Sirope de agave: beneficios, propiedades y contraindicaciones
Revisado y aprobado por la nutricionista Maria Patricia Pinero Corredor
El agave es una planta nativa de México y el sur de los Estados Unidos. Tiene cierto parecido en su forma con el aloe vera y de ella se obtienen diferentes productos, siendo los más conocidos el tequila y el mezcal. Pero, de un tiempo hacia acá, ha ganado popularidad otro de sus derivados: el sirope de agave.
También lo llaman néctar o jarabe de agave y lo utilizan, sobre todo, quienes llevan una dieta vegana, como endulzante y sustituto del azúcar. Esto se debe a que su origen es por completo vegetal.
Si bien es cierto que con esta frase de presentación, lo primero que se nos viene a la mente es que se trata de un producto «sano», la verdad es que hay muchos mitos y expectativas muy elevadas en torno a él. Hay puntos en los que puede ser mejor que el azúcar común, pero no es el edulcorante perfecto ni mucho menos. Vamos a descubrir las propiedades y contraindicaciones del sirope de agave, para que saques tus propias conclusiones.
Propiedades nutricionales del jarabe de agave
El sirope de agave tiene un alto contenido en azúcar. De acuerdo al Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, 100 gramos de él contienen 68 gramos de azúcares totales: 55.6 gramos son fructosa y 12.4 gramos son glucosa. La fructosa es un azúcar que está de forma natural en las frutas y vegetales, es decir, se trata de un tipo diferente de azúcar que la granulada común (sacarosa).
De igual manera, el jarabe de agave posee calorías, en concreto 310 por cada 100 gramos. Es menos que el azúcar (387 por cada 100 gramos), pero sigue siendo un número considerable. Asimismo, posee 76.4 gramos de carbohidratos en esa misma porción, una cantidad mínima de proteínas (0,09 gramos), lípidos o grasas (0.45 gramos) y algo de fibra (0.2 gramos).
Desde el punto de vista de los micronutrientes, aporta algunos que el azúcar de mesa no (magnesio, fósforo, vitaminas C, B1, B3, B6, A, E, K y folato). En la mayoría de los casos, iguala o supera las cantidades de los que el azúcar contiene por cada 100 gramos (calcio, hierro, potasio, sodio, y vitamina B2).
Por último, también cuenta con varios compuestos bioactivos. Los principales son los fructanos, pero también hay polifenoles, taninos y saponinas. Ellos son beneficiosos para el organismo, pero debes tener en cuenta que el proceso utilizado en la fabricación del sirope influye en que el producto final tenga una mayor o menor concentración de ellos, como señala un estudio publicado en la revista LWT.
¿Cuáles son sus beneficios?
De manera popular, al sirope de agave se le asocia con varias ventajas a la salud y esto se debe, en parte, a algunas de las propiedades nutricionales ya nombradas, así como a otras características propias de él. Ahora, considera que los beneficios potenciales que puede tener solo se producirían si llevas un consumo moderado del mismo.
1. Tiene acción hipoglucemiante
Un artículo publicado en la Revista Chilena de Nutrición indica que el néctar de agave tiene un índice glucémico bajo de 16. Esto quiere decir que, tras su consumo, los niveles de azúcar en sangre subirán de forma más lenta que en el caso del azúcar normal, cuyo índice glucémico es de 64.
Si bien es cierto que esta es una de las razones por las que se utiliza como alternativa al azúcar, debes tener en cuenta que no es una opción 100 % sana. Como señala la Academia Española de Nutrición y Dietética (AEND), el consumo de alimentos con alto contenido de azúcares debe hacerse de forma moderada, ya que puede traer complicaciones a la salud.
2. Endulza más
Otro punto que ha hecho popular al sirope de agave es su mayor capacidad endulzante. Con respecto a esto, la AEND señala que endulza hasta quince veces más que el azúcar de mesa. Esto se traduce en que usemos una menor cantidad para endulzar una preparación. Lo que, a su vez, traería un menor consumo de calorías —en teoría— y reduciría los riesgos de una alta ingesta de ellas. Por ejemplo, el sobrepeso.
3. Combate el estrés oxidativo
Los antioxidantes son sustancias muy beneficiosas para el organismo. Se encargan de evitar el aumento del estrés oxidativo, que los expertos asocian a enfermedades como el cáncer y el alzhéimer, así como también al envejecimiento.
Uno de los beneficios del sirope de agave es que tiene acción antioxidante. Esto debido a los bioactivos presentes en su composición, como los fructanos, saponinas y fenoles, tal como señala el estudio de LWT nombrado antes.
4. Fortalece la microbiota intestinal
El néctar de agave contiene agavinas, compuestos que se forman por la unión de la fructosa y glucosa presentes en él, y que tienen acción prebiótica. Ellas promueven el crecimiento de bacterias beneficiosas para el organismo, tal como indica un estudio divulgado en International Journal of Environmental Research and Public Health.
De igual manera, los expertos señalan que las agavinas podrían tener un efecto en el peso corporal. Al llegar al intestino grueso, ellas se fermentan y producen sustancias que intervienen con las hormonas relacionadas con el apetito. Es decir, podrían hacerte sentir más saciado/a y, por eso, sentir menos hambre.
5. Refuerza el sistema inmune
Este endulzante tiene el potencial de proteger al cuerpo de distintos microorganismos que pueden causar enfermedades y fortalecer el sistema inmunológico. De nuevo, los compuestos que están detrás de esta acción son los fructanos que, como sugieren los expertos, cuentan con acción antimicrobiana.
Contraindicaciones y riesgos para la salud
Aunque el consumo moderado de jarabe de agave puede traer beneficios potenciales a la salud, ingerirlo en exceso es perjudicial. Esto se debe, sobre todo, a la fructosa, la cual está presente en altas cantidades en su composición, y que expertos la consideran como un factor de riesgo para sufrir de enfermedad de hígado graso no alcohólico.
La Universidad del Estado de Colorado señala que la fructosa tiene un proceso de metabolización diferente y que sucede principalmente en el hígado. Un consumo excesivo de ella hace que este órgano sea incapaz de regular su metabolismo de forma eficiente, lo que se asocia a la patología mencionada.
No solo eso, también genera mayor riesgo de obesidad, enfermedades cardiovasculares y una disminución de la sensibilidad a la insulina. Por ello, como sugiere la AEND, las personas con diabetes tipo dos no deberían consumir el sirope de agave, mientras que los que padecen del tipo uno pueden ingerirlo con moderación.
Tampoco deberían consumirlo —y si lo hacen, solo bajo supervisión médica— las personas que ya sufren de estas enfermedades metabólicas, como obesidad, cáncer o hipertensión.
El jarabe de agave también tiene un efecto sobre la salud bucal. Y es que todos los azúcares que consumimos (fructosa, sacarosa, glucosa, entre otras), aumentan el riesgo de producir caries, si no nos cepillamos los dientes justo después de comer.
Por último, pero no menos importante, los fructanos en el sirope pueden causar efectos secundarios en algunas personas. Tal es el caso de hinchazón abdominal, flatulencias y diarrea, como señalan en el artículo de LWT.
¿Cómo usar el sirope de agave de forma adecuada?
Como te hemos indicado a lo largo de estas líneas, el néctar de agave es un producto que sí puede utilizarse, pero con moderación. Es probable que te preguntes, ¿qué cantidades son seguras? Pues, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), debemos limitar el azúcar libre (entre la que se encuentra el sirope) a menos del 10 % de la ingesta calórica total del día. De hecho, consideran todavía mejor reducirlo al 5 %.
¿Y eso en qué se traduce? El Servicio Nacional de Salud de Reino Unido sugiere no más de 30 gramos (dos cucharadas) al día para los adultos, 24 gramos para los niños entre siete y diez años, así como un límite de 19 gramos en niños de cuatro a seis años.
Puedes añadir el sirope de agave a distintas preparaciones culinarias. Por ejemplo, utilizarlo como sustituto del azúcar al hacer productos horneados, como cupcakes o galletas. Eso sí, ten en cuenta que al ser más dulce que el azúcar común, conviene que utilices una menor cantidad de la que indica la receta.
Otro punto que debes considerar es que es bastante pegajoso. Así que al hacer postres horneados, aplica sí o sí mantequilla y harina al envase o bandeja que estés utilizando, ya que si no se pegará. De igual manera, al ser líquido, es probable que necesites modificar la cantidad de sólidos en la receta, porque correrías el riesgo de que la preparación «no levante».
También vale para endulzar jugos o yogur, pero recuerda no sobrepasar las cantidades que te indicamos antes al día, y aplicar menos que el azúcar normal.
Consume el sirope de agave con moderación
Hay una frase que dice que «no todo lo que brilla es oro», y el sirope de agave podría describirse con ella. Hay muchos bulos a su alrededor, como que no engorda, lo cual no es cierto, ya que aporta una cantidad considerable de calorías. Así como también hay quienes dicen que es lo mejor para los que padecen de diabetes, pero esa tampoco es una afirmación del todo correcta.
Después de repasar las propiedades y contraindicaciones del sirope de agave, se puede decir que es un producto con potencial beneficioso para la salud, pero solo si haces un consumo moderado del mismo. Pero, tampoco es para todas las personas, y si sufres de una enfermedad metabólica, tal vez lo mejor es pasar de él. En ese caso, busca reducir el consumo de azúcares en general, tu cuerpo te lo agradecerá.
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