Consumir comida rápida: posibles riesgos
De una u otra forma, consumir comida rápida es cada vez más frecuente debido al ritmo de vida que llevamos. Aunque no supone un gran peligro si se consume ocasionalmente, no cabe duda sobre lo nociva que resulta para el organismo cuando se incorpora con regularidad a la dieta.
Son muchos los que desconocen las consecuencias directas del consumo regular de la comida rápida. Estos alimentos no aportan valor nutricional, pero sí aportan calorías, azúcar, grasas no saludables y otros antinutrientes.
Si se quiere mantener una dieta sana, este tipo de comida se debe consumir con precaución. Tiende a ser alta en azúcares y suele estar refinada, con carbohidratos que dan lugar a un aumento de peso. Además, contienen grasas saturadas perjudiciales para el corazón y niveles de sal que pueden elevar la presión sanguínea.
Riesgos de consumir comida rápida
Como ya hemos señalado, la comida rápida se consume cada vez más y las consecuencias para el organismo son importantes. A continuación, te damos a conocer algunas de ellas.
1. Aumenta el riesgo de padecer depresión entre los jóvenes
Los adolescentes sufren cambios hormonales, haciéndolos susceptibles a los cambios de humor y de conducta. Una buena alimentación mantiene los cambios hormonales a raya y, como la comida rápida carece de nutrientes esenciales adecuados, el riesgo de padecer depresión aumenta en un 58 % si se consume de forma continua.
Ojo, el riesgo de depresión también podría aumentar en adultos que mantengan un estilo de vida poco saludable, en el que predomine una alimentación inadecuada (a base de comida chatarra, ultraprocesados, azúcar y harina refinada) y el sedentarismo.
2. Provoca fatiga
Aunque esta comida (sea una pizza, un paquete de chips, una hamburguesa con patatas fritas, un kebab, un plato de pollo y cebolla frita) te haga sentir “lleno”, realmente no te aporta energía, sino pesadez y cansancio o sensación de fatiga. Tampoco te aporta nutrientes esenciales, que es lo que el organismo realmente necesita para mantenerse saludable y funcionando adecuadamente.
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3. Trastornos digestivos
Las personas que consumen habitualmente comida rápida tienen más probabilidades de padecer trastornos digestivos como el reflujo gastroesofágico o síndrome de colon irritable. Esto es porque tiene, según un estudio publicado en Nutrición Hospilaria, un alto contenido en grasas y azúcares y un bajo (o nulo en muchos casos) contenido de fibra, lo que dificulta la digestión y el tránsito intestinal.
4. Aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares
Los triglicéridos y el colesterol juegan un papel esencial en el desarrollo de enfermedades coronarias.La comida rápida tiene alto contenido de grasas saturadas y grasas trans, que a su vez aumentan los niveles de triglicéridos y colesterol malo o LDL en la sangre. La consecuencia de esto es la formación de ateromas en las arterias, que bloquean el flujo sanguíneo al corazón. Todo ello asociado a la mayor predisposición a padecer obesidad, según muestra la evidencia actual.
5. Trastornos renales
Un plato de patatas fritas contiene un alto nivel de sal. El sodio de la sal afecta al equilibrio sodio-potasio del cuerpo y ha demostrado poder dar lugar a hipertensión. Además, al ser los riñones los encargados de eliminar las toxinas de la sangre, la ingesta de mucha comida rápida genera muchas toxinas y afectará al funcionamiento del sistema renal.
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6. Daños hepáticos
El consumo de comida basura durante un tiempo genera en el hígado un daño similar al efecto del alcohol. Estudios recientes, aseguran que quienes la consumen y no realizan ejercicio presentan cambios en las enzimas del hígado en tan solo cuatro semanas.
Los cambios que se pueden originar son similares a los que se pueden observar en personas que tienen problemas de alcoholismo, y se debe al alto nivel de grasas trans que tiene este tipo de comidas.
7. Mayor riesgo de diabetes tipo 2
Las dietas poco saludables contribuyen al aumento de los casos de diabetes. Cuando ingerimos comida rápida, su carencia de fibra, lleva directamente al aumento de los niveles de azúcar en sangre.
La dieta a base de comida rápida provee al cuerpo de un flujo constante de glucosa. Por tanto, aumenta los niveles de insulina y, como consecuencia, afecta a la capacidad del cuerpo de utilizar la insulina correctamente pudiendo dar lugar a una diabetes tipo 2.
8. Enfermedades respiratorias
Aunque muchos lo pasan por alto, el consumo de comidas rápidas también puede incidir en la prevalencia a tener enfermedades respiratorias. Al causa un aumento de peso, eleva las probabilidades de sufrir problemas como asma y falta de aliento.
De hecho, un estudio publicado en BMJ, reveló que los niños que comen este tipo de comidas tres veces por semana tienen más riesgo de tener asma. Al parecer, esto se debe a que el exceso de peso conlleva a más presión sobre el corazón y los pulmones, lo que empeora los síntomas.
Es necesario evitar la ingesta regular de comida rápida
Recordar que de forma puntual se puede consumir comida rápida sin ningún problema, siempre y cuando mantengamos un estilo de vida saludable. Realizar actividad física diaria y una alimentación variada hará que los efectos nocivos de la comida basura pasen desapercibidos por el cuerpo. En el equilibrio está la salud.
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