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Receta de caldo de huesos y sus 5 beneficios para la salud

9 minutos
Gracias al colágeno, este plato sustancioso y nutritivo ayuda a mantener en buenas condiciones algunos tejidos. Anímate a preparar esta receta para disfrutarlo solo o usarlo para hacer deliciosos y ricos platos.
Receta de caldo de huesos y sus 5 beneficios para la salud
Maria Patricia Pinero Corredor

Revisado y aprobado por la nutricionista Maria Patricia Pinero Corredor

Escrito por Equipo Editorial
Última actualización: 06 agosto, 2024

El caldo de huesos es una sopa densa, con un color oscuro y un sabor pronunciado, que sirve para tomarlo solo o emplearlo en otras recetas. Este plato tradicional —preparado con huesos de distintos animales, como pollo, gallina y res— contiene algunos minerales y mucha gelatina. Por esta razón, de su ingesta se pueden derivar algunos beneficios para la salud, como favorecer la hidratación durante los procesos gripales y prevenir la aparición de los signos del envejecimiento.

Hoy en día, incluso es posible encontrar productos listos para consumir. No obstante, hacer la receta de caldo de huesos en casa es sencillo. Así que nuestro consejo es que te dispongas a prepararla y compruebes lo fácil que puede ser incluir este plato en el día a día.

¿Cómo hacer caldo de huesos en casa?

La elaboración de este plato no ofrece complicaciones, más allá del tiempo empleado, que suele ser prolongado. Existen muchas recetas para hacerlo, cuyas diferencias se encuentran en los ingredientes empleados. A continuación, te contamos la versión básica del chef vasco Karlos Arguiñano.

Quédate hasta el final, pues vamos a descubrir recomendaciones especiales y a resolver algunas dudas comunes que quizás te habrás planteado.

Ingredientes

  • 2 hojas de laurel.
  • Sal y pimienta al gusto.
  • 1 kilo de huesos de animales.
  • 2 cucharadas de vinagre de sidra de manzana.
  • 4 litros de agua (o la que quepa en el recipiente usado).
  • Verduras para el caldo: 1 zanahoria, 2 ramas de apio, 1 cebolla, 2 dientes de ajo y 1 puerro.

Paso a paso

  1. Antes de empezar, precalienta el horno a 200 grados. A continuación, coloca todos los huesos en una bandeja para horno y déjalos dorar durante 25 o 30 minutos. Con este paso lo que consigues es dar un sabor y un color más destacado al caldo.
  2. Acto seguido, introdúcelos en una olla grande y llénala con agua. Tienen que quedar los huesos cubiertos y llegar hasta 5 centímetros del borde superior. Vierte también el vinagre de manzana, que ayudará a que los minerales y el colágeno de los huesos pasen al caldo.
  3. Salpimienta al gusto.
  4. Pon la olla a fuego medio, hasta que llegue a la temperatura de ebullición. Entonces, bájalo al mínimo y deja hervir de 6 a 8 horas. Asegúrate de que no se queda sin líquido en ningún momento.
  5. Cuando quede una hora de cocción, añade las verduras lavadas y peladas y las hojas de laurel. No las introduzcas antes, para evitar que el caldo quede amargo. Además, incluir vegetales es un paso opcional (le dan sabor y nutrientes adicionales).
  6. Tras las 6 u 8 horas de cocción, puedes colar el caldo y ya está listo para consumir.

¿Cuáles son los mejores huesos para elaborar un buen caldo?

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Los huesos de diferentes animales, como cerdo y res, le aportan sabor y nutrientes a esta receta tradicional.

Aquí la regla de oro es la disponibilidad, aunque también influyen tus preferencias personales. Los animales más habituales son pollo, pavo, gallina, cerdo y vacuno. De ellos, puedes emplear rodillas, espinazos, pies, patas, huesos de columna o carcasas, entre otros.

No importa si los mezclas. Puedes hacer un caldo de huesos de pollo y res, o solo de pollo, o con un poco de todo. Lo que tienes que saber es que, según las características, el resultado final y el proceso pueden cambiar:

  • Las patas de pollo tienen una gran cantidad de colágeno.
  • El hueso de jamón es bastante salado, tenlo en cuenta a la hora de salpimentar (deja este paso para el final y agrega sal solo si es necesario).
  • El sabor del cerdo es uno de los más fuertes. Si lo usas, puede ser interesante combinarlo con huesos de otros animales.
  • Para un caldo más gelatinoso agrega el hueso de la rodilla, del rabo o unas manitas de cerdo.
  • Usa partes que tengan carne (como las carcasas) y después te la podrás comer desmenuzada cuando tomes el caldo.
En cualquier caso, la procedencia debe ser de la mejor calidad posible. Si tienes acceso a ellos, compra huesos de animales alimentados con pasto, de ganadería extensiva y aves criadas en libertad.

¿Qué hacer después con los huesos y las verduras?

Cuando hayas colado el caldo, los huesos se pueden desechar. Con una cocción tan larga ya extraes buena parte de los nutrientes y sabores que estos pueden ofrecer. Lo que sí puedes aprovechar es la carne y el tuétano (este último es muy desconocido, pero te permite hacer recetas deliciosas).

En cuanto a las verduras, tienes diferentes opciones para no desperdiciarlas:

  • Córtalas pequeñas y prepara una sopa con trocitos.
  • Tritúralas con el caldo para hacer un puré de verduras sustancioso.
  • Úsalas en recetas como croquetas, terrina de verduras, ropa vieja completa o canelones.

¿Se puede hacer un caldo de huesos más rápido?

La esencia de este tipo de caldo es, en realidad, la cocción suave y larga. Por esta razón, las prisas no son muy buenas amigas en este caso. No obstante, en una olla rápida es posible acortar un poco los tiempos, teniendo en cuenta que el caldo quedará más claro y menos consistente.

Según el tipo de cazuela o utensilio empleado, los tiempos de cocción orientativos son los siguientes:

  • Olla rápida o a presión: entre 2 horas y 2 horas y media.
  • Marmita u olla «normal»: de 6 a 8 horas (rellenando el líquido que se evapora).
  • Crock pot (u olla lenta): de 24 a 36 horas. En este caso, no es necesario controlar el contenido.

¿Se puede comprar preparado?

Hoy en día puedes comprar caldo de huesos listo para tomar. Pero son pocas las opciones y puede ser que te cueste encontrarlo en los supermercados. Quizás será más fácil, si acudes a tiendas especializadas o compras directo a los elaboradores.

¿Cómo y cuándo se toma esta sopa?

Tienes varias formas para disfrutar de este nutritivo caldo. Lo más recomendable es que lo introduzcas en tu rutina alimentaria, en algunas de las comidas del menú semanal.

Una taza de caldo de huesos puede ser parte del desayuno, un entrante de la cena o un primer plato del almuerzo (si lo usas, por ejemplo, como base para preparar una sopa clásica de fideos). En los días fríos, bien calentito, es un alimento de lo más reconfortante. También, puedes introducirlo a diario, a razón de una taza (aunque no es obligatorio para poder disfrutar de sus propiedades).

No es bueno que abuses de él. Su consumo tiene puntos fuertes, pero en exceso, puede llenarte mucho y desplazar la ingesta de otros alimentos.

Debido a la presencia de gelatina, suele presentar una textura densa, por lo que es preferible que lo calientes. Así, también podrás retirar la grasa que queda en la parte de arriba. A algunas personas les cuesta un poco digerirla.

Por otro lado, esta preparación permite aportar sabor y nutrientes a muchas recetas que necesitan agua o caldo para la cocción:

  • Cremas de verduras.
  • Potajes de legumbres.
  • Platos de arroz caldoso, fideos a la cazuela, cuscús.
  • Guisos con salsas: tofu, albóndigas en salsa, carne de ternera, sepia (entre otros).

Conservación y duración

Este caldo dura lo mismo que otros tipos de sopas y guisos. Lo puedes guardar en la nevera entre 3 y 4 días. Elige tarros de cristal y con cierre hermético. De este modo, no se impregna de otros olores.

Si no lo vas a consumir en este período, entonces tienes que congelarlo. Así, te puede durar de 2 a 3 meses. Recuerda que para descongelarlo tienes que hacerlo en el refrigerador y nunca a temperatura ambiente. Calcula unas 24 horas para que esté a punto cuando lo necesites.

Valor nutricional y beneficios

Dados sus ingredientes, esta receta tiene un aporte nutricional interesante. De forma general, podemos resaltar lo siguiente:

  • Colágeno.
  • Aminoácidos.
  • Vitaminas A, E y del grupo B.
  • Ácidos grasos esenciales omega-3.
  • Minerales: calcio, fósforo, sodio, magnesio y potasio (entre otros).

La composición final dependerá del tipo y la cantidad de huesos usados, del tiempo de cocción y de si se han añadido verduras. Por esta razón, es complicado decir cuánto colágeno y demás nutrientes tiene esta sopa. A modo de guía, algunas variedades comerciales contienen entre 1,9 y 5,9 gramos de colágeno por 100 mililitros de producto.

Asimismo, hay que tener en cuenta que el caldo tiene estos nutrientes, pero no se puede considerar una fuente destacada de ninguno de ellos. Más bien, se trata de un aporte más que ayuda a cubrir las necesidades diarias.

¿Para que sirve?

Como fuente de los nutrientes comentados, el caldo de huesos es un buen alimento para una dieta saludable. De este modo, puede actuar de forma positiva para la salud y el bienestar (siempre en el marco general de una alimentación adecuada).

A continuación, vamos a enumerar algunos de los beneficios que puede reportarte su ingesta. Pero ten presente que no existen estudios concretos que los avalen. Todo lo que podemos comentar viene determinado por la presencia de nutrientes, que tiene que ser complementada con el resto de la dieta.

  • Ayuda a mantener en buenas condiciones algunos tejidos: ligamentos, tendones y cartílagos.
  • Refrena la pérdida de colágeno de la piel: se previene la aparición de arrugas y otros signos de envejecimiento.
  • Colabora en el mantenimiento de la pared interna del colon: también puede disminuir el riesgo de permeabilidad. Esta alteración se ha relacionado con algunos problemas de salud (intestino irritable, enfermedad inflamatoria intestinal, patologías crónicas, entre otros).
  • Reconforta y favorece la hidratación durante los procesos gripales: los caldos y las sopas ayudan a descongestionar la nariz y a diluir la mucosidad.
  • Aporta un plus de proteínas: sobre todo, en algunas situaciones donde las necesidades están aumentadas.

¿Tiene contraindicaciones?

En principio, esta es una preparación que pueden consumir todas las personas que así lo deseen. Siempre y cuando se haga un consumo moderado y no exista ninguna condición de salud que lo desaconseje.

Si lo compras preparado es imprescindible leer la etiqueta y elegir alguno que no tenga sabores artificiales o potenciadores (como el glutamato monosódico).

¿Qué pasa con la dieta keto y el ayuno intermitente?

Este plato tradicional casi no tiene hidratos de carbono en su composición, por lo que es un alimento que se puede introducir en las dietas cetogénicas.

En cambio, sí que tiene un aporte energético que puede ser incompatible con algunos ayunos intermitentes más estrictos. Según algunas marcas comerciales, hablamos de alrededor de 23 kilocalorías por 100 mililitros. Esto equivale, por tanto, a casi 60 calorías por taza.

El caldo de huesos es un alimento de calidad y bueno para la salud

Como has podido comprobar, el caldo de huesos es una elaboración nutritiva y con propiedades positivas para el organismo. Además, aunque requiere tiempo, es fácil de preparar en casa y se conserva bien en el congelador.

Cuando lo hagas, es preferible emplear huesos diferentes, en cantidad suficiente y garantizar un proceso de cocción lenta para conseguir extraer la mayor cantidad de nutrientes posible. Puedes probar maneras de preparar caldo bajo en grasa y así tendrás un plato de aprovechamiento para evitar el desperdicio.


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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.