Conoce los 15 tipos de cebolla y sus usos en la cocina
Revisado y aprobado por la nutricionista Maria Patricia Pinero Corredor
La cebolla es un ingrediente versátil en la cocina y tiene una duración prolongada si se almacena, de foma adecuada. A pesar de ser odiadas por muchas personas, por el olor que desprenden, sus diversos tipos son incluidas en la preparación de los alimentos en forma encurtidas, fritas, cocidas y asadas; debido al sabor que le proporcionan a las comidas.
Prima del puerro y el ajo, la mayoría de cebollas tienen propiedades que ayudan a mejorar el funcionamiento del sistema cardiovascular y digestivo. Así las cosas, en este artículo exploraremos 15 tipos de cebolla y las múltiples maneras en que se pueden utilizar, para crear platos deliciosos y variados.
1. Cebolla morada
Es conocida por su distintivo color morado intenso tanto por dentro como por fuera. Se caracteriza por tener menos contenido de agua que otras variedades, lo que intensifica su contenido de azufre y le otorga un sabor y olor muy profundo. Es alta en vitamina C, potasio, calcio y fósforo, además de exhibir propiedades antiinflamatorias y antialérgicas.
La cebolla morada se consume—por lo general— cruda o encurtida, para preservar sus factores nutricionales y beneficios. Por ello, se sugiere incorporarla en recetas como ensaladas o ceviches. También se puede preparar en té para aliviar la tos (reduciéndola en agua a fuego lento).
2. Cebolla amarilla
Se la conoce como cebolla española o cebolla amarilla. Esta última denominación porque presenta un exterior de color amarillo-marrón y un interior que puede ser blanco verdoso, amarillo claro o blanco. Su sabor es más ligero que el de la cebolla morada, ya que está compuesta en un 89 % de agua, pero contiene más azufre que la blanca, por lo que es más picante que esta.
La cebolla española tiene un alto contenido de vitamina B6 y flavonoides, que combaten enfermedades cardiacas. También ayuda a prevenir infecciones, puesto que es una gran fuente de antioxidantes, así como de vitaminas A y C.
Es la más común en la gastronomía del norte de Europa y Estados Unidos, donde destaca por su versatilidad culinaria. Es ideal para sopas, estofados, guisos, salteados, salsas y brochetas. Además, es muy buena para caramelizar, aunque se recomienda evitar su sobre cocción para que no se vuelva pegajosa.
3. Cebolla blanca
La cebolla blanca, como su nombre indica, presenta un exterior y un interior de tonalidad blanca. Destaca por su sabor picante y su textura crujiente, y para atenuar su intensidad, se puede dejar remojando en agua fría, durante una hora aproximadamente. Consumir esta variedad contribuye a reducir los niveles de colesterol y previene la elevación de los triglicéridos, así como la agregación plaquetaria.
En la cocina latinoamericana, es un ingrediente fundamental. Sirve como base en platillos populares como el pico de gallo, fajitas y huevos rancheros. Además, dada su sensibilidad, se recomienda consumirla cruda o someterla a una cocción rápida, siendo ideal para preparaciones con salteados.
4. Cebolla perla
Es originaria de Asia Central, pero su consumo y cultivo se ha extendido a nivel mundial. La característica que la hace más distintiva es su piel dura y de color blanco, con un brillo plateado. Es pequeña en comparación con otros tipos de cebolla, tanto así que, para muchas personas, es más afín al puerro.
Posee un sabor sutil, con bajo contenido de azufre. También tiene elementos que ayudan a facilitar la alcalinización de la sangre y favorece la lucha contra los síntomas del reumatismo y la gota. Puedes consumirla en preparaciones como cremas, guisos y asados.
5. Échalote
La échalote es un tipo de cebolla de origen mediterráneo que ha alcanzado gran popularidad en la cocina francesa. Por ello el nombre de échalote (en francés) y derivando al español como chalote o chalota. Es fácil diferenciarla por su distintiva apariencia, pues se caracteriza por su piel cobre rojizo e interior de color morado brillante y su forma alargada.
A diferencia de la cebolla roja o morada, la échalote presenta una forma más ovalada y pequeña, junto con un sabor único. Pese a ser pariente de la cebolla y el ajo, tiene mayor proporción de compuestos flavonoides y polifenólicos, que generan beneficios como el fortalecimiento del sistema inmunológico, la reducción de la presión arterial alta y la prevención natural de la aterosclerosis.
Además, es la cebolla más fácil de digerir. Tiene un sabor dulce y una textura crujiente, lo que la hace una excelente opción para consumirla en ensaladas y guarniciones. También es apta para caramelizar, para mermeladas, integrarla en guisos y en sopas de cebolla y ajo, para aumentar las defensas.
6. Cippolini
Entre los tipos de cebolla, este es el más pequeño. Es de origen italiano y presenta una piel fina, como la de la Échalote, solo que en color amarillo. Esta es tan delicada que, para pelarlas de manera sencilla, se recomienda sumergirlas en agua hervida, de uno a dos minutos, para suavizar su piel.
La cippolini tiene un diámetro aproximado de 42,67 milímetros, parecido al de una pelota de golf, y una forma achatada. Su sabor es dulce, comparable al de las cebollas Walla Walla, pero con un toque más picante. Esto las hace ideales para consumir crudas, caramelizadas o utilizarlas en estofados y asados.
7. Cebolla China, de verdeo o cebolleta
Esta cebolla es conocida también como cebolla galesa, aunque no sea nativa de Gales. Su singularidad radica en su forma alargada, con un tallo blanco que se ensancha en la parte inferior y hojas verdes. Tiene un sabor más ligero en comparación con otras variedades y un aroma muy perfumado que la hace muy apreciada. Asimismo, a diferencia de los otros tipos de cebolla, esta no irrita los ojos.
Esta versátil verdura se puede consumir cruda, cocida, frita o asada, siendo un elemento clave en la gastronomía asiática, donde se utiliza más la parte blanca y hasta tres centímetros de la parte verde. Además de su uso en la preparación de platillos, la cebolla galesa se emplea comúnmente como elemento decorativo en presentaciones culinarias.
8. Calçot
El calçot, una variante de cebolla blanca inmadura con similitudes al cebollín. Posee un tallo grande y grueso de color blanco, con hojas verdes en la parte superior; y es prominente en la gastronomía catalana. Debe su nombre al término catalán “calçar“, relacionado con el método de cubrir la cebolla con tierra, durante su crecimiento, para estimular su alargamiento hacia la luz.
Este tipo de cebolla es una fuente nutricional rica en vitaminas A, B, C y E, así como en minerales y oligoelementos. Su sabor es dulce y sutil, lo que ha vuelto famosa la tradicional “calçotada“, un plato de la región que implica asar los calçots a la parrilla.
9. Cebolla Walla Walla
Entre los diversos tipos de cebolla, la Walla Walla se caracteriza por su gran tamaño, forma muy redonda y piel marrón con una pulpa jugosa de color amarillo claro. Son reconocidas— junto a las Vidalia y Maui— como las más dulces por su menor contenido de azufre (aproximadamente la mitad en comparación con otras variedades).
Estas cebollas poseen características que facilitan su manejo en la cocina. No emiten un olor penetrante y son más fáciles de picar, ya que no causan irritación en los ojos. Si quieres consumirlas, se recomiendan crudas como guarnición o fritas, en forma de aros, pero donde más sobresalen es, sin dudas, en la técnica de caramelización.
A nivel nutricional, son ricas en vitaminas del grupo B, especialmente folatos, fundamentales para la formación del feto y la regeneración celular, así como de vitamina B6, involucrada en la producción de glóbulos rojos.
10. Cebolla Vidalia
Si te preguntas cuál es la mejor cebolla para cocinar, la respuesta es clara: la cebolla Vidalia. Cultivada en suelos poco sulfurados, posee una mínima cantidad de azufre, proporcionándole un sabor dulce que evita las lágrimas al cortarla; además de ser recomendada para aquellos que padecen gases y eruptos.
Proviene del sur de Estados Unidos, donde es sumamente popular y se cuenta entre las más consumidas, junto a la Muai. De por sí, se le conoce como comercialmente como cebolla dulce, debido a su similitud con la cebolla amarilla.
Aunque es excelente para el consumo crudo, también la puedes disfrutar asada, en sándwiches y hamburguesas, para ello puedes aprender a preparar cebolla caramelizada sin azúcar.
11. Cebollino
La cebolla de hoja, también conocida como cebollino, es diferenciable por sus tallos finos y huecos que son consumidos para condimentar diversas comidas. Esta planta es una fuente rica en micronutrientes, sobre todo antioxidantes, vitaminas A y C, y ácido fólico. Además, aporta agua y fibra, siendo una opción de bajo contenido calórico.
Aunque comparte similitudes con el cebollín, se diferencia por su tamaño más pequeño y su uso culinario. Es común consumirla cruda, siendo espolvoreada como adición en tortillas, sopas o carnes, gracias a su apetitoso aroma. Puedes conservarla en la nevera hasta una semana, evitando lavar la porción no utilizada para prevenir la aceleración del proceso de oxidación debido a la humedad.
12. Cebolla Ptujski Lük
Originaria de Slovenia, el nombre de ‘lük‘, proviene de una antigua palabra eslovena que significa cebolla. Es conocida por su sabor picante y un olor sumamente fuerte; además tiene una peculiar forma de corazón, con piel cobriza que envuelve la pulpa blanca y violácea.
Ampliamente utilizada en la cocina, es ideal para platos salados que no requieren una cocción prolongada, ya que se cocina en un tiempo relativamente corto y logra mantener todo su sabor concentrado.
13. Cebollas egipcias
Este vegetal se conoce también como cebollas caminantes o cebollas aéreas. Son notables por la peculiaridad de desarrollar múltiples bulbos en la parte superior de su tallo, creando racimos de cebollas aéreas que adquieren una tonalidad rojiza a medida que maduran. Su sabor es casi idéntico al de las cebollas convencionales, pero presenta un suave tono a puerro. Esta variedad se puede consumir de diversas formas, incluyendo encurtidas.
14. Cebollas Maui
Las cebollas de Maui, cultivadas en la isla hawaiana de Maui, son conocidas por su dulzura y suavidad, superando en estos aspectos a las cebollas tradicionales. Su forma es achatada y su piel es de color blanco amarillento. Pueden ser preparadas de diversas maneras, desde cortarlas en rodajas y asarlas en la parrilla tras untarlas con aceite, hasta caramelizarlas para agregar profundidad de sabores al combinarlas con carne.
Además, las cebollas de Maui desempeñan un papel clave en la sopa de cebolla francesa, aportando su característico sabor dulce y suave. Para su conservación, se recomienda un lugar fresco, donde pueden mantenerse hasta por dos meses.
15. Cebollas Bermuda
Entre sus características principales, la cebolla Bermuda tiene un sabor dulce y la piel blanca o amarilla. También se diferencia— de otras cebollas largas— por su impresionante tamaño y forma aplanada, con un diámetro que puede alcanzar las tres a cuatro pulgadas de ancho.
Para disfrutar al máximo de sus cualidades, se recomienda consumirlas asadas o fritas, donde su dulzura se potencia. No obstante, también pueden ser apreciadas crudas, especialmente como complemento en sándwiches.
Conserva las cebollas para potenciar sus sabores
Explorar los diversos tipos de cebolla ofrece un abanico de sabores y texturas en la cocina único. Sin embargo, más allá de la elección de la variedad, la clave para potenciar su sabor radica en una adecuada conservación.
Al resguardarlas en un lugar fresco, oscuro y seco, como una despensa, pueden prolongar su vida útil y mantener su distintivo aroma y gusto. Así, podrás incorporarla a tu dieta cada vez que desees preparar deliciosos platos con la variedad de cebollas que existen.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.