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Estas son las causas, síntomas y tratamiento de la candidiasis vaginal

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El flujo vaginal blanco, parecido a un queso, es indicativo de candidiasis. Esta infección a causa de un hongo no se considera de transmisión sexual y genera complicaciones en los embarazos.
Estas son las causas, síntomas y tratamiento de la candidiasis vaginal
Gilberto Adaulfo Sánchez Abreu

Escrito y verificado por el médico Gilberto Adaulfo Sánchez Abreu

Última actualización: 04 febrero, 2024

La candidiasis vaginal es una micosis, es decir, una infección por un hongo. En específico, su agente causal es la levadura Candida albicans. De manera normal, este microorganismo habita la vagina, pero ciertas condiciones favorecen su proliferación desmedida y allí aparecen los síntomas de la enfermedad.

Según las estadísticas, hasta la mitad de las mujeres embarazadas tienen colonizadas sus vaginas con cándida. En mujeres no embarazadas, la prevalencia es del 20 al 30 %. Esta presencia no significa enfermedad.

Al hablar de candidiasis vaginal, con síntomas de la enfermedad, los datos estiman que un tercio de las mujeres en edad reproductiva son diagnosticadas y hasta dos tercios la padecen alguna vez en el transcurso de sus vidas. Entre las gestantes, la prevalencia es mayor.

Si bien no se considera una infección de transmisión sexual (ITS), muchos de sus síntomas se confunden con una. Por ello es necesario un diagnóstico adecuado y un tratamiento oportuno.

¿Por qué aparece la candidiasis vaginal?

La levadura Candida spp. podrá habitar la vagina sin causar síntomas de enfermedad. Sin embargo, si ocurriese un desequilibrio en el microambiente vaginal, se podría facilitar su sobrecrecimiento y, en consecuencia, la colonización pasaría a ser una infección.

Las razones más frecuentes por las cuales el hongo es capaz de crecer en demasía son las siguientes:

  • Hormonas: las oscilaciones naturales de estrógenos y progesterona en el ciclo menstrual modifican la microbiota vaginal. Pero también puede haber cambios por el uso de una terapia hormonal para alguna enfermedad o como método anticonceptivo. De acuerdo con una publicación de la revista Archivos Venezolanos de Farmacología y Terapéutica, la candidiasis es más frecuente entre usuarias de contraceptivos hormonales.
  • Antibióticos: la toma de antibióticos modifica la microbiota en diferentes sitios del cuerpo, incluida la vagina. En general, lo que sucede es que el medicamento arrasa con las bacterias vaginales y le quita competencia a la cándida, por lo que la colonización aumenta.
  • Sistema inmunitario comprometido: las personas con infección por VIH o aquellas con las defensas bajas por otra enfermedad tienen mayor riesgo de desarrollar candidiasis. También las que se encuentran en tratamiento crónico con corticoides.
  • Diabetes: a través de diferentes mecanismos, los niveles elevados y persistentes de glucemia favorecen las infecciones. Es por ello que las pacientes que viven con diabetes se encuentran en mayor riesgo. Incluso, de acuerdo a una revisión del 2019, entre ellas es mayor la probabilidad de sufrir complicaciones severas y hasta requerir una internación por culpa de Candida spp.
  • Retención de humedad: el uso de ropa interior ajustada o de materiales no transpirables, modifica el microambiente de la zona íntima. A largo plazo, ello puede propiciar cambios en la microbiota. Lo mismo sucede con el uso de tampones y con la realización de duchas vaginales.

Respecto a las relaciones sexuales, es preciso hacer aclaraciones. La candidiasis vaginal no es una ITS porque hay mujeres que la padecen sin haberse contagiado la levadura a través de un contacto íntimo. Sin embargo, sí es posible que una persona con una candidiasis activa propicie la infección en otra durante el contacto sexual.

¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad?

Si la cándida no crece en exceso, no habrá síntomas. No obstante, su sobrecrecimiento podría generar lo siguiente:

Entre las mujeres que tienen la infección por primera vez y aquellas que la repiten, los síntomas son similares. Solo se ha registrado una mayor presencia al mismo tiempo de varios signos cuando se trata de una recurrencia.

¿Cómo se diagnostica?

Ante la presencia de los síntomas o la sospecha de estar padeciendo la enfermedad, lo indicado es consultar con un médico. El profesional evaluará los síntomas, hará algunas preguntas y definirá si es necesario ―o no― tomar una muestra del flujo o del interior de la vagina para enviar al laboratorio a cultivar.

A veces, solo con el interrogatorio de los signos y el examen físico, el médico puede llegar al diagnóstico. En especial, cuando el padecimiento es claro en cuanto al tipo de flujo, la picazón y otras molestias asociadas.

Si hay dudas sobre la confirmación o se trata de una infección vaginal recurrente que no mejora con el tratamiento habitual, entonces se impone la necesidad de un examen bioquímico, como lo indica una revisión de la American Family Physician. Para ello, se toma una muestra con un hisopo, que es analizada en el microscopio y cultivada por unos días para identificar a la cándida.

¿Cuál es el tratamiento para la candidiasis vaginal?

Para las guías clínicas, el tratamiento de preferencia de la candidiasis vaginal es local. Esto significa el empleo de cremas, óvulos o comprimidos vaginales.

No se descarta el uso de antimicóticos por vía oral, pero es preferible reservarlos para casos más complicados o con recurrencia. Al mismo tiempo, deberían administrarse medidas locales.

El miconazol, el terconazol y el clotrimazol pueden aplicarse en cremas por 3 a 5 días. Suelen ser efectivos y tienen una tasa baja de efectos adversos.

En caso de preferirse la vía oral, la elección casi siempre es fluconazol. Se toma una sola dosis de 150 mg para los cuadros leves y se puede programar una repetición semanal de la misma dosis, por un mes, cuando se trata de candidiasis recurrentes o de difícil control.

¿Qué pasa si la candidiasis vaginal es resistente?

En algunas mujeres, la infección se repite y cada vez responde menos a los antimicóticos clásicos. Por ello, es necesario cambiar el abordaje y plantear el uso prolongado de la medicación o recurrir a otras alternativas.

Si bien es una decisión que tomará el médico, debes saber que las opciones más habituales ante la resistencia son las siguientes:

  • Ácido bórico. Se usa de modo local en la vagina y está contraindicado el uso oral.
  • Probióticos. Se indican como un refuerzo y a través de cepas específicas que podrían devolver el equilibrio a una microbiota vaginal alterada.
  • OTZ. Es un medicamento de reciente aprobación por distintas agencias de medicamentos gubernamentales.
  • Fungerps. Se trata de un grupo de nuevos fármacos, todavía en constante desarrollo, que tienen acción antimicótica de amplio espectro.

La vacuna contra Candida albicans todavía no se encuentra disponible para la comercialización y hay investigaciones sobre su efectividad en curso. De todas maneras, los resultados son prometedores y se especula con una posible inclusión en las guías de tratamiento para los casos resistentes y recurrentes.

Tratamientos naturales

La existencia de pocos estudios clínicos que cumplan con los criterios adecuados para valorar la eficacia de los remedios naturales en esta condición, implica cautela. Además, muchos de los productos con evidencia anecdótica tienen efectos adversos de consideración, como sucede con el propóleo o el aceite de árbol de té.

El ajo y el aceite de coco tampoco han demostrado su capacidad antifúngica en la zona vaginal, en pacientes con candidiasis vaginal. Se los suele emplear de manera local, incluso en supositorios, pero su eficacia es limitada.

Tratamiento de la candidiasis vaginal en el embarazo

La gestación aumenta el riesgo de desarrollar candidiasis, debido a los cambios hormonales y las modificaciones en la microbiota vaginal. El problema es que no todos los fármacos están permitidos durante esta etapa.

No obstante, algún tipo de abordaje se debe implementar. La persistencia de la infección incrementa el riesgo de un parto prematuro, por ejemplo.

De acuerdo con la evidencia disponible y las guías clínicas de varios países, es posible usar miconazol en forma tópica o fluconazol vía oral a dosis bajas con seguridad. Ambos medicamentos no se han asociado con mayor mortalidad neonatal ni con complicaciones obstétricas. Sobre todo, cuando se plantean pocos días de aplicación.

En general, se evitan los antifúngicos orales (fluconazol) durante el primer trimestre, debido a un mayor potencial para desarrollar efectos adversos en el feto.

¿Se deben tratar ambos miembros de la pareja?

En general, no es necesario tratar a la pareja de una mujer que tiene candidiasis vaginal. No obstante, si presenta síntomas compatibles, debería recibir un abordaje farmacológico.

También se prioriza el tratamiento para ambos miembros de la pareja cuando la mujer sufre recurrencias a menudo. De este modo, se intenta limitar una de las posibles causas de la reincidencia, que sería la colonización de cándida en el compañero sexual.

Mientras la mujer se encuentra en tratamiento, el sexo debería practicarse con protección de barrera, para reducir el traspaso del microorganismo.

¿Se puede prevenir?

La prevención de la candidiasis vaginal implica adoptar medidas que ayuden a mantener el equilibrio natural de la flora vaginal, a la vez que se reducen o controlan los factores de riesgo. Algunos consejos básicos son los siguientes:

  • Mantén la higiene íntima sin productos agresivos: puedes lavar tu zona genital externa con agua y un jabón neutro sin perfumes. Evita las duchas vaginales.
  • Usa ropa interior holgada: las prendas de algodón, transpirables y no ajustadas, colaboran para no retener humedad. Del mismo modo, si usas ropa de baño en verano o en piscinas, procura no permanecer demasiado tiempo con las mismas mojadas.
  • No tomes antibióticos en automedicación: el consumo de estos fármacos propicia la aparición de candidiasis. Así que solo consúmelos cuando tengas indicación médica.
  • Controla tus enfermedades de base: si padeces diabetes, VIH o una patología autoinmune, estarás más en riesgo. Un buen manejo de ellas reducirá la posibilidad de sobrecrecimiento del hongo.
  • Practica sexo seguro: los métodos de barrera, como los preservativos, reducen el riesgo de contagio cuando tu pareja sexual tiene una candidiasis activa.
  • Consume probióticos: los alimentos fermentados podrían aportar microorganismos beneficiosos que equilibren la microbiota vaginal.

¿Qué deberías recordar?

La candidiasis vaginal es una infección micótica causada por la levadura Candida albicans. Puede ser originada por otras variantes de cándida, aunque con mucha menos frecuencia.

Se caracteriza por síntomas como picazón vulvar, flujo vaginal blanco y enrojecimiento de los labios vaginales. Hay mujeres más expuestas porque atraviesan cambios hormonales, usan antibióticos o tienen un sistema inmunitario debilitado.

Una vez confirmado el diagnóstico, el tratamiento implica el uso de antifúngicos en forma tópica u oral. Es esencial buscar la orientación de un profesional de la salud y se deben evitar los abordajes caseros o la automedicación.

La prevención juega un papel crucial. Y en casos recurrentes o persistentes, la evaluación médica detallada será requerida para instaurar un tratamiento acorde.


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