¿Cómo disminuir los niveles de azúcar en sangre durante una emergencia?
Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina
Las personas que viven con diabetes tipo 1 o tipo 2 tienen dificultades para controlar los niveles de azúcar en su sangre. Y si bien es posible que atraviesen largos períodos con su glucemia elevada, podría ocurrir una emergencia, con un alza brusca de los valores.
Las emergencias por hiperglucemia en la diabetes no son siempre iguales. A veces hay síntomas de inmediato y, en otras ocasiones, los signos aparecen de forma progresiva. El mayor riesgo es el de desarrollar un cuadro conocido como cetoacidosis diabética.
Los valores considerados normales para el azúcar en sangre oscilan entre 70 y 99 miligramos por decilitro de sangre (mg/dL). Tras una comida, se espera que esos valores suban y luego se reduzcan a menos de 140 mg/dL, a las dos horas tras la ingesta.
Veremos más adelante que no siempre es lo mismo, pero en general, valores superiores a 180 mg/dL deben tratarse siempre. Por su parte, más de 250 mg/dL representan un riesgo inmediato.
¿Por qué puede haber una hiperglucemia?
Las hiperglucemias son más comunes en personas que viven con diabetes. Un análisis descriptivo realizado en 2017 en Valladolid, España, demostró que las urgencias hiperglucémicas representaban el 72 % de las complicaciones agudas en estos pacientes. Los motivos de descompensación más frecuentes fueron el mal control de la enfermedad y la presencia de una infección.
Cuando una persona con diabetes tipo 1 olvida alguna dosis de insulina o se la coloca mal para el horario fijado, aumenta el riesgo de una emergencia, como explica una revisión publicada en The British Medical Journal. También ocurre lo mismo con el olvido de toma de los hipoglucemiantes orales en la diabetes tipo 2, como la metformina.
Las infecciones, por otro lado, causan un desequilibrio en el control de la enfermedad. El cuerpo combate a los microorganismos y consume más energía, además de que se altera el uso de la hormona insulina. Por lo tanto, si no hay un ajuste en las dosis de los medicamentos, el paciente está más susceptible a una hiperglucemia.
En las personas sin diagnóstico de diabetes, una emergencia por altos valores de azúcar en sangre es muy rara. Podría suceder en una mujer embarazada que se encuentre desarrollando diabetes gestacional y en situaciones de abuso de drogas recreativas, como la cocaína.
¿Cuáles son los síntomas de una emergencia por azúcar alta en sangre?
Una situación de hiperglucemia aguda suscitará algunos síntomas particulares, diferentes a las señales comunes del azúcar alta. En la diabetes tipo 2, los signos se manifiestan con lentitud, a lo largo de los meses o los años. En cambio, cuando el azúcar se eleva con rapidez, puede aparecer lo siguiente:
- Sudor frío
- Visión borrosa
- Náuseas y vómitos
- Sed excesiva o polidipsia
- Debilidad y fatiga extremas
Si la elevación de la glucemia es mucha y se desarrolla cetoacidosis diabética, entonces aparecerán otros síntomas más severos, como los siguientes:
- Dolor abdominal: que se asocia a las náuseas y a los vómitos.
- Deshidratación: la piel se reseca rápidamente y la sed aumenta.
- Aliento con olor a frutas: por la elevación de unos compuestos al interior del organismo, llamados cuerpos cetónicos.
- Confusión y letargo: la debilidad se transforma en una reducción de la alerta cognitiva, por lo que puede aparecer desmayo y pérdida de la consciencia.
- Respiración rápida y profunda o respiración de Kussmaul: el cuerpo intenta eliminar el exceso de dióxido de carbono y de cuerpos cetónicos con una frecuencia respiratoria muy elevada que se hace superficial y que no logra oxigenar a las células correctamente.
En caso de no corregirse la hiperglucemia, la cetoacidosis podría llevar a un coma diabético. La falta de insulina prolongada provocará un aumento importante de los cuerpos cetónicos con acidificación de la sangre, lo que impide el funcionamiento de los órganos.
En los adultos mayores con diabetes tipo 2, una situación similar que se puede presentar es el estado hiperosmolar hiperglucémico no cetósico, según explican en el Canadian Journal of Diabetes. Aunque tiene síntomas parecidos a la cetoacidosis, ocurre por una deshidratación, sin que los cuerpos cetónicos eleven su concentración por sí mismos.
Qué hacer si los niveles de azúcar en sangre subieron con rapidez
Las medidas de emergencia para el azúcar alta en sangre son tres: administrar insulina, beber agua y hacer ejercicio. Vale aclarar que las mismas funcionan en el contexto de una hiperglucemia sin síntomas graves. La presencia de signos de cetoacidosis deben conducir a una consulta médica de urgencia.
1. Administrar insulina
La administración de insulina de acción rápida es la medida básica a tomar cuando hay niveles elevados de azúcar, con síntomas evidentes, en las personas que viven con diabetes tipo 1 o 2. Esto es más importante aún cuando se registran más de 250 mg/dL de glucemia.
La dosis de insulina recomendada en estas situaciones varía entre 0,3 a 0,5 unidades internacionales (UI) por kilogramo de peso. No obstante, podría cambiar la recomendación por una característica particular.
Por eso, es importante consultar de antemano con el médico tratante cuál sería la dosis a colocar en una emergencia. El dato debe estar anotado en un lugar visible dentro de la casa.
Existen diversos tipos de insulina en el mercado y la que se debe usar en la emergencia es la de acción rápida. Las otras no tendrán un efecto en el contexto agudo y tardarán horas en actuar.
Tras la aplicación, a los 30 minutos hay que hacer una nueva medición de automonitoreo de la glucosa. De ese modo, se certifica que haya algún tipo de descenso en los valores.
En caso de no registrar un descenso en los valores, está contraindicado repetir la dosis de insulina. Ello podría conducir a una hipoglucemia severa. Por lo tanto, sería mejor contactar con el médico o partir a un servicio de urgencias hospitalario.
Si el cuadro se presentó en una persona con diabetes tipo 2, podrá usar insulina si la tiene reglada por su médico. De otro modo, primero conviene chequear si se han olvidado algunas dosis de la medicación y, en dicho caso, tomarlas. Aun así, no todos los antidiabéticos orales reducen con velocidad la glucemia, por lo que el proceso será más lento.
2. Beber agua
Una de las razones principales por las que se eleva el riesgo de hiperglucemia es la deshidratación. Cuando no se bebe suficiente agua, algunos componentes de la sangre, como la glucosa, se concentran más. Además, el metabolismo comienza a degradar grasas, con la posibilidad de incrementar los cuerpos cetónicos.
Por lo tanto, lo indicado es beber agua siempre y, sobre todo, cuando se comienzan a sentir los signos de deshidratación: boca seca y piel reseca. Esto llevará a una mayor producción de orina que podrá arrastrar el exceso de glucosa en la sangre.
No será un método inmediato, pero sí es necesario. Esta acción complementa a la inyección de insulina y, en caso de luego requerir una internación, facilitará el proceso de hidratación intravenosa en el hospital.
3. Hacer ejercicio
El ejercicio es un medio muy eficaz para reducir los altos niveles de azúcar en la sangre. Para que la actividad física tenga efecto metabólico, la misma debe aumentar la frecuencia cardíaca y perdurar en el tiempo, es decir, prolongarse.
Entonces, si se hace el automonitoreo y se encuentra una hiperglucemia, convendrá corregir con la insulina y salir a caminar, por ejemplo. Siempre y cuando los síntomas lo permitan y no haya mareo o letargo.
Un registro de más de 250 mg/dL, con riesgo de cetoacidosis, implica unos cuidados especiales si queremos ejercitar. Primero habrá que realizar un test rápido de cetonas y, si las mismas están elevadas, entonces se contraindica la actividad física.
El método, como beber agua, no es rápido. De nuevo, vale recalcar que es un complemento a la inyección de insulina, por lo que no puede considerarse como una estrategia solitaria ante una emergencia.
¿Cuándo buscar atención médica?
Una hiperglucemia leve, con valores alrededor de 180 mg/dL y pocos síntomas, podrá abordarse en el hogar si se dispone de insulina de acción rápida. Además, se asume que ya se ha discutido con el médico tratante un protocolo para actuar en estos casos.
En cambio, los síntomas de cetoacidosis, la persistencia de valores elevados de glucemia a pesar de las medidas o la confirmación de cuerpos cetónicos mediante un test rápido deben conducir a una sala de emergencias. En esos casos, se puede aplicar la dosis de insulina rápida y activar el sistema de alerta, llamando al 911 o al teléfono de guardia de la clínica más cercana.
En el medio hospitalario, el objetivo de tratamiento de las crisis hiperglucémicas es estabilizar al paciente y corregir el azúcar en sangre. Para ello, se hará lo siguiente:
- Reposición de líquidos: por vía endovenosa para restaurar los fluidos corporales y evitar la deshidratación.
- Restitución de electrolitos: el sodio y el potasio se incluirán en la fórmula endovenosa para que la rehidratación no provoque una dilución de estos minerales y aparezcan complicaciones.
- Insulina endovenosa: la terapia insulínica endovenosa es la medida específica para corregir la hiperglucemia en el hospital. La infusión de la hormona mediante una bomba constituye el sistema más eficiente y seguro.
¿Qué valores de azúcar en sangre me deben preocupar?
Para el diagnóstico de hiperglucemia, el azúcar en la sangre debe estar por encima de ciertos valores estandarizados. Esto implica superar los 125 mg/dL si estamos en ayunas, al despertar a la mañana, o superar 180 mg/dL tras haber pasado 2 horas de una ingesta.
Tener 150 mg/dL a las dos horas de haber comido no es hiperglucemia, por ejemplo, aunque sí lo será si el mismo registro aparece antes del desayuno.
Si la glucemia alcanza los 250 mg/dL, en cualquier momento, hay riesgo de cetoacidosis. Entonces, conviene hacer un test rápido de cetonas en orina, con el que deberías contar si padeces diabetes tipo 1. La prueba positiva implicaría comunicarte con un servicio de emergencias.
Finalmente, la persistencia por una semana de valores superiores a 180 mg/dL o lecturas muy elevadas en forma aislada, llegando a 500 o 600 mg/dL, ameritan programar una consulta cuanto antes.
¿Cómo prevenir la hiperglucemia?
Evitar los picos altos de azúcar en sangre es posible con algunos cambios en el estilo de vida. Todos ellos son parte del tratamiento de la diabetes. Pues más allá de la medicación, los pacientes tienen que implementar hábitos y formas de alimentación que contribuyan a su salud.
Hay distintas maneras de controlar la glucemia, pero en líneas generales, se recomienda lo siguiente:
- Hacer ejercicio de modo constante.
- Propiciar una buena higiene del sueño.
- Tomar bebidas naturales para reducir el azúcar en la sangre.
- Llevar un automonitoreo regular, según las indicaciones médicas.
- Reducir la ingesta de azúcares simples y aumentar el consumo de fibra.
- Consumir alimentos para bajar el azúcar, es decir, con bajo índice glucémico.
- Mantenerse hidratado, preferiblemente con agua. También se pueden incorporar licuados caseros.
Reducir el riesgo de hiperglucemia es clave. El azúcar alta en sangre es una emergencia que, si evoluciona, pone en riesgo la vida.
Además, la persistencia de los registros elevados tiene consecuencias a largo plazo en los nervios, las arterias, el corazón, la vista y los riñones. Por ello, el asesoramiento médico es imprescindible, tanto en las urgencias como antes de que sucedan, para recibir información sobre cómo actuar.
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