
Empanadas, patatas o buñuelos perfectamente dorados y sin exceso de grasas. No es solo obra de los restaurantes sino que…
Para combatir la enfermedad del hígado graso es primordial mejorar la alimentación. Por lo tanto, se deben conocer los alimentos que ayudan a la recuperación y los que pueden ser perjudiciales.
Una dieta para el hígado graso es un plan de alimentación que ayuda a mejorar el funcionamiento hepático para evitar complicaciones en la salud. Su objetivo es ayudar a combatir la acumulación de grasa para minimizar los síntomas de esta enfermedad.
Si bien el tratamiento puede variar de acuerdo a su nivel de gravedad, en general se deben considerar algunas pautas nutricionales para lograr una óptima recuperación. De hecho, antes que recurrir a medicamentos, se aconseja hacer cambios en la dieta para conseguir una mejoría.
¿Cuáles son los alimentos recomendados? ¿Qué se debe evitar? Resolver estos interrogantes es muy importante cuando se sufre esta afección. Por eso, a continuación queremos repasar las pautas que se deben tener en cuenta en una dieta para el hígado graso.
El hígado graso, conocido en términos médicos como esteatosis hepática, es un trastorno que se desarrolla por la acumulación de grasa en las células hepáticas. Puede ocurrir por un mal funcionamiento del metabolismo o por los daños que sufre el órgano debido al alcoholismo.
También está relacionado con la acumulación excesiva de colesterol y triglicéridos, aunque casi siempre se identifican varios factores detonantes. En sus etapas iniciales puede trascurrir de forma asintomática, pero casi siempre conduce a varias dolencias y complicaciones.
Muchos pacientes con hígado graso ignoran que tienen esta enfermedad porque no hay síntomas contundentes. Sin embargo, conforme evoluciona, se van desencadenando algunas molestias que permiten identificarlo. Las más comunes son:
Una prueba sanguínea y una biopsia hepática pueden ayudar a confirmar el diagnóstico de hígado graso. En función de los síntomas y la severidad, el médico puede sugerir algunos medicamentos. Sin embargo, gran parte del tratamiento depende de la alimentación.
Por eso, es primordial conocer cómo hacer una dieta para el hígado graso, limitando la ingesta de los productos que pueden ser perjudiciales. En el siguiente espacio compartimos de manera más detallada lo que conviene comer y lo que no.
Los alimentos más recomendados en una dieta para el hígado graso son aquellos que aportan nutrientes como el omega 3, antioxidantes y vitaminas y minerales. Aunque el total de carbohidratos y proteínas debe ser inferior, no se deben excluir de la alimentación.
Así pues, asegúrate de ingerir ingredientes como:
Las personas con esteatosis hepática tienen un metabolismo más lento y presentan mayor resistencia a la insulina. Debido a esto, su alimentación debe excluir los alimentos que aumentan la concentración de glucosa en la sangre y la formación de células grasas.
Estos incluyen:
La mejor dieta para el hígado graso es aquella que se adapta a la edad, estado nutricional y peso actual del afectado. No obstante, hay algunas generalidades que todos pueden tener en cuenta a la hora de implementarla:
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Los menús en una dieta para el hígado graso deben ser livianos, con alimentos de fácil digestión. El siguiente ejemplo es una simple guía para saber cómo deben realizarse las cinco comidas del día. Cada una se puede variar al gusto, siguiendo los consejos anteriores.
Descubre: Los mejores alimentos de fácil digestión
Los síntomas y riesgos de la enfermedad del hígado graso pueden disminuir de forma notoria con bajar entre un 5 y 10% del índice de masa corporal (IMC). Entonces, además de mejorar la dieta, también es beneficioso seguir una rutina de ejercicio regular.