Prueba de la mesa basculante: ¿en qué consiste?
Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina
La prueba de la mesa basculante, también conocida como mesa inclinada, se utiliza para ayudar a determinar el origen de diversos síntomas que no tienen una causa aparente. Entre estos se pueden mencionar el síncope, los mareos, la sensación de inestabilidad y la sudoración súbita.
Como su nombre lo da a entender, durante la prueba de la mesa basculante se varía la posición inclinada del cuerpo. De esta manera, se tratan de apreciar loa cambios en la presión arterial y en el ritmo cardiaco.
Es posible que en algunos casos se administre un medicamento. Y aunque en líneas generales es un procedimiento bastante sencillo y no invasivo, hay contraindicaciones.
¿Qué es y para qué se hace la prueba de la mesa basculante?
Cuando estamos de pie, la fuerza de la gravedad hace que la sangre fluya más hacia la parte inferior del cuerpo. Pero para contrarrestar dicho efecto, el sistema circulatorio realiza ciertos ajustes de manera automática.
Este ajuste consiste en un leve aumento de la frecuencia cardíaca y una vasoconstricción en las piernas, gracias a lo cual continúa llegando sangre y oxígeno al cerebro. Es así como podemos permanecer largo tiempo de pie.
Aunque en ciertos casos el sistema no puede no funcionar correctamente. Esto se traduce en una baja de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca (bradicardia), con la consiguiente manifestación de diversos síntomas.
La prueba de la mesa basculante se realiza para inducir las condiciones en las que tienen lugar dichos síntomas. De esta manera, ayuda a diagnosticar la posible causa de mareos y desmayos cuando no hay otras razones aparentes.
¿Cuándo se recomienda la prueba de la mesa basculante?
La prueba de mesa basculante se puede realizar en pacientes jóvenes, aparentemente sanos, así como en adultos mayores. Se recomienda cuando no se ha logrado un diagnóstico con otras pruebas, como electrocardiograma, resonancia magnética cerebral o angiografía.
De manera particular, se aplica si se sospecha de alguna afección o se presentan ciertos síntomas:
- Síndrome de taquicardia ortostática postural.
- Síncope de mediación neuronal.
- Síncope vasovagal.
- Hipotensión ortostática.
- Miocardiopatía ventricular.
- Pérdida súbita del conocimiento.
- Movimientos involuntarios espasmódicos.
- Caídas frecuentes sin causa aparente.
- Sensación de desvanecimiento.
- Palpitaciones asociadas con los cambios de posición.
- Frecuencia cardíaca lenta o irregular.
Preparación para la prueba de la mesa basculante
Cuando se tiene programada una prueba de la mesa basculante, se debe consultar al médico con respecto a la preparación y las precauciones que hay que tomar previamente. En relación con esto, se sugieren las siguientes recomendaciones:
- Medicamentos: posiblemente se deba dejar de tomar fármacos que afecten la frecuencia cardíaca o la presión arterial un día antes de la prueba.
- Alimentación: la noche anterior se puede comer de manera normal, pero no se debe ingerir nada 4 horas antes de la prueba.
- Vestimenta: se debe usar ropa y zapatos cómodos.
- Acompañantes: se recomienda ir acompañado el día de la prueba, por si se requiere de alguien más que conduzca de regreso a casa.
- Alergias: hay que informar al médico si se sufre de alguna alergia.
¿Cómo es el procedimiento?
La prueba de la mesa basculante constituye un procedimiento ambulatorio, sencillo y no invasivo. Se puede realizar en un hospital o en un consultorio.
Para comenzar la prueba, el paciente tiene que despojarse de joyas, prendas, relojes u otros objetos. Asimismo, debe desvestirse de la cintura hacia arriba y colocarse una bata.
Luego, la persona se acuesta en la mesa basculante. El médico ajustará las correas de la misma alrededor del cuerpo del paciente.
A la vez, se fijan parches adhesivos con electrodos en distintas zonas (pecho, piernas y brazos). Estos están conectados a un electrocardiógrafo, con el que se controla la frecuencia cardíaca.
Además, se utiliza un tensiómetro. También se coloca una vía en una de las venas del brazo para administrar medicamentos de manera intravenosa en caso de que sea necesario.
Primero se evalúan los signos mientras la persona está acostada, en posición completamente horizontal. Luego la mesa se inclina, elevando la cabeza 30 grados y después a 60 grados; así, hasta que la persona queda vertical.
En todo momento se estarán midiendo la presión arterial, los latidos del corazón y los niveles de oxígeno. En algunos casos se puede administrar un medicamento, como isoproterenol o nitroglicerina, para inducir cambios en el ritmo cardíaco.
El procedimiento suele demorar cerca de una hora. Una vez finalizada la prueba de la mesa basculante, se quitan los sensores y correas.
¿Qué significan los resultados?
Si los valores se alteran, la prueba es positiva. Por el contrario, si la persona no reacciona a los cambios de posición en la mesa basculante se considera que es negativa. En general, la presión arterial alterada denota hipotensión ortostática y la frecuencia cardíaca disminuida indicaría síncope vasovagal.
No obstante, el resultado negativo no descarta la posibilidad de que haya una afección. Solo significa que la prueba no lo revela. Según los estudios, hay una tasa de falsos positivos que puede rondar entre un 5 % y un 20 %.
Es posible que se deban hacer exámenes adicionales. Por ejemplo, puede sugerirse el uso de un monitor Holter u otros procedimientos, tales como la prueba hemodinámica con ecografía o ecocardiograma.
Posibles riesgos y contraindicaciones
La prueba de la mesa basculante suele ser segura.Aunque no son comunes, las complicaciones incluyen náuseas, vómitos, desmayo, debilidad, presión arterial baja, dolor de cabeza y palpitaciones.
Si los signos vitales cambian drásticamente o si la persona manifiesta no sentirse bien durante el procedimiento, puede detenerse la prueba. Es posible que se requiera administrar algún tratamiento para estabilizar al paciente.
Si el malestar persiste en las siguientes 24 horas se recomienda guardar reposo. Pero más allá de este tiempo, lo conveniente es llamar al médico. Lo mismo debe hacerse si hay cambios en la visión, dolor en el pecho o convulsiones.
No se recomienda una prueba de mesa basculante si la persona padece ciertas condiciones:
- Tensión arterial muy baja.
- Cardiopatía isquémica.
- Diabetes mellitus.
- Glaucoma.
- Hipertrofia prostática.
- Valvulopatía grave.
- Miocardiopatía hipertrófica.
Diagnósticos y tratamientos a instaurar
La mayoría de las personas experimenta leves caídas de la presión arterial y ligera elevación de la frecuencia cardíaca al ponerse de pie, sea que haya estado sentado o acostado. Aunque la velocidad y el grado con que se producen estos cambios y su asociación con otros síntomas puede ser determinante.
De allí que se considere que la prueba de la mesa basculante por sí sola no proporciona un diagnóstico definitivo. Por ello, el médico debe evaluar los resultados teniendo a la vista todo el historial clínico del paciente; incluso considerando otras pruebas antes de tomar una decisión o recomendar un tratamiento.
Si los resultados apuntan a la hipotensión ortostática se recomendarán medicamentos para elevar o para prevenir caídas de la presión arterial. Por su parte, el síncope vasovagal es un poco más difícil de tratar, si bien existe la posibilidad de que también se recomienden medicamentos.
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