Logo image
Logo image

Priapismo: qué es, cuáles son sus causas y cómo se trata

6 minutos
Si bien mantener una erección por cierto tiempo es algo deseable desde el punto de vista del funcionamiento sexual, cuando se prolonga demasiado puede ser perjudicial. Descubre todo sobre el priapismo.
Priapismo: qué es, cuáles son sus causas y cómo se trata
Mariel Mendoza

Revisado y aprobado por la médica Mariel Mendoza

Última actualización: 23 diciembre, 2023

El priapismo se caracteriza por una erección permanente, no siempre totalmente rígida, y en ocasiones dolorosa. Puede deberse a una obstrucción de la salida venosa o a un exceso de flujo arterial.

Las causas pueden estar asociadas con fármacos para el tratamiento de la disfunción eréctil, consumo de sustancias (alcohol o drogas) o algunas patologías y lesiones.

Aunque es poco frecuente, en ciertos casos constituye una emergencia que requiere de atención inmediata. Si no se resuelve oportunamente, lleva a la disfunción eréctil permanente.

¿Qué es el priapismo?

Se denomina priapismo a una erección prolongada que supera las cuatro horas. Puede estar relacionada con estimulación sexual, pero no necesariamente.

Este término proviene de un dios de la mitología griega: Príapo, hijo de Dionisio y Afrodita. Según la leyenda, Príapo nació con un miembro enorme. Se le consideraba el símbolo de la fecundidad o la sexualidad masculina.

El priapismo no es una afección muy frecuente. Es más probable en hombres mayores de 30 años. Aunque puede manifestarse en niños que padecen enfermedad de células falciformes.

Su incidencia se estima en 1,5 casos por cada 100 000 personas al año. En varones mayores de 40 años la proporción se incrementa un poco, llegando a 2,9 casos por 100 000.

Según algunas investigaciones, este problema ha aumentado en los últimos años, por la utilización excesiva o inadecuada de fármacos para el tratamiento de la disfunción eréctil, como el sildenafilo.

Tipos y síntomas

Los síntomas del priapismo varían de acuerdo con el tipo. Al respecto, se señala que el mismo puede ser isquémico y no isquémico, según haya dificultad para el drenaje o vaciado de los cuerpos cavernosos, o exceso de flujo sanguíneo hacia el pene.

1. Priapismo isquémico

El priapismo isquémico, también llamado venooclusivo o de bajo flujo, es el más frecuente. Se produce por la incapacidad o dificultad de la sangre venosa para salir del pene, debido a una obstrucción o un problema de contracción de los músculos lisos.

Al mismo tiempo, también se reduce el flujo de entrada de sangre arterial, lo que puede ocasionar isquemia de los cuerpos cavernosos (de allí su nombre). Y si se prolonga en el tiempo, llega a la fibrosis, ya que la sangre acumulada pierde oxigenación y es mayor la acidosis.

Los síntomas del priapismo isquémico incluyen lo siguiente:

  • Erección prolongada.
  • Dolor que va empeorando.
  • Cuerpo del pene rígido con el glande suave.
Some figure
El incremento en el consumo de medicamentos para la disfunción eréctil aumentó la incidencia del priapismo.

2. Priapismo no isquémico

También llamado priapismo de alto flujo; es menos frecuente. A diferencia del anterior, se debe al exceso de sangre que fluye hacia los cuerpos cavernosos, que es mayor que el flujo de salida.

Puede ocurrir por causa de un traumatismo. Pero debido a que la sangre que se acumula es más rica en oxígeno, no hay riesgo de isquemia.

Sus síntomas incluyen lo siguiente:

  • Erección prolongada.
  • El cuerpo del pene no está completamente rígido.
  • Es menos doloroso.

También te puede interesar: Enfermedades comunes del pene y su tratamiento


Causas del priapismo

El priapismo suele ser secundario a una alteración de los mecanismos hemodinámicos que contribuyen con la disminución del volumen sanguíneo dentro de los cuerpos cavernosos o detumescencia. A su vez, el problema puede estar relacionado con los vasos sanguíneos, los músculos o los nervios.

Y aunque en algunos casos no es posible conocer la causa de fondo, hay varios factores, e incluso afecciones, que pueden tener incidencia en este problema. Entre los mismos cabe mencionar los siguientes.

Patologías

El priapismo recurrente se presenta con frecuencia en hombres con enfermedad de células falciformes y, en menor medida, con otros trastornos en la sangre: leucemia, mieloma múltiple y talasemia.

Entre las patologías que se pueden asociar con priapismo también se encuentran las siguientes:

  • Cáncer de pene, vejiga, próstata o recto.
  • ­Enfermedades neurológicas: encefalopatía, esclerosis múltiple.
  • Patologías infecciosas: parotiditis, paludismo.
  • Inflamaciones: prostatitis y tromboflebitis.
  • Otros trastornos: gota, amiloidosis, enfermedad de Fabry.

Medicamentos

Un episodio de priapismo puede desencadenarse como efecto secundario de algunos medicamentos utilizados para tratar diversas patologías y trastornos. Al respecto, se mencionan los siguientes:

  • Anticoagulantes, como warfarina y heparina.
  • Otros fármacos utilizados en el tratamiento de la disfunción eréctil.
  • Ansiolíticos, antidepresivos y medicamentos para trastornos psicóticos.
  • Andrógenos y otras hormonas: testosterona, hormona liberadora de gonadotropinas.
  • Inyección de sustancias vasoactivas: se señala en los estudios como una de las primeras causas de priapismo.
  • Antihipertensivos, incluyendo los antagonistas del calcio, que pueden producir un efecto venooclusivo, y los alfabloqueantes.

Lesiones

Traumatismos y lesiones en el pene, el perineo o la pelvis, en algunos casos originan fístulas, provocando un flujo anormal de sangre arterial hacia el cuerpo cavernoso. Asimismo, lesiones en la médula espinal pueden afectar los mecanismos de la erección, haciendo que se pierda el reflejo bulbocavernoso.

Otras causas

También pueden ser causantes del priapismo:

Diagnóstico y tratamiento

Para el diagnóstico del priapismo, el médico observará diferencias en los síntomas. Por ejemplo, en el priapismo isquémico, la erección es dolorosa. Asimismo, el paciente puede parecer agitado. Por su parte, en el no isquémico, el pene se muestra en un estado de erección incompleta.

Mediante preguntas, se conocerán antecedentes de la situación. Y otros estudios complementarán el diagnóstico. Esto incluye gasometría, para conocer si el espacio cavernoso está lleno de sangre arterial o venosa, y si hay o no hipoxia y acidosis; asimismo, se puede realizar ecografía Doppler y arteriografía selectiva.

Aunque el fin del tratamiento de uno u otro tipo de priapismo puede ser similar, los mecanismos de acción difieren. Incluso, la urgencia de la atención. Los venooclusivos o isquémicos requieren actuación inmediata y medidas un poco más invasivas.

En este orden de ideas, para propiciar la salida de sangre de los cuerpos cavernosos, se puede administrar un analgésico potente, junto con la aplicación de frío local. También se administra terbutalina subcutánea.

En caso de persistir la tumescencia, se procederá a hacer aspiración, con una punción en la porción distal de un cuerpo cavernoso. Se drena hasta que salga sangre arterial de color rojo vivo.

Si la sangre no sale, debido a lo espesa, se harán lavados con suero fisiológico. Y en caso de reaparecer la erección, además de una nueva aspiración, se inyectará de forma intracavernosa un agonista alfa-adrenérgico. Cuando la erección ha persistido por mucho tiempo, se recomienda abrir fístulas que permitan el drenaje.

En algunos casos de priapismo no isquémico puede no requerirse tratamiento, ya que no suele dar lugar a complicaciones. A lo sumo, se trata de disminuir el flujo mediante embolización selectiva u otros procedimientos, con el fin de lograr la detumescencia.

Some figure
El priapismo isquémico necesita una intervención urgente.

¿Cuándo acudir al médico?

En ocasiones, un episodio de priapismo se resuelve solo. Pero también puede constituir una emergencia. Dependiendo de la gravedad, dejará secuelas, como disfunción eréctil permanente.

Cuando una erección se prolonga por varias horas, se debe acudir de inmediato a un centro de atención de emergencia. El médico determinará qué tipo de priapismo es y qué acciones se requieren.

Por otra parte, si estos episodios son recurrentes, se debe iniciar un tratamiento para prevenirlos. Como medida, el médico puede aconsejar suspender alguna medicación. De igual manera, la persona debe evitar consumir drogas o sustancias que puedan afectarle.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Altman A, Seftel A, Brown S, Hampel N. Cocaine associated priapism. J Urol. 1999; 161: 1817-1818.
  • Aoyagi T, Hayakawa K, Miyaji K, Ishikawa H, Hata M. Sildenafil induced priapism. Int J Impot Res. 2001; 13: 357-359.
  • Bschleipfer T, Hauck E, Diemer T, et al. Heparin-induced priapism. Int J Impot Res. 2001; 13: 357-359.
  • Bugarín González R, Casais Gude J, Alonso López C, et al. Priapismo. JOUR Medicina Integral. 2002; 40(8); 338 – 342.
  • Capua Sacoto C, Lujan Marco S, Morales Solchaga G,  et al. Cáncer de pene: Nuestra experiencia en 15 años. Actas Urol Esp. 2009;  33(2): 143-148.
  • Eland I, Van der Lei J, Stricker B, Sturkenboom M. Incidence of priapism in the general population. Urology. 2001; 57: 970-972.
  • Madrid F, Díez A, Madrinero C, Rivas J, Delgado M, García J. Priapismo secundario a la administración de testosterona en el tratamiento de la pubertad retardada. Arch Esp Urol. 2001; 54; 703-705.
  • Miguélez E, Rodríguez L, Sáenz I. Priapismo. Actualización en Andrología. 1998; 24: 17-32.
  • Pagà Carbonell J, Peri L. Priapismo de alto flujo y larga evolución: Presentación de un caso y propuesta de algoritmo diagnóstico y tratamiento. Actas Urol Esp. 2005;  29(7): 708-710.
  • Zúñiga P, Martínez C, González L, Rendón D et al. Sickle cell disease: A diagnosis to keep in mind. Rev. chil. pediatr.  2018;  89(4): 525-529.
  • Rodríguez, R., Et al. (2015). Priapismo. Actas Urol Esp vol.29 no.10. https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0210-48062005001000008

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.