8 remedios caseros que ayudan a tratar el hígado graso

El té verde, la cúrcuma o el café pueden acompañar el tratamiento indicado por el médico para el hígado graso. ¡Descubre todas las opciones de remedios caseros y cómo consumirlos!
8 remedios caseros que ayudan a tratar el hígado graso
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Última actualización: 05 febrero, 2024

El hígado graso o esteatosis hepática es un trastorno bastante común, ya que se estima que afecta a casi un 25 % de la población mundial. Debido a que a veces no presenta síntomas, muchas personas no saben que lo padecen. No obstante, con ciertos hábitos es posible mejorar el pronóstico para tratar el hígado graso.

Ante cualquier sospecha, lo primero que debes hacer es ir al médico. Él sabrá indicarte qué medidas tomar. Si tienes esta enfermedad, te contaremos más sobre ella y sobre algunos remedios caseros para el hígado graso que pueden acompañar el tratamiento médico.

¿Qué es el hígado graso?

La enfermedad del hígado graso se produce cuando la grasa representa más de un 5 % del peso total del hígado. En principio, la acumulación de grasa en el hígado podría tener un efecto protector, pero cuando ese almacenamiento es prolongado, puede provocar una disfunción, inflamación y formas avanzadas de esta enfermedad.

Es una enfermedad progresiva, en principio asintomática, que puede evolucionar y llegar a provocar cirrosis, daño hepático, fibrosis avanzada o cáncer de hígado. Puede causarla beber alcohol en exceso, padecer diabetes, colesterol elevado, obesidad o hipertensión. Dependiendo de ellas, el hígado graso está clasificado en dos tipos y de ahí dependerá su tratamiento.

1. Hígado graso por alcohol

Está causado por el consumo excesivo de alcohol, lo que conduce al incremento de grasas acumuladas en las células de hígado. Cuanto más se bebe, mayor es la probabilidad de desarrollar esta u otra enfermedad hepática asociada al alcohol.

La buena noticia es que, en una fase leve, podría revertirse, siempre y cuando la persona deje el hábito de beber alcohol. De lo contrario, el trastorno podría seguir avanzando hasta desarrollar cirrosis.

2. Hígado graso no alcohólico (EHGNA)

La conocida como enfermedad del hígado graso o EHGNA ha cambiado su nombre hace poco por el de enfermedad hepática asociada a disfunción no alcohólica. En este caso, la causa no es el consumo de alcohol, sino sobrepeso, obesidad, diabetes, colesterol o triglicéridos altos.

La pérdida rápida de peso y los malos hábitos alimentarios también pueden causarla, como indican desde la Fundación Americana del Hígado. Sin embargo, existen casos de personas que padecen esta afección y no presentan ningún factor de riesgo.

Por lo general, el tratamiento incluye modificar ciertos hábitos, como llevar una dieta saludable, perder peso, evitar el alcohol y hacer ejercicio con frecuencia. De otro modo, esta enfermedad podría conducir a una inflamación del hígado.

Síntomas del hígado graso

Los síntomas pueden variar de acuerdo con el avance de la enfermedad. En principio, en el caso del hígado graso por alcohol, el cansancio extremo o fatiga es el síntoma más común. En cambio, cuando su causa no es el alcohol, a menudo no presenta síntomas. Sin embargo, en ambas patologías pueden aparecer los siguientes:

  • Picazón
  • Náuseas
  • Vómitos
  • Confusión
  • Pérdida de peso
  • Dolor abdominal
  • Arañas vasculares
  • Pérdida de apetito
  • Sangre en las deposiciones
  • Coloración amarillenta en la piel y los ojos
  • Acumulación de líquido en los tobillos, las piernas y el abdomen


Remedios caseros para ayudar a tratar el hígado graso

Si presentas alguno de los síntomas del hígado graso o sospechas que lo puedes padecer, debes consultar con un médico para realizar ciertas pruebas. En caso de que el diagnóstico sea positivo, el tratamiento suele incluir cambios en el estilo de vida, como no beber alcohol, seguir una dieta para el hígado graso y hacer ejercicio.

Además de ello, existen remedios naturales que podrían complementar el tratamiento médico para el hígado graso, siempre y cuando el profesional lo autorice. Sin embargo, ten presente que no sirven para tratar la enfermedad por sí solos, ni es posible curar el hígado graso en 7 días. Por eso, consulta antes de utilizar alguno de la siguiente lista.

1. Alcachofas

Este vegetal es muy bajo en calorías y tiene varios efectos terapéuticos. Entre ellos, han investigado su potencial en el apoyo hepático, como antimicrobiano, y como reductor del colesterol y los lípidos.

En el caso particular del hígado graso, es posible que consumir sus extractos o infusiones con alcachofa tengan efectos beneficiosos. Así, el té de alcachofa podría reducir el grado de hígado graso, al igual que disminuir los niveles de azúcar, colesterol y triglicéridos.

A continuación, te enseñaremos a preparar este tipo de infusiones para el hígado graso. Pero ten en cuenta que las hojas de alcachofa están contraindicadas en el embarazo y la lactancia, en casos de obstrucciones biliares y litiasis biliar. También es aconsejable usar la planta con precaución, si tienes alergia a otras asteráceas.

Ingredientes para preparar té de alcachofa (1 taza)

  • 250 mililitros de agua.
  • Una cucharada de hojas de alcachofa frescas o secas.

Instrucciones

  • Primero, coloca las hojas de alcachofa junto con el agua en un recipiente.
  • Luego, calienta la infusión por 20 minutos.
  • Una vez pasado ese tiempo, cuela las hojas y consume. Puedes tomar una taza dos veces al día o cuando te indique tu médico.

2. Naranja y granada

Dentro de las frutas para combatir el hígado graso se encuentra la granada, pues esta contiene polifenoles con capacidad antioxidante. Por el otro, la naranja posee ácido ascórbico, fibra y flavonoides, entre otros compuestos.

En conjunto, los jugos de estas frutas con una dieta adecuada podrían mejorar la función de las enzimas hepáticas y el estado antioxidante de las personas con hígado graso no alcohólico. A continuación, te compartiremos el paso a paso para preparar un jugo con cualquiera de ellas.

Pero, antes de consumirlo, consúltale a tu médico. Como todos estos remedios caseros para tratar el hígado graso, pueden presentar efectos indeseados. En este caso, los jugos de estas frutas pueden ocasionar acidez y no suelen recomendarse para personas con problemas estomacales.

Ingredientes para zumo de naranja o de granada (1 vaso)

  • 3 granadas o naranjas

Preparación

  • Lo primero que debes hacer es cortar las frutas a la mitad.
  • Después, con ayuda de un exprimidor, extrae su jugo hasta llenar un vaso de 250 mililitros.
  • Por último, puedes beberlo una vez al día o cuanto te indique tu médico.

3. Remolacha

Esta hortaliza tiene una gran cantidad de compuestos bioactivos, como betaína y antioxidantes. Al mismo tiempo, es fuente de minerales y vitaminas, y tendría un efecto hepatoprotector, por el que evitaría que la grasa se deposite en el hígado.

Consumir jugo de remolacha podría ser beneficioso para el tratamiento del hígado graso no alcohólico. Sus fibras y flavonoides, entre otros, podrían desinflamar el hígado graso de forma natural y reducir la esteatosis. Además, sus efectos estarían potenciados en combinación con una dieta mediterránea.

El consumo crudo en un zumo natural o en batidos es una alternativa para introducirla en la dieta, aunque se puede hervir en un poco de agua para preparar ensaladas y otras recetas. Aquí te enseñamos el paso a paso de uno de los jugos de remolacha que puedes preparar. Consulta con un médico antes de consumirlo, sobre todo si padeces problemas gástricos o renales.

Ingredientes para un jugo de remolacha (1 taza)

  • 250 mililitros de agua
  • Una remolacha mediana

Preparación

  • Para empezar, quítale las hojas a la remolacha, lávala bien y córtala en trozos sin su piel.
  • Después, coloca los pedazos en una licuadora y agrega el agua.
  • Para terminar, procesa todo hasta que quede bien homogéneo. Si es muy espeso, agrega un poco más de agua. Puedes beberlo una vez al día o según las indicaciones del médico.

4. Diente de león

Los aportes del diente de león a la actividad hepática están relacionados con sus polifenoles, flavonoides y polisacáridos. Además de que tiene un potencial diurético, podría ayudar a mejorar la función hepática y, por lo tanto, en el tratamiento para el hígado graso.

En este sentido, sus efectos podrían desinflamar el hígado graso de forma natural y reducir la acumulación de lípidos. Además de su acción hepatoprotectora, ayudaría a mejorar la resistencia a la insulina. Si bien son necesarios más estudios, puedes incluir infusiones de diente de león, siempre que cuentes con la aprobación del médico.

Eso sí, en algunos casos no está indicado su uso. Por ejemplo, en el embarazo y la lactancia, y para quienes padecen enfermedades de la vesícula, gastritis, úlceras gástricas, insuficiencia renal, trastornos hemorrágicos o alergia a las asteráceas.

Ingredientes para té de diente de león (1 taza)

  • 250 mililitros de agua
  • 5 gramos de hojas secas de diente de león

Preparación

  • Calienta el agua hasta que esté hirviendo.
  • Agrega las hojas de diente de león y deja que reposen por 10 minutos.
  • Por último, cuela antes de consumir. Puedes beber el té 2 veces al día o según las indicaciones médicas.

5. Cardo mariano

El cardo mariano (Silybum marianum) es una planta espinosa verde con flores violetas y potencial antioxidante. Gracias a su componente principal, la silimarina, podría cumplir un rol hepatoprotector contra los radicales libres. 

Si bien tendría estos efectos beneficiosos para el hígado graso, el cardo mariano podría causar efectos secundarios, como náuseas, reacciones alérgicas o un efecto laxante. Además, no es recomendable para personas con diabetes, con cáncer o embarazadas. Por estos motivos, siempre hay que consultar con un especialista antes de consumirlo.

En las tiendas naturistas ofrecen extractos de cardo mariano o pastillas naturales para limpiar el hígado graso. También puedes conseguir las semillas, aunque hacer té con ellas no es aconsejable porque la silimarina no se disuelve bien. Por eso, te recomendamos agregarlas en tus comidas de la siguiente manera.

¿Cómo consumir semillas de cardo mariano?

  • Toma 10 gramos de semillas y tritúralas con ayuda de un mortero o una procesadora.
  • Luego, colócalas en una placa para horno o en una sartén y cocínalas por 10 minutos.
  • Una vez listas, puedes agregar esa cantidad a tus comidas, ensaladas o batidos hasta tres veces al día, o de acuerdo con las indicaciones de tu médico.

6. Té verde

Dentro de los numerosos beneficios del té verde, sus antioxidantes y compuestos antiinflamatorios podrían ser útiles para tratar el hígado graso. Así, tendría un efecto reductor moderado del hígado graso no alcohólico en los pacientes con la enfermedad, según una revisión de Phytotherapy Research.

De todas maneras, el mismo estudio también indica que podría haber un aumento de las enzimas hepáticas en las personas sanas. Por lo tanto, su potencial preventivo debe seguir bajo investigación.

A continuación, te enseñaremos a preparar un té verde, aunque debes consultarle al médico antes de consumirlo porque puede tener efectos secundarios. No suele recomendarse su consumo para embarazadas o en período de lactancia, ni para quienes padecen alteraciones cardiovasculares, úlceras, epilepsia o insomnio.

Ingredientes para preparar té verde (1 taza)

  • 5 gramos de té verde
  • 250 mililitros de agua

Preparación

  • Para comenzar, calienta el agua hasta antes de que hierva.
  • Retira del fuego y agrega las hebras de té verde. Deja que reposen por 10 minutos.
  • Cuela y bebe hasta 2 veces al día o según las indicaciones médicas.

7. Cúrcuma

La cúrcuma posee curcumina, un polifenol natural al que se le atribuyen distintos beneficios, como la mejora de la función hepática. Por ello, el consumo de cúrcuma para el hígado graso podría actuar como agente terapéutico en caso de que su causa no sea alcohólica.

La curcumina podría contribuir a la disminución de la esteatosis hepática y mejorar el equilibrio de los lípidos. Si bien es posible utilizar suplementos de cúrcuma, en esta oportunidad te enseñamos cómo consumirla en una infusión.

Recuerda que no se trata de un tratamiento para curar el hígado graso por sí solo. Si bien el consumo de hasta 3 gramos de cúrcuma al día no parece tener efectos secundarios, consulta con un médico antes. No es aconsejable tomarla durante el embarazo, la lactancia o si padeces problemas de la vesícula biliar, de sangrado o cáncer.

Ingredientes para un té de cúrcuma (1 taza)

  • 250 mililitros de agua
  • 3 gramos de cúrcuma

Preparación

  • Calienta el agua y agrega la cúrcuma.
  • Retira del fuego y deja que repose por 10 minutos.
  • Por último, puedes colar el líquido antes de tomarlo. No consumas más de una taza diaria, a menos que tu médico te indique lo contrario.

8. Café

A pesar de que suele hablarse sobre sus desventajas, los beneficios del café son muchos. En el caso del tratamiento para la enfermedad del hígado graso, podría ayudar en la terapia, gracias a que es una fuente de antioxidantes.

El consumo de café podría ocasionar una menor gravedad del hígado graso. De la misma manera, actuaría como preventivo contra esta enfermedad y el síndrome metabólico. Además, quienes beben café tendrían menos probabilidades de desarrollar fibrosis hepática y cirrosis.

Es importante destacar que los efectos beneficiosos suelen observarse con el consumo de más de dos tazas (10 gramos de café entero o 5 gramos de café instantáneo por taza) al día. Sin embargo, esas cantidades pueden generar efectos indeseados. Por eso, siempre consúltalo antes con tu médico.



Recuerda que estos remedios caseros sirven como complemento

Este listado de remedios naturales funciona solo como un complemento del tratamiento indicado por el médico. Por lo general, este suele incluir ciertos consejos para mejorar el hígado graso, como llevar una dieta saludable con frutas, verduras y grasas insaturadas, bajar de peso, no consumir alcohol ni fumar, y hacer actividad física de forma regular.

Ahora que ya sabes cómo mejorar el pronóstico del hígado graso, esperamos que te animes a iniciar este cambio en tus hábitos diarios. No olvides consultar primero con tu médico, en especial, si quieres acompañar la terapia con alguna de estas opciones naturales.


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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.