Cómo cuidar de tus riñones

Si controlas tus valores de presión arterial y de azúcar, haces ejercicio, bebes suficiente agua y reduces el sodio en tu dieta, harás mucho por tus riñones. Te contamos más consejos para la salud renal.
Cómo cuidar de tus riñones
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 24 julio, 2024

Los riñones son dos órganos encargados de formar la orina y excretar los productos de desecho del organismo. Al cuidarlos y protegerlos, lo que haces es mejorar la forma que tiene el cuerpo de autorregularse, de liberarse de toxinas y de reducir el exceso de líquidos.

Estos órganos se ubican en la región lumbar, justo por debajo de la caja torácica, a cada lado de la columna. Su función principal es filtrar la sangre para eliminar toxinas y sustancias dañinas para el cuerpo. En promedio, filtran 120 mililitros de sangre por minuto.

Pero no solo eso. También regulan la concentración de sodio y de potasio en la sangre, intervienen en el control de la presión arterial y en la producción de glóbulos rojos. Por todo ello, te aconsejamos seguir los siguientes consejos para cuidar los riñones.

1. Bebe suficiente agua

El agua desempeña un papel clave para que los riñones puedan eliminar toxinas y desechos. La deshidratación se considera un factor de riesgo para la enfermedad renal.

Cuando no bebemos suficiente cantidad, el filtrado de la sangre es menos eficiente, ya que la deshidratación pone en marcha algunos mecanismos de ahorro de líquido. Es así que se retienen más productos dañinos dentro del cuerpo.

Menor volumen de orina lleva a la formación de cálculos y a otros problemas más graves a largo plazo. También favorece la aparición de infecciones del tracto urinario (ITU).

La cantidad de agua que necesitamos varía según cada persona, el clima y las actividades diarias. Como regla general, se recomienda beber al menos ocho vasos de agua al día. Inclusive, se aconseja superar los 2 litros por jornada.

Además del agua, otras bebidas, como el té y la leche, pueden contribuir a la hidratación. De todas maneras, no hay que contabilizar como hidratación la ingesta de líquidos con alto contenido de azúcar o de cafeína.

Si vas a tomar jugos para ayudar a limpiar tus riñones, revisa que no tengan azúcar añadido. Lo mismo aplica para cualquier infusión que quieras preparar con el mismo fin, como la clásica de limón y perejil.



2. Come equilibrado

La alimentación balanceada es otro de los pilares para cuidar tus riñones. Una dieta equilibrada, con alimentos buenos para los riñones, incluirá frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables.

Las frutas y verduras son ricas en antioxidantes, que protegen contra el daño celular. Los granos enteros son una excelente fuente de fibra, lo que colabora en el proceso de eliminación de toxinas.

A la par, hay que moderar el consumo de ultraprocesados. En general, son alimentos con exceso de sal.

De igual modo, mantener un peso saludable mediante una alimentación equilibrada puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 e hipertensión arterial. Ambas son factores de riesgo para padecer problemas renales.

3. Haz ejercicio de forma periódica

El ejercicio físico regular es una forma eficaz de quemar grasa, lo que contribuye a sostener un peso adecuado. Esto redundará en mejor funcionamiento de los riñones, un filtrado adecuado y menos riesgo de diabetes e hipertensión arterial.

Cuando hacemos ejercicio, aumenta el flujo sanguíneo en todo el cuerpo, incluidos los riñones. Este estímulo es, inclusive, una forma de medicina y de tratamiento para los pacientes que ya sufren enfermedades renales.

La recomendación de ejercicio en adultos es de 150 a 300 minutos semanales de actividad aeróbica de intensidad moderada o 75 a 150 minutos de alta intensidad. Además, se deben realizar actividades de fortalecimiento muscular, al menos 2 a 3 veces por semana.

4. Controla tus niveles de colesterol

Las personas que tienen altas concentraciones de lípidos en la sangre presentan un mayor riesgo de sufrir problemas renales. Una investigación publicada en la revista Advances in Experimental Medicine and Biology denota que la acumulación celular de colesterol puede provocar lipotoxicidad y, en última instancia, fallo renal.

En este sentido, controlar los niveles plasmáticos de colesterol podría ser una forma de cuidar la salud de los riñones y del resto del cuerpo. Pues, estaríamos previniendo otras afecciones, como la aterosclerosis.

La principal recomendación sería adoptar una dieta rica en frutas, verduras y granos enteros, limitando las grasas saturadas y trans. Los alimentos ricos en fibra soluble, como avena y legumbres, ayudarán a reducir el colesterol «malo».

5. Evita tomar medicamentos sin prescripción profesional

Abusar de los medicamentos de venta libre puede ser perjudicial para los riñones. Estos órganos son los encargados de eliminar los principios activos de la sangre, por lo que una sobrecarga en la ingesta representará una mayor demanda de trabajo.

En esta línea hay fármacos que tienen un efecto tóxico directo sobre el sistema renal. Según las estadísticas, la toxicidad en los riñones inducida por medicamentos representa el 20 % de las causas primarias de lesión renal.

Los antiinflamatorios no esteroideos, como diclofenaco e ibuprofeno, son capaces de lastimar a los riñones. También encierran peligro los antibióticos aminoglucósidos, como la gentamicina.



6. No fumes

Un estudio publicado en la revista Critical Reviews in Oncology and Hematology encontró una asociación significativa entre fumar y padecer cáncer de riñón. La investigación concluye que, incluso fumar pocos cigarrillos al día, es suficiente para aumentar en gran medida el riesgo de la enfermedad.

Fumar también aumenta la presión arterial, lo que pone estrés adicional en los riñones. Y el tabaquismo reduce el flujo sanguíneo hacia el sistema renal, lo que interfiere con la eliminación de desechos y toxinas.

7. Disminuye el consumo de sal

La sal es un ingrediente que está presente en la mayoría de las cocinas del mundo. Se utiliza en millones de recetas, pero su exceso se vincula con muchos problemas de salud, como la insuficiencia renal.

La situación es que los riñones son imprescindibles para la regulación del sodio dentro del cuerpo. Esto los hace también sensibles a los cambios en las concentraciones de la sustancia.

Resulta importante, entonces, reducir el consumo de sal y evitar aquellos alimentos que la contienen en grandes cantidades para cuidar los riñones. Se recomienda ingerir menos de 5 gramos de sal al día, lo que es un poco menos que una cucharada de té.

En su lugar, se pueden utilizar otras especias más saludables para condimentar. Por ejemplo, el orégano o la pimienta.

8. Limita la ingesta de alcohol

El alcohol es un diurético, lo que significa que puede aumentar la producción de orina y llevar a la deshidratación. Por otro lado, es un factor de riesgo para la hipertensión arterial y la obesidad.

Además de los efectos indirectos, el alcohol también puede provocar lesiones renales agudas. Se especula que la nefritis tubulointersticial aguda y la necrosis papilar renal pueden presentarse en personas con alto consumo por culpa del estrés oxidativo que genera la sustancia en las células.

Para cuidar la salud de los riñones, modera tu ingesta de alcohol y sigue pautas de consumo responsable. En todo caso, prefiere alternativas más saludables para el disfrute social.

9. Reduce los niveles de estrés

El estrés excesivo y sostenido es un factor desencadenante de numerosos problemas de salud. Un estudio publicado en la revista Kidney International Reports demostró una asociación clara entre la presencia de trastornos por estrés y el riesgo de desarrollar lesión renal aguda y enfermedad renal crónica.

En este sentido, aprender a manejar el estrés es una medida útil para cuidar la salud de los riñones. Para ello, se recomienda practicar actividades que ayuden, como la meditación o el yoga.

10. Controla la presión arterial

La relación entre hipertensión arterial y enfermedad renal es bidireccional. Mientras que la primera, sin control, lleva al deterioro de la función de los riñones, a la inversa sucede algo parecido.

Muchas veces, sucede una conjunción de factores y de circunstancias que tienen que ver entre sí. El aumento de peso, por ejemplo, incrementa la presión y reduce la filtración renal. O vivir bajo estrés deteriora nuestros órganos y nos conduce a la presencia de múltiples enfermedades al mismo tiempo.

Controlar la tensión arterial requiere de un estilo de vida saludable. La nutrición y el ejercicio son los pilares. Pero si ya tienes hipertensión, los chequeos y el respeto de la medicación es esencial.

11. Regula tus niveles de azúcar en sangre

Una de las complicaciones más frecuentes de la diabetes es la enfermedad renal crónica. Los niveles elevados de azúcar en la sangre, de modo persistente, provocan daños en el mecanismo de filtración renal.

Es importante que las personas con diabetes realicen controles regulares, no solo de su enfermedad de base, sino también de la función de los riñones. Esto puede incluir análisis de sangre para medir la creatinina y la urea, por ejemplo.

Otros consejos generales también son útiles aquí. Controlar el peso y la presión arterial, hacer ejercicio y llevar una dieta rica en frutas y verduras son acciones que, de modo indirecto, contribuyen a prevenir la diabetes.

¿Cómo cuidar los riñones en situaciones particulares?

Algunas enfermedades y circunstancias vitales exigen un cuidado especial de estos órganos. Veamos.

¿Cómo cuidar los riñones si tengo lupus?

Es importante que tengas un médico reumatólogo de referencia para esta enfermedad. Seguramente tomes medicamentos inmunosupresores y hay que elegir los adecuados para no dañar los riñones.

Vivir con lupus es un desafío emocional. Tener apoyo para superar el estrés es fundamental, pues las situaciones de tensión se convierten en un factor de riesgo muy relevante en este contexto.

¿Cómo cuidar los riñones en el embarazo?

Cuidar los riñones durante el embarazo es vital para el bebé. Asistir a todas las citas prenatales permite monitorear síntomas y signos de problemas renales de modo temprano.

El ejercicio regular, adaptado a la gestación, contribuye a sostener una circulación óptima. La hidratación, por su parte, cobra especial relevancia, pues los requerimientos son puntuales durante esta etapa.

¿Cómo cuidar los riñones si estoy en quimioterapia?

Algunos medicamentos utilizados en el tratamiento del cáncer tienen efectos adversos renales. Por eso, beber abundante agua durante la quimioterapia ayuda a eliminar los medicamentos y sus metabolitos de manera más eficiente.

Después de completar el tratamiento indicado por el médico, hay que hacer un seguimiento regular para monitorear la función renal a largo plazo. Esto es así porque algunos quimioterápicos deterioran el filtrado meses y hasta años después de su utilización.

¿Cuándo debo consultar al médico?

En general, los chequeos médicos programados para los adultos incluyen análisis para valorar la función renal. De todas maneras, si duelen los riñones o hay otros síntomas asociados, es importante acudir con un profesional.

Los siguientes signos tendrían que llevarte a la consulta:

  • Dolor al orinar
  • Fiebre con escalofríos
  • Hematuria o sangre en la orina
  • Pérdida involuntaria o escapes de orina
  • Molestias en la región lumbar que no calman en ninguna posición

Cuida tus riñones y toda tu salud

Mantenerse bien hidratado, adoptar una alimentación saludable, baja en sal y azúcares añadidos, rica en frutas, verduras y proteínas magras, gestionar la presión arterial y evitar el consumo de tabaco son pasos esenciales para cuidar tus riñones, entre otros consejos. De todas maneras, la presencia de enfermedades diagnosticadas o de síntomas sospechosos deben llevarte a la consulta.

Los riñones son órganos que cumplen una función muy importante en el cuerpo. Mientras más tiempo permanezcan sanos, mayor será la posibilidad de que prolongues tu calidad de vida y vivas mejor. Adopta los consejos que te dimos, no solo para cuidar tus riñones, sino también para el cuidado general de la salud.


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