Eran tan felices que no lo publicaban en las redes sociales
Escrito y verificado por el psicólogo Bernardo Peña
El uso de las redes sociales forma parte de nuestra vida. Somos muchos los que disponemos de perfiles en Facebook, Twitter, Instagram. Sin duda son una herramienta maravillosa para compartir vivencias y pensamientos, y gracias a las cuales estamos al día con las noticias que nos interesan y que nos hacen aprender.
Es como si el mundo entero estuviera de pronto al alcance de nuestra mano en un solo clic. Son ellas, las redes sociales, quienes más nos ayudan en esa finalidad tan básica en el ser humano: la comunicación y la interacción.
Ahora bien, como todo en la vida, cada objeto, espacio o mecanismo tendrá la función que cada uno quiera darle según sus necesidades, personalidad y motivación.
Los psicólogos nos explican que las redes sociales actúan como mecanismos de defensa para muchas de nuestras carencias y necesidades, esas de las que muchas veces no somos conscientes y que proyectamos en estos espacios. Sin duda, estos van mucho más allá de la simple interacción social.
¿Cuántas personas conoces de tu círculo social acostumbradas a publicar sus estados de ánimo o sus relaciones afectivas en Facebook o Twitter casi a cada momento? Hablaremos hoy sobre los procesos psicológicos encubiertos en esta costumbre.
El perfil saludable
Hay un comentario muy popular que suele decirse sobre las redes sociales: “El mundo está lleno de muertos en vida y la mayoría se esconden en Facebook”. ¿Qué quiere decir esto? Internet sirve de herramienta a muchas personas para poner el ojo en la mirilla de los demás y aparentar tener una vida que, en realidad, no tienen.
Ahora bien, podríamos decir que gran parte de las personas que usan las redes sociales lo hacen de modo saludable. Esta forma de manejarlas se caracteriza por estas cualidades:
- Las redes sociales no son parte esencial y necesaria de sus vidas. Son un complemento y una forma de comunicación y de compartir experiencias con personas que vemos cada día, o con las cuales mantenemos una relación frecuente y real.
- El comportamiento y la personalidad de estos usuarios no cambia de medio a medio. Es decir, son personas asertivas, que gestionan adecuadamente sus emociones y saben expresarlas en los medios adecuados.
- ¿Un ejemplo? Si estoy enfadada con una compañera de trabajo, no se lo diré en las redes sociales ni lo publicaré en su muro para que el resto de personas también se entere de esa situación. Es conveniente ser franco y hablarlo en persona, sin necesidad de que terceras personas se involucren.
- Las personas saludables saben cuando “desconectar”. No están pendientes de sus móviles y de lo que ocurre en las redes sociales; la vida real es mucho más apasionante.
- No hay afán de “enorgullecerse”, no buscan ser prepotentes o aparentar. Publican las buenas noticias en las redes sociales solo por el placer de compartir con las amistades esas emociones positivas.
- Tampoco sienten la necesidad de que todos sus contactos sepan lo que hacen o dejan de hacer, lo que piensan o lo que sienten. Quien usa adecuadamente las redes sociales tiene muy definido el concepto de intimidad.
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Comportamientos poco saludables en las redes sociales
Nuestra vida, nuestra cotidianidad, ya no podría entenderse sin el apoyo diario de internet. Es más que una herramienta de trabajo; podríamos decir también que nos hace la vida más fácil, nos instruye y enriquece.
Ahora bien, hay personas que, sin llegar a ser dañinas u ofensivas, no utilizan de modo correcto las redes sociales. Te invitamos a conocer algunos interesantes aspectos.
En busca de los refuerzos psicológicos
Hay quienes necesitan publicar estados o fotografías en sus perfiles por la necesidad natural de encontrar un refuerzo. Esos likes son mucho más que una opción en Facebook o un favorito en Twitter; en efecto, representan las siguientes sensaciones:
- Obtener una gratificación a un pensamiento.
- Es que alguien diga “que le gusta” esa fotografía que he colgado, con un vestido o peinado nuevo. Con ello, subo mi autoestima y, a su vez, muestro a los demás “lo atractivo que soy en comparación con otros”.
- Obtengo una aprobación inmediata y rápida. No tengo que esperar a salir a la calle para que otros, al verme, me lo digan. En pocos segundos, consigo un sinfín de refuerzos psicológicos.
Las redes sociales son escudos protectores
En internet, una persona puede mostrarse tal y como le gustaría ser. Puede ser más atrevida y hasta establecer nuevas relaciones afectivas por este medio, ya que en ellas se sienten más seguras que en la vida real.
Por otra parte, las redes sociales permiten crear una personalidad nueva e incluso se puede utilizar una falsa imagen de perfil. Estos son, en realidad, comportamientos tan peligrosos para segundas personas como destructivos para uno mismo.
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Pensar que si no estás en las redes sociales “no existes”
Seguro que te ha ocurrido alguna vez: te encuentras con alguien y te pregunta en tono irónico”¿Pero qué es de tu vida? ¡Ya no publicas nada en Facebook!” Ante esto, solemos mirar con escepticismo al interlocutor y decirle con tranquilidad: “Tengo una vida más allá de las redes sociales”.
Hay quien tiene la idea de que si no publica lo que hace o vive, es como si en realidad nada hubiera ocurrido. Toda experiencia adquiere sentido en el momento en que aparece en el muro de Facebook y le siguen los likes y los comentarios. Es entonces cuando se siente aliviado, reconocido y tranquilo.
Es mejor evitar este tipo de cosas. La vida es mucho más hermosa si salimos a vivirla, si la guardamos para nosotros mismos sin necesidad de exponerla a terceros. Practiquemos en lo íntimo y en lo personal el hermoso refrán que afirma “Eran tan felices que no lo publicaban en las redes sociales”.
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