10 alimentos que fortalecen los riñones
Revisado y aprobado por la nutricionista Maria Patricia Pinero Corredor
Cuando hablamos de alimentación y salud, los riñones son un órgano olvidado, pese a que desempeñan funciones vitales para el organismo. No solo se encargan de filtrar la sangre y eliminar toxinas con la orina, sino que también sintetizan hormonas y regulan el pH y la presión arterial.
Para cuidarlos, no vamos a hablar de depuración ni desintoxicación, pero sí de alimentos nutritivos, ricos en fibra y antioxidantes. Con ellos podemos regular la presión, el colesterol y la glucosa en sangre, y beneficiar así la integridad del riñón.
A continuación hemos preparado una lista con opciones sabrosas y algunos trucos para introducirlos a diario. Además, conocemos los cambios que hay que implementar en el momento en que aparece una enfermedad renal.
1. Remolacha
Según datos apuntados por la British Heart Foundation, beber un vaso de jugo de remolacha cada día puede ayudar a bajar la presión arterial en adultos con hipertensión. Normalizar estos valores protege los vasos sanguíneos que transportan nutrientes y oxígeno al riñón, lo que repercute de forma positiva en su funcionamiento.
Más allá de los zumos, la remolacha es perfecta para hacer múltiples recetas: sopas, hamburguesas vegetales, ensaladas y cremas.
2. Berros
Forman parte de las llamadas verduras de hoja verde, conocidas por su valor nutricional y sus beneficios para la salud. Contienen una notable cantidad de fibra, vitaminas A y C, así como hierro, magnesio y potasio. Son adecuadas para preservar y fortalecer los riñones, pero hay que vigilar su ingesta si aparece alguna enfermedad renal (como veremos más adelante).
Tras lavarlos y secarlos, ya están listos para hacer ensaladas y batidos. Se pueden incluir solos o mezclarlos con otras hojas parecidas (espinacas, lechuga, canónigos o col kale).
3. Tomate
En algunos ámbitos existe la falsa creencia de que el tomate es malo para los riñones. Pero esto no es así y pasa lo mismo que con los berros: solo se tiene que controlar su ingesta cuando ya existe un daño renal (debido al aporte de potasio).
En cambio, para la población en general es un alimento muy recomendable, con una acción antiinflamatoria y antioxidante que proporciona el licopeno.
En la cocina es muy versátil y destaca por su sabor entre dulce y ácido. Se puede usar en recetas clásicas, como la tradicional salsa de tomate, y otras más originales (como unos tomates rellenos de cuscús, un gazpacho con sandía o una mousse).
4. Arándanos
En general, todas las frutas son buenas para cuidar el riñón y su ingesta solo se tiene que moderar en determinados estadios de la enfermedad renal. Pero si se trata de destacar algunas variedades, los arándanos no pueden faltar.
Su alta cantidad de antioxidantes, fibra y vitamina C los hace un alimento beneficioso para el organismo. Además, se pueden incluir en una gran variedad de platos sanos como ensaladas, guarniciones, batidos, mueslis y macedonias de frutas.
5. Fresas
Como la mayoría de frutas, aportan fibra y antioxidantes. Las fresas, además, son una fuente desconocida y muy valiosa de vitamina C. Gracias a ello, tienen beneficios para los riñones, la salud cardiovascular y el azúcar en sangre. Quedan muy bien en compotas y mermeladas, aunque lo mejor es comerlas frescas y enteras.
6. Avena
Los copos de avena son excelentes para una llevar a cabo una dieta saludable, puesto que son ricos en fibra, hierro, magnesio, zinc y vitaminas del grupo B. Además, su ingesta ayuda a controlar los niveles de colesterol y glucosa en la sangre, dos de los aspectos clave para cuidar el riñón.
Para disfrutarlos a diario, lo más habitual es hacer gachas o granola para el desayuno. Además, también sirven para hacer barritas y batidos energéticos con plátano.
Otras fuentes de carbohidratos saludables y que se pueden incluir con regularidad son las patatas, el arroz, el trigo y el pan. Siempre que sea posible es recomendable elegir la versión integral.
7. Garbanzos
La ingesta de legumbres se relaciona con un menor deterioro de la función de los riñones y forman parte de un patrón alimentario adecuado para prevenir las patologías asociadas. Los garbanzos quedan muy bien en platos variados como ensaladas, guisos, salteados y en forma de hummus. Lo mejor es combinar su consumo con el de lentejas y alubias, para incluirlos un total de 3 o 4 veces por semana.
8. Aceite de oliva virgen extra
Seguir una dieta como la mediterránea se asocia con una menor incidencia de enfermedad renal crónica. Por esta razón, su ingrediente estrella no puede faltar en la lista de alimentos buenos para los riñones.
El aceite de oliva virgen extra sirve para aliñar platos en frío y para cocinar. Es un alimento que aporta grasas saludables, perfecto para sustituir la margarina y la mantequilla.
9. Huevo
El huevo contiene nutrientes interesantes y necesarios en una dieta saludable, tales como proteínas, vitaminas D y A, yodo y selenio. Si no se come en exceso, no es nocivo para el riñón y siempre es una opción mejor que la carne roja y la procesada.
De manera complementaria, las proteínas se pueden obtener de alimentos bajos en grasas saturadas, como el pescado azul y blanco, las legumbres, el pollo y el pavo.
10. Nueces
Como el resto de frutos secos, las nueces destacan por su contenido de fibra, grasas saludables y vitamina E, además de otros compuestos antioxidantes y antiinflamatorios que protegen la integridad de los riñones y preservan su deterioro.
Un puñado al día es una cantidad perfecta para la mayoría de personas. Se pueden comer solas, como tentempié, o añadirlas a las ensaladas, el yogur, los salteados y las cremas (entre otros). Aportan un plus de salud y un delicioso toque crujiente.
¿Qué no se puede comer cuando se padece una enfermedad renal?
Los alimentos que hemos visto ayudan a reducir el riesgo de padecer una patología renal. Pero estas tienen muchas causas y, a veces, no es posible evitar su aparición. Las personas afectadas padecen un daño progresivo en el riñón y una pérdida de la funcionalidad.
En esta situación, es primordial controlar lo que se come y se bebe, para reducir la progresión del deterioro y evitar que el cuerpo acumule compuestos que ya no se eliminan tan bien. Estos cambios dietéticos dependen de cada etapa de la enfermedad y de las patologías asociadas. Por ello, siempre es imprescindible trabajar con el equipo médico y/o un dietista especializado.
Tal como apuntan los especialistas del National Institute of Diabetes, and Digestive and Kidney Diseases, las medidas generales a aplicar son:
- Controlar la presencia de sal, un elemento dañino para el riñón. Conviene moderar su consumo cuando se cocina y a través de los productos envasados (embutidos, quesos, salazones, snacks).
- Comer la cantidad justa de proteínas, tanto las de origen animal como vegetal.
- Evitar los alimentos menos remendados para el corazón, para evitar que la grasa se acumule en los vasos sanguíneos, favorecer la circulación y proteger los riñones. Entre ellos destacan la bollería, la margarina, las carnes procesadas y el alcohol, entre otros.
En etapas más avanzadas la función renal se ve comprometida, por lo que puede ser necesario evitar estos alimentos:
- Ricos en potasio: naranja, plátano, tomate, frijoles, patatas, salvado de trigo.
- Ricos en fósforo: refrescos, algunos lácteos, carne, frijoles, salvado de avena y semillas.
Una dieta saludable ayuda a proteger frente a la enfermedad renal
Tras desvelar nuestra lista de alimentos buenos para el riñón, solo toca ponernos manos a la obra y empezar a usarlos en el día a día. En el marco de una dieta saludable, ayudan a proteger estos órganos, reforzar sus funciones y mejorar la salud en general.
Ahora bien, hay que tener en cuenta que los problemas renales pueden tener más causas y que sus patologías no se evitan solo con la dieta. Por esta razón, conviene estar al día de las revisiones médicas pertinentes y acudir al médico ante cualquier señal anómala.
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