Urobilinógeno en orina: causas y valores normales

El urobilinógeno es un derivado de la bilirrubina que está presente en la orina de forma habitual. Sus valores elevados pueden sugerir la presencia de una enfermedad.
Urobilinógeno en orina: causas y valores normales
Maryel Alvarado Nieto

Escrito y verificado por la médica Maryel Alvarado Nieto.

Última actualización: 24 mayo, 2023

El examen de orina o uroanálisis es el estudio complementario más antiguo y uno de los más solicitados en la práctica médica. La interpretación de los resultados obtenidos debe considerar el contexto de cada paciente para evitar errores diagnósticos. En este examen parcial se determina la presencia de algunos compuestos, entre los cuales se encuentra el urobilinógeno, que es el encargado de darle la coloración amarillenta a la orina.

Por lo general, la concentración de urobilinógeno en orina se evalúa mediante el uso de tiras reactivas. Estas cintas plásticas determinan diversos parámetros a través de la visualización de cojines reactivos dispuestos para cada compuesto.

La consiguiente comparación de la coloración observada en cada almohadilla con la escala provista según el fabricante, permite estimar una concentración relativa de la sustancia en la orina.

¿Cómo se produce el urobilinógeno?

El urobilinógeno es un pigmento derivado del metabolismo de la bilirrubina. La misma proviene en gran parte de la degradación de los eritrocitos.

En este proceso, el grupo hemo de la hemoglobina se transforma en biliverdina, para que luego una enzima la convierta en bilirrubina. Esta molécula, conocida como “bilirrubina no conjugada” o “indirecta” (BNC), posee una configuración que dificulta su excreción, por lo que debe unirse a la albúmina, que la transporta hasta el hígado.

Al llegar al hígado, la BNC ingresa a la célula, donde se conjuga con ácido glucurónico para formar la bilirrubina directa o conjugada (BC). La configuración más soluble de esta forma permite que sea excretada al intestino a través de la bilis.

En el intestino, la flora bacteriana transforma parte de la bilirrubina en una serie de pigmentos conocidos como “urobilinógenos”, cuyos derivados imparten la coloración marrón a las heces.

La circulación enterohepática

Sin embargo, una parte del urobilinógeno se reabsorbe en el intestino hacia los vasos sanguíneos, formando la circulación enterohepática. Debido a que el urobilinógeno es un pigmento bastante soluble, no necesita fijarse a ninguna proteína para su transporte, siendo excretado de nuevo a la bilis.

No obstante, un pequeño porcentaje se mantiene en la circulación general. Al llegar a los riñones, se filtra hacia la orina, a la que le confiere su característica coloración ámbar.

Color de la orina por el urobilinógeno.
La coloración amarillenta clásica de la orina se debe a la excreción del urobilinógeno.

Valores normales de urobilinógeno

Cuando la determinación del urobilinógeno en la orina se hace a través de tiras reactivas, el valor que se obtiene es solo un estimado. Por ello, a este tipo de análisis se le considera cualitativo o semi-cuantitativo.

Del mismo modo, al ser el urobilinógeno un compuesto que se oxida con facilidad, su concentración real puede verse afectada por la exposición a la luz, en especial cuando la muestra demora en ser procesada.

Las casas comerciales consideran que una concentración inferior a 1 mg/dL se encuentra dentro de los límites normales. Sin embargo, hay autores que aceptan que concentraciones de hasta 3 mg/dL pueden no ser patológicas. Aunque siempre debe evaluarse en el contexto del paciente.

Por otro lado, la ausencia del urobilinógeno en el análisis de orina no suele poseer importancia clínica, debido a la fácil degradación de este pigmento.

Causas de aumento del urobilinógeno en la orina

El urobilinógeno por sí mismo no se considera un parámetro diagnóstico de enfermedad, pero revierte utilidad clínica en ciertas condiciones. Debido a que es un pigmento producto del metabolismo de la bilirrubina, la interpretación de un resultado alterado suele incluir el análisis del comportamiento de ambas sustancias.

Las principales razones por las que el urobilinógeno se encuentra elevado se describen a continuación.

Hepatopatías

Las hepatitis producen inflamación y lesión variable del tejido hepático. La causa más frecuente es la infección por uno de los virus de la hepatitis.

En las formas agudas aparecen síntomas inespecíficos, para luego dar origen a la fase ictérica, que se caracteriza por la evidente coloración amarillenta de piel y mucosas. Esta pigmentación mucocutánea es producto de la acumulación de la bilirrubina en el torrente sanguíneo.

El urobilinógeno elevado en la orina puede servir como un hallazgo temprano de lesión hepática. Por esta razón, se considera que la presencia de manifestaciones clínicas triviales junto a un examen de orina alterado, en el que el urobilinógeno se encuentre aumentado, puede servir de sospecha precoz de alguna hepatopatía.

Problemas hepáticos causan elevación del urobilinógeno.
Las hepatopatías suelen alterar el metabolismo de la bilirrubina, por lo que los exámenes en orina y sangre sobre esta sustancia dan pistas para orientar el diagnóstico precoz.


Anemia hemolítica

En las anemias hemolíticas se produce un aumento de la destrucción de los eritrocitos. Las causas por las que aparece este fenómeno varían.

Al degradarse más hemoglobina, ocurre un aumento de la bilirribuna, a predominio de la fracción indirecta (BNC). Sin embargo, como la función hepática está inalterada, parte de esta sustancia se transforma en bilirrubina conjugada.

Este ligero aumento de la BC permite una secreción mayor de la molécula a través de la bilis, llegando al tracto intestinal. Allí, las bacterias metabolizan dicho compuesto, produciendo una cantidad un poco mayor de urobilinógeno que la que se sintetiza de forma habitual. Por tanto, este exceso de urobilinógeno se reabsorbe mediante la circulación enterohepática, filtrándose una parte hacia la orina. Allí se registrará una concentración aumentada.



Condiciones que disminuyen el urobilinógeno en la orina

A pesar de que la ausencia de urobilinógeno no se considere sugestiva de enfermedad, la correlación con las manifestaciones clínicas del paciente permiten que este resultado tenga cierta utilidad. Sobre todo si las condiciones de recolección de la muestra de orina y su procesamiento fueron óptimos.

Por ello, no es prudente desestimar el hallazgo de urobilinógeno aumentado. Asumir que se trata de la oxidación del compuesto no siempre es correcto.

El urobilinógeno negativo en orina puede ser la expresión de una patología obstructiva de las vías biliares. Por lo general, el paciente también presenta dolor abdominal e ictericia (aunque esta última pudiese estar ausente).

Además, las heces se tornan blanquecinas (acolia) por falta de pigmentación. La orina, por su parte, posee una coloración oscura (coluria), debido al paso de bilirrubina conjugada (BC) a través de la filtración renal.

Por otro lado, el uso de fármacos también pueden disminuir el urobilinógeno en la orina. La terapia antibiótica con sulfonamidas es la principal representante de este fenómeno. Así que es necesario indagar sobre los medicamentos ingeridos por el paciente.

Del mismo modo, se deben dar las recomendaciones generales para la correcta recolección y transporte de la muestra al laboratorio. Esto, con el fin de evitar alteraciones en el resultado.


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