones de iluminación, sonido y temperatura, ya que estos son factores que contribuyen a estar a gusto y estimular la disciplina.

Practica ejercicio y procura tener una buena alimentación

Dedicar un momento del día para ejercitarse y llevar una alimentación saludable, además de mejorar tu condición física y mental, te ayudará a tener la energía suficiente para poder dedicarte a proyectos que fortalezcan la disciplina en tu vida.



«Quien tiene un porqué, encontrará casi siempre el cómo»

Tanto la motivación como la perseverancia, precisan de un ambiente favorecedor. Es decir, poder rodearse de personas que te estimulen a seguir hacia adelante, que respeten tus tiempos y acompañen tus metas. Aquellas personas que te quitan la energía, con su mirada temerosa o negativa permanente, pueden hacerte sobrevalorar las dificultades por encima de los recursos con los que cuentas.

La motivación nos dará el propósito y alimentará ese fuego interno; mientras que la disciplina nos ayudará a desarrollar herramientas para conquistar ese objetivo. Por eso, más que opuestas, son complementarias y ambas son mecanismos a cultivar y desarrollar en el camino a lograr lo que nos proponemos.

Recuerda lo que dijo Nietzsche: «Quien tiene un porqué, encontrará casi siempre el cómo».


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