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13 razones por las que deberías incluir melón en tu dieta

10 minutos
Además de ser una fruta refrescante e hidratante, el melón proporciona fibra que beneficia la digestión y antioxidantes que contribuyen al cuidado de la piel y la salud. 
13 razones por las que deberías incluir melón en tu dieta
Maria Patricia Pinero Corredor

Revisado y aprobado por la nutricionista Maria Patricia Pinero Corredor

Última actualización: 01 marzo, 2025

El melón (Cucumis melo) es mucho más que una fruta refrescante. Abundante en agua y con pocas calorías, hace un ligero aporte de vitaminas A y C, fibra, potasio, magnesio y antioxidantes, que se asocian a beneficios como la hidratación, un peso saludable, la prevención de enfermedades cardiovasculares y la salud digestiva.

Aunque es originario de África, se cultiva en gran medida en España, China, Turquía y países de América del Sur, donde su característico sabor dulce se disfruta tanto de forma natural como en batidos, ensaladas y postres. Si bien por sí solo no es terapéutico ni curativo, sus propiedades se asocian al bienestar cuando se incluye como parte de una dieta equilibrada.

¿Por qué deberías comerlo con más frecuencia? ¿Cómo aprovecharlo en tu alimentación? A continuación, te compartimos 13 razones por las que puede ser un buen aliado para tu salud. Además, te contamos cuándo evitar su ingesta y en qué preparaciones puedes incluirlo.

1. Es nutritivo

El melón se compone en gran parte por agua (hasta un 90 % de su peso), pero también hace un ligero aporte de micronutrientes esenciales como vitamina C, betacaroteno (precursor de vitamina A), potasio y magnesio; además, aporta carbohidratos en forma de azúcares (fructosa) y fibra dietética. También es naturalmente bajo en grasas y sodio, y aporta escasas 29 calorías por cada 100 gramos.

Debido a estas características, se considera adecuado para cualquier plan de alimentación equilibrado. Su consumo, como parte de las 5 porciones diarias recomendadas de frutas, contribuye a garantizar una nutrición óptima.

2. Ayuda a la hidratación del cuerpo

La razón por la que el melón se considera una fruta idónea para los días calurosos es porque su alto contenido de agua (alrededor del 90 %) ayuda a reponer los líquidos perdidos. ¿Lo más interesante? También es una fuente de electrolitos esenciales, como el potasio y el magnesio, que favorecen el equilibrio hídrico y la función muscular.

Si quieres calmar tu sed y refrescarte con un suave sabor dulce, esta fruta es una buena opción. Solo ten en cuenta que por sí sola no es suficiente para alcanzar una hidratación completa. Asegúrate de complementarla con la ingesta de agua, otros alimentos abundantes en líquido y fuentes de sales minerales.

3. Favorece la digestión

Puedes introducir esta fruta en tu alimentación si tienes problemas como la indigestión y el estreñimiento. Debido a la presencia de agua y fibra en su composición, su ingesta estimula el tránsito intestinal y ayuda a ablandar las heces para facilitar su eliminación. Además, tiene propiedades antiinflamatorias que ayudan a reducir la distensión abdominal.

Entre otras cosas, se considera una fruta alcalina, dado que su nivel de acidez es muy bajo. Esto quiere decir que puede ayudar a neutralizar el exceso de ácido en el estómago, sobre todo en casos de acidez o reflujo gastroesofágico.

4. Fortalece el sistema inmunitario

Siempre que esté incluido en un contexto de dieta sana y equilibrada, el melón sirve como coadyuvante para fortalecer las defensas del cuerpo. Esto se debe a su aporte de nutrientes, como la vitamina C, que es clave para la producción y función de los glóbulos blancos que defienden el organismo contra infecciones.

También tiene que ver con su contenido de betacaroteno y compuestos fenólicos, cuya acción antioxidante ayuda a neutralizar los radicales libres, que causan estrés oxidativo, uno de los factores que producen daño en las células inmunitarias.

5. Contribuye a un peso saludable

Contrario a lo que tal vez te han dicho o has leído, el melón no es un alimento «quemagrasas» ni tiene un efecto directo en la pérdida de peso. Aun así, puedes considerarlo un aliado dentro de una dieta equilibrada y adaptada a tus necesidades energéticas y nutricionales.

Su fibra dietética, además de su abundante aporte de agua, reduce el apetito y prolonga la sensación de saciedad sin sumar demasiadas calorías (solo 29 por tazón de 100 gramos). Además, su ligero sabor dulce puede ayudarte a calmar los antojos de postres en lugar de opciones altas en azúcares, grasas o harinas.

Ten en cuenta que ni este ni otros alimentos pueden por sí solos generar una reducción de peso relevante. Este proceso es multifactorial y depende de mantener un déficit calórico sostenido, a través de una dieta adecuada, ejercicio físico, descanso y gestión del estrés. Si tienes problemas de sobrepeso, busca asesoría médica y nutricional.

6. Favorece la salud cardiovascular

Aunque el melón no es un superalimento para prevenir enfermedades cardíacas, algunos de sus nutrientes se asocian de forma positiva al cuidado de la salud cardiovascular. El potasio, por ejemplo, es un mineral que ayuda a regular la presión arterial, ya que contrarresta los efectos del exceso de sodio y favorece la relajación de los vasos sanguíneos.

Entre tanto, los betacarotenos, compuestos fenólicos y demás antioxidantes presentes en esta fruta, minimizan el daño causado por el estrés oxidativo y la inflamación, dos marcadores vinculados a un mayor riesgo de eventos cardiovasculares, como infartos, accidentes cerebrovasculares o arritmias.

La evidencia, si bien es limitada, sugiere que también puede contribuir a la disminución del colesterol malo (LDL), ya que su fibra dietética ayuda a reducir su absorción en el intestino. No obstante, estos beneficios dependen del contexto general de alimentación y del estilo de vida.

7. Beneficia la salud de la piel

Los beneficios del melón también se reflejan en la salud de la piel, sobre todo por su aporte de vitaminas, agua y antioxidantes. Al incluir esta fruta en tu dieta y promover la hidratación desde el interior, obtienes efectos positivos en cuanto a la elasticidad y luminosidad cutánea.

La vitamina C, en particular, contribuye a una óptima producción de colágeno y a la protección contra los efectos negativos del estrés oxidativo, una causa común de envejecimiento prematuro. Además, otros antioxidantes, como los betacarotenos, disminuyen la inflamación y ayudan a mejorar el tono de la piel.

Estos efectos, aunque se logran en gran parte por su consumo, también se aprovechan de forma tópica en remedios caseros. La pulpa se utiliza a modo de mascarilla para refrescar, calmar y tonificar la piel. Sin embargo, la evidencia que destaca su efectividad es escasa y se basa en gran medida en experiencias anecdóticas.

8. Apoya la función renal

El melón es un buen complemento para apoyar la función de los riñones en personas sanas, ya que su contenido de agua y potasio le confieren propiedades diuréticas, que ayudan a reducir la retención de líquidos y a eliminar sustancias de desecho acumuladas en el organismo.

Debido a estos efectos, su inclusión en la dieta regular se asocia a un menor riesgo de cálculos renales. Sin embargo, la evidencia de estos efectos es limitada. Lo que sí hay que considerar es que no se recomienda exceder su ingesta en caso de insuficiencia renal crónica, ya que el potasio y el líquido en grandes cantidades es perjudicial en esta enfermedad.

9. Contribuye a la salud visual

El impacto del melón en la salud visual no se ha estudiado de manera aislada; a pesar de esto, su perfil de nutrientes sugiere que puede contribuir al cuidado de los ojos. Al ser abundante en betacaroteno, que el cuerpo convierte en vitamina A, ayuda a la prevención de la sequedad ocular y la degeneración macular.

Por otro lado, su vitamina C y compuestos fenólicos brindan un efecto protector en los ojos contra el daño oxidativo causado por la edad, la exposición a la luz azul y los rayos UV.

10. Beneficia el sistema nervioso y muscular

El potasio y el magnesio que contiene el melón son minerales que intervienen en la transmisión nerviosa y la función muscular. Por esta razón, ingerir esta fruta puede contribuir a la prevención de calambres, la disminución de la tensión y una mejor recuperación tras el ejercicio.

11. Ayuda a reducir la retención de líquidos

No hay estudios específicos que relacionen el melón con el alivio de la retención de líquidos. A pesar de esto, la evidencia sobre el papel del potasio y la hidratación en el equilibrio de fluidos sugiere que su consumo puede ser beneficioso en este sentido.

Su ligero efecto diurético promueve la expulsión de líquidos a través de la orina y ayuda a reducir la hinchazón. En el marco de una alimentación balanceada, estas propiedades son útiles para prevenir problemas como el edema, la hipertensión o trastornos circulatorios.

12. Ayuda al cuidado dental y óseo

Los beneficios del melón para el cuidado dental y óseo están basados en gran medida en su perfil de nutrientes. No es una fuente significativa de calcio, pero sí hace un ligero aporte de nutrientes como la vitamina C y los antioxidantes, necesarios para la producción del colágeno que cuida la estructura de las encías y los huesos.

Estos nutrientes y beneficios no son exclusivos de esta fruta, pero puedes considerarla como una buena opción para contribuir a su obtención.

13. Sus extractos exhiben propiedades antitumorales

En investigaciones preliminares, realizadas in vitro e in vivo, los extractos de Cucumis melo exhibieron efectos anticancerígenos en ocho tipos de cáncer, incluyendo de cuello uterino, colon, próstata, leucemia, mieloma múltiple, mama, hepatoma y ovario.

Se cree que sus compuestos bioactivos y antioxidantes, que mitigan el impacto del estrés oxidativo y ayudan a modular procesos involucrados en el desarrollo del cáncer, son los que dan lugar a este efecto. Aun así, es primordial considerar que son hallazgos «potenciales», lo que significa que se han observado en estudios controlados y que no aportan suficiente evidencia para afirmar que la fruta o sus extractos sean útiles contra el cáncer.

En lo asociado a la salud, esto solo sugiere que consumir melón de forma regular aporta antioxidantes beneficiosos, pero sus efectos son modestos y no sustituyen el tratamiento médico convencional.

¿Quiénes deberían evitar el consumo de melón?

La mayoría de las personas pueden consumir melón sin ningún problema. Solo se recomienda moderar o evitar su ingesta en caso de insuficiencia renal avanzada, ya que su aporte de potasio puede influir en la aparición de hiperpotasemia, una complicación en la que los riñones no eliminan de forma óptima este mineral.

Tampoco es adecuado si hay síntomas de alergia a esta fruta o antecedentes de síndrome de alergia oral. En estos casos, el melón puede producir reacciones secundarias, como picor en la boca y la garganta, edema en los labios y la lengua o dificultad para respirar.

Aunque el melón beneficia la salud digestiva, su contenido de agua y fibra puede causar molestias gastrointestinales en algunas personas sensibles, como aquellas que tienen síndrome del intestino irritable (SII). No siempre ocurre así, pero algunos experimentan hinchazón y diarrea, sobre todo si se come en exceso.

Ideas para incluir esta fruta en tu dieta

Algo que también destaca del melón es su versatilidad en la cocina. Muchos prefieren consumirlo en su estado natural, retirándole la cáscara para comer su jugosa pulpa. Otros, en cambio, disfrutan su ligero sabor dulce en recetas dulces y saladas. Algunas formas interesantes de añadirlo en tu dieta son las siguientes:

Un alimento nutritivo y bajo en calorías

Consumir melón como parte de tu dieta diaria es una forma deliciosa y saludable de cuidarte, aumentar tu saciedad e hidratarte, sin exceder las calorías. Puedes disfrutarlo solo o combinado con otras frutas y vegetales, ya sea como parte del desayuno, en tus meriendas o cuando desees refrescarte.

Procura comerlo cuando alcance su punto de maduración, ya que en este estado su sabor es más dulce, su textura más jugosa y su concentración de nutrientes, como la vitamina C, alcanzan su mejor nivel. En cualquier caso, consíderalo solo una opción más en tu dieta y asegúrate de incluir más variedad de frutas y otras fuentes de nutrientes para garantizar un aporte equilibrado de vitaminas, minerales y antioxidantes, de acuerdo a tus necesidades individuales.

El melón (Cucumis melo) es mucho más que una fruta refrescante. Abundante en agua y con pocas calorías, hace un ligero aporte de vitaminas A y C, fibra, potasio, magnesio y antioxidantes, que se asocian a beneficios como la hidratación, un peso saludable, la prevención de enfermedades cardiovasculares y la salud digestiva.

Aunque es originario de África, se cultiva en gran medida en España, China, Turquía y países de América del Sur, donde su característico sabor dulce se disfruta tanto de forma natural como en batidos, ensaladas y postres. Si bien por sí solo no es terapéutico ni curativo, sus propiedades se asocian al bienestar cuando se incluye como parte de una dieta equilibrada.

¿Por qué deberías comerlo con más frecuencia? ¿Cómo aprovecharlo en tu alimentación? A continuación, te compartimos 13 razones por las que puede ser un buen aliado para tu salud. Además, te contamos cuándo evitar su ingesta y en qué preparaciones puedes incluirlo.

1. Es nutritivo

El melón se compone en gran parte por agua (hasta un 90 % de su peso), pero también hace un ligero aporte de micronutrientes esenciales como vitamina C, betacaroteno (precursor de vitamina A), potasio y magnesio; además, aporta carbohidratos en forma de azúcares (fructosa) y fibra dietética. También es naturalmente bajo en grasas y sodio, y aporta escasas 29 calorías por cada 100 gramos.

Debido a estas características, se considera adecuado para cualquier plan de alimentación equilibrado. Su consumo, como parte de las 5 porciones diarias recomendadas de frutas, contribuye a garantizar una nutrición óptima.

2. Ayuda a la hidratación del cuerpo

La razón por la que el melón se considera una fruta idónea para los días calurosos es porque su alto contenido de agua (alrededor del 90 %) ayuda a reponer los líquidos perdidos. ¿Lo más interesante? También es una fuente de electrolitos esenciales, como el potasio y el magnesio, que favorecen el equilibrio hídrico y la función muscular.

Si quieres calmar tu sed y refrescarte con un suave sabor dulce, esta fruta es una buena opción. Solo ten en cuenta que por sí sola no es suficiente para alcanzar una hidratación completa. Asegúrate de complementarla con la ingesta de agua, otros alimentos abundantes en líquido y fuentes de sales minerales.

3. Favorece la digestión

Puedes introducir esta fruta en tu alimentación si tienes problemas como la indigestión y el estreñimiento. Debido a la presencia de agua y fibra en su composición, su ingesta estimula el tránsito intestinal y ayuda a ablandar las heces para facilitar su eliminación. Además, tiene propiedades antiinflamatorias que ayudan a reducir la distensión abdominal.

Entre otras cosas, se considera una fruta alcalina, dado que su nivel de acidez es muy bajo. Esto quiere decir que puede ayudar a neutralizar el exceso de ácido en el estómago, sobre todo en casos de acidez o reflujo gastroesofágico.

4. Fortalece el sistema inmunitario

Siempre que esté incluido en un contexto de dieta sana y equilibrada, el melón sirve como coadyuvante para fortalecer las defensas del cuerpo. Esto se debe a su aporte de nutrientes, como la vitamina C, que es clave para la producción y función de los glóbulos blancos que defienden el organismo contra infecciones.

También tiene que ver con su contenido de betacaroteno y compuestos fenólicos, cuya acción antioxidante ayuda a neutralizar los radicales libres, que causan estrés oxidativo, uno de los factores que producen daño en las células inmunitarias.

5. Contribuye a un peso saludable

Contrario a lo que tal vez te han dicho o has leído, el melón no es un alimento «quemagrasas» ni tiene un efecto directo en la pérdida de peso. Aun así, puedes considerarlo un aliado dentro de una dieta equilibrada y adaptada a tus necesidades energéticas y nutricionales.

Su fibra dietética, además de su abundante aporte de agua, reduce el apetito y prolonga la sensación de saciedad sin sumar demasiadas calorías (solo 29 por tazón de 100 gramos). Además, su ligero sabor dulce puede ayudarte a calmar los antojos de postres en lugar de opciones altas en azúcares, grasas o harinas.

Ten en cuenta que ni este ni otros alimentos pueden por sí solos generar una reducción de peso relevante. Este proceso es multifactorial y depende de mantener un déficit calórico sostenido, a través de una dieta adecuada, ejercicio físico, descanso y gestión del estrés. Si tienes problemas de sobrepeso, busca asesoría médica y nutricional.

6. Favorece la salud cardiovascular

Aunque el melón no es un superalimento para prevenir enfermedades cardíacas, algunos de sus nutrientes se asocian de forma positiva al cuidado de la salud cardiovascular. El potasio, por ejemplo, es un mineral que ayuda a regular la presión arterial, ya que contrarresta los efectos del exceso de sodio y favorece la relajación de los vasos sanguíneos.

Entre tanto, los betacarotenos, compuestos fenólicos y demás antioxidantes presentes en esta fruta, minimizan el daño causado por el estrés oxidativo y la inflamación, dos marcadores vinculados a un mayor riesgo de eventos cardiovasculares, como infartos, accidentes cerebrovasculares o arritmias.

La evidencia, si bien es limitada, sugiere que también puede contribuir a la disminución del colesterol malo (LDL), ya que su fibra dietética ayuda a reducir su absorción en el intestino. No obstante, estos beneficios dependen del contexto general de alimentación y del estilo de vida.

7. Beneficia la salud de la piel

Los beneficios del melón también se reflejan en la salud de la piel, sobre todo por su aporte de vitaminas, agua y antioxidantes. Al incluir esta fruta en tu dieta y promover la hidratación desde el interior, obtienes efectos positivos en cuanto a la elasticidad y luminosidad cutánea.

La vitamina C, en particular, contribuye a una óptima producción de colágeno y a la protección contra los efectos negativos del estrés oxidativo, una causa común de envejecimiento prematuro. Además, otros antioxidantes, como los betacarotenos, disminuyen la inflamación y ayudan a mejorar el tono de la piel.

Estos efectos, aunque se logran en gran parte por su consumo, también se aprovechan de forma tópica en remedios caseros. La pulpa se utiliza a modo de mascarilla para refrescar, calmar y tonificar la piel. Sin embargo, la evidencia que destaca su efectividad es escasa y se basa en gran medida en experiencias anecdóticas.

8. Apoya la función renal

El melón es un buen complemento para apoyar la función de los riñones en personas sanas, ya que su contenido de agua y potasio le confieren propiedades diuréticas, que ayudan a reducir la retención de líquidos y a eliminar sustancias de desecho acumuladas en el organismo.

Debido a estos efectos, su inclusión en la dieta regular se asocia a un menor riesgo de cálculos renales. Sin embargo, la evidencia de estos efectos es limitada. Lo que sí hay que considerar es que no se recomienda exceder su ingesta en caso de insuficiencia renal crónica, ya que el potasio y el líquido en grandes cantidades es perjudicial en esta enfermedad.

9. Contribuye a la salud visual

El impacto del melón en la salud visual no se ha estudiado de manera aislada; a pesar de esto, su perfil de nutrientes sugiere que puede contribuir al cuidado de los ojos. Al ser abundante en betacaroteno, que el cuerpo convierte en vitamina A, ayuda a la prevención de la sequedad ocular y la degeneración macular.

Por otro lado, su vitamina C y compuestos fenólicos brindan un efecto protector en los ojos contra el daño oxidativo causado por la edad, la exposición a la luz azul y los rayos UV.

10. Beneficia el sistema nervioso y muscular

El potasio y el magnesio que contiene el melón son minerales que intervienen en la transmisión nerviosa y la función muscular. Por esta razón, ingerir esta fruta puede contribuir a la prevención de calambres, la disminución de la tensión y una mejor recuperación tras el ejercicio.

11. Ayuda a reducir la retención de líquidos

No hay estudios específicos que relacionen el melón con el alivio de la retención de líquidos. A pesar de esto, la evidencia sobre el papel del potasio y la hidratación en el equilibrio de fluidos sugiere que su consumo puede ser beneficioso en este sentido.

Su ligero efecto diurético promueve la expulsión de líquidos a través de la orina y ayuda a reducir la hinchazón. En el marco de una alimentación balanceada, estas propiedades son útiles para prevenir problemas como el edema, la hipertensión o trastornos circulatorios.

12. Ayuda al cuidado dental y óseo

Los beneficios del melón para el cuidado dental y óseo están basados en gran medida en su perfil de nutrientes. No es una fuente significativa de calcio, pero sí hace un ligero aporte de nutrientes como la vitamina C y los antioxidantes, necesarios para la producción del colágeno que cuida la estructura de las encías y los huesos.

Estos nutrientes y beneficios no son exclusivos de esta fruta, pero puedes considerarla como una buena opción para contribuir a su obtención.

13. Sus extractos exhiben propiedades antitumorales

En investigaciones preliminares, realizadas in vitro e in vivo, los extractos de Cucumis melo exhibieron efectos anticancerígenos en ocho tipos de cáncer, incluyendo de cuello uterino, colon, próstata, leucemia, mieloma múltiple, mama, hepatoma y ovario.

Se cree que sus compuestos bioactivos y antioxidantes, que mitigan el impacto del estrés oxidativo y ayudan a modular procesos involucrados en el desarrollo del cáncer, son los que dan lugar a este efecto. Aun así, es primordial considerar que son hallazgos «potenciales», lo que significa que se han observado en estudios controlados y que no aportan suficiente evidencia para afirmar que la fruta o sus extractos sean útiles contra el cáncer.

En lo asociado a la salud, esto solo sugiere que consumir melón de forma regular aporta antioxidantes beneficiosos, pero sus efectos son modestos y no sustituyen el tratamiento médico convencional.

¿Quiénes deberían evitar el consumo de melón?

La mayoría de las personas pueden consumir melón sin ningún problema. Solo se recomienda moderar o evitar su ingesta en caso de insuficiencia renal avanzada, ya que su aporte de potasio puede influir en la aparición de hiperpotasemia, una complicación en la que los riñones no eliminan de forma óptima este mineral.

Tampoco es adecuado si hay síntomas de alergia a esta fruta o antecedentes de síndrome de alergia oral. En estos casos, el melón puede producir reacciones secundarias, como picor en la boca y la garganta, edema en los labios y la lengua o dificultad para respirar.

Aunque el melón beneficia la salud digestiva, su contenido de agua y fibra puede causar molestias gastrointestinales en algunas personas sensibles, como aquellas que tienen síndrome del intestino irritable (SII). No siempre ocurre así, pero algunos experimentan hinchazón y diarrea, sobre todo si se come en exceso.

Ideas para incluir esta fruta en tu dieta

Algo que también destaca del melón es su versatilidad en la cocina. Muchos prefieren consumirlo en su estado natural, retirándole la cáscara para comer su jugosa pulpa. Otros, en cambio, disfrutan su ligero sabor dulce en recetas dulces y saladas. Algunas formas interesantes de añadirlo en tu dieta son las siguientes:

Un alimento nutritivo y bajo en calorías

Consumir melón como parte de tu dieta diaria es una forma deliciosa y saludable de cuidarte, aumentar tu saciedad e hidratarte, sin exceder las calorías. Puedes disfrutarlo solo o combinado con otras frutas y vegetales, ya sea como parte del desayuno, en tus meriendas o cuando desees refrescarte.

Procura comerlo cuando alcance su punto de maduración, ya que en este estado su sabor es más dulce, su textura más jugosa y su concentración de nutrientes, como la vitamina C, alcanzan su mejor nivel. En cualquier caso, consíderalo solo una opción más en tu dieta y asegúrate de incluir más variedad de frutas y otras fuentes de nutrientes para garantizar un aporte equilibrado de vitaminas, minerales y antioxidantes, de acuerdo a tus necesidades individuales.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


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