Plantas de los pies amarillas, ¿por qué ocurre?
Escrito y verificado por el médico Leonardo Biolatto
Cuando las plantas de nuestros pies toman un color amarillo, es probable que no lo notemos al principio. Se trata de una zona del cuerpo a la que apenas le prestamos atención. No obstante, al igual que sucede con las palmas de las manos, pueden reflejar síntomas de enfermedades.
La hipercarotinemia, las fallas en el hígado, la anemia y la intoxicación con trinitrotolueno son algunas de las causas más frecuentes, pero no las únicas. Por ello, te ofrecemos una lista de los posibles orígenes del problema y qué deberías hacer en cada caso. Ten en cuenta que solo se trata de una orientación. Para llegar a un diagnóstico y tratamiento adecuado es necesario tener una evaluación médica y, de ser posible, realizarse estudios complementarios.
1. Hipercarotinemia
La hipercarotinemia es una condición benigna. Sucede por la acumulación en el cuerpo de carotenoides, en especial, de betacarotenos, que son sustancias presentes en las zanahorias, los cítricos y otros vegetales.
La coloración amarillenta o anaranjada se nota más en las palmas de las manos y las plantas de los pies. El síntoma recibe el nombre particular de carotenoderma.
La hipercarotinemia puede ser primaria, cuando resulta del aumento desmesurado en la ingesta de carotenoides a través de la dieta. Pero también puede ser secundaria a enfermedades que afectan el metabolismo de los betacarotenos, como el hipotiroidismo, la diabetes mellitus, y la insuficiencia renal.
Los exámenes complementarios son innecesarios en este caso, a menos que el médico sospeche una causa no dietética. Sin embargo, si se realizan, se encontrarán niveles de betacarotenos en la sangre muy elevados.
¿Qué hacer?
El tratamiento consiste en reducir la ingesta de alimentos ricos en betacarotenos. La coloración amarillenta suele desaparecer, poco a poco, en un plazo de 4 a 8 semanas tras modificar la dieta.
2. Ictericia
La ictericia es un término médico que se utiliza para referirse a la coloración amarillenta de la piel y las mucosas, cuando la bilirrubina se encuentra por encima de los valores normales, en la sangre. Llamamos bilirrubina a un pigmento amarillo que se metaboliza y excreta en el hígado, por lo que actúa como indicador del funcionamiento de este órgano.
Cuando hay ictericia, no solo se torna amarilla la planta del pie y las palmas de las manos, también los ojos y las mucosas. Sus causas pueden ser las siguientes:
- Hemólisis: aumento en la destrucción de glóbulos rojos.
- Enfermedades del hígado: hepatitis, cirrosis o cáncer de hígado.
- Obstrucción biliar: cálculos biliares o tumores que bloquean los conductos del hígado o la vesícula.
- Trastornos congénitos: condiciones hereditarias que afectan la forma en que el cuerpo metaboliza la bilirrubina.
En los recién nacidos puede haber color amarillo de las plantas de los pies por ictericia neonatal. Es una situación que suele ser benigna y pasajera tras el nacimiento, pero necesita ser controlada por un pediatra.
¿Qué hacer?
La ictericia necesita una evaluación médica. Puede ser un signo de diversas enfermedades que deben tratarse. Si es causada por hepatitis o cirrosis, el abordaje puede incluir medicamentos antivirales o inmunosupresores. En el caso de los cálculos biliares, podría ser necesaria una intervención quirúrgica para eliminar la obstrucción. Por último, la hemólisis puede requerir transfusiones.
En los niños con ictericia neonatal se usa fototerapia, que consiste en exponer al bebé a una luz especial que ayuda a descomponer la bilirrubina en la piel. Los casos más severos, que son menos frecuentes, requieren inmunoglobulina intravenosa o exanguinotransfusión.
3. Anemia
La anemia se caracteriza por la disminución de los glóbulos rojos en la sangre o la reducción de la hemoglobina. Puede manifestarse a través de varios síntomas, como fatiga y palidez.
En algunos casos, el cambio en el color de la piel no es hacia el tono pálido, sino amarillento. Es una reacción más común cuando se trata de anemia hemolítica. En esta última, los glóbulos rojos se destruyen rápidamente y eso causa un aumento en los niveles de bilirrubina sanguínea. Además, el color amarillento puede ser más evidente, si hay una combinación de anemia con otros problemas hepáticos.
¿Qué hacer?
Dependiendo de la causa de la anemia, el médico puede recomendar suplementos de hierro, vitamina B12 o ácido fólico. También, podrían ser necesarios tratamientos para condiciones subyacentes, como la hemólisis.
A la par, hay que procurar una dieta rica en alimentos como carnes rojas, legumbres, frutos secos, productos lácteos, huevos y verduras de hoja verde.
4. Intoxicación con trinitrotolueno
El trinitrotolueno (TNT) es un sólido amarillo que se utiliza en aplicaciones militares y en la industria de explosivos. La exposición puede ocurrir en los trabajadores involucrados en estas tareas, a través de la inhalación o el contacto dérmico.
Además de la coloración amarillenta en la piel, la intoxicación también ocasiona lo siguiente:
- Síntomas neurológicos: dolor de cabeza, mareos y pérdida del conocimiento.
- Irritación respiratoria: tos, dolor de garganta y dificultad para respirar.
- Náuseas y vómitos.
La intoxicación puede evolucionar a cianosis. Es la coloración azulada de la piel, como resultado de una disminución en la capacidad de la sangre para transportar oxígeno.
¿Qué hacer?
Mantener las funciones vitales, como la respiración, la presión arterial y la frecuencia cardíaca, es fundamental al tratar a un paciente con esta intoxicación. Se administra oxígeno y, si es necesario, habrá que intubar.
En caso de que el TNT haya penetrado a través de la piel o los ojos, serán lavados con grandes cantidades de agua o solución salina para eliminar el contaminante. En algunos casos, se puede administrar carbón activado para reducir la absorción del tóxico en el sistema digestivo.
Se trata de una urgencia médica que debe atenderse por personal especializado.
5. Infecciones por hongos
Las infecciones por hongos son una causa común de la coloración amarillenta en las plantas de los pies. En especial, cuando también se ven afectadas las uñas.
Entre las infecciones fúngicas asociadas al síntoma se encuentran las siguientes:
- Pie de atleta o tinea pedis: se presenta por contacto con ambientes húmedos, como piscinas y vestuarios. Los síntomas incluyen picazón, enrojecimiento y descamación de la piel.
- Onicomicosis: afecta principalmente a las uñas, haciéndolas amarillas, gruesas y quebradizas. A menudo, comienza con una infección en la piel que se propaga.
- Dermatofitosis: son hongos que pueden causar descamación intensa y picazón. La piel puede volverse amarilla por la destrucción de la queratina.
¿Qué hacer?
Los tratamientos iniciales para las infecciones por hongos en los pies suelen incluir cremas o lociones antifúngicas con clotrimazol, miconazol o terbinafina. Deben aplicarse durante varias semanas, según las indicaciones médicas. En casos más severos se pueden prescribir medicamentos orales, como itraconazol o terbinafina.
6. Enfermedad de Raynaud
La enfermedad de Raynaud se caracteriza por episodios de vasoespasmo. Los vasos sanguíneos se contraen en exceso como respuesta al frío o al estrés.
La piel de las manos y los pies puede volverse blanca, pálida o con un tono amarillento por la falta de flujo sanguíneo. Luego, cambia a un color azul o morado, a medida que la sangre detiene su circulación. Cuando el flujo se restablece, la piel pasa a un color rojo intenso antes de normalizarse.
Los episodios pueden ser aislados o repetirse con frecuencia. A veces, se asocian a otras enfermedades autoinmunes, como el lupus o la artritis reumatoide.
¿Qué hacer?
No existe una cura definitiva. En casos severos, los médicos pueden recetar medicamentos vasodilatadores.
Los pacientes tienen que llevar adelante ciertos hábitos para reducir la aparición de los brotes. Por ejemplo, usar calcetines gruesos y calzado adecuado para mantener los pies calientes, así como practicar técnicas de relajación que gestionen el estrés.
7. Hiperlipoproteinemia
La hiperlipoproteinemia se produce cuando el cuerpo tiene dificultades para descomponer y asimilar bien las grasas. Como resultado, las lipoproteínas, que son complejos que transportan grasas en la sangre, se acumulan.
Puede resultar en un tono amarillento generalizado en ciertas áreas del cuerpo. En algunos casos, la acumulación de lípidos puede manifestarse como xantomas, que son depósitos amarillos benignos en la piel, incluyendo las plantas de los pies.
¿Qué hacer?
En algunos casos, se pueden prescribir estatinas u otros medicamentos para ayudar a controlar los niveles de lípidos. En paralelo, se necesita seguir una dieta equilibrada, baja en grasas saturadas y trans.
8. Diabetes
La diabetes puede provocar diversos cambios en la coloración de la piel, incluyendo un tono amarillento, que será más evidente en las palmas de las manos y las plantas de los pies. Cuando los niveles de azúcar en sangre son elevados, se afecta el colágeno, una proteína esencial para la estructura de la dermis.
La dermopatía diabética es una de las formas de afectación de la piel en esta enfermedad. Se caracteriza por manchas marrones o amarillentas que aparecen en las piernas y otras partes del cuerpo. Son lesiones benignas, pero pueden indicar complicaciones más serias subyacentes.
¿Qué hacer?
Mantener los niveles de azúcar en sangre dentro del rango recomendado será esencial para reducir los síntomas en la piel. Además, hay que prestar más atención a la higiene e hidratación cutánea para prevenir otros problemas dermatológicos.
9. Uso excesivo de cúrcuma
La cúrcuma es conocida por su intenso color amarillo, que puede transferirse a la piel si se aplica de forma tópica o si se consume en grandes cantidades. Aunque es difícil superar las dosis diarias máximas, sí puede suceder que se use en exceso en mascarillas para las manos y los pies, como parte de un tratamiento estético.
¿Qué hacer?
Limitar el uso de cúrcuma es suficiente. La piel debería regresar a su color normal.
10. Callos
Los callos o callosidades son áreas de piel engrosada que se forman como respuesta a la fricción o la presión constante. Pueden ser zonas más amarillas en las plantas de los pies por la acumulación de queratina y de células muertas.
¿Qué hacer?
Es recomendable consultar a un podólogo para determinar el tipo exacto de callo y recibir el tratamiento adecuado. Aplicar cremas hidratantes ayuda a mantener la piel suave y prevenir la formación de nuevas callosidades.
El uso de almohadillas pueden reducir la fricción y proteger las áreas afectadas mientras se camina. Además, la piedra pómez elimina las capas muertas de piel.
Remedios caseros para la planta del pie amarilla
Si notas un cambio de color en la planta de tus pies, lo más recomendable es acudir al médico. El profesional será capaz de identificar la causa del problema e iniciar un tratamiento específico.
No obstante, existen remedios caseros que, aunque no sustituyen al tratamiento médico, pueden contribuir a que los pies retornen más rápido a su color habitual. Algunos de ellos son los siguientes:
- Patatas trituradas: tritura una patata y aplica la pasta resultante en las plantas de los pies durante unos minutos antes de enjuagar.
- Jugo de pepino: mezcla cuatro cucharadas de jugo de pepino con un poco de jugo de limón y aplica sobre los pies durante unos minutos. Luego, enjuaga con agua fría.
- Limón: aplica jugo de limón directamente en las plantas de los pies y déjalo actuar durante 10-15 minutos antes de enjuagar. Evita la exposición al sol después de su aplicación para prevenir manchas.
- Vinagre de manzana: mezcla media cucharadita de vinagre de manzana con una cucharadita de sal en un litro de agua tibia. Remoja tus pies durante 10 minutos allí y luego frota muy suave con un cepillo.
- Bicarbonato de sodio: mezcla bicarbonato de sodio con unas gotas de agua para formar una pasta espesa. Aplica la pasta en las plantas de los pies y masajea con delicadeza. Deja actuar durante 10-15 minutos y enjuaga con agua fría.
Un síntoma en tus pies
La coloración amarillenta en las plantas de los pies puede ser un síntoma de diversas condiciones, algunas benignas y otras que indican problemas de salud más serios. Si notas que el tono persiste, a pesar de cambios en la dieta o el uso de remedios caseros, es recomendable buscar atención médica.
No intentes cambiar el color con técnicas agresivas o irritantes. Podrías empeorar la situación. En cambio, asesórate con expertos y profesionales.
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