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¿Cómo hacer un yogur natural en casa fácilmente?

7 minutos
Para lograr esta deliciosa receta casera solo necesitas dos ingredientes, leche de vaca, de cabra o de oveja y un yogur o unos fermentos liofilizados; así como unos vasos de cristal.
¿Cómo hacer un yogur natural en casa fácilmente?
Última actualización: 03 septiembre, 2024

El yogur es un alimento universal que solemos comprar en el supermercado. Sin embargo, es posible saborear un producto 100 % casero, adaptado a tu gusto, con los ingredientes que prefieras y mucho más económico. 

Para elaborarlo solo tendrás que usar leche y un cultivo iniciador, que aporte las bacterias encargadas de la fermentación de la lactosa, y así obtener su sabor y textura característicos. Ambos los puedes encontrar con facilidad y solo necesitarás un poco de paciencia para poder probar el resultado final.

¡Así que ponte manos a la obra! A continuación, te mostramos todos los trucos y secretos que debes conocer para obtener un yogur delicioso. 

Cómo preparar yogur casero paso a paso

Vamos a explicarte cómo elaborar la receta con un proceso muy sencillo, que puedes hacer con y sin yogurtera. Para conseguirlo, necesitarás lo siguiente:  

Ingredientes (para 6-8 unidades)

  • 1 litro de leche
  • 1 yogur natural (125 gramos) o 1 sobre de cultivos iniciadores de yogur (la cantidad de este último puede variar según el fabricante).
  • Termómetro de cocina (para medir temperaturas)

Elaboración

Esta es una preparación de dificultad baja, con tiempo de preparación 20 minutos, además de 8 a 12 horas de reposo:

  1. Para empezar, coloca la leche al fuego y caliéntala hasta que alcance los 40 o 45 °C. Retira de la fuente de calor.
  2. A continuación, pon un poco de la leche caliente en un bol y mézclala con el yogur natural o los fermentos liofilizados. Cuando esté bien integrado, incorpóralo en el cazo y remueve hasta que quede homogéneo.
  3. Rellena los envases escogidos. Lo mejor es que sean de cristal y que estén bien limpios.
  4. Si tienes una yogurtera, coloca los tarros en ella y sigue las instrucciones pertinentes (en general, suelen estar listos en unas 8 horas).
  5. En caso de que no dispongas de yogurtera, puedes hacer los yogures en el horno. Para ello, calienta el horno a 60 °C y coloca dentro los vasos con la leche (destapados o cubiertos con una gasa). Una vez dentro, apaga y deja que siga la fermentación, de 8 a 12 horas en total, con la puerta cerrada. El horno no tiene que estar encendido durante este proceso, solo es necesario mantener el calor. 
  6. Además, si lo prefieres, la olla a presión o una olla de cocción lenta pueden hacer la misma función. Para ello, solo tienes que llenarlas con un poco de agua y calentarla hasta el punto de ebullición. Después, introduce los vasitos (separados entre ellos), coloca la tapa y envuelve con una o varias toallas, para que se mantenga el calor residual. El tiempo de reposo también es de 8 a 12 horas.

Cuando ya tengas el yogur cuajado, introdúcelo de inmediato en la nevera. Aquí se mantiene en buenas condiciones de 10 a 20 días. No obstante, descártalo ante cualquier signo de deterioro (mal olor o un sabor más ácido del habitual).

¿Qué leche elegir para hacer yogur?

Puedes hacer yogur con leche de vaca, de cabra o de oveja. Todo depende de tus preferencias personales, sobre todo en cuanto al sabor. De todas ellas existe la variante entera, semidesnatada y desnatada. Nosotros te aconsejamos que optes por la leche entera, para obtener una textura más cremosa y un gusto más pronunciado.

Además, tienes la posibilidad de usar leche fresca pasteurizada o ultrapasteurizada. Con la leche fresca (la que se encuentra en la zona de refrigerados) obtienes un yogur con más sabor. La ultrapasteurizada o UHT (de larga conservación y que no necesita nevera) favorece la coagulación, por lo que el resultado final es más compacto y denso.

En cambio, no es recomendable hacer yogur con leche cruda por motivos de seguridad alimentaria y porque un mínimo tratamiento térmico favorece la acción de los cultivos y la obtención de la consistencia típica del yogur.

Tipos de fermentos para hacer yogur

Los fermentos también son conocidos como cultivos iniciadores. Se trata de las bacterias que van a realizar la coagulación de la leche y tienes dos formas de incorporarlos: usar un yogur natural o comprar los fermentos liofilizados.

  • Yogur. Para empezar, necesitas escoger un buen yogur: tiene que ser natural y sin azúcar añadido, ya sea de vaca, cabra u oveja. Las leches fermentadas con bífidos también valen, siempre y cuando sean naturales (sin sabor y sin ingredientes de más). Estas contienen los fermentos del yogur y otras bacterias beneficiosas.
  • Fermentos liofilizados. Existen productos específicos para hacer yogur casero, que se presentan en polvo y se pueden comprar en tiendas especializadas y algunas páginas de venta online. Todos contienen Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus y algunos aportan también otros cultivos como Lactobacillus casei, Lactobacillus acidophilus o bifidobacterias. Cualquiera de ellas es buena y permiten obtener distintos «tipos» de yogur, con una textura y un sabor específicos.

Recomendaciones adicionales

Hacer yogur casero es muy fácil, pero es posible que necesites algunos intentos hasta encontrar el punto justo que a ti te gusta. Para ayudarte en este propósito, vamos a conocer algunos consejos extras y cómo resolver los problemas más frecuentes:

  • Al yogur muy líquido puedes añadirle una cucharada de leche en polvo a la preparación de base. Por otro lado, para obtener esta «textura ideal» es preferible optar por leche entera y usar la cantidad de fermentos indicada. Además, ten en cuenta que el yogur acaba de espesar en la nevera. 
  • El sabor se obtiene con el paso de las horas. Cuanto más tiempo, más ácido será. Si no te gusta así, no lo dejes fermentar más de 10 horas.
  • La aparición de suero en la superficie es normal. Esto no es señal de que algo ha fallado. Un exceso puede ser debido al choque de los tarros o al uso de leche baja en grasas.
  • El tiempo de reposo señalado es orientativo. Ten presente que puede cambiar según el tipo de leche, los fermentos elegidos y la temperatura. En cuanto tenga la textura típica del yogur, ya está a punto para refrigerar.
  • El uso del termómetro es muy recomendable. Sin embargo, si no dispones de uno, puedes usar un método casero para testar la temperatura de la leche: esta tiene que estar caliente pero sin llegar a quemarte.

Sugerencias de consumo y presentación

El yogur natural preparado en casa es una opción ideal para consumir a diario y disfrutar de todos los beneficios que tiene, tanto para la flora intestinal como para los huesos y el sistema cardiovascular.

La manera más sencilla de comerlo es solo, ya sea como postre o tentempié. Si lo prefieres, siempre puedes darle un extra de sabor con un poco de fruta cortada, un puñado de frutos secos o una pizca de canela.

Otra alternativa deliciosa es integrarlo en platos como salsas variadas, tartas, helados caseros y batidos. Además, es una fuente ideal de proteínas para la mañana y lo puedes emplear para preparar desayunos con yogur sanos y nutritivos.

Por último, recuerda que tienes la opción de guardar uno de tus yogures caseros para volver a hacer la receta. Puedes elaborarlo de esta forma unas 3 o 4 veces y después empezar de nuevo el ciclo con cultivos iniciadores o con un yogur comercial.

Diviértete y disfruta de un auténtico yogur hecho en casa

Si tienes leche y yogur natural en la nevera, puedes empezar ahora mismo y atender tu curiosidad por esta receta que acabamos de conocer. Si te planificas y tienes en cuenta el tiempo de fermentación, puedes tenerlo disponible cada día y agasajar a tus amigos y familiares con un producto 100 % casero. Estamos seguros de que pronto te atreverás a hacer en casa otros alimentos de uso habitual y que no hace falta comprar en el supermercado.


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