Flujo vaginal amarillo con y sin olor: 5 causas y tratamiento

¿No sabes por qué tu flujo vaginal es amarillento? Son muchas las condiciones que pueden estar provocando esto, por lo que te presentamos 5 posibles explicaciones.
Flujo vaginal amarillo con y sin olor: 5 causas y tratamiento
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 25 mayo, 2023

El flujo vaginal es una mezcla de secreciones vaginales y moco cervical que se produce de manera natural. En menor o mayor medida toda mujer saludable lo genera. Su color y olor varían en cada caso, aunque en general se considera normal. Algunos episodios, como el flujo vaginal amarillo, pueden ser indicios de una condición subyacente.

Todo depende de las características del flujo. Es probable que antes del periodo menstrual algunas mujeres lo secreten con un color amarillento, ya que los cambios hormonales inciden en su composición. Sin embargo, si es la primera vez que lo manifiestas nunca lo debes pasar por alto. Hoy te decimos todo lo que deberías saber acerca del flujo vaginal amarillo.

Causas del flujo vaginal amarillo

El flujo vaginal sufre alteraciones en color y olor debido a los cambios hormonales. Entre otras cosas, el flujo vaginal ayuda a prevenir infecciones, lubricar el área durante las relaciones sexuales y a mantener limpia la vagina.

En condiciones normales el flujo es de color claro, no posee olor y puede variar en cuanto a su espesor. De igual modo, la cantidad secretada varía en intensidad por muchos factores (uso de anticonceptivos, por ejemplo). El cambio es natural en él, de manera que no siempre es motivo de alarma.



Cuando no existe un antecedente de modificaciones en su color, es probable que sea un síntoma de una condición subyacente. Si el flujo es de color amarillo pálido, no posee olor y no se acompaña de otros signos, no debería ser motivo de preocupación. Si su olor se ve alterado y desarrollas otros síntomas, puede deberse a lo siguiente.

1. Infección por Candida spp.

La candidiasis vaginal es una infección fúngica que se produce por el hongo Candida albicans (levadura). De acuerdo con investigaciones, hasta el 90 % de todas las infecciones vaginales se originan por este microorganismo. Es tan común que Harvard Health estipula que el 75 % de las mujeres tendrá al menos un episodio en su vida.

Entre sus síntomas destacan las alteraciones en el color del flujo vaginal. Aunque con frecuencia el flujo adquiere un color blanco pálido, también puede adquirir un tono amarillento. Por lo general carece de olor, o este se manifiesta con muy baja intensidad.

Esta alteración del flujo vaginal se acompaña también de picor y ardor en la vagina, molestias al orinar, dolor o malestar al tener relaciones sexuales, inflamación de la vulva y enrojecimiento. La mayoría de los casos son leves y duran entre un par de días y dos semanas.

2. Enfermedad inflamatoria pélvica

El flujo vaginal amarillo puede aparecer en la EIP
Además del flujo vaginal anormal, las mujeres afectadas por la enfermedad inflamatoria pélvica tienden a sufrir un intenso dolor.

La enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) es una condición que se caracteriza por la inflamación del endometrio, las trompas de Falopio o el peritoneo. Sucede, en general, cuando los microorganismos de la vagina ascienden y siguen su camino a través del útero. Las causas bacterianas, entonces, explican la mayoría de los casos.

La Oficina de la Salud de la Mujer señala que hasta el 5 % de las estadounidenses cuentan con EIP. En esta condición, la alteración del color del flujo vaginal se acompaña de mal olor, uno que puede llegar a ser muy intenso. Otros de sus síntomas son los siguientes:

  • Dolor al orinar.
  • Dolor en la parte inferior del abdomen.
  • Fiebre.
  • Periodos menstruales irregulares.
  • Malestar durante las relaciones sexuales.
  • Sangrado uterino anormal.

Esta condición se puede tratar con facilidad, algo que debe hacerse cuanto antes para evitar complicaciones. Por ejemplo, puede ocasionar dolor crónico, infertilidad o problemas durante el embarazo.

3. Clamidia

La clamidia es una enfermedad de trasmisión sexual (ETS) que por lo general no genera síntomas. Es por esto que, de acuerdo con estudios, el porcentaje de mujeres no diagnosticadas sin síntomas oscila entre 1,7 y 17 %. Algunos de los signos que puedes desarrollar son los siguientes:

  • Micción dolorosa.
  • Flujo vaginal anormal (en color y olor, que puede llegar a ser muy intenso).
  • Dolor al tener relaciones sexuales.
  • Sangrado entre los periodos menstruales.
  • Fiebre y náuseas (solo si la infección se ha propagado).


Si la infección no se trata a tiempo, puede llegar hasta el útero o las trompas de Falopio. Como consecuencia puedes desarrollas EIP y problemas de fertilidad o durante el embarazo. Por fortuna es tratable y, si se hace a tiempo, las consecuencias son prácticamente nulas.

4. Tricomoniasis

El flujo vaginal amarillo puede ser por tricomoniasis
Las enfermedades de transmisión sexual también pueden originar un flujo vaginal característico y molesto.

A pesar de que la tricomoniasis es una de las ETS más comunes, buena parte de la población ignora sus síntomas. De acuerdo con estudios, esta condición es la ETS no viral más común del mundo. Así es: se trata de una enfermedad provocada por un parásito y no un virus.

En general la infección no provoca síntomas, aunque algunas mujeres pueden desarrollar lo siguiente:

  • Secreción vaginal de color amarillo, marrón, gris o verde con mal olor.
  • Dolor al tener relaciones sexuales.
  • Dolor al orinar.
  • Enrojecimiento y ardor en los genitales.

La infección se puede tratar con facilidad, aunque depende de qué tan avanzada se encuentre. Si no se hace a tiempo, puede aumentar el riesgo de contraer VIH y ocasionar problemas de esterilidad o complicaciones durante el embarazo.

5. Gonorrea

Otra de las infecciones de transmisión sexual frecuentes en la actualidad es la gonorrea. Según una publicación de la Clínica Mayo, es causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae y puede afectar tanto a hombres como a mujeres. En este último caso se caracteriza por afectar el cuello uterino, por lo que los síntomas vaginales son frecuentes:

  • Aumento de la cantidad de flujo, que puede tornarse amarillento (con o sin olor).
  • Sangrado de escasa cantidad no relacionado con la menstruación.
  • Dolor pélvico ocasional.
  • Ardor para orinar, en especial cuando hay afectación de la uretra.

Hay diversos factores de riesgo que aumentan las posibilidades de padecer esta condición, algo común en diversas condiciones de este tipo: tener relaciones sin protección o múltiples parejas sexuales.

¿Se puede prevenir el flujo vaginal amarillo?

Al ser tan variadas las condiciones que pueden provocar un flujo vaginal amarillo, es importante tener en cuenta que no existe una única medida universal para prevenirlo. Sin embargo, la combinación de todas estas prácticas podría ayudar en buena medida:

  • Cuidar la higiene íntima, evitando el uso de duchas vaginales y sprays, ya que alteran la flora bacteriana normal y el pH.
  • Utilizar preservativo, en especial con nuevas parejas.
  • Evitar otras actividades de riesgo que aumentan la probabilidad de padecer una ETS, como la promiscuidad.
  • No usar pantalones o ropa interior demasiado ajustados, ya que siempre es necesario ventilar la zona. Además, es preferible que la ropa interior sea de algodón.

Tratamiento para el flujo vaginal amarillo

Las condiciones que hemos presentado son solo una selección de algunas causas del flujo vaginal amarillo. En general, la mayoría de los casos se debe a un proceso infeccioso, uno que se puede tratar con facilidad a través de antibióticos o antimicóticos, según explica una revisión bibliográfica publicada en Farmacia Profesional. También se pueden usar cremas tópicas para aliviar los síntomas.

En todo caso, lo ideal es que recurras a un especialista para obtener un diagnóstico certero. Por ejemplo, el uso de antibióticos es inútil frente a una infección por hongos; mientras que los antimicóticos no ayudarán a detener un proceso infeccioso por parásitos.

El especialista determinará además el alcance del daño, de manera que descartará posibles problemas en tu aparato reproductor. También te otorgará seguridad al saber que el tratamiento está en manos de un profesional. Si crees que el flujo vaginal amarillo es síntoma de algo mayor, no dudes consultar con uno de estos.


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