12 tratamientos naturales para combatir la bacteria Helicobacter pylori
Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto
La bacteria Helicobacter pylori afecta hasta al 50 % de la población mundial. Habita en el ambiente gástrico y se trasmite por contacto directo, alimentos y agua, y por vía sexual y fecal. La mayoría de las personas no desarrollan síntomas hasta la adultez, cuando puede desencadenar episodios de gastritis y úlceras gástricas, con dolor abdominal, náuseas, vómitos y dispepsia.
Ante los síntomas, lo recomendable es visitar a un médico para confirmar el diagnóstico y recibir una terapia adecuada con antibióticos y antiácidos. Sin embargo, la creciente resistencia a esos medicamentos ha llevado a explorar tratamientos naturales, como consumir propóleo o probióticos, para apoyar la erradicación de la bacteria.
Aunque no existe una cura definitiva de Helicobacter pylori sin antibióticos, estos remedios pueden servir como un complemento. Sin embargo, nunca deben usarse como método principal y sin la supervisión médica. Por eso, recuerda consultar siempre a tu doctor antes de iniciar cualquier tratamiento y seguir sus recomendaciones.
1. Aceites esenciales
Los aceites esenciales de cedro, de abeto plateado, de aguja de pino, de árbol de té, de orégano y de limoncillo podrían ser efectivos para mantener un nivel bajo de H. pylori en la mucosa gástrica y apoyar la terapia de erradicación. Se considera que ayudan a inhibir la actividad de la ureasa, una enzima necesaria para que la bacteria sobreviva en el ácido gástrico.
En el caso del aceite de orégano compacto, la Sociedad Española de Fitoterapia menciona que se realizó un estudio con 129 pacientes, quienes consumieron dos cápsulas de 75 miligramos cada 6 horas por 10 días. Luego de esa terapia, se notó una mejoría significativa de los síntomas y, en algunos, la prueba de detección de la bacteria fue negativa.
¿Cómo utilizarlos?
Los aceites esenciales pueden ser tóxicos, por lo que debes consultar con un médico antes de ingerirlos para evitar efectos secundarios. Aplicarlos de forma tópica sobre el área estomacal con un masaje suave podría ayudar a aliviar los malestares digestivos. Pero antes debes diluir 3 a 5 gotas en 15 mililitros de un aceite portador, como el de oliva o de almendras.
2. Propóleo
Otro de los remedios caseros que ha sido utilizado contra Helicobacter pylori es el propóleo. Esta sustancia es empleada desde la antigüedad debido a que cuenta con propiedades antimicrobianas que podrían ayudar a combatir la gastritis. Dadas estas particularidades, el propóleo tendría potencial como un recurso para controlar estas infecciones.
¿Cómo consumirlo?
En el mercado existen pastillas con propóleo y son seguras cuando se utilizan de forma correcta. De otra forma, podrían causar irritación y úlceras en la boca. Suele recomendarse el consumo de 400 a 500 miligramos diarios en adultos. Consulta con el médico sobre la cantidad que te aconseja consumir, ya que todavía sigue bajo estudio.
Además, ten presente que no se recomiendan durante el embarazo, en personas con trastornos hemorrágicos o si se consumen anticoagulantes.
3. Jengibre
La raíz de jengibre se utiliza en diversas recetas y es conocida a nivel mundial por sus múltiples beneficios. Los estudios científicos sugieren que el consumo de jengibre podría ser efectivo como terapia complementaria para disminuir la infección causada por esta bacteria y los síntomas de dispepsia. Aun así, son necesarias más investigaciones.
¿Cómo consumir jengibre?
Puedes consumir hasta 3 gramos diarios de jengibre en polvo al incorporarlo en tus comidas o infusiones. Recuerda consultar con un médico antes. Para preparar una infusión, calienta una taza con agua y agrega la especia. Cuela después de unos 5 minutos y bebe.
Ten presente que no debes superar esa cantidad diaria ni incorporarlo si estás cursando las últimas etapas de embarazo, si padeces hemofilia o problemas cardíacos. Tampoco es aconsejable si tomas anticoagulantes, antihipertensivos y antidiabéticos.
4. Cúrcuma
Esta especia de origen asiático cuenta con múltiples propiedades que se pueden aprovechar en la medicina y, por ello, también se han realizado estudios acerca de su acción contra la infección por Helicobacter pylori. Hasta la fecha, sobre todo se utiliza en caso de malestar por dispepsia o indigestión.
Sin embargo, también podría tener más beneficios, gracias a uno de sus principales componentes: la curcumina. Según el International Journal of Molecular Sciences, la curcumina sería un suplemento útil en la erradicación de esta bacteria, gracias a sus propiedades antioxidantes.
¿Cómo consumir cúrcuma?
En la cocina, la cúrcuma es un buen condimento para el arroz, sopas o guisos. También, puedes preparar infusiones o consumir cápsulas de curcumina. Se suele recomendar una ingesta máxima de 1,5 gramos de cúrcuma al día.
Sin embargo, puede tener contraindicaciones durante el embarazo, la lactancia, si tienes problemas de coagulación sanguínea, enfermedad hepática o de la vesícula biliar. Por ello, antes es importante escuchar la recomendación de un médico.
5. Repollo o col blanca
Entre los alimentos que pueden incluirse para ayudar a eliminar esta bacteria, el repollo tendría una relación inversa con el cáncer gástrico y la gastritis, según una revisión de Nutrition Research. Aun así, cabe destacar que, al igual que el brócoli, este alimento puede causar flatulencias.
¿Cómo consumirlo?
Puedes preparar un jugo vegetal, procesando una taza de repollo picado previamente hervido con 2 tazas de agua. De hecho, el jugo de repollo suele utilizarse para tratar úlceras estomacales, aunque son necesarios más estudios al respecto. Consulta con tu médico sobre la frecuencia de consumo.
6. Brócoli
Los brotes de brócoli podrían ayudar a combatir H. pylori gracias a su alto contenido de sulforafano. Este compuesto es un fitonutriente que podría mejorar las complicaciones causadas por la bacteria y disminuir la colonización.
A pesar de ello, aún existen controversias al respecto. En este sentido, no está clara la efectividad de este vegetal. Tal como señala un estudio en la revista Complementary Medicine Journal Arak University of Medical Sciences, factores como la gravedad de la infección y el tiempo inciden en el tratamiento.
¿Cómo consumir brócoli?
Más allá de que continúa bajo estudio, puedes incorporarlo de forma moderada en tu dieta, siempre que lo apruebe un médico. Por ejemplo, puedes hacer una sopa de brócoli o un jugo al procesar 50 gramos de brócoli con un vaso de agua. En cualquier caso, antes hiérvelo en agua con sal, hasta que esté tierno.
7. Probióticos
Aunque hay muchos mitos de los probióticos, lo cierto es que estos microorganismos vivos pueden ser beneficiosos para tratar enfermedades gastrointestinales. Están presentes en distintos alimentos, como ciertos yogures, el kéfir, el chucrut o la kombucha.
En cuanto a las infecciones por esta bacteria, la suplementación con probióticos podría mejorar la eficacia de los antibióticos y mantener el equilibrio de la microbiota gastrointestinal. Sin embargo, sus efectos se evidenciarían en conjunto con la terapia antibiótica.
¿Cómo consumir probióticos?
La forma más simple es incorporar a tu dieta alimentos que los contengan, como los que mencionamos: yogur natural, kéfir, chucrut, kombucha, entre otros. Otra manera es consumir suplementos de probióticos; eso sí, siempre bajo supervisión del médico.
8. Miel
Al igual que ocurre con el propóleo, la miel también puede ser una aliada contra H. pylori, ya que se le atribuyen propiedades antibacterianas. En este sentido, podría reducir la infección que ocasiona.
Como indica un estudio en Diagnostic Microbiology and Infectious Disease, los pacientes que consumieron miel o té verde o negro al menos una vez a la semana tuvieron una menor tasa de positividad que quienes no lo hicieron. Más allá de estos datos, recuerda preguntarle a tu médico.
¿Cómo puedo consumirla?
La miel tiene múltiples maneras de uso. Las más usuales incluyen preparar alguna infusión, como té verde o negro, y endulzarla con ella. También, tomar leche tibia con una cucharada de miel. Ten precaución si estás embarazada, en etapa de lactancia o si tienes diabetes.
9. Té verde
Como anticipamos en el punto anterior, el té verde también ha sido estudiado como otro de los remedios naturales contra esta infección. Sus polifenoles tendrían actividad antimicrobiana. Por eso, podría ser efectivo para inhibir el crecimiento de esta bacteria. Puedes hacer infusiones para aprovechar los beneficios del té verde y ayudar a controlar la infección.
¿Cómo realizar infusiones de té verde?
Primero, calienta 250 mililitros de agua hasta antes del hervor. Luego, coloca 5 gramos de té verde y deja que repose por 5 minutos. Por último, puedes filtrar la preparación y endulzar a gusto antes de consumir.
Puedes tomar un par de tazas al día o la cantidad que indique el médico. Es recomendable evitarlo si estás embarazada, en etapa de lactancia, si tienes problemas hemorrágicos, ansiedad, diabetes, presión arterial alta, síndrome del intestino irritable o glaucoma.
10. Ajo
Es común escuchar que el ajo mata la bacteria Helicobacter pylori. Aunque lo recomiendan como complemento de los fármacos antibióticos, un estudio del Avicenna Journal of Phytomedicine indica que el consumo de ajo crudo podría tener efectos antibacterianos contra este microorganismo.
En este estudio, las personas que participaron consumieron dos dientes de ajo crudo dos veces al día, durante 3 días. A pesar de que son necesarios más estudios y de que solo 15 personas formaron parte, podrías preguntarle al médico acerca de su inclusión como parte de la terapia.
¿Cómo consumir ajo?
Si bien en el estudio indicado consumieron cuatro dientes de ajo diarios, se suele recomendar solo dos. Puedes ingerirlos en algún momento del día o preparar una infusión, calentando una taza de agua con un diente de ajo. Luego, la dejas reposar por 10 minutos antes de colar y beber.
Ten presente que no se recomienda si padeces algún trastorno hemorrágico, estás embarazada o amamantando. A su vez, debes consultar con un médico si tomas alguna medicación.
11. Romero
El romero es otro de los remedios herbales que puede apoyar el tratamiento médico. Aunque hacen falta más estudios sobre esta planta, el análisis in vitro de su extracto indica que tendría una actividad antioxidante y antibacteriana. Así, con autorización del médico, podrías incorporarlo de forma moderada.
¿Cómo consumirlo?
Con esta especia puedes preparar infusiones. Para una taza de té, calienta 250 mililitros de agua y agrega 5 gramos de romero. Deja que repose por 5 minutos, endulza y consume las veces que te indique el médico.
El romero puede ser peligroso en el embarazo y la lactancia, así que evítalo en esos casos. También, debes tener precaución si padeces alergia a la aspirina, problemas hemorrágicos y trastornos convulsivos.
12. Hierbaluisa o cedrón
Al igual que otros de estos remedios caseros para la bacteria Helicobacter pylori, todavía es necesaria más investigación. Sin embargo, un estudio de Pharmaceutical Biology indica que tendría efectos antibacterianos.
Esto se debe al alto contenido de compuestos polifenólicos que posee en sus hojas. Así, los investigadores indican que podría ser fuente de nuevos fármacos. Mientras tanto, es posible sumar la hierbaluisa a la dieta mediante infusiones, pero recuerda consultar con un profesional de la salud antes.
¿Cómo hacer infusiones con hierbaluisa?
Para realizar un té de hierbaluisa, debes calentar 250 mililitros de agua. Antes de que hierva, apaga el fuego y agrega 5 gramos de la hierba. Por último, espera 5 minutos antes de colar la infusión, endulzar y tomar. Es recomendable tomar hasta 3 tazas al día, siempre que así lo apruebe el médico.
No lo consumas durante el embarazo y la lactancia. También, ten cuidado si tomas medicamentos sedantes.
Alimentos para la infección por Helicobacter pylori
Para combatir esta bacteria, se aconseja llevar una dieta variada. Puedes seguir una dieta para la gastritis, siempre bajo las indicaciones de un profesional de la salud. La Fundación Española del Aparato Digestivo sugiere sumar de forma equilibrada los siguientes alimentos:
- Aceite de oliva de baja acidez
- Leche sin lactosa, queso fresco y yogur
- Patatas, pastas, arroz y pan blanco tostado
- Pescado blanco, gambas, carne magra, jamón cocido, pavo y soja
- Frutas, como manzana, pera, melocotón, plátano y membrillo, preferiblemente cocidas
- Verduras, como calabacín, judías verdes, zanahoria, remolacha, tomate sin piel, cebolla, espinaca y acelga
A su vez, es positivo usar cocciones al vapor o por hervido y evitar las frituras. Intenta reducir el consumo de sal, de alimentos encurtidos, conservados y ahumados y de carnes grasas. Evita las frutas ácidas, como naranjas, mandarinas, limones, pomelos y kiwis, y las verduras crudas.
Al mismo tiempo, debes evitar alimentos que puedan empeorar los síntomas asociados a la infección. Por ejemplo, ácidos, cítricos, el café, mucho té, chocolates, el alcohol, el picante, los ultraprocesados, los alimentos grasos y las bebidas carbonatadas. Como es natural, se debe beber suficiente agua.
Consejos adicionales a tener en cuenta
Además de mejorar la dieta que llevas e incorporar alguno de estos remedios caseros, es aconsejable cambiar ciertos hábitos de vida para complementar la terapia. Entre ellos, si eres fumador o bebedor, es ideal abandonar el tabaco o el alcohol, ya que no hacerlo puede mediar en el empeoramiento de los síntomas.
De igual modo, se sabe que el estrés puede inducir gastritis y otras complicaciones similares, de modo que debes intentar controlarlo, ya sea con terapia o meditación. Como dato adicional, las malas condiciones de higiene del lugar donde se come pueden influir en la recurrencia de H. pylori. Por eso es importante vigilarlas. Ante cualquier duda, te invitamos a consultar con tu especialista.
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