6 caldos para sobrellevar la gripe


Revisado y aprobado por la nutricionista Maria Patricia Pinero Corredor
Durante las frías temporadas de invierno y otoño, nada mejor que unos buenos caldos y sopas para reconfortar el cuerpo y el ánimo. Más aún si te enfermas muy seguido o se padece de gripe estacional, resfriado o catarro, que son tan usuales en estas épocas.
En la memoria colectiva está grabada la estampa de la abuela o la madre ofreciendo el tradicional plato de comida caliente con pollo y verduras para aliviar cualquier indisposición, devolver las fuerzas y reconfortar.
Todas las recetas, sean vegetales o proteicas, son muy nutritivas gracias a su combinación de ingredientes, con vitaminas y minerales que reforzarán tus defensas Además, te brindarán la hidratación necesaria para reponerte. Eso sí, para que sus beneficios sean efectivos, hay que evitar añadir sal en exceso.
1. Sopa de pollo y arroz

Dentro de las recetas de sopas que más se sirven en momentos donde se tiene las defensas bajas se encuentra el caldo de pollo y arroz. Sencillo, suave y muy nutritivo, gracias a sus aportes de alicina, proteínas, antioxidantes y minerales, que ayudan a producir anticuerpos para el sistema inmunológico. El arroz es el ingrediente que le otorga más cuerpo, sin embargo, el gusto se lo viene a dar, sobre todo, el pollo.
Ingredientes (6 raciones)
- 12 tazas de agua (3 litros)
- 2 piezas de pollo que tengan hueso (500 gramos)
- 2 patatas (150 gramos)
- 1 zanahoria (100 gramos)
- ½ cebolla (30 gramos)
- 1 pimiento verde (40 gramos)
- 1 puerro (30-40 gramos)
- 2 dientes de ajo
- 1 taza de arroz blanco cocido (150 gramos)
- Cilantro o perejil (al gusto)
- Sal (al gusto)
Preparación
- En una cacerola, hervir en el agua las piezas de pollo durante 10 minutos.
- Pelar y cortar las patatas y la zanahoria en dados de unos dos centímetros aproximadamente. Agregar al agua y cocinar por cinco minutos más.
- Cortar finamente la cebolla, el pimiento y la parte blanca del puerro. Machacar un poco los dientes de ajo. Añadirlos a la mezcla y seguir cociendo cinco minutos.
- Retirar los trozos de carne del agua y desmenuzar el pollo. Los huesos pueden reservarse para otras preparaciones.
- Agregar el pollo desmenuzado, el arroz, el cilantro o perejil y la sal.
- Hervir durante 15 o 20 minutos más y servir caliente.
- De manera opcional, se le pueden añadir unos fideos a la receta al momento de incorporar el arroz.
2. Caldo de vegetales

Si no se desea carne en los caldos, esta opción de sopa de verduras es igual de reconfortante y muy adecuada para combatir las molestias del catarro, la influenza o el resfriado. Sus ingredientes, como las cebollas, el apio y el brócoli, aportan muchas vitaminas y antioxidantes. No solo es una combinación deliciosa, sino también hidratante, lo que es esencial para recuperarse rápido de la gripe.
Ingredientes (6 porciones)
- 4 cucharaditas y media de aceite de oliva (45 mililitros)
- 2 cebollas picadas finamente (40 gramos)
- 1 manojo de apio picado finamente (50 gramos)
- 2 zanahorias peladas y cortadas en dados (30 gramos)
- 3 dientes de ajo machacados
- 1 hoja de laurel
- 1 brócoli cortado en pedazos pequeños (450 gramos)
- 16 tazas de agua (4 litros)
- 3 cucharaditas de perejil picado (15 gramos)
- Sal (al gusto)
Preparación
- Colocar un poco de aceite de oliva en una sartén y sofreír allí las cebollas, el apio, las zanahorias, el ajo y la hoja de laurel.
- Incorporar el brócoli, revolver un poco y pasar a una cacerola. Agregar el agua.
- Hervir por media hora.
- Añadir las hierbas (cilantro o perejil), la sal y apagar el fuego. Retirar la hoja de laurel.
- Si se desea el caldo sin tropezones de verdura y un poco espeso, siempre está la opción de triturar el líquido con las cebollas, apio y zanahorias (o con parte de ellas).
- Dejar reposar un rato antes de servir.
3. Sopa de tomate y albahaca

El tomate es uno de los principales alimentos que ayudan contra la gripe, porque es rico en licopeno, entre otros antioxidantes que fortalecen el sistema inmunológico. Por su parte, la albahaca tiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias que pueden aliviar la congestión y el malestar general. La preparación de este plato es fácil y rápida, y puedes disfrutarlo tanto caliente como tibio, para aliviar los síntomas.
Ingredientes (4 porciones)
- Tomates maduros (1 kilogramo)
- 1 cebolla mediana (100 gramos)
- 1 diente de ajo
- Caldo de pollo o verduras (500 mililitros)
- Unas hojas de albahaca fresca
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- Sal y pimienta al gusto
Preparación
- Lava los tomates y córtalos en trozos grandes. Si prefieres, puedes pelarlos, blanqueándolos en agua hirviendo.
- En una olla grande, calienta el aceite de oliva y agrega la cebolla. Sofríe hasta que esté suave y dorada. Añade el ajo picado y cocina por 1 minuto.
- Agrega los tomates picados a la olla y cocina durante unos 10 minutos, hasta que se ablanden y suelten su jugo.
- Luego, vierte el caldo y cocina durante 15 o 20 minutos para que todos los sabores se mezclen.
- Con ayuda de una licuadora, tritura la mezcla hasta obtener una consistencia suave.
- Vuelve a calentar la preparación, añade las hojas de albahaca picadas y sazona con sal y pimienta al gusto. Cocina por cinco minutos más y sirve.
4. Crema de zanahoria y jengibre

La zanahoria es rica en vitamina A, que es esencial para las mucosas y ayuda a reforzar el sistema inmunológico. El jengibre, conocido por sus propiedades antiinflamatorias, es ideal para reducir la fiebre y aliviar la congestión nasal. Esta sopa no solo es reconfortante, sino también fácil de digerir y muy efectiva para calmar las molestias en la garganta.
Ingredientes (4 porciones)
- Zanahorias (500 gramos)
- 1 cebolla mediana (100 gramos)
- 1 diente de ajo
- 1 trozo de jengibre fresco (30 gramos)
- Caldo de verduras o agua (1 litro)
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- Sal y pimienta al gusto
- Jugo de medio limón (opcional, para un toque fresco)
- 1 pizca de comino en polvo (opcional, para un sabor más cálido)
Preparación
- Pela las zanahorias y córtalas en rodajas finas.
- Pela y pica la cebolla, el ajo y el jengibre en trozos pequeños.
- En una olla grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Agrega la cebolla y el ajo picados, y sofríe durante unos 5 minutos hasta que la cebolla esté transparente.
- Después, añade las zanahorias y el jengibre a la olla. Cocina durante unos tres a cinco minutos, removiendo de vez en cuando.
- Pasado ese tiempo, vierte el caldo de verduras (o agua), asegurándote de cubrir las zanahorias. Lleva a ebullición y, luego, reduce el fuego para que se cocine lento durante unos 20 minutos, o hasta que las zanahorias estén tiernas.
- Una vez que las zanahorias estén cocidas, usa una batidora de mano o una licuadora para triturar la preparación hasta obtener una textura suave y cremosa.
- Añade sal y pimienta al gusto. Si deseas, puedes añadir jugo de limón para darle un toque fresco y ácido. También, puedes espolvorear una pizca de comino para dar más sabor.
- Sirve caliente y disfruta de este platillo reconfortante.
5. Caldo de ajo

El ajo tiene un potente efecto antibiótico y antiviral natural, que sirve para combatir infecciones respiratorias. Además, por sus propiedades, puede reducir la cantidad de días enfermo y ayudarte a prevenir este tipo de cuadros. Dada la combinación de ingredientes de esta sopa de cebolla y ajo, también destaca por su aporte de alicina, un protector cardiovascular y antioxidante.
Ingredientes (4 porciones)
- 8 dientes de ajo
- 2 zanahorias medianas (200 gramos)
- 1 cebolla mediana (100 gramos)
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 1,5 litros de agua
- 1 hoja de laurel
- Sal y pimienta al gusto
- Jugo de 1 limón (opcional, para un toque fresco)
- 1 pizca de pimentón dulce o picante (opcional, para un sabor más intenso)
Preparación
- Pela y pica muy finos los dientes de ajo.
- Pela y corta en trozos las zanahorias y la cebolla.
- En una olla grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Agrega los dientes de ajo picados y la cebolla. Sofríe durante unos cinco minutos, hasta que la cebolla esté dorada.
- Incorpora las zanahorias a la olla. Cocina por unos cinco minutos más, removiendo de vez en cuando.
- Vierte el agua y agrega la hoja de laurel. Lleva a ebullición y luego reduce el fuego. Cocina a fuego lento durante unos 30 minutos, para que los sabores se mezclen bien.
- Una vez transcurrido el tiempo de cocción, puedes colarlo, descartando las verduras y la hoja de laurel, o mantenerlas.
- Sazona con sal y pimienta al gusto. Si lo prefieres, puedes añadir el jugo de limón y una pizca de pimentón para darle un toque más intenso de sabor.
- Sirve caliente, ideal para tomar cuando tienes congestión y dolor de garganta.
6. Sopa de cebolla

La cebolla contiene compuestos sulfurados con propiedades antibacterianas y antivirales, lo que la hace ideal para fortalecer el sistema inmunológico. Como dato adicional, el calor del platillo ayuda a aliviar la congestión nasal y su sabor suave es reconfortante.
Ingredientes (4 porciones)
- 2 cebollas grandes (200 gramos)
- 2 dientes de ajo
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 1 litro de caldo de pollo o agua
- 1 hoja de laurel
- 1 pizca de tomillo o romero (opcional, para darle más sabor)
- Sal y pimienta al gusto
- Jugo de ½ limón (opcional)
Preparación
- Pela y corta las cebollas en rodajas finas.
- Luego, pela y pica el ajo bien chico.
- Calienta el aceite de oliva a fuego medio en una olla grande y agrega la cebolla y el ajo.
- Sofríe durante unos 10 minutos, hasta que la cebolla esté dorada y caramelizada.
- Añade el caldo de pollo o el agua, la hoja de laurel y el tomillo o romero (si lo usas). Lleva a ebullición, luego reduce el fuego y cocina a fuego lento durante unos 20 minutos.
- Por último, añade sal y pimienta al gusto. Si lo deseas, exprime el jugo de medio limón para un toque fresco.
- Sirve caliente.
Las virtudes de estas recetas para sobrellevar la gripe
Ya sea que las personas estén convalecientes o con sospecha de padecer influenza, los caldos aportan muchos beneficios al organismo, como acortar el tiempo que tarda en curarse la gripe. Hay varias razones para esto:
- Reconfortan y proveen sensación de bienestar.
- Son platos nutritivos. Las propiedades de los vegetales y proteínas que contienen pueden suplir una parte de los requerimientos calóricos del día.
- Son fáciles de consumir en caso de inapetencia. Al sufrir alguna enfermedad estacional, las personas pierden el apetito, sobre todo de alimentos sólidos.
- Dado que tienen un alto contenido de agua (tanto por la base del caldo en sí como por los ingredientes), ayudan a hidratar el organismo. Eso ayuda a la eliminación del exceso de mucosidad, a través de las vías respiratorias, y a mejorarse antes.
- Se trata de preparaciones naturales. Deben elaborarse solo con productos naturales, evitando los lípidos en demasía y los aditivos artificiales. Así, cumplirán con el imperativo de ser platos sanos. Por el mismo motivo, al consumirlos, se elevan las defensas del organismo.
Complementa estas recetas con otros hábitos para recuperarte
Los caldos y sopas, como remedios naturales y reconfortantes, son una excelente opción para aliviar los síntomas de la enfermedad, gracias a sus propiedades nutritivas, hidratantes y antiinflamatorias. Estos platos no solo ayudan a calmar la garganta y liberar las vías respiratorias, sino que también aportan vitaminas y minerales esenciales que el cuerpo necesita para fortalecer tu sistema inmunológico.
Sin embargo, es importante recordar que por sí solos no son la solución para combatir el malestar. Es fundamental complementarlos con hábitos saludables, como mantener una buena hidratación, descansar y seguir una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras. En conjunto, estos hábitos te ayudarán a sentirte mejor de manera integral, promoviendo una recuperación más rápida y duradera.
Durante las frías temporadas de invierno y otoño, nada mejor que unos buenos caldos y sopas para reconfortar el cuerpo y el ánimo. Más aún si te enfermas muy seguido o se padece de gripe estacional, resfriado o catarro, que son tan usuales en estas épocas.
En la memoria colectiva está grabada la estampa de la abuela o la madre ofreciendo el tradicional plato de comida caliente con pollo y verduras para aliviar cualquier indisposición, devolver las fuerzas y reconfortar.
Todas las recetas, sean vegetales o proteicas, son muy nutritivas gracias a su combinación de ingredientes, con vitaminas y minerales que reforzarán tus defensas Además, te brindarán la hidratación necesaria para reponerte. Eso sí, para que sus beneficios sean efectivos, hay que evitar añadir sal en exceso.
1. Sopa de pollo y arroz

Dentro de las recetas de sopas que más se sirven en momentos donde se tiene las defensas bajas se encuentra el caldo de pollo y arroz. Sencillo, suave y muy nutritivo, gracias a sus aportes de alicina, proteínas, antioxidantes y minerales, que ayudan a producir anticuerpos para el sistema inmunológico. El arroz es el ingrediente que le otorga más cuerpo, sin embargo, el gusto se lo viene a dar, sobre todo, el pollo.
Ingredientes (6 raciones)
- 12 tazas de agua (3 litros)
- 2 piezas de pollo que tengan hueso (500 gramos)
- 2 patatas (150 gramos)
- 1 zanahoria (100 gramos)
- ½ cebolla (30 gramos)
- 1 pimiento verde (40 gramos)
- 1 puerro (30-40 gramos)
- 2 dientes de ajo
- 1 taza de arroz blanco cocido (150 gramos)
- Cilantro o perejil (al gusto)
- Sal (al gusto)
Preparación
- En una cacerola, hervir en el agua las piezas de pollo durante 10 minutos.
- Pelar y cortar las patatas y la zanahoria en dados de unos dos centímetros aproximadamente. Agregar al agua y cocinar por cinco minutos más.
- Cortar finamente la cebolla, el pimiento y la parte blanca del puerro. Machacar un poco los dientes de ajo. Añadirlos a la mezcla y seguir cociendo cinco minutos.
- Retirar los trozos de carne del agua y desmenuzar el pollo. Los huesos pueden reservarse para otras preparaciones.
- Agregar el pollo desmenuzado, el arroz, el cilantro o perejil y la sal.
- Hervir durante 15 o 20 minutos más y servir caliente.
- De manera opcional, se le pueden añadir unos fideos a la receta al momento de incorporar el arroz.
2. Caldo de vegetales

Si no se desea carne en los caldos, esta opción de sopa de verduras es igual de reconfortante y muy adecuada para combatir las molestias del catarro, la influenza o el resfriado. Sus ingredientes, como las cebollas, el apio y el brócoli, aportan muchas vitaminas y antioxidantes. No solo es una combinación deliciosa, sino también hidratante, lo que es esencial para recuperarse rápido de la gripe.
Ingredientes (6 porciones)
- 4 cucharaditas y media de aceite de oliva (45 mililitros)
- 2 cebollas picadas finamente (40 gramos)
- 1 manojo de apio picado finamente (50 gramos)
- 2 zanahorias peladas y cortadas en dados (30 gramos)
- 3 dientes de ajo machacados
- 1 hoja de laurel
- 1 brócoli cortado en pedazos pequeños (450 gramos)
- 16 tazas de agua (4 litros)
- 3 cucharaditas de perejil picado (15 gramos)
- Sal (al gusto)
Preparación
- Colocar un poco de aceite de oliva en una sartén y sofreír allí las cebollas, el apio, las zanahorias, el ajo y la hoja de laurel.
- Incorporar el brócoli, revolver un poco y pasar a una cacerola. Agregar el agua.
- Hervir por media hora.
- Añadir las hierbas (cilantro o perejil), la sal y apagar el fuego. Retirar la hoja de laurel.
- Si se desea el caldo sin tropezones de verdura y un poco espeso, siempre está la opción de triturar el líquido con las cebollas, apio y zanahorias (o con parte de ellas).
- Dejar reposar un rato antes de servir.
3. Sopa de tomate y albahaca

El tomate es uno de los principales alimentos que ayudan contra la gripe, porque es rico en licopeno, entre otros antioxidantes que fortalecen el sistema inmunológico. Por su parte, la albahaca tiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias que pueden aliviar la congestión y el malestar general. La preparación de este plato es fácil y rápida, y puedes disfrutarlo tanto caliente como tibio, para aliviar los síntomas.
Ingredientes (4 porciones)
- Tomates maduros (1 kilogramo)
- 1 cebolla mediana (100 gramos)
- 1 diente de ajo
- Caldo de pollo o verduras (500 mililitros)
- Unas hojas de albahaca fresca
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- Sal y pimienta al gusto
Preparación
- Lava los tomates y córtalos en trozos grandes. Si prefieres, puedes pelarlos, blanqueándolos en agua hirviendo.
- En una olla grande, calienta el aceite de oliva y agrega la cebolla. Sofríe hasta que esté suave y dorada. Añade el ajo picado y cocina por 1 minuto.
- Agrega los tomates picados a la olla y cocina durante unos 10 minutos, hasta que se ablanden y suelten su jugo.
- Luego, vierte el caldo y cocina durante 15 o 20 minutos para que todos los sabores se mezclen.
- Con ayuda de una licuadora, tritura la mezcla hasta obtener una consistencia suave.
- Vuelve a calentar la preparación, añade las hojas de albahaca picadas y sazona con sal y pimienta al gusto. Cocina por cinco minutos más y sirve.
4. Crema de zanahoria y jengibre

La zanahoria es rica en vitamina A, que es esencial para las mucosas y ayuda a reforzar el sistema inmunológico. El jengibre, conocido por sus propiedades antiinflamatorias, es ideal para reducir la fiebre y aliviar la congestión nasal. Esta sopa no solo es reconfortante, sino también fácil de digerir y muy efectiva para calmar las molestias en la garganta.
Ingredientes (4 porciones)
- Zanahorias (500 gramos)
- 1 cebolla mediana (100 gramos)
- 1 diente de ajo
- 1 trozo de jengibre fresco (30 gramos)
- Caldo de verduras o agua (1 litro)
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- Sal y pimienta al gusto
- Jugo de medio limón (opcional, para un toque fresco)
- 1 pizca de comino en polvo (opcional, para un sabor más cálido)
Preparación
- Pela las zanahorias y córtalas en rodajas finas.
- Pela y pica la cebolla, el ajo y el jengibre en trozos pequeños.
- En una olla grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Agrega la cebolla y el ajo picados, y sofríe durante unos 5 minutos hasta que la cebolla esté transparente.
- Después, añade las zanahorias y el jengibre a la olla. Cocina durante unos tres a cinco minutos, removiendo de vez en cuando.
- Pasado ese tiempo, vierte el caldo de verduras (o agua), asegurándote de cubrir las zanahorias. Lleva a ebullición y, luego, reduce el fuego para que se cocine lento durante unos 20 minutos, o hasta que las zanahorias estén tiernas.
- Una vez que las zanahorias estén cocidas, usa una batidora de mano o una licuadora para triturar la preparación hasta obtener una textura suave y cremosa.
- Añade sal y pimienta al gusto. Si deseas, puedes añadir jugo de limón para darle un toque fresco y ácido. También, puedes espolvorear una pizca de comino para dar más sabor.
- Sirve caliente y disfruta de este platillo reconfortante.
5. Caldo de ajo

El ajo tiene un potente efecto antibiótico y antiviral natural, que sirve para combatir infecciones respiratorias. Además, por sus propiedades, puede reducir la cantidad de días enfermo y ayudarte a prevenir este tipo de cuadros. Dada la combinación de ingredientes de esta sopa de cebolla y ajo, también destaca por su aporte de alicina, un protector cardiovascular y antioxidante.
Ingredientes (4 porciones)
- 8 dientes de ajo
- 2 zanahorias medianas (200 gramos)
- 1 cebolla mediana (100 gramos)
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 1,5 litros de agua
- 1 hoja de laurel
- Sal y pimienta al gusto
- Jugo de 1 limón (opcional, para un toque fresco)
- 1 pizca de pimentón dulce o picante (opcional, para un sabor más intenso)
Preparación
- Pela y pica muy finos los dientes de ajo.
- Pela y corta en trozos las zanahorias y la cebolla.
- En una olla grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Agrega los dientes de ajo picados y la cebolla. Sofríe durante unos cinco minutos, hasta que la cebolla esté dorada.
- Incorpora las zanahorias a la olla. Cocina por unos cinco minutos más, removiendo de vez en cuando.
- Vierte el agua y agrega la hoja de laurel. Lleva a ebullición y luego reduce el fuego. Cocina a fuego lento durante unos 30 minutos, para que los sabores se mezclen bien.
- Una vez transcurrido el tiempo de cocción, puedes colarlo, descartando las verduras y la hoja de laurel, o mantenerlas.
- Sazona con sal y pimienta al gusto. Si lo prefieres, puedes añadir el jugo de limón y una pizca de pimentón para darle un toque más intenso de sabor.
- Sirve caliente, ideal para tomar cuando tienes congestión y dolor de garganta.
6. Sopa de cebolla

La cebolla contiene compuestos sulfurados con propiedades antibacterianas y antivirales, lo que la hace ideal para fortalecer el sistema inmunológico. Como dato adicional, el calor del platillo ayuda a aliviar la congestión nasal y su sabor suave es reconfortante.
Ingredientes (4 porciones)
- 2 cebollas grandes (200 gramos)
- 2 dientes de ajo
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 1 litro de caldo de pollo o agua
- 1 hoja de laurel
- 1 pizca de tomillo o romero (opcional, para darle más sabor)
- Sal y pimienta al gusto
- Jugo de ½ limón (opcional)
Preparación
- Pela y corta las cebollas en rodajas finas.
- Luego, pela y pica el ajo bien chico.
- Calienta el aceite de oliva a fuego medio en una olla grande y agrega la cebolla y el ajo.
- Sofríe durante unos 10 minutos, hasta que la cebolla esté dorada y caramelizada.
- Añade el caldo de pollo o el agua, la hoja de laurel y el tomillo o romero (si lo usas). Lleva a ebullición, luego reduce el fuego y cocina a fuego lento durante unos 20 minutos.
- Por último, añade sal y pimienta al gusto. Si lo deseas, exprime el jugo de medio limón para un toque fresco.
- Sirve caliente.
Las virtudes de estas recetas para sobrellevar la gripe
Ya sea que las personas estén convalecientes o con sospecha de padecer influenza, los caldos aportan muchos beneficios al organismo, como acortar el tiempo que tarda en curarse la gripe. Hay varias razones para esto:
- Reconfortan y proveen sensación de bienestar.
- Son platos nutritivos. Las propiedades de los vegetales y proteínas que contienen pueden suplir una parte de los requerimientos calóricos del día.
- Son fáciles de consumir en caso de inapetencia. Al sufrir alguna enfermedad estacional, las personas pierden el apetito, sobre todo de alimentos sólidos.
- Dado que tienen un alto contenido de agua (tanto por la base del caldo en sí como por los ingredientes), ayudan a hidratar el organismo. Eso ayuda a la eliminación del exceso de mucosidad, a través de las vías respiratorias, y a mejorarse antes.
- Se trata de preparaciones naturales. Deben elaborarse solo con productos naturales, evitando los lípidos en demasía y los aditivos artificiales. Así, cumplirán con el imperativo de ser platos sanos. Por el mismo motivo, al consumirlos, se elevan las defensas del organismo.
Complementa estas recetas con otros hábitos para recuperarte
Los caldos y sopas, como remedios naturales y reconfortantes, son una excelente opción para aliviar los síntomas de la enfermedad, gracias a sus propiedades nutritivas, hidratantes y antiinflamatorias. Estos platos no solo ayudan a calmar la garganta y liberar las vías respiratorias, sino que también aportan vitaminas y minerales esenciales que el cuerpo necesita para fortalecer tu sistema inmunológico.
Sin embargo, es importante recordar que por sí solos no son la solución para combatir el malestar. Es fundamental complementarlos con hábitos saludables, como mantener una buena hidratación, descansar y seguir una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras. En conjunto, estos hábitos te ayudarán a sentirte mejor de manera integral, promoviendo una recuperación más rápida y duradera.
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