Postura de la cucharita: una de las mejores posiciones sexuales
Escrito y verificado por la filósofa Isbelia Esther Farías López
La postura de la cucharita es una de las posiciones sexuales más apreciadas porque ofrece una experiencia íntima llena de ternura y pasión. Se caracteriza por su cercanía, pero también por su potencial excitante, lo que la convierte en una opción ideal para los momentos románticos y apasionados.
El nombre «cucharita», o spooning en inglés, proviene de la forma en que los cuerpos se ubican, similar a dos cucharas colocadas una al lado de la otra. Aunque existen muchas posturas sexuales en el Kamasutra, esta pose destaca por su sencillez y la comodidad, ya que no requiere un gran esfuerzo físico.
Además, existen variantes que permiten explorar distintos niveles de intimidad y contacto visual. Por todo esto, hay quienes la consideran como una de las mejores posiciones para enriquecer su vida sexual y fortalecer la conexión con la pareja.
¿Cómo se hace la postura de la cucharita?
Para hacer cucharita, ambos miembros de la pareja se acuestan de lado sobre la superficie de su preferencia: la cama, la alfombra, el mueble del salón, etcétera. Uno de los dos le da la espalda a su compañero. Luego, quien está detrás toma a su pareja por las caderas o por el pecho, mientras la penetra con movimientos suaves. Los brazos y las piernas pueden quedar en la forma que les resulte más cómoda.
La cucharita es una pose que resulta sencilla y cómoda para ambos. A pesar de que no se vean de frente, hay contacto de piel con piel desde el cuello hasta los pies. Así mismo, por su simpleza, es una de las mejores posturas sexuales para la primera vez.
Cabe destacar que la penetración no tiene por qué hacerse solo a través de la vagina. También es posible realizarla a través del ano, por lo que en lugar de recurrir a la postura del perrito u otras similares, a veces la pareja prefiere disfrutar con la práctica del spooning.
Variantes de esta posición sexual
Según lo prefieran, permite optar por distintas alternativas. Entre ellas, pueden masturbarse durante la penetración; usarla para practicar sexo anal o vaginal; usar un arnés sexual para cambiar el rol activo; o estimular los pezones durante el acto.
Además, si quieren modificar un poco la clásica pose, pero no tienen ganas de entorpecer el momento, pueden optar por alguna de las siguientes variaciones.
Cuchara arqueada
Como en la pose original no es tan sencillo mirarse a los ojos, esta variante puede ayudarlos a conectarse aún más. Ambos se recuestan de lado y la persona de atrás debe elevar un poco su torso, mientras penetra a la pareja.
Con la pierna elevada
El simple cambio de elevar una de las piernas y pasarla por detrás de la cadera del amante puede variar mucho el ángulo de penetración. También, les permite observarse cara a cara en todo momento.
De lado
Para que la penetración sea un poco más profunda, la persona sumisa apoya su espalda en el suelo y eleva una de sus piernas por detrás de la cabeza del amante. De esa forma, la zona íntima quedará al descubierto para que la pareja penetre desde abajo.
¿Por qué es una de las más practicadas?
La postura de la cucharita es una de las más comunes en la práctica sexual debido a los múltiples beneficios que ofrece. A continuación, te los detallamos uno por uno:
- Mayor facilidad para disimular. Permite disimular con rapidez en caso de ser sorprendidos por alguien más.
- Penetración vaginal o anal. Gracias a que la penetración ocurre desde atrás, se puede llevar a cabo tanto la penetración anal como la vaginal.
- Apta para el embarazo. Es muy cómoda para las gestantes, ya que libera cualquier presión o peso del vientre. Por eso, se recomienda en el tercer trimestre de embarazo.
- Más contacto. Existe un mayor contacto piel con piel, así como una mayor capacidad de estimular el punto G de la mujer, porque tanto la vagina como el recto se estrechan.
- Libertad para las caricias y la masturbación. Permite acariciar y masturbar mientras se penetra, tanto a sí mismo como a la pareja. Hará que ambos disfruten más del momento.
- Control para ambos. Si bien es cierto que uno de los dos miembros de la pareja puede guiar el ritmo y la intensidad de la penetración, esta posición también permite que ambos cooperen.
- Menor esfuerzo físico. Como ambos están tendidos de lado sobre una superficie, es perfecta para los momentos de pereza, para las personas mayores o para quienes tienen problemas respiratorios.
- Conexión emocional. El gran contacto íntimo a través de abrazo que se produce (y que puede continuar al mantenerlo después de la actividad sexual) puede reforzar los lazos entre ambos y crear un ambiente de apoyo y comprensión. Además, ayuda a reducir los efectos del estrés.
¿Cuáles son sus desventajas?
Por desgracia, no todo pueden ser ventajas. Esta posición sexual puede llegar a ser incómoda para muchas personas, sobre todo si la mantienen durante un tiempo prolongado. Después de algunos minutos, es posible notar un entumecimiento o un hormigueo en alguna parte del cuerpo, como en los brazos.
Por otra parte, a menos que realices alguna de las variantes mencionadas, no existe contacto visual constante entre la pareja, lo que puede desanimar a algunas personas. Además, como la penetración ocurre desde atrás y están los muslos en medio, esta suele ser poco profunda y puede que el pene o el arnés se salgan al moverse.
Consejos para mejorar la técnica
Una de las principales quejas es el entumecimiento del brazo de la persona que está detrás. Para ello, pueden ubicar varias almohadas debajo y determinar qué les resulta más cómodo.
Por otro lado, es importante que se centren en el contacto de la piel y en la delicadeza de los movimientos. Como el pene o el dildo puede salirse con facilidad, es recomendable que se mueva de forma suave para evitar roces indeseados.
Si quieren añadir más condimentos, pueden probar distintos juguetes sexuales. Cuando participa una persona con clítoris, los vibradores o masajeadores de varita ayudan a estimularlo y aumentar el placer.
Una postura con ternura y romance
La postura de la cucharita es una excelente oportunidad para disfrutar del sexo en pareja con una dosis de ternura. Uno de los compañeros es capaz de abrazar al otro durante la penetración y transmitir cierta sensación de protección, de afecto y, en pocas palabras, de cercanía. Dicho de otra forma: el spooning puede ir de la mano con el cuddling (abrazarse) y convertirse en una experiencia romántica para ambos.
Ahora bien, es importante aclarar que no hace falta ser un romántico para disfrutar de ella. Cada miembro la gozará en el momento que ambos deseen, tanto de una forma tierna como de una forma pasional. El placer estará presente y lo importante es aprovecharlo al máximo.
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